El libro está pensado de tal manera que pueda ser utilizado tanto para quienes desean acompañar con unas palabras que ayudan a confortar a aquel que sufre, como para el mismo que padece.
Entre las obras de misericordia corporales; encontramos una que, además de ser una esplendida obra de generosidad, muchas veces constituye una exquisita manifestación de caridad: visitar a los enfermos. Algunas veces esta acción no es solo una obra de misericordia sino una verdadera obligación. Sin embargo, en ocasiones puede resultar difícil cumplir este deber, sencillamente por no saber como manifestar nuestros sentimientos. No sabemos consolar y decir que nos sentimos unidos tanto con el enfermo como con sus seres queridos, quienes muchas veces están sufriendo mas que el enfermo.
La idea de este libro es precisamente ofrecer unas palabras que sirvan para ayudar a quien sufre, a sobrellevar su dolor con verdadero sentido cristiano, ya que la enfermedad (cuando se lleva con sentido sobrenatural) constituye uno de los grandes tesoros de la Iglesia, entre otras cosas, porque es una manera muy directa de participar de los padecimientos de Aquel que no se conformó con sufrir los tormentos mas terribles que pudo sufrir hombre alguno, sino que llegó a entregar su sangre por nosotros: "...uno de los soldados le traspaso el costado con la lanza y al instante salio sangre y agua" (cfr. Jn 19, 34).