“Cielos de Córdoba es la historia de iniciación de Tino, un preadolescente que tiene un padre autista desvelado por los ovnis, y una madre internada en un hospital público, espacio por el que se mueve y del que se apropia, como si fuera su cosmos personal. Hay que ser muy obtuso para no empatizar con sus devaneos, sus pensamientos, sus primeros juegos sexuales a la hora de la siesta.” (Maxi Tomas – Diario Perfil)
Luciano Lamberti afirma en el prólogo: “Un libro peligroso y tierno, sobre cómo descubrimos que algo anda irremediablemente mal en el mundo. Una historia de iniciación poética y verdadera. Un libro argentino en el sentido Isabel Sarli de la palabra”.
“Una nouvelle que se lee en una tarde. Una tarde que se puede convertir en algo extraño. Cielos de Córdoba, con ese título tan… ¿común? ¿poco común?, está a la altura de las expectativas que había despertado la inclusión de su autor entre los mejores escritores del mundo de habla hispana según la revista Granta. Una pequeña demostración de la habilidad narrativa de Federico Falco, editada con el cuidado que está convirtiendo a Nudista en un punto de referencia.” (suplemento VOS, Diario La Voz del Interior – ed. 20/12/2011)
Federico Falco is the author of four collections of short stories, a book of poems, and two novels: Cielos de Córdoba (Córdoba Skies, 2011) and Los Llanos (The Plains, 2020). He holds a BA in Communications from Blas Pascal University in Argentina and an MFA in Creative Writing in Spanish from New York University. In 2010 Granta selected him as one of the Best Young Spanish-Language Novelists, and in 2017 A Perfect Cemetery was finalist for the García Márquez Short Story Prize. During 2012 he was writer in residence at the International Writing Program of the University of Iowa. Falco currently is the short story editor at Chai Editora, dedicated to international contemporary fiction not previously translated into Spanish. His most recent novel, Los Llanos, was finalist of the Herralde Prize, one of the most prestigious fiction prizes in the Spanish-speaking world. He divides his time between Buenos Aires and the sierras of Córdoba, and this is his first print book to appear in English.
Vine buscando cobre y encontré oro! Cómo se nota el oficio de cuentista de Falco en esta nouvelle. Cada uno de los capítulos podría ser leído como un cuento, cada uno de los capítulos cuenta una historia en sí. Una gran construcción de personajes y escenarios, con una aparente sencillez. Un muy buen “coming of age”. Falco no decepciona.
Tino está a punto de cumplir doce años. Su madre está internada en un hospital, enferma de gravedad, y su padre hace lo que puede para administrar un museo dedicado de los ovnis, el negocio de su familia.
Algunas tardes, después de la escuela, Tino visita a su madre en el hospital, donde ya lo conocen las enfermeras e incluso se ha hecho amigo de algunas pacientes; otras tardes las pasa en el río, refugiándose del calor. En su vida no pasa mucho más que eso hasta que, un día, uno de sus compañeros de curso se acerca a hablarle. Y esa conversación —un poco inocente, un poco cargada de pequeñas mentiras— marca la línea que separa la niñez de la adolescencia, el descubrimiento del deseo y de la sexualidad.
Es una novela breve, pero en sus pocas páginas Falco retrata un momento clave en la vida de un chico: las cosas que pasan en su interior, las que pasan en su familia y las que quizás pasan en el cielo.
En la contratapa Luciano Lamberti dice que este es un libro peligroso. Puede ser. Admito que en más de un párrafo miré para los costados para comprobar que nadie estuviera leyendo. Es difícil encontrar literatura incómoda, un poquito revulsiva, escenas que te dan vergüenza ajena. Las descripciones son memorables, los paisajes cercanos, los personajes (sobre todo los infantiles), de una minuciosidad y ternura envidiables. Como en su cuento "En Utah también hay montañas" (quizás el mejor del libro Granta en español 11: Los mejores narradores jovenes en español), Falco construye una geografía total y nos cuenta una historia de iniciación con sus partes lindas y sus partes feas, su calma y sus turbulencias. Con la entereza de un escritor.
Falco's novella follows Tino, an 11-year old boy in small-town Argentina. Falco attempts several story lines in this short piece, and some of them land, while others fall short. That's the way it often is with short fiction - great ideas and not a lot of space to explore.
Tino's mother is in the hospital with an undisclosed illness. He visits her each day and visits several of the other patients who he has met there. His father is a UFO enthusiast and started a museum dedicated to extraterrestrials. Without his mother at home, Tino and his father barely speak or interact. Tino is exploring his sexuality, and how that relates to himself and others.
All of these plot lines could have been full length books or short stories themselves. Trying to do too much diminished the experience for me. I would be curious to read something else by Falco to see if he fleshed things out more in a larger work.
Bukku de Junio. No me pasó nada con este libro, se me hizo corto, es imposible empatizar con algún personaje o con alguna linea de la historia. La madre enferma es un afterthought. Alcira tiene mas protagonismo que la propia madre. El padre es un gil a 4 manos. El descubrimiento de la sexualidad queda totalmente opacado por la situación de abuso hacia la paciente discapacitada. Yo dije "YAY! un libro sobre las adolescencias queer y el descubrimiento de la sexualidad en pleno pride month" y PUM ESCENA DE ABUSO. Un recurso horrible muy asociado a las historias queer desgraciadamente.. Lo de los ovnis no tuvo sentido alguno. (Dear Bukku, la cortemos con los libros de ovnis, que onda?!) Muchas cosas reprochables a la larga, pero es es un libro donde la narración es clara y bien descriptiva.
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Pequeña novela que cumple, y cumple muy bien. Habla sobre el crecimiento, fin de un ciclo, la vida en el pueblo. Con pocas palabras y pocos sentimientos, es una historia que se hace entender muy bien. Tiene una longitud y un final adecuado, pero tranquilamente podría haber sido más larga. Mi primer encuentro con el autor, y fue satisfactorio, con ganas de leer algo más de él.
“Cielos de Córdoba” es un coming-of-age que se siente tranquilo y es muy cortito (70 y pocas páginas).
Es la historia de Tino, que va todos los días después del colegio a visitar a su mamá internada en el hospital con una enfermedad terminal. Va al colegio y hace sus cosas a la sombra de su papá, fanático obsesivo de los OVNIS del Uritorco. Un día en la escuela, Tino recibe un papel de sus compañeros donde tiene que hacer una cruz a las preguntas de si se masturba y si es abundante (🤣) y ahí entabla amistad con el bully del curso. Se genera una especie de approach 🏳️🌈 entre los dos, que se verá mezclado con su vida mundana.
La primera novela del autor de “los llanos”, en donde se empieza a ver el tinte de sus obras. Me gustó muchísimo.
El único problema de este libro es que Falco es claramente un cuentista. Si bien la nouvelle respeta mucho el género, se nota por todos lados el alma de cuentistas. Muchas de las historias tienen un cierre redondo, podrían funcionar de forma separada. El golpe de knock out aparece al menos tres veces en todo el libro y constantemente se prioriza el hecho que sucede antes que el lengujae.
La novela es hermosa, conmovedora, repulsiva, incómoda. Todo lo que quiere ser. Pero es difícil leerla sin sentir que deberían ser muchos cuentos distintos.
Asimismo, ese final. DIOS. Que hermosa que es la literatura por momentos.
¡Qué novela absolutamente hermosa, tierna y de una dulzura infinita! Como dice Luciano Lamberti en el prólogo, algo que también a mí me ha sucedido al terminar de leerla, te encontrás sintiendo que es un relato de cosas que sólo han pasado —y agrego yo: sin mayores estridencias, sin algo puntual que merezca ser destacado por sobre lo demás; pero dejándonos momentos inolvidables que ocuparán ese lugar en nuestro corazón sólo por la simpleza y cotidianeidad de lo descubierto en su lectura.
es una novelita sencilla, muy tierna, llena de diálogos que hacen que fluya rápido y nos deje con ganas de más.. yapa: una escena con perón que pone la piel de gallina y si andás sensible te saca una lágrima. que lindo es ser peronista, che.
Hermosa nouvelle de Fede Falco, entretenida, atrapante y profunda. Relata la vida Tino de un pre adolescente cordobés:las visitas diarias a su madre internada en un hospital, la relación con una amiga mayor a quien también visita, la vida doméstica con su padre aficionado a los ovnis y el despertar de la sexualidad. Me pareció bien logrado el personaje de Tino y los escenarios en que se mueve, es de esas lecturas que podés imaginar lo que estás leyendo e incluso verlo suceder.
La escena de Tino ayudando a Alcira a llegar al busto de Perón me pareció la mejor de todo el libro !
Tenía muchas ganas de leer este libro pero también tenía miedo que me decepcionara como Lamberti. No lo hizo, tampoco es wow, pero es lindo y de estilo mínimo. Me gusta la temática de iniciación -obvio- pero se me hizo medio flojo también, no me conmovió el fin de ciclo por más que es RE fin de ciclo y a mí me RE conmueven los fines de ciclo.
Cielos de cordoba es una novela corta, que indaga en la vida de Tino un niño que se encuentra entrando a la adolescencia, con un entorno particular, madre internada, padre ausente y el con sus primeras pulsiones sexuales.
Me gusto mucho, me hizo acordar por momentos a escenas de mi adolescencia, me encanta cuando un escritor puede hacer eso.
Es un libro muy difícil de calificar. Parecería tener más capas que una cebolla, y estas van desde lo tierno hasta lo más repugnante.
Por un lado, la prosa de Falco es hermosa. Soy quizás demasiado tradicional, y por eso no me gusta demasiado su forma poco convencional, sin raya ni verbos introductorios, de incluir los diálogos. Pero estos se entienden perfectamente. No llega a los extremos de, por ejemplo, Saramago. Terminan siendo un detalle menor, mientras que el resto de su narrativa es brillante; tanto su relato como sus descripciones, ni demasiado largas ni excesivamente líricas. Por otro lado, se nota que es (o era, al menos en ese momento) un autor más familiarizado con el cuento que con la novela. Cielos de de Córdoba es una nouvelle, o novela corta, ya que se encuentra a mitad de camino entre uno y otor género. Pero por sus formas, está mucho más cerca del cuento: personajes, incluso el protagonista, muy poco desarrollados; una narración lineal y cronológica; una sola perspectiva, la del protagonista... todos estos rasgos mucho más característicos del relato breve que de la novela moderna.
Por momentos, sobre todo al comienzo, nos encontramos con un relato marcadamente costumbrista: la descripción de las calles, del río, de los hábitos de los habitantes de este pequeño poblado cordobés (la escuela por la mañana, el paseo por el pueblo o bañarse en las ollas del río por la tarde, las noches apacibles); también, a los traerá el recuerdo de otras épocas en que la vida estaba menos marcada por la tecnología, con lo que esta tiene de bueno pero también de enajenación.
El personaje principal, Tino, es un niño de 11 o 12 años que anda por la vida casi con la independencia de un adulto, ya que su madre está internada en el hospital y su padre prácticamente lo ignora, repartiéndose entre su trabajo en el museo y su obsesión por los ovnis. Como dije antes, el texto tiene pasajes muy tiernos, como la amistad entre Tino y Alcira, una paciente ciega del hospital. También el despertar sexual de Tino, su curiosidad, sus charlas sobre el tema con otros compañeros, entrañan cierta ternura... al menos al comienzo. Porque con el correr de la historia la cosa empieza a ponerse más y más turbia, hasta un episodio al final que seguramente causará una sensación desagradable en los lectores más sensibles.
Lo que no puede negarse del libro es que es muy humano. Con lo bueno y lo malo, Tino representa los distintos matices de la Humanidad. También su comportamiento puede tomarse como resultado de la falta de educación en valores, esa que se aprende en casa. Sin nadie que lo oriente ni aconseje en un momento crucial de su existencia, sin padres presentes que le enseñen a diferenciar el bien del mal, el niño anda a los tumbos por la vida.
Cielos de Córdoba me gustó. Es chocante, pero con un propósito. No me pareció que buscara ser efectista de una manera gratuita, ni para bien ni para mal. Y la narrativa es tan bella que compensa cualquier crítica que pudiéramos hacerle desde el punto de vista argumental. Espero con ansias leer otras cosas de este autor, y ver como ha evolucionado su prosa con el correr de los años.
Qué perfección la aparente sencillez que tiene la escritura de Falco. En pocas palabras logró que me encariñara con un lugar y me generó ternura e incomodidad en partes iguales. Me quiero ir a escuchar unos tangos ahora.
Toda la primera etapa autoral de Falco me gusta mucho. Es una novela muy cercana a sus cuentos. Concisa, limpia, pulida. Se queda un poco corta, pero tampoco se me ocurre qué agregarle. Capaz un poco más de fuerza desde la escritura. No paro de pensar en que le dice "chicotazo" a la eyaculación; no una, dos veces.
Me encanta la incomodidad de Falco, me encanta su prosa contemplativa y aguda, me encantan los perfiles de sus personajes: seres que vienen de ninguna parte y que van para donde mismo. Me encanta que Falco enseñe a poner el ojo en situaciones inexploradas, en pequeñeces del diario vivir, que de otro modo habrían de pasar desapercibidas. Esta bildungsroman es una maravilla para saber cómo calcular lo esencial de una historia. Gracias por tanto, Federico, ya pronto nos vemos en los llanos
No entiendo este género de libros sexo-explícitos mezclados con descripciones de la cotidianidad humana y paisajes del alrededor. Ya me pasó con La Uruguaya y ahora, en menor grado, con Cielos de Córdoba.
Creo que la diferencia entre ambos es que Falco tiene mejores descripciones narrativas, mejor prosa e imaginación. Dicho eso, innecesarias tantas escenas sexuales explícitas sobre nenes de 11 años escritas por un tipo de 30 años... me incomodó. También esa mini parte en que viola a una enferma postrada en la camilla ????. Na. No es lo mío, no me gusta este tipo de libros, no le veo lo que habría que verle.
. En general, con los protagonistas solitarios, ¿no suele pasar que siempre son más interesantes sus interacciones con otros personajes que lo que hacen cuando están solos?
. Esto podría ser un cuento excelente sin algunas de esas escenas silenciosas y llenas de detalles ambientales, como de película indie.
. Ese pueblo, esa perra con cachorros y esa experiencia sexual huelen a autobiográfico.
. Qué pena me da el protagonista... Ah, no, ya no tanto. No sé.
«Cielos de Córdoba» no llega a las cien páginas. ¿Podría haberse contado la historia de su protagonista, Tino, un niño que está dejando de serlo de manera abrupta, en un relato de quince o veinte? Posiblemente. ¿En una novela de quinientas? También. Al terminar el libro, sin embargo, he tenido la impresión de que nada sobra ni falta en el texto de Federico Falco, que crea un mundo tan particular como universal, en el que se entremezclan el desamparo, la compasión y la extrañeza, a través de un puñado de escenas y de detalles soberbiamente escogidos y de un estilo depurado, de engañosa sencillez.
No es la única muestra de la habilidad narrativa del autor, nacido en 1977 en General Cabrera, un pueblo de la provincia argentina de Córdoba, y conocido sobre todo por sus relatos. Falco, que además fue finalista en 2020 del Premio Herralde de Novela con «Los llanos», es capaz de narrarlo todo con la misma naturalidad: un baño en el río que adquiere el carácter de un ritual iniciático, la obsesión del padre por la ufología, el descubrimiento del deseo —luminoso y terrible— al final de la infancia, la enfermedad de la madre, cualquier diálogo. Y los hilos de la trama, que en un principio parecen discurrir en paralelo, se van anudando de un modo sutil hasta que, de pronto, el tapiz está completo.
Pero quizás el mayor logro de esta ‘nouvelle’, por ser el más complicado, reside en el personaje de Tino, a quien Falco retrata de manera convincente, siguiendo en todo momento sus pasos pero sin entrar en su cabeza, dejándonos entrever su confusión y su inocencia quebrada, esa batalla entre el instinto de supervivencia y la empatía que —intuimos— no ha hecho más que empezar.
«Nadó y se impulsó con los pies para ser un torpedo en el agua clara. Se sumergió con los ojos abiertos y todo era, bajo la superficie, quieto y lejano. Su nariz casi rozaba los pequeños granos de arena, las piedras bordó, rojizas, blancas y grises, y las centelleantes laminillas de mica. El agua le acariciaba el cuerpo».
¿Hay un momento más complejo que la preadolescencia? El cuerpo cambia y toma dimensiones a las que hay que acostumbrarse, el revuelo hormonal comienza y con él dudas, preguntas, deseos y ganas de explorar. Tino está por cumplir 12 años y está atravesando ese momento en un contexto familiar complicado y sin sostén emocional. Su madre está gravemente enferma e internada en un hospital, y su padre, prácticamente ausente, es un fanático de los ovnis y maneja un museo sobre el tema en las sierras cordobesas. Así es que Tino, solitario, independiente, sereno y maduro, y muy perfil luna en Capricornio, camina por los pasillos del hospital, transita uno de los momentos más movilizantes del crecimiento y lo hace como puede. Distante como los padres de Tino es el narrador, un testigo de prosa escueta y minimalista, que mantiene la incertidumbre a su lado y explica poco, dejando así mucho en el imaginario lector. Cielos de Córdoba es una novela breve de aprendizaje e iniciación; una de infinita ternura y belleza.
No, bueno. Hermoso. Falco es excelente para trasladarte a los paisajes en los que habitan sus personajes... Es lo que más me gusta de el. Sencillo y sutil, no intenta aparentar nada. La historia bellísima... Me encantó y me incomodó un poco (para bien) ese descubrimiento e inicio en la sexualidad de un niño. Me encantaron los vínculos, la forma en que Falco los crea, los describe. Las "ausencias" de los padres son perfectas para darle el espacio a ese personaje "compañero" que tan bien complementa a nuestro niño protagonista. Bellísimo.
Una novela minimalista, que es rica en torno a las sensaciones y vivencias de sus personajes, que a la vez deja una sensación triste, llena de soledades compartidas, donde en ningún momento dejé de sentir algo parecido a la compasión por su protagonista, quien, siendo solo un niño en transición a su adolescencia, se muestra como un resonante abandonado, solo en un mundo de adultos.