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Storie di Obaba

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18x11. 72, 34 y 133 pgs.

189 pages, Paperback

First published January 1, 1997

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About the author

Bernardo Atxaga

148 books166 followers
Bernardo Atxaga (Joseba Irazu Garmendia, Asteasu, Guipúzcoa, 1951) belongs to the young group of Basque writers that began publishing in his mother language, Euskara, in the Seventies. Graduated in Economics for the Bilbao University, he later studied Philosophy at the University of Barcelona.

His first short story, Ziutateaz was published in 1976 and his first book of poetry Etiopia in 1978. Both works received the National Critics Prize for the best works in the Basque language.

He cultivates most genres: poetry, radio, cinema scriptwriting, theatre, children's books, articles, short stories... His national –and soon after international– recognition arrived with Obabakoak (1988) which, among other prizes, was awarded the National Literature Prize 1989 and that has been translated into more than twenty languages.

Many of his poems have also been translated into other languages and published by prestigious magazines such as Jahbuch der Lyrik, 1993, Die horen, 1995, Lichtungen, 1997 (Germany), Lyrikklubbss bibliotek, 1993 (Sweden), Vuelta, 1990 (Mexico), Linea d'ombra, 1992 (Italy) and others.

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11 (9%)
1 star
7 (5%)
Displaying 1 - 11 of 11 reviews
Profile Image for Joana.
28 reviews
July 31, 2024
Bernardo Atxaga es confirma com un dels meus escriptors preferits. Tot tant senzill, natural, fluïd, proper i alhora fantàstic, màgic, i llunyà, ho té tot! No el llegiu però, abans de llegir Obabakoak.
Profile Image for Julia.
74 reviews
July 12, 2025
4'5

«Cuando una serpiente le mira fijamente, el pájaro levanta un poco la cabeza y luego se queda ciego [...] Al igual que ocurre con los pañuelos del mago de barraca, en un instante todo está presente, todo es real: los colores, el movimiento, la luz. En el siguiente, en cambio, ya no hay nada, la oscuridad más completa se ha adueñado del escenario.
El pájaro se pone entonces a pensar, y piensa que se le ha hecho de noche y que allí arriba, en lo más negro del cielo, hay una estrella que le deslumbra como ninguna antes lo había hecho. No repara en la serpiente, ni en la hipnosis de la que es víctima; no repara en la verdadera causa de la ceguera.»
Profile Image for Alejandro González.
9 reviews
October 19, 2022
Li dono 5 estrelles encara que potser, el primer conte dels tres no m’ha arribat gaire. En cambi, el segon i tercer conte son excel•lents, preciosos, escrits amb tacte i un romanticisme que t’omple en cada paraula. El segon conte es fantàstic. Segueixo explorant a Atxaga i amb ganes! Després de ‘Memòries d’una vaca’ i aquest, he trobat tot un estil de narrativa semblant al de Rodoreda que em fascina.
623 reviews2 followers
June 21, 2020
Me gustó, pero no me impresionó tanto como esperaba. Es el juego de las expectativas tal vez, pero me hacía ilusión leer aun escritor vasco y al final, al menos para mi, resultó leer a un escritor... No encontré lo "vascuense" si eso existe.
Los dos primeros relatos me gustaron y encontré cierta originalidad. El tercero si bien interesante, no encontré que fuera un aporte el recurso de contar la historia a través de inverosímiles relatores; no veo la utilidad o ventaja o, incluso, novedad en el recurso.
Profile Image for Anders Hellström.
91 reviews2 followers
February 26, 2019
The novels in this volume are, sometimes and somehow related to one and another, and sometimes not. But they all circle around the Spanish/Basque village Obaba. Oftenwise, the stories capture mundane events, and the reader soon gets a warm, welcoming feeling reading through the stories. The past and the present merge and gives the reader the feeling that everything is connected: the way you were, who you are is reflected in the stories you tell and how you do it. This review will be less about the stories about the lizard in the ear, which otherwise appears to be a dominant theme, and more about the views addressed in a small novel about the art of plagiarism. It is indeed true that, we have learned and are encountered with, professionally and privately, the all the negative aspects of plagiarism. This little story helped turning this upside down, at least for me. It tells us about the problems of a small and vulnerable, not nation, but a language. Authors writing in English, French, Spanish or Italian soon learn how to make use of previous books written in the same language. They learn from these figure of speech, and sometimes the languages are similar to each other so you can, probably, understand at least rudimentary what your neighbour is working on, even if he or she writes in a different language. For the Basque writer, the situation is different. If you are too proud, you also risk too miss out on valuable input from sources, outside of your territory. In other words, you have not equipped yourself satisfactory in the art of plagiarism.

Sometimes, the novels are more understandable and readable than others. But the books leaves me with warm feeling, of feeling weelcome and being motivated to go to Obaba.
Profile Image for matylde.
20 reviews1 follower
August 18, 2023
Obaba è il teatro immaginario di tre racconti i cui toni cupi e lontani sono magnificamente animati da Atxaga - la traduzione italiana dell'opera è davvero ben curata e restituisce incredibilmente l'effetto-sogno🌷~~~ ho un personale n.b da fare: non credo che qui ci sia quell'onirismo Marqueziano, dove è necessario perdersi e non altrettanto necessario ritrovarsi, dove un po' bisogna vagare senza capire
- ecco penso che invece la scorrevolezza delle storie di obaba si leghi indissolubilmente a un intento narrativo: quello di illustrare come un narratore presente e non, un paesano prima di tutto - assemblato con i ricordi dei dolori che si subiscono nella vita di paese.
penso che la lettura possa risultare sgradevole se non si tiene conto di questo aspetto🎐
Profile Image for  ೄ Amets ⚢.
112 reviews
February 18, 2023
una de les coses que odio més en el món és deixar un llibre sense acabar, i mira que m'agrada atxaga, però senzillament no he pogut amb l'últim conte. el capacitisme i la grassofòbia que destil·len les seves paraules són vomitius. i ja m'imagino que acabarà com el rosari de l'aurora, així que passo. les dues estrelles són pels dos primers contes, que no són pas cap cosa però estan bé
Profile Image for Rafael.
278 reviews
Read
December 17, 2015
Pero volvía a desviarse. Ahora no se trataba de su forma de vivir, sino de su forma de redactar, y tan poca trascendencia tenía el que diera rodeos como el que no los diera. Nadie leería jamás su diario íntimo. Por mucho que a veces fantaseara imaginándose un lector – en aquella misma mesa, despúes de su muerte – examinando sus cuadernos, no lograba créerselo. No, no habría lector alguno. Era un poco ridículo preocuparse tanto por el estilo.

De haber sido más humilde, el ingeniero Werfell hubiera aceptado mejor la vida de Obaba. Y de haber sido más inteligente, también. En definitiva, eso era la inteligencia, la capacidad de adaptarse a cualqueir situación. El que aprendía a adaptarse jamás bajaba a los infiernos. Por el contrario, alcanzaba la felicidad. ¿De qué le habían servido a su padre los libros, las lecturas, las ideas? Sólo para acabar derrotado. Sólo los mezquinos se adaptan a la vida, solía decir su padre. Pero ya no estaba de acuerdo con él. Ni tampoco estaba de acuerdo con la vieja máxima que unía saber y sufrimiento, con aquello de que cuanto más sabe el hombre, más sufre. Tal como se lo decía a sus alumnos, esa mala consecuencia sólo podía darse en el primer peldaño del saber. En los siguientes, era obligado triunfar sobre el sufrimiento.

“Sólo a los jóvenes les gusta recordar”, pensó. Pero cuando ellos hablaban del pasado, hablaban en realidad del futuro, de los miedos y deseos que tenían respecto a ese futuro, de lo que le pedían a la vida. Además, nunca lo hacían en solitario, como él. No entendía bien su afán por recordar. Quizá fuera una mala señal. Señal de que todo había terminado por completo, de que ya no quería vivir más.

– Entonces, ¿cuánto hay que recordar? – le pregunté medio en broma levantándome del sillón e indicando que se me estaba haciendo tarde.
– Ni poco ni mucho.

Y pasa una semana, y no encuentra la manera de volverse atrás, no sabe cómo cerrar la puerta que abrió una vez. Y le parece que ha vuelto a cometer el mismo descuido de siempre, que cambiar de lugar no resuelve nada si el mal está en uno mismo; que tal vez haya echado a perder la tranquilidad que pensaba encontrar en Villamediana.

– Mañana por la mañana tengo que ir a la ciudad, y por esto se lo pido – le comenté. – ¡Pero, cómo! ¿No tienes despertador? – Me miró atónito, como si no diera crédito a lo que estaba lo que estaba oyendo. […]- ¡Amigo, cómprate un despertador! ¿No ves que hace mucha compañía? Sentí un escalofrío. Acababa de escuchar, y de labios de quien menos lo hubiera esperado, una definicióne exacta de la soledad.

– Ya sé que usted es más listo que un conejo, pero apostaría lo que fuera a que no ve desde aquí tantas cosas como yo – me dijo en cierta ocasión Julián. Benito, él y yo estábamos sentados en el pretil de una bodega, y aquella lanura que ellos controlaban tan bien se extendía ante nosotros.
– Me parece que está en lo cierto, pero, ¿por qué lo dice – quise saber.
– Porque usted sólo ve lo que hay. En cambio yo, veo lo que hay y lo que no hay.

– Todas las cosas, si son buenas, están relacionadas con el movimiento. O con la vida, si así lo prefiere. Pero la vida no se ve, y el movimiento sí. Yo diría que el movimiento es el otro nombre de la vida.

Carlos García habla de la quietud de esta hora. Dice que a esta hora los pájaros se retiran o se callan, que la gente desaparece de los caminos; y que, al ir desvaneciéndose la luz, el paisaje adquiere la fijeza de los decorados… y que el mismo cielo, sin un sol que se desplace, sin nubes que viajen, da la impresión de ser otro decorado. Hablaba muy suavemente, de forma que casi no se le oía.
Aquell Tassis me resultaba desconocido.
– Continúe – le dije. – Eso es todo. Lo único que le quería decir es que a esta hora se ven muchas cosas quietas, y que, por falta de referencias, también el tiempo se detiene. De una forma o de otra, todo eso nos trae une eco de muerte.
– Pero siempre hay algún movimiento, por muy ligero que sea. Además oímos los latidos de nuestro corazón, caminamos…
– Sí, claro. Eso es, precisamente, lo que hace que el atardecer sea tan especial: que mezcla muerte y vida. Y por eso produce alegría y tristeza a la vez.
– Es la hora espectral – concluió. Se me ocurrió que no hay espectros que se muevan.

Sin embargo, las cosas que se olvidan no se pierden del todo. Van a parar a algún lugar, a alguna rendija de la memoria, y allí se quedan, dormidas, pero no muertas. Y, naturalmente, pueden despertarse. A veces, basta un olor para que lo hagan. Otras, un gesto.

Porque, como ya se ha dicho, en aquella época éramos jóvenes y verdes, y no sentíamos ninguna preocupación por el pasado. La verdad es que nos bastaba con el mundo. Se desplegaba ante nosotros como la cola de un pavo real, y cada día nos traía mil cosas diferentes; prometiéndonos, además, otras mil, o diez mil, o cien mil más para el futuro. ¿Qué era el mundo? Era imposible saberlo, pero al menos parecía inmenso, ilimitado tanto en el tiempo como en el espacio.

En medio de ese embrollo, y según había predicho la maestra, nos acordamos de aquella primera foto colectiva de nuestra vida. Le sacábamos de vez en cuando de entre los viejos cuardernos, y le rogábamos que nos revelara el sentido de la existencia.
343 reviews2 followers
February 16, 2023
Narración de escenas rurales de la vida en Euskadi en forma de cuentos.
Tres historias sencillas y fáciles de leer. La primera curiosa, la segunda más poética, y la tercera trágica.


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