¿Tendrán los videojugadores alguna ventaja profesional frente a quienes no juegan?
Si no estás jugando videojuegos, te estás perdiendo de mucho más que solamente una opción de entretenimiento. Te estás perdiendo de una habilidad y una herramienta que EL MUNDO PROFESIONAL comenzará a exigir de la misma forma que hoy exige el acceso, conocimiento y uso de una computadora o de Internet. Si, en cambio, eres un videojugador asiduo, tienes claro que los videojuegos están influyendo al mundo más allá del monitor, la consola, el móvil y el juego en línea. Ya hay muchos libros sobre el tema. Lo que este libro intenta aportar es que no solo los videojuegos sino LOS VIDEOJUGADORES influirán también en ese mundo que se está gestando. Quien lo sea o quien conozca a uno, sabe que un videojugador "de hueso colorado"(o 'hardcore gamer') es una de las personas más apasionadas que existen. Sí: Pasión. Tanto o más que un emprendedor, creo. El tema es que la mayoría del tiempo, la pasión videojugadora no siempre está invertida en "el mundo real" ni para los mejores resultados. Con el libro quiero arrojar algunas ideas sobre dónde y cómo puede enfocarse esa capacidad. La pasión que lleva a acabar misiones, a jugar en equipo, a investigar a fondo, a resistir fracasos y a conectar profundamente mientras se compite es la misma pasión, que bien administrada, moldeará individuos, empresas, países y regiones (especialmente regiones como América Latina) en los siguientes 30 años.
Los videojuegos ya cambiaron al mundo. Es turno de los videojugadores.
Me parece que la premisa del libro es bastante interesante, particularmente porque es un libro escrito por un gamer para gamers. El estudio de las tribus de hardcore gamers, fuera de la reflexión meramente antropológica, es todavía raro, y pocos han enfatizado el poder que tienen dentro de la sociedad (McGonigal se convirtió en una suerte de estandarte). Y aunque yo no me considero un hardcore gamer, no me es ajeno el mensaje que trata de transmitir el libro.
Sin embargo, el tono del libro es lo que no me terminó de gustar. Quizá al principio era necesario justificar que Mario no tiene autoridad (según él) para afirmar muchas de las cosas que dice en el libro. Sin embargo, esa falta de certeza no sólo resta un poco de credibilidad, sino que se vuelve un ruido de fondo que distrae del verdadero contenido.
Soy fan de la manera muy personal en que está narrado el libro, pues sí logra el efecto deseado, el de ponerme a analizar conscientemente lo que hago mientras juego, y en general cómo uno puede aprovechar estas habilidades. Sobre la parte académica (que también me interesa mucho), definitivamente amerita un estudio más serio sobre el tema.
En resumen, el tema es bueno, la forma no lo es del todo, y es una lectura bastante ligera (mas no el mensaje), vale la pena leerla.
Mario es un verdadero personaje en el mundo de los videojuegos en América Latina. Desde su única perspectiva analiza el cambio en los "mercados emergentes", un término que considera anticuado, pero que logra describir el pujante y creciente "nuevo tercer mundo" y la relación que posee con el "hardcore gamer". En una conversación amena, y una lectura no complicada, te hace entrar en reflexión acerca de la pasión que poseen los videojugadores en los ámbitos profesionales, al paralelo con el mundo en un juego de vídeo. Cada vez que leo el título, logro hallar nuevas connotaciones de los ejemplos y las narraciones vividas por Mario. Su proyección es muy positiva, y sólo los que logremos llegar al año 2050, veremos si mi contemporáneo amigo fue un profeta en campos insospechados por mi, como el crecimiento económico y el nivel de calidad de vida y reducción de la pobreza. Muy recomendable, aún si no se es un videojugador o un experto del tema. Igualmente, si le es posible ver o asistir a sus conferencias, logrará empaparse de esta filosofía de "administración de la pasión".
Honestamente creo que parte de una premisa extremadamente interesante pero al final queda como algo sumamente personal que no "convence". En algún momento del camino de vuelve una suerte de autoayuda y capricho que motiva a los gamers a seguir siendo gamers. Si hay interés por el tema hay una conferencia de TED bastante más centrada, creo yo.