Sesenta kilos de cocaína pura. Sesenta kilos que supondrían el pasaporte de salida para muchos. Sesenta kilos que serán la perdición de casi todos.
Una novela de tramposos y estafadores en el submundo hispánico de la droga, por la que pululan camellos de poca monta y menos luces, gerifaltes del narcotráfico entrampados en la burbuja inmobiliaria, ex legionarios, estrípers, propietarios de burdeles, contables, clanes gitanos... y ni un solo policía.
Una historia adictiva, trepidante, plagada de acción, salvaje y muy, muy real. Ramón Palomar sorprende y atrapa, desde el primer capítulo, con esta novela ambientada en Valencia, Oporto, Madrid, Tarifa y Tánger, narrada con la eficacia y el ritmo implacable de una película anglosajona a lo Quentin Tarantino o a lo Guy Ritchie, pero de auténtico sabor español, y unos personajes -soñadores, pícaros, pragmáticos, perdedores, luchadores- enormemente humanos.
Me sorprenden las buenas valoraciones de una novela que no aporta nada al género. Historia de trama vulgar, llena de clichés, personajes irrelevantes y, sobre todo, un lenguaje que a fuerza de querer ser 'moderno' y 'vulgar' resulta grotesco. Prescindible, aunque si no tienes nada mejor que hacer, pues pasas el rato.
Lectura rápida, para pasar el rato. Aunque tiene su puntito.
Una novela un tanto peculiar, que recuerda el ambiente y el desenfreno de alguna película de Quentin Tarantino y Robert Rodríguez, pero a la española.
Con una estructura de capítulos cortos alternando diversos escenarios, desfilan un elenco de personajes, cada cual más peculiar, todos bien perfilados, pero sin que haya un gran protagonismo de ninguno. Poco a poco se van incorporando nuevos personajes a la trama, movidos por sus intereses y sus pasiones, haciendo que se haga un poco más compleja y que vaya pegando pequeños o grandes giros, según se trate.
A pesar de lo rocambolesco que pudieran resultar algunas situaciones, mantiene el interés y el buen ritmo hasta el final. Podría decirse que es una novela que va de menos a más y que hasta cierto punto podría describir el ambiente que rodea el narcotráfico.
No se puede calificar de obra maestra, pero podría recomendar su lectura a la gente que le guste este tipo de novelas.
Una novela negra muy entretenida, thriller palomitero sin muchos alardes y con cositas mejorables pero que funciona muy bien. Traficantes, clanes gitanos, ex-legionarios, no le falta de nada. El autor me ha sorprendido gratamente, más de él leeré seguro.
Decepcionado, la verdad. Me dejé llevar por algunas buenas críticas pero no es para tanto. Novela normalita, entretenida, para pasar el rato. No es muy buena, pero es original. Es corta pero se me ha hecho larga, y a veces repetitiva. El final, y los finales de algunos personajes, no me han gustado nada...
Una novela de narcos que pintaba muy bien pero no me ha dicho nada. Sólo son páginas y más páginas de violencia gratuita que intentan formar una historia que, personalmente, me ha parecido un sinsentido. 📖❤️
No deja de ser una marca blanca de Montero Glez, pero es lo que tienen las marcas blancas, que te hacen el avío a final de mes. Sobre todo ahora que a Glez le tiran más el flamenquito y los saraos.
Es un libro en el que todo es negro: las historias, los personajes, las situaciones, los ambientes en los que se desarrolla la trama... todo sin caer en descripciones desagradables en ningún momento. A mí me ha parecido algo diferente, y lo único que me da pena es que Ramón Palomar no tenga una obra muy extensa. Cinco estrellas, porque no puedo darle más.
Novela que se lee sin darte cuenta porque tiene mucha acción y estás deseando seguir leyendo para saber cómo finaliza todo.. La trama es interesante y te tiene intrigado todo el tiempo. Trata muy bien el mundo del tráfico de drogas y todo lo que lo rodea. Merece la pena su lectura.
Història trepidant que ja endevines, que pels perdedors que la protagonitzen, no acabarà gens bé. La primera part m'ha agradat moltíssim, frenètica, a la segona he notat que l'acció anava més lentament. Però força bé.
Una novela negra peculiar, que no transcurre en Noruega, ni en Suecia, ni en Estados Unidos. Va de Oporto a Tánger y por el medio nos encontramos con Madrid, Valencia, Algeciras y Tarifa. Una novela sin un protagonista definido, sino con varios que, de forma coral, nos cuentan esta historia que se inicia en Oporto, a donde han sido enviados por el Frigorías Charli y el Nene a recoger setenta kilos de cocaína pura, como otras tantas veces. Sólo que en esta ocasión, a Charli le da por llevarse la coca aprovechando que su colega está frito, y con ella se larga en busca de una vida mejor. Y es entonces cuando el Frigorías inicia la búsqueda y persecución de Charli, para lo que encarga al Tiburón, un exlegionario camorrista, la tarea de cazarle junto con el Nene. Aquí nadie se fía de nadie, así que también le encarga la caza al Marqués, un patriarca gitano que también se dedica a la droga a gran escala. El Marqués envía a sus sobrinos Arturito y Yeyo a la búsqueda de Charli y se monta un despliegue digno de la CIA. Pero aquí cada uno va a su bola y todos quieren la coca. Entre medias está Amapola, una prostituta de rompe y rasga, que resulta ser la novia de Tiburón y la cabeza pensante en la relación. Es ella la que planea con rigor absoluto cómo robar la coca una vez que descubran dónde la ha escondido Charli. Y la cosa no va a ser tan fácil como pensaban.
Me ha hecho gracia la descripción de los gitanos que hace Palomar, con la efigie de Camarón colgando al cuello, en oro de 24 kilates, y la recua de primos, tíos, sobrinos e hijos que caracterizan al mundo calé. Y sobre todo, la conexión entre lo gitano y lo moruno que hacen Arturito y Yeyo cuando llegan a Tánger.
Es distinta, se lee rápido y el entorno es conocido. Tampoco es que sea una obra maestra, pero es entretenida y el final es...
Una novela negra sin policías y aún así no me ha resultado agradable. Exceso de violencia, demasiada obsesión con el sexo, personajes particulares, pero globalmente no muy diferente. Buen ritmo, pero poca intriga, trama predecible, sin sorpresas y flojo final. Lo que veo claro es la película que no debería tardar.
Vamos con una de gangsters y drogas made in Spain. En Sesenta Kilos, un matón venido a menos traiciona a su jefe y se hace con sesenta kilos de cocaína pura: el pasaporte a una vida mejor y a pasar de subordinado a capo que da las órdenes. Nada es lo que parece en un mundo de armas, drogas, violencia y ajustes de cuentas en que la policía se pierde y no acierta a echar el guante a los culpables.
Se vende como una suerte de novela negra que bebe de las fuentes de Tarantino o Guy Ritchie, pero al margen de las referencias cinéfilas, esta novela me ha recordado más a Chester Himes y su saga de Harlem: personajes desplazados que parecen más un ejercicio de realismo fantástico que un retrato del submundo de la droga.
Novela trepidante con una gran trama y bien engrasada con el estilo muy personal de Ramón Palomar. Es curioso como un escritor puede parecerte capaz de lo mejor y de lo peor, porque si bien es cierto que en líneas generales su estilo me ha convencido, también lo es que ha habido momentos sublimes con descripciones fantásticas y otros en los que se me ha hecho recargado y pedante. Volviendo a la trama y a los personajes, está muy bien hilvanada y la brevedad de los capítulos consigue atraparte hasta el punto de querer seguir leyendo "sólo uno más".
Gran descubrimiento este Ramón Palomar y sus Sesenta Kilos!
Un buen libro de género negro. Escrito por un periodista conocido por su lado "canalla", conocedor de la noche valenciana y con un gran bagaje cultural. Personajes negros, bien definidos y que llegan a caer bien. Nadie es bueno, ni es malo, solo sobreviven con sus circunstáncias. Una buena novela que he leído con ganas y en poco tiempo. Engancha, cosa que es de agradecer y resulta una lectura interesante y entretenida. Muy bien, Ramón.
Excelente historia bien construida y narrada, con una buena dosis de acción y humor negro. Lo mejor de la trama es el grupo de personajes que se entremezclan en la historia: seres marginales, amorales, perdedores y sin escrúpulos que ven en sesenta kilos de droga la manera de conseguir su lugar bajo el sol
Historia de los bajos fondos hispanicos a lo tarantino. El libro con su estructura de capitulos cortos hace que se lea de forma adictiva. Lo que me ha resultado mas flojo es que los personajes son todos muy estereotipados en su presentación y recuerdan a muchos ya vistos en series y peliculas de acción. No creo que se tarde en llevar al cine.
Interesante propuesta. Un ambiente canalla y sucio y una historia que engancha. Mantuve el interés hasta el final, leí el libro en un abrir y cerrar de ojos... Y luego tuve que pasar un buen rato limpiando los restos de sangre.