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Tristura
Esta obra recrea el universo infantil de una niña, Tadea, huérfana de madre que vive en casa de sus tíos en compañía de tres primos de su misma edad. Tadea está ensimismada y se ve acosada por fantasmas infantiles, como el recuerdo de un padre lejano y mitificado en la distancia. Sus primos, compañeros de juegos, por un lado admiran la independencia de Tadea, pero siempre están dispuestos a hablar mal de ella con su madre, así como recordarle que está sola, que su madre la ha abandonado.
Tadea vive en un mundo hostil, plagado de advertencias y prohibiciones. Su única escapatoria la constituyen sus paseos por el jardín, sus tesoros ocultos, el pozo al que se asoma y que repite una y otra vez los nombres, el establo en el que se amontona el abono maloliente... Pero estas escapadas casi siempre encuentran un castigo a causa de la insolidaridad de sus primos y la pretensión de su tía Concha a ver en su sobrina a un ser malvado que corrompe y tienta a sus inocentes hijos. Tadea se ahoga en un ambiente en el que todo permanece cerrado, incluso el camisón sobre su cuerpo desnudo.
- GenresSpain
266 pages, Paperback
First published January 1, 1960
4 people are currently reading
435 people want to read
About the author
Elena Quiroga
22 books8 followersElena Quiroga y Abarca, penúltima de diecisiete hijos de Don José Quiroga y Velarde, conde de San Martiño de Quiroga, y de Isabel de Abarca y Fornés. Su primera publicación data del año 1949, La soledad sonora, en la que cuenta la historia de una mujer desde su adolescencia hasta su madurez. En 1950, un año después de su primera publicación se casó con Dálmiro de Válgoma, futuro secretario perpetuo de la Academia de la Historia, con la novela Viento del Norte (1950) obtuvo el Premio Nadal. A partir de su matrimonio se instaló en Madrid, donde pronto accedió a los ambientes literarios y culturales de la capital. Casi toda su obra está impregnada del ambiente gallego, al estilo de la narrativa de Emilia Pardo Bazán. Escribió diez novelas en catorce años, la mayoría en la década de los cincuenta y de los sesenta y en 1983 fue elegida miembro de la Real Academia Española, siendo la tercera mujer tras María Isidra de Guzmán y la poetisa Carmen Conde.
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Community Reviews
Displaying 1 - 20 of 20 reviews
August 4, 2023
No sé los años que llevaba descatalogado ‘Tristura’ de Elena Quiroga (¡la primera mujer novelista en ingresar en la RAE ni más ni menos!), pero viendo imágenes de las anteriores ediciones, no parecen pocos. Tras leerla, no me entra en la cabeza cómo es posible que haya pasado ni un mes fuera de las estanterías de las librerías.
‘Tristura’ es un sentimiento que acompaña a Tadea, que, con apenas nueve años, ve cómo su vida cambia radicalmente tras la muerte de su madre. De una vida llena de verde, libertad y cariño en una aldea gallega, tendrá que ir a vivir lejos de allí, a casa de sus tíos. Allí, en intensa convivencia con sus primos, y bajo la atenta mirada de su tía, su abuela, la institutriz y otros personajes, vivirá bajo el firme yugo de la moral de la época de la posguerra, marcada por la religión y los roles asignados a hombres y mujeres. En un ambiente donde el cariño y la empatía brillan por su ausencia, Tadea existe. Y, aunque, no tiene nada que ver, si lo habéis leído, entenderéis porqué me recordó al inicio de Jane Eyre.
Una lectura que me ha resultado angustiante, asfixiante y sumamente triste. Pienso en ella y viene corriendo a mi cabeza la palabra ‘soledad’ y a mi estomago un nudo. Una novela que me ha hecho sentir mucho, pero sobre todo impotencia por no poder romper la distancia que marca el papel entre la historia y yo. Le debo un abrazo tan grande a Tadea. Quizás son décadas las que nos separan, pero hay mucho compartido: dolores, miedos, constricciones y puertas cerradas.
El estilo de Elena Quiroga es una cosa tal merece detenerse en él y no creo que deje indiferente a nadie. A mí, me ha parecido absolutamente genial, moderno, original… Transmite de una forma tan clara ese ambiente sin aire, la vida de los niños, todas las emociones… tan sensorial que oyes el ruido de esa casa y las conversaciones, no las lees.
Además, explora las posibilidades del lenguaje y la expresión, haciendo usos inesperados de los signos de puntuación, la cursiva, los paréntesis... Pero con un control absoluto de lo que hace. Eso sí, me ha parecido una forma de escribir que requiere toda tu atención (también digo: la merece). En no pocos momentos me sentí algo desconcertada (pero, ¿quién está hablando?), fuera de lugar (¿dónde están ahora?) y me sentí perdida (¿qué está ocurriendo?)… pero ¡ay, ¿no serán esos los sentimientos de Tadea?! De verdad, lo de Elena Quiroga es digno aplauso.
Una novela que me conecta con la infancia de mis abuelas y de tantas otras mujeres. Imposible separar la historia de Tadea con la de su tiempo e imaginar las consecuencias en ella. Bueno, imaginar… ni siquiera hace falta, puesto que la herencia de aquellos años, en algunos aspectos, aún sigue muy presente en nuestra realidad.
Una novela que he sentido muy importante, espero que con esta nueva edición alcance el reconocimiento que se merece y llegar a ser un futuro clásico.
‘Tristura’ es un sentimiento que acompaña a Tadea, que, con apenas nueve años, ve cómo su vida cambia radicalmente tras la muerte de su madre. De una vida llena de verde, libertad y cariño en una aldea gallega, tendrá que ir a vivir lejos de allí, a casa de sus tíos. Allí, en intensa convivencia con sus primos, y bajo la atenta mirada de su tía, su abuela, la institutriz y otros personajes, vivirá bajo el firme yugo de la moral de la época de la posguerra, marcada por la religión y los roles asignados a hombres y mujeres. En un ambiente donde el cariño y la empatía brillan por su ausencia, Tadea existe. Y, aunque, no tiene nada que ver, si lo habéis leído, entenderéis porqué me recordó al inicio de Jane Eyre.
Una lectura que me ha resultado angustiante, asfixiante y sumamente triste. Pienso en ella y viene corriendo a mi cabeza la palabra ‘soledad’ y a mi estomago un nudo. Una novela que me ha hecho sentir mucho, pero sobre todo impotencia por no poder romper la distancia que marca el papel entre la historia y yo. Le debo un abrazo tan grande a Tadea. Quizás son décadas las que nos separan, pero hay mucho compartido: dolores, miedos, constricciones y puertas cerradas.
El estilo de Elena Quiroga es una cosa tal merece detenerse en él y no creo que deje indiferente a nadie. A mí, me ha parecido absolutamente genial, moderno, original… Transmite de una forma tan clara ese ambiente sin aire, la vida de los niños, todas las emociones… tan sensorial que oyes el ruido de esa casa y las conversaciones, no las lees.
Además, explora las posibilidades del lenguaje y la expresión, haciendo usos inesperados de los signos de puntuación, la cursiva, los paréntesis... Pero con un control absoluto de lo que hace. Eso sí, me ha parecido una forma de escribir que requiere toda tu atención (también digo: la merece). En no pocos momentos me sentí algo desconcertada (pero, ¿quién está hablando?), fuera de lugar (¿dónde están ahora?) y me sentí perdida (¿qué está ocurriendo?)… pero ¡ay, ¿no serán esos los sentimientos de Tadea?! De verdad, lo de Elena Quiroga es digno aplauso.
Una novela que me conecta con la infancia de mis abuelas y de tantas otras mujeres. Imposible separar la historia de Tadea con la de su tiempo e imaginar las consecuencias en ella. Bueno, imaginar… ni siquiera hace falta, puesto que la herencia de aquellos años, en algunos aspectos, aún sigue muy presente en nuestra realidad.
Una novela que he sentido muy importante, espero que con esta nueva edición alcance el reconocimiento que se merece y llegar a ser un futuro clásico.
January 27, 2023
Qué novela tan especial… en la que todo sucede detrás de las palabras. Una exquisitez literaria.
November 6, 2022
2.5
He puesto todo mi interés en que me gustara este libro porque, a priori, lo tenía todo para que se convirtiera en un favorito: literatura de la posguerra española, ambientada en un pueblo, con un protagonista infantil y escrito por una mujer.
Pero no me he encontrado ni a Carmen Laforet ni a Concha Alós, sino a Elena Quiroga, que escribe muy bien pero yo no he visto coherencia ninguna en la narrativa y me he aburrido mucho. Así que lo he dejado al llevar poco más de la mitad.
He puesto todo mi interés en que me gustara este libro porque, a priori, lo tenía todo para que se convirtiera en un favorito: literatura de la posguerra española, ambientada en un pueblo, con un protagonista infantil y escrito por una mujer.
Pero no me he encontrado ni a Carmen Laforet ni a Concha Alós, sino a Elena Quiroga, que escribe muy bien pero yo no he visto coherencia ninguna en la narrativa y me he aburrido mucho. Así que lo he dejado al llevar poco más de la mitad.
February 15, 2023
Es una de estas historias que, una vez terminas por leerla, sientes que quizás no fuera el momento más oportuno.
August 21, 2024
El sentimiento que me invade al cerrar la ultima página de este libro es de protección. Necesidad de irme directamente a casa la de esta familia y decirles: hola Buenos días, me llevo a Tadea a mi casa. Cuando sacamos a un niño o niña de su entorno más cercano, de la seguridad que le proporcionan los vínculos por la circunstancia que sea, hemos de realizar un gran trabajo emocional para que no se bloquee y pierda la confianza en ser querido amado y protegido. Es un impacto emocional La vida decide que Tadea se traslade a vivir a casa de su abuela, con otros niños, sus primos, cuidada y atendida, hasta ahí todo bien, pero pierde su voz. Elena Quiroga es una escritora que debería tener más voz en el panorama literario, mujeres que han permanecido atrapadas en el silencio. Viento del norte fue una de mis lecturas más entrañables, contiene un personaje imborrable para mi, Marcela, (re)descubrirla de la mano de @bamba fue un privilegio. Tristura vino 10 años después. Tintes autobiográficos. De nuevo de la mano de Bamba.
Sentir como la voz de EQ surge del personaje de Tadea la ha consagrado para mi.
Una historia conectada con el tiempo que le tocó vivir, la sociedad que imperaba y los adoctrinamientos controladores para ser “persona de bien” . Las mujeres ni lloran ni hablan. Con un estilo muy peculiar, frases inacabadas dentro de un ritmo algo rápido y que necesita de una lectura muy pausada. Es una narración de sentimientos que surgen desde las profundidades de aquel pozo que aparece en su camino. Una íntima comunicación, un arraigado sentimiento, un paisaje íntimo que, unido a ese personaje tan especial nos permite ver que la vida sigue su curso, inevitablemente.
Sentir como la voz de EQ surge del personaje de Tadea la ha consagrado para mi.
Una historia conectada con el tiempo que le tocó vivir, la sociedad que imperaba y los adoctrinamientos controladores para ser “persona de bien” . Las mujeres ni lloran ni hablan. Con un estilo muy peculiar, frases inacabadas dentro de un ritmo algo rápido y que necesita de una lectura muy pausada. Es una narración de sentimientos que surgen desde las profundidades de aquel pozo que aparece en su camino. Una íntima comunicación, un arraigado sentimiento, un paisaje íntimo que, unido a ese personaje tan especial nos permite ver que la vida sigue su curso, inevitablemente.
December 7, 2023
Un relato con esa aura de añoranza y melancolía , narrado y descrito través de la mirada de Tadea , una niña de 9 años que tras la muerte de su madre llega a casa de su abuelita donde viven sus tíos y primos de distintas edades. En esa casa más que afecto, recibe prohibiciones todo para que siga un buen camino , un relato ambientado en la posguerra de España , la narrativa es descriptiva a través de la cotidianidad uno va conociendo el temperamento de los personajes.
December 9, 2024
“El corazón roído por la muerte (…)”
April 25, 2023
Hace una semana me encontraba peleando con el comienzo de Tristura. Ayer, daba vuelta a la última página con pena por despedirme de esos personajes que tan bien dibuja Elena Quiroga y que me han acompañado tanto.
Me ha cautivado la mirada de Tadea esa niña que se siente fuera de lugar en esa casa que tras la muerte de su madre comparte con su familia materna. Una casa llena de gente y en la que sin embargo, se siente sola.
Tadea ansía la libertad perdida, esa de la que gozaba en la aldea con su padre y que se ha visto obligada a sustituir por una vida más rígida, marcada por la religión y por los roles de la época. Una vida nueva por la que debe sentirse agradecida tal como le recuerda a diario su familia pero que la sume en una gran angustia y tristeza. Y no solo a Tadea, también a una como lectora.
Elena Quiroga consigue que ese ambiente rígido, asfixiante y apático traspase las páginas del libro y te alcance. Y lo hace con unas formas que al principio te exigen permanecer concentrada en su lectura. No es raro que a lo largo de las primeras páginas una se siente a ratos perdida, sin saber quién está hablando o qué está ocurriendo. Una sensación que de forma orgánica, y tras unas pocas páginas, pareces asimilar. A partir de ese momento su lectura se convierte en un disfrute gracias al detalle de su autora.
Cómo me ha gustado leer a Quiroga, conocer a Tadea y ser testigo de las idas y venidas de toda la familia. Una de las mejores lecturas del año hasta ahora, sin duda.
Me ha cautivado la mirada de Tadea esa niña que se siente fuera de lugar en esa casa que tras la muerte de su madre comparte con su familia materna. Una casa llena de gente y en la que sin embargo, se siente sola.
Tadea ansía la libertad perdida, esa de la que gozaba en la aldea con su padre y que se ha visto obligada a sustituir por una vida más rígida, marcada por la religión y por los roles de la época. Una vida nueva por la que debe sentirse agradecida tal como le recuerda a diario su familia pero que la sume en una gran angustia y tristeza. Y no solo a Tadea, también a una como lectora.
Elena Quiroga consigue que ese ambiente rígido, asfixiante y apático traspase las páginas del libro y te alcance. Y lo hace con unas formas que al principio te exigen permanecer concentrada en su lectura. No es raro que a lo largo de las primeras páginas una se siente a ratos perdida, sin saber quién está hablando o qué está ocurriendo. Una sensación que de forma orgánica, y tras unas pocas páginas, pareces asimilar. A partir de ese momento su lectura se convierte en un disfrute gracias al detalle de su autora.
Cómo me ha gustado leer a Quiroga, conocer a Tadea y ser testigo de las idas y venidas de toda la familia. Una de las mejores lecturas del año hasta ahora, sin duda.
May 26, 2023
2,5⭐️
Evidentemente, es un problema mío: no valgo para estos ejercicios estilísticos de innovación y filigrana lingüística. Y, vamos a ver, este es un libro que no es nada fácil de leer. Quiroga experimenta con el lenguaje: a veces conjuga los verbos, a veces no; a veces usa comas, a veces no; a veces sabes quién habla, a veces no. Supongo que si disfrutas con esta clase de experimentos, podrás ver la genialidad que a mí solo me produce hastío. Yo soy demasiado simple para esto. Disfruto del lenguaje rico, florido y lírico y hasta no me importan los cambios de voces narrativas (Rosamond Lehmann), los libros sin apenas diálogos con predominio del monólogo interior ('El grupo", de Mary McCarthy), los libros sin trama ('Cranford') o, en general, los libros lentos (toda la obra de Robin Hobb, o la de Rebecca West), pero con lo que no puedo es con la ruptura del lenguaje tradicional. Yo necesito entender lo que estoy leyendo. Entenderlo, literalmente.
Es una pena, porque la historia, cuando se comporta de manera más tradicional y comprensible, es hermosa, y Tadea es una brillante representación de esa cultura negra de una España asfixiante para las niñas y las mujeres. Pero ojalá la hubiera entendido.
Evidentemente, es un problema mío: no valgo para estos ejercicios estilísticos de innovación y filigrana lingüística. Y, vamos a ver, este es un libro que no es nada fácil de leer. Quiroga experimenta con el lenguaje: a veces conjuga los verbos, a veces no; a veces usa comas, a veces no; a veces sabes quién habla, a veces no. Supongo que si disfrutas con esta clase de experimentos, podrás ver la genialidad que a mí solo me produce hastío. Yo soy demasiado simple para esto. Disfruto del lenguaje rico, florido y lírico y hasta no me importan los cambios de voces narrativas (Rosamond Lehmann), los libros sin apenas diálogos con predominio del monólogo interior ('El grupo", de Mary McCarthy), los libros sin trama ('Cranford') o, en general, los libros lentos (toda la obra de Robin Hobb, o la de Rebecca West), pero con lo que no puedo es con la ruptura del lenguaje tradicional. Yo necesito entender lo que estoy leyendo. Entenderlo, literalmente.
Es una pena, porque la historia, cuando se comporta de manera más tradicional y comprensible, es hermosa, y Tadea es una brillante representación de esa cultura negra de una España asfixiante para las niñas y las mujeres. Pero ojalá la hubiera entendido.
November 20, 2025
Creo que no es un libro para todo el mundo ni para cualquier momento, tiene una sintaxis y en general un nudo narrativo que puede parecer muy caótico (por el propio uso de las voces, por las descripciones, por las continuas omisiones y saltos), pero cuando te dejas llevar por las palabras ocurre la magia. Obligada a intuir y leer entre líneas lo que estaba pasando, te conviertes página a página en la pequeña Tadea, te empapas de ella aunque no sepas nunca explícitamente qué está pasando.
Qué brillantez la de Elena Quiroga, no sé cómo no se está hablando continuamente de esto.
«Entre pecho y espalda aquel adiós, un peso, algo que no había antes, o que había y no me había dado cuenta. Subía el olor de los cajones cerrados».
Qué brillantez la de Elena Quiroga, no sé cómo no se está hablando continuamente de esto.
«Entre pecho y espalda aquel adiós, un peso, algo que no había antes, o que había y no me había dado cuenta. Subía el olor de los cajones cerrados».
January 17, 2023
Admito que no conocía a Elena Quiroga ,una de las escritoras más importantes y originales de la literatura española de posguerra junto con Carmen Laforet y Ana María Matute ,ganadora del Premio Nadal en 1950 con "Viento del norte"y la segunda mujer y primera novelista en ingresar en la Real Academia Española en 1984.
¿Por qué no es tan conocida como Laforet o Matute ? Otra escritora incomprendida e injustamente olvidada y que he conocido gracias a que @bamba_editorial la ha rescatado para placer de todos los que no la conociamos.
Tadea es una niña de nueve años que ha perdido a su madre. Hasta ese momento fue feliz y libre. Como es la única niña en una familia de hombres,padre y hermanos ,se decide enviarla a casa de su abuela para educarla y estar acompañada de sus primos.
PeroTadea no será feliz, allí vivirá con sus primos Clota,Ana y Odón ,su institutriz mademoiselle Suzanne, su tia Concha que estará siempre presente con sus advertencias y su abuela.
Así Tadea verá su mundo reducido a sus clases,rezar y el juego pautado .
Las prohibiciones darán lugar al miedo a los castigos y el silencio se hará fuerte ante "los niños no preguntan".
Tadea vivirá en un ambiente de soledad ,angustia, roencia y tristura. En un mundo clasista en el que no es aceptada por ser pobre, por no tener madre, porque su padre la ha "abandonado ", porque según su tia corrompe la inocencia de sus hijos. En un mundo oscuro en el que se educaba en la religión y en la culpa,en el que la mujer y sobre todo las niñas debían ser silenciosas y temerosas de dios.
Un libro que os recomiendo muchísimo, porque he disfrutado de la historia y he disfrutado de como cuenta la historia ,una historia que hay que leer con calma y atención porque mezcla recuerdos y pensamientos de Tadea con estilo maravilloso que te hace sentir lo que siente Tadea .
¿Por qué no es tan conocida como Laforet o Matute ? Otra escritora incomprendida e injustamente olvidada y que he conocido gracias a que @bamba_editorial la ha rescatado para placer de todos los que no la conociamos.
Tadea es una niña de nueve años que ha perdido a su madre. Hasta ese momento fue feliz y libre. Como es la única niña en una familia de hombres,padre y hermanos ,se decide enviarla a casa de su abuela para educarla y estar acompañada de sus primos.
PeroTadea no será feliz, allí vivirá con sus primos Clota,Ana y Odón ,su institutriz mademoiselle Suzanne, su tia Concha que estará siempre presente con sus advertencias y su abuela.
Así Tadea verá su mundo reducido a sus clases,rezar y el juego pautado .
Las prohibiciones darán lugar al miedo a los castigos y el silencio se hará fuerte ante "los niños no preguntan".
Tadea vivirá en un ambiente de soledad ,angustia, roencia y tristura. En un mundo clasista en el que no es aceptada por ser pobre, por no tener madre, porque su padre la ha "abandonado ", porque según su tia corrompe la inocencia de sus hijos. En un mundo oscuro en el que se educaba en la religión y en la culpa,en el que la mujer y sobre todo las niñas debían ser silenciosas y temerosas de dios.
Un libro que os recomiendo muchísimo, porque he disfrutado de la historia y he disfrutado de como cuenta la historia ,una historia que hay que leer con calma y atención porque mezcla recuerdos y pensamientos de Tadea con estilo maravilloso que te hace sentir lo que siente Tadea .
November 16, 2025
Me ha dejado deslumbrado esta novela de la que se debería hablar más, mucho más.
Quiroga consigue algo dificilísimo en la escritura en prosa: la simultaneidad de voces. Lo hace alternando entre dos estilos: uno en el que las voces de los personajes se acumulan, a veces de forma asincrónica (frases dichas en distintos momentos del tiempo), mezcladas con apuntes en los que Tadea, la protagonista, rememora, suponemos que ya adulta, aspectos del contexto de la escena o de lo que sucedió más tarde. El otro estilo es el inverso: una rememoración más o menos narrativa, con una prosa bellísima, glosada por frases dichas por este o aquel personaje. A veces ensaya también diálogos narrados (sin guiones) y el uso de paréntesis, cursivas... todo con un dominio apabullante del lenguaje.
Tristura, desde su título, es un estado de ánimo, y la novela es mucho más una inmersión en ese estado y en la vida de Tadea que el relato de una sucesión de eventos o de un arco de personaje. Eso hace que quizá la persona lectora pueda tener la sensación de no ir a ninguna parte, de que no pasa nada. La exuberancia formal también va agotando su impresión inicial. En cualquier caso, se trata de una novela que más de seis décadas después de su publicación sigue resultando de una modernidad apabullante.
Quiroga consigue algo dificilísimo en la escritura en prosa: la simultaneidad de voces. Lo hace alternando entre dos estilos: uno en el que las voces de los personajes se acumulan, a veces de forma asincrónica (frases dichas en distintos momentos del tiempo), mezcladas con apuntes en los que Tadea, la protagonista, rememora, suponemos que ya adulta, aspectos del contexto de la escena o de lo que sucedió más tarde. El otro estilo es el inverso: una rememoración más o menos narrativa, con una prosa bellísima, glosada por frases dichas por este o aquel personaje. A veces ensaya también diálogos narrados (sin guiones) y el uso de paréntesis, cursivas... todo con un dominio apabullante del lenguaje.
Tristura, desde su título, es un estado de ánimo, y la novela es mucho más una inmersión en ese estado y en la vida de Tadea que el relato de una sucesión de eventos o de un arco de personaje. Eso hace que quizá la persona lectora pueda tener la sensación de no ir a ninguna parte, de que no pasa nada. La exuberancia formal también va agotando su impresión inicial. En cualquier caso, se trata de una novela que más de seis décadas después de su publicación sigue resultando de una modernidad apabullante.
November 3, 2023
Una maravilla de libro. Gracias a Bamba Editorial por rescatar a Elena Quiroga y descubrírnosla.
Una niña narra sus experiencias con una familia que no es la suya (en Santander) a la vez que recuerda retazos de su vida anterior en un pueblo gallego. Mientras espera la llegada intermitente de alguien con quien congenia un poco más, pero nunca alcanza a entender las cosas que pasan a su alrededor, ni siquiera las que le pasan a ella misma.
Increíble la forma en que te mete en la mente infantil y sus incongruencias, su inmadurez, su incomprensión, su crueldad, su vulnerabilidad.
Leeré más libros suyos.
Una niña narra sus experiencias con una familia que no es la suya (en Santander) a la vez que recuerda retazos de su vida anterior en un pueblo gallego. Mientras espera la llegada intermitente de alguien con quien congenia un poco más, pero nunca alcanza a entender las cosas que pasan a su alrededor, ni siquiera las que le pasan a ella misma.
Increíble la forma en que te mete en la mente infantil y sus incongruencias, su inmadurez, su incomprensión, su crueldad, su vulnerabilidad.
Leeré más libros suyos.
January 9, 2023
La educación como imposición. Una niña huérfana ve su infancia truncada al tener que irse a vivir con su tía. Se le obliga a la aceptación se las normas sociales. Prohibiciones, lecciones aburridas con una institutriz, no poder jugar más allá del jardín. La opresiva presencia de la tía y los primos, siempre atentos a recordar a Tadea la muerte de su madre y la ausencia del padre. Un estilo original de narrar.
www.preferirianotenerquehacerlo.wordp...
www.enbuscadeaquellanoche.wordpress.com
www.preferirianotenerquehacerlo.wordp...
www.enbuscadeaquellanoche.wordpress.com
Read
July 9, 2024Mi primer libro de la autora, que contiene muchos elementos autobiográficos. No me imaginaba la escritura de Elena Quiroga así. Si tuviera que compararla con una pintura seria con un cuadro impresionista. Esta hecha a trazos, a hechos sugeridos y con cierta libertad ortográfica en lo que se refiere a unión de palabras o signos de puntuación. No estoy segura que fuese mi momento y no me ha resultado fácil avanzar, pero la encuentro interesantísima.
August 31, 2025
Cómo no intentar usar esta app para reivindicar a mi Elena Quiroga. Tristura te lleva hasta la tristeza y el ansia más honda de nuestra Tadea, descubriendo las primeras experiencias femeninas desde la perspectiva de una infancia no siempre justa. No es una lectura fácil, pero merece la pena dedicarle tiempo para descubrir los juegos narrativos que esconde.
Para mí (no muy imparcial) siempre ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️
Para mí (no muy imparcial) siempre ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️
November 5, 2025
reconozco que en muchísimas páginas me perdía y tenía que releerlas para volver a encontrar el hilo de la historia. el estilo de Elena –y me gustaría recalcar que es especialmente bueno– no ayudaba en nada.
siento que habría disfrutado mucho más del libro en otro momento, así que es muy probable que en algún futuro lo vuelva a leer
siento que habría disfrutado mucho más del libro en otro momento, así que es muy probable que en algún futuro lo vuelva a leer
January 21, 2025
Elena Quiroga fue la segunda mujer en ingresar en la RAE. Lo hizo en 1984, cinco años después que Carmen Conde (1979) y 271 años después de la fundación de la academia (1713). De hecho, de los 477 miembros que han ocupado un sillón desde el s. XVIII, tan solo 12 han sido mujeres y, a día de hoy, tan solo 8 de los 41 representantes lo son.
Estos datos me golpean e indignan cada vez que me topo con ellos. Y es que la historia de la RAE, la historia de la lengua (como tantas otras), ha sido esencialmente de y para hombres.
Reconozco, además, que ni siquiera conocía a Elena Quiroga pese a haber estudiado Filología Hispánica, pese a haber seguido formándome en Literatura, pese a mi interés por el canon literario, pese a ser feminista, pese a hacer un esfuerzo por leer a esas mujeres que fueron condenadas injustamente al olvido. Y no soy la única. Perpleja, pregunté a varios amigos de carrera y compañeros si reconocían su nombre o su obra. Tan solo una persona admitió recordar haber oído el nombre. Nadie la había leído.
Si ni siquiera honramos la memoria de las voces que obtuvieron cierto reconocimiento en sus días, no quiero imaginar cuántas mujeres jamás llegaremos a rescatar. Una historia cuya mitad esencial ha sido cercenada no podrá nunca ser una historia completa. Es esta una realidad desgarradora y cruel. Por eso es tan necesaria la labor de una editorial como Bamba, que busca inmortalizar la historia y el trabajo de mujeres como Elena, de niñas como Tadea, la protagonista de esta novela.
«Tristura», de Elena Quiroga, es una lectura que hace honor a su título, pues cada página está cargada de la tristura de una niña cuya inocencia y carácter nos cautiva.
Tadea nos entrega las piezas del puzzle de su diégesis, pero nos exige dedicación, tiempo, comprensión y empatía al hacerlo. Bastan las primeras páginas para percatarse de que Quiroga, al igual que Woolf, desea lectores atentos y ávidos de subtexto y libertad.
Sentía, al compartir existencia con Tadea, que Quiroga escribe también, y sobre todo, para las incomprendidas y las rebeldes, en femenino.
En un contexto familiar asfixiante, la obra explora temas como la religión, la educación y el adoctrinamiento, el sexismo, la tradición y la identidad, así como las inevitables intersecciones entre estos. Asombra, pues, que Quiroga burlase la censura en una España subyugada por el franquismo. Es muy posible que la autoría femenina no recibiese el escrutinio de la masculina y, en un magnífico ejemplo de justicia poética, el sexismo soberbio de los poderosos permitió a Quiroga escribir una potente denuncia a los pilares del régimen en forma de retrato costumbrista.
Leer «Tristura» es entristecer por lo que fue, pero, sobre todo, es rebelarse ante lo que es y luchar por lo que será.
Estos datos me golpean e indignan cada vez que me topo con ellos. Y es que la historia de la RAE, la historia de la lengua (como tantas otras), ha sido esencialmente de y para hombres.
Reconozco, además, que ni siquiera conocía a Elena Quiroga pese a haber estudiado Filología Hispánica, pese a haber seguido formándome en Literatura, pese a mi interés por el canon literario, pese a ser feminista, pese a hacer un esfuerzo por leer a esas mujeres que fueron condenadas injustamente al olvido. Y no soy la única. Perpleja, pregunté a varios amigos de carrera y compañeros si reconocían su nombre o su obra. Tan solo una persona admitió recordar haber oído el nombre. Nadie la había leído.
Si ni siquiera honramos la memoria de las voces que obtuvieron cierto reconocimiento en sus días, no quiero imaginar cuántas mujeres jamás llegaremos a rescatar. Una historia cuya mitad esencial ha sido cercenada no podrá nunca ser una historia completa. Es esta una realidad desgarradora y cruel. Por eso es tan necesaria la labor de una editorial como Bamba, que busca inmortalizar la historia y el trabajo de mujeres como Elena, de niñas como Tadea, la protagonista de esta novela.
«Tristura», de Elena Quiroga, es una lectura que hace honor a su título, pues cada página está cargada de la tristura de una niña cuya inocencia y carácter nos cautiva.
Tadea nos entrega las piezas del puzzle de su diégesis, pero nos exige dedicación, tiempo, comprensión y empatía al hacerlo. Bastan las primeras páginas para percatarse de que Quiroga, al igual que Woolf, desea lectores atentos y ávidos de subtexto y libertad.
Sentía, al compartir existencia con Tadea, que Quiroga escribe también, y sobre todo, para las incomprendidas y las rebeldes, en femenino.
En un contexto familiar asfixiante, la obra explora temas como la religión, la educación y el adoctrinamiento, el sexismo, la tradición y la identidad, así como las inevitables intersecciones entre estos. Asombra, pues, que Quiroga burlase la censura en una España subyugada por el franquismo. Es muy posible que la autoría femenina no recibiese el escrutinio de la masculina y, en un magnífico ejemplo de justicia poética, el sexismo soberbio de los poderosos permitió a Quiroga escribir una potente denuncia a los pilares del régimen en forma de retrato costumbrista.
Leer «Tristura» es entristecer por lo que fue, pero, sobre todo, es rebelarse ante lo que es y luchar por lo que será.
October 3, 2024
Tristura és haver de llegir això...
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