Una primera novela extraordinaria. Fresca y a la vez ambiciosa, profundamente contemporánea. Escrita sobre la base de una ironía lacónica, puede leerse tanto como un policial o como una comedia de enredos, entre crímenes en mapotecas, la pasión deforme por el aeromodelismo, citas en clave a Las alas del deseo y un sinnúmero de escenas hilarantes.
Aparte de la anécdota bonita en la contratapa, también se lee esto: "Una primera novela extraordinaria. Fresca y a la vez ambiciosa, profundamente contemporánea. Escrita sobre la base de una ironía lacónica, puede leerse tanto como un policial o como una comedia de enredos, entre crímenes en mapotecas, la pasión deforme por el aeromodelismo, citas en clave a Las alas del deseo y un sinnúmero de escenas hilarantes."
Si tengo que armar una reseña de este libro debo caer en la opinión porque me es difícil reseñarlo. Así como caigo en esta situación soy sincero conmigo mismo y puteo: Primero por dejarme llevar (nuevamente) por las palabras bonitas de la crítica y luego por haber leído 125 de sus ciento setenta y pico de páginas con la esperanza de encontrar algo que realmente me guste. No encontré nada sino que me vi ante algo fragmentado al extremo y unido por hilos que me parecieron de una banalidad inmensa (¿muertes? ¿aeromodelismo? ¿pintor y profesor?). Debo advertir también que soy una persona que disfruta de lo fragmentado, de lo experimental, de lo inentendible, de las lecturas variadas que disparan cosas extrañas, pero con este libro no solo no encontré nada, sino que también me choqué con una prosa que me desagrada en la prolijidad, que lo escueto y ahorrativo es, en este caso, un error y no una virtud. Tal vez los detalles hayan sido bonitos, de hecho disfruté ciertas imágenes cuando describe los mundos del profesor y el pintor, pero de "profundamente contemporánea" no tiene absolutamente nada más que haber sido escrita por un joven unos años mayor que yo y caer en el aburrimiento de una soledad que se lee como triste (ya fue muchachos: la soledad no es triste, tampoco es aburrida, tampoco es algo contra lo cual luchar). Luego leo "Fresca y a la vez ambiciosa" no sé qué será, es una frase que dice absolutamente nada pero de manera poética. ¿Es ambiciosa? No, de hecho esa ambición se pierde en lo aburrido. ¿Te afecta? No, a quien le haya movido un pelo que me avise porque no llega ni a juego, más que el tan resaltado "poco sentimental" de la crítica, que es una de las tantas formas de decirle ABURRIDA a una novela. Sus capítulos cortos hablan a favor porque se lee rápido, la visualidad está a flor de piel todo el tiempo, pero cae en eso que se propone, se hunde en lo taxativo, en lo minúsculo, en lo poético y, si bien rompe con el sistema de unidad (lo cual celebro), no propone otra lectura más que lo fragmentario en clave de sin dirección, de caótico (en el mal sentido) y de lo aburrido. Leí también que la novela se pensó como un "mapa de efectos producto de unas muertes" y creo que podría leerse en términos literales de mapa: Agarres donde agarres vas a ver algo, pero ese algo no te va a decir nada más que eso que ves, no va más allá, va a lo cotidiano visto desde "eso" que sobrevuela las vidas pero no se propone pensar esa cotidianidad realmente afectada sino que se queda en el mero recuento de lo que es. Recurro al tan conocido "ni fu ni fa" y, si solo me sale decir eso, es porque no vale la pena.
Con lo difícil que es encontrar un discurso distinto, fresco, en la literatura contemporánea argentina. Un lenguaje propio y único, que no se ve todos los días. Es un libro hermoso.
Quería que este libro me gustara, porque en una primera hojeada la estructura me pareció atractiva. Es un texto episódico, tipo rompecabezas, con capítulos cortos (tres páginas máximo) centrado en varios personajes (aunque uno, Pavel, obtiene más foco) cuyas vidas resultan conectadas por dos muertes. Partí leyéndolo en orden, pero cuando temí que el sopor me venciera opté por seguir las historias de los personajes en desorden a como el texto me las presentaba. No sé si mejoró, pero al menos fui capaz de terminarlo. La escritura gélida, los personajes esquemáticos, y por sobre todo el red herring de "¿quién es el asesino?" me decepcionó bastante. La contraportada dice muchas cosas anecdóticas acerca de cómo llegó esta novela a publicarse, y después de leerla comprendo la razón de ese caza bobos.