La destrucción de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 marcó el inicio de la era del nihilismo mundial. Escondido tras coartadas religiosas o ideológicas, el terrorista nihilista tiene como objetivo la destrucción: "Mato, luego existo". La noción de nihilismo está ligada a la crueldad: a su aceptación, su práctica y su justificación.
Glucksmann aplicó la critica de Dostoievski al nihilismo ateo («Si Dios no existe, todo está permitido») al ataque terrorista del 11 de septiembre... [...] No podía estar más equivocado...