What do you think?
Rate this book
Todos los ensayos bonsái
Una selección de los mejores artículos y ensayos literarios de Fabián Casas. ¿Qué se esconde tras la fotografía del disco Abbey Road de los Beatles? ¿Qué tienen en común las películas Rumble Fish , Stalker y La noche del cazador ? ¿En qué se manifiesta la genialidad de grandísimos escritores como Roberto Bolaño, William Faulkner y Samuel Beckett? Todos los ensayos bonsái reúne una selección exhaustiva de los mejores artículos de Fabián Casas, inéditos hasta ahora en España. La política cómica de Chávez, la música extrema de Cobain, el recuerdo de Plath, la poesía, -¿o quise decir el fútbol?-, son solo algunos de los temas sobre los que el autor argentino reflexiona en estos artículos. A medio camino entre los textos personales, la crónica futbolística y la crítica literaria, y escritos con el estilo cercano marca de la casa, los ensayos de Casas harán las delicias del lector. Reseñas:
«Hablar con Fabián Casas fue una nueva educación para mí.»
Viggo Mortensen «Fabián Casas es un genio.»
Rodolfo Fogwill
«Hablar con Fabián Casas fue una nueva educación para mí.»
Viggo Mortensen «Fabián Casas es un genio.»
Rodolfo Fogwill
271 pages, Paperback
First published January 1, 2013
10 people are currently reading
124 people want to read
About the author
Fabián Casas
55 books138 followersPoeta, narrador, ensayista y periodista argentino nacido en el barrio porteño de Boedo. Estudió Filosofía. Dirigió la revista de poesía 18 Whiskys, que tuvo una amplia repercusión en el ambiente literario porteño.
En 2007 recibió en Alemania el Premio Anna Seghers por «poseer una lírica extraordinaria y ser su obra una fuente de inspiración para los autores de América Latina». Ocio, la película basada en la novela, dirigida por Alejandro Lingenti y Juan Villegas, fue presentada en el Festival de Berlín con excelentes críticas.
Elegido en 2011 por la Feria del Libro de Guadalajara como uno de los autores que garantizan el relevo de los grandes escritores latinoamericanos del siglo XX.
En 2007 recibió en Alemania el Premio Anna Seghers por «poseer una lírica extraordinaria y ser su obra una fuente de inspiración para los autores de América Latina». Ocio, la película basada en la novela, dirigida por Alejandro Lingenti y Juan Villegas, fue presentada en el Festival de Berlín con excelentes críticas.
Elegido en 2011 por la Feria del Libro de Guadalajara como uno de los autores que garantizan el relevo de los grandes escritores latinoamericanos del siglo XX.
Ratings & Reviews
Friends & Following
Create a free account to discover what your friends think of this book!
Community Reviews
Displaying 1 - 18 of 18 reviews
October 10, 2016
Un libro pintoresco. Estos ensayos de Fabián Casas son interesantes por su coraje visceral, pero se vuelven pendencieros con demasiada facilidad. Pareciera que el compadrito, el gaucho desensillado, se colara en el estilo de Casas justamente por ser sistemáticamente ahuyentado. En su estilo anida el retorno de lo reprimido. Sin embargo, opino que es valioso el intento de crear y sostener una voz propia, una nueva estética que lucha con tradiciones tan fuertes de la literatura argentina como lo apolíneo de Borges, lo dionisíaco de Arlt, lo civilizado y barbárico de Sarmiento y Hernández, lo anárquico de los hermanos Lamborghini, y así, hasta donde alcance la respiración. En cualquier caso, pienso que lo interesante no está en la bravuconada de barrabrava, en la condescendencia constumbrista, ni en la autoproclamada sabiduría implícita de los ensayos bonsai escritos por un karateca sensei. Lo interesante me parece que está en lo que sigue en pie cuando todos esos ornamentos caen. Porque caen, colapsan por su propio peso. Lo que queda es un conjunto de imágenes tan lúcidas como poéticas. Casas escribe ensayos ruidosos desde un silencio escondido, desde una inteligencia cultivada, desde una sensibilidad inusual. Creo que ese residuo lírico que late en sus frases sobrevive a toda la pirotecnia idiosincrásica. Por eso opino que los Ensayos Bonsai son pintorescos, una buena lectura a pesar de la disonancia ornamental.
June 26, 2016
Aunque cuenta con algunos ensayos que de tan buenos parecen contener alguna sustancia intravenosa, sin lugar a dudas, en el caso de Fabián Casas, prefiero quedarme con la poesía. Es un buen libro, si uno lo lee sin prisa puede ser un viaje en montaña rusa, por momentos puede paladear imágenes que aún en prosa poseen una delirante carga poética para enseguida ser participes de un chisme literario o conocer de los gustos futboleros muy particulares del autor. La fortuna del ensayo literario es que permite todo esto, y ya dependerá más del talento del autor que de los temas los tesoros que cada lector pueda encontrar. En Ensayos bonsái también encontramos recomendaciones de lecturas (principalmente de autores argentinos contemporáneos), musicales (Casas se inclina más bien por los clásicos del rock de su país, aunque no esconde su gusto por Pink Floyd, Nirvana, Beatles y Dylan), y algunos recuerdos de la infancia y juventud aderezados por su historial de izquierda. El tono en general es relajado, como de plática entre amigos, aunque por momentos parece que leemos un blog y no un libro de ensayo literario. En particular me gustan "La epopeya del bebedor de whisky" que habla sobre la diferencia entre el talento y el genio literario tomando a Faulkner como ejemplo, y otro titulado "Rita y Bertoni", un caleidoscopio de temas en el que entre otros asuntos se habla de las rencillas entre los críticos (esos tan en el timeline actual) de izquierda y derecha, de Kurt Cobain y el nirvana, de Rodolfo Walsh,de katas japoneses y hasta de mascotas.
June 14, 2020
Fabián Casas es el precursor de un realismo argentino al que le falta mucho pero mucho barrio aún. Rellenando esta falencia, Conurbania mon amour, Casas mezcla la alta y la baja cultura, cacheteando giles con la sutileza de quien puede portar en una mano una copa de champagne y en la otra un sandwich de mortadela. Gracias Casas, por salvarnos del palermitanismo.
August 16, 2011
Casas, Fabián. Ensayos Bonsái. Emecé/Cruz del Sur: Buenos Aires, 2010. 227 págs.
La diferencia entre escritos y escritores será siempre un tema de conversación cuando se llega al momento de las soluciones bizantinas; extrañamente, utilizo siempre un ejemplo de pintura: “Van Gogh no hubiera sido amigo mío”, digo. No sólo porque posiblemente me hubiera parecido demasiado raro, sino porque los escritores se forman en grupos, cónclaves, amistades y tratos secretos que manejan reglas y códigos propios. Hace un par de años me movía un poco por el mundo de la escritura en Colombia y veía todos los tipos de “potenciales escritores” y sus comportamientos. Entre ellos siempre me llamaron la atención los que creían que eran escritores porque vaciaban las barras libres de los lanzamientos de libros, aquellos que mantenían el silencio como mística (incluso en la escritura), aquellos que insultaban a todos queriendo simular irreverencia, los que se quejaban de las editoriales y las instituciones porque no los tenían en cuenta, quienes no eran capaces de decir lo que pensaban por miedo a incomodar, los que sobrevaloraban su escritura frente a los grupos de chicas, los que tenían en sus casas tesoros invaluables que nadie había visto… es así que los grupos se arman y se desarman según conveniencia y presencia de contertulios. Un tiempo después de intentar entender cómo funcionaba todo ello, me di por vencido y dejé de interesarme por ello. Y al llegar a Argentina veo que las complejas relaciones entre escritores son casi innatas (“tribales”, diría el amigo Jimmy), y lo noto cuando al acabar de leer un libro de Cesar Aira, Fabián Casas me recibe con: “Aira le hizo mucho mal a la literatura (…) de Operación Masacre a Operación Ja, ja.”, en su libro “Ensayos Bonsái”.
A pesar de que me gusta la narrativa, terminan en mis manos dos libros de Fabián Casas: uno de ensayos y uno de poesía. Leer “Ensayos Bonsái” representó para mí una lectura sincrónica con “Horla City y otros”; y también la entrada a una idiosincrasia literaria argentina que no conocía. Al igual que sucede con los libros de cuentos, no es posible hablar de un nivel único en todo el libro: hay en él entradas de blog, escritos personales, crónicas de fútbol y crítica literaria. Me sorprende saber que un libro como “Ensayos Bonsái” se publica en físico, dado que se me antoja una compilación de entradas de blog (como éste), pero de diferente factura. Si bien la mayoría de los ensayos (¿entradas?) tienen un corte más cercano a lo periodístico, Casas inserta en sus escritos pequeños lujos metafóricos que enriquecen los pensamientos. Después me veo en la inestabilidad de encontrar esos mismos chispazos de lucidez en sus poesías (frases como la excelente: “todo lo que se pudre, forma una familia”); es así que hallo en el diálogo de los dos textos una especie de mirada del texto en construcción: cómo un comentario en blog se convierte en palabra poética. Quizá mi afición por la narrativa en todas sus formas me haya quitado el placer de entrar a Fabián Casas desde una perspectiva mucho más cercana (ahora en la lista de ‘por leer’ está “Los Lemmings”), pero los ensayos si bien son lejanos para mí, me acercaron a otra lectura: a la de la formación. Empecemos por decir que, una de las características que se ve en Casas es su claridad de límites, no sólo por las reminiscencias al barrio Boedo, sino a una categorización de campo literario que lo atraviesa: Pescado Rabioso, los hermanos Lamborghini, los Redondos de Ricota, San Lorenzo de Almagro y las películas de Al Pacino atraviesan como tema medular la mayoría de los escritos. Es así que casi se puede tocar el espacio artístico que propone en sus ensayos y se reafirma en su poemario. Pero la forma en la cual atraviesa todos estos temas tiene saltos en los cuales pasa de la pregunta teórica-metódica, a las charlas de cerveza con amigos. Este devaneo, si bien confuso al inicio, termina convirtiéndose en una marca de escritura: el texto se queda en el espacio intermedio entre comentario al aire libre y propuesta académica. Pero el devaneo no es solo propio del estilo de escritura, también los temas que desarrolla tiene saltos esporádicos que, como los de las pulgas, se producen sin que pulga u observador sepa bien dónde va a caer. Ejemplo de esto es la serie de crónicas “Waiting for the mundial” escritas para Mal Elemento y que cuentan –hipotéticamente- los partidos de la selección argentina en el mundial de Alemania 2006; en los cuales se termina hablando de Pessoa, Pol Pot o Rafael Nadal. Si en algo no hay un devaneo es en la construcción de un espacio físico específico y ese espacio es el Barrio Boedo. La construcción extrañamente no se realiza desde los grandes temas sino desde la inserción de pequeños comentarios en medio de los ensayos, que van formando un ambiente que, al volverse recurrente, se densifica hasta conformar mitos propios. Si bien debo admitir que me hubiera gustado empezar por algo más narrativo (debo admitir que un gran número de ‘idiosincrasias’ me fueron ajenas y nunca las entendí… ¿qué es “no toca botón?”), el libro de ensayos de Casas me permitió ver cómo se construye la casa antes de entrar en ella. ¿Eso es bueno, malo?, no lo sé en realidad, pero quedo con la certeza de que literariamente cada vez estoy más cerca de San Lorenzo de Almagro, y que es posible que no tarde mucho para mirar sus partidos y preocuparme por una que otra llegada del rival. Para finalizar, recomiendo especialmente los ensayos (¿entradas?) sobre literatura [uno de ellos, sobre Andrés Caicedo, me dio una mirada diferente –externa- sobre el escritor caleño]: el de T. S Elliot, el de Oswaldo Lamborghini, el de Leónidas Lamborghini, de Beckett, de Alemian, de Daniel Durand; por momentos me preguntaba si algún día las entradas de este blog podían tener la sinceridad descarnada que Casas subraya en cada uno de estos ensayos.
Fabián Casas me ha mostrado un lado de la literatura Argentina actual. Seguro ahí existen grupos, escritores que se hermanan con escritores, odios y amores, amistades rotas y envidias disimuladas. Pero ahora no me preocupa entender o tratar de desenredar los nudos creados desde la dualidad de Boedo y Florida con Borges y Arlt a la cabeza. Estoy en estado de sorpresa esperando ver cómo se desarrolla esa nueva literatura ante mis ojos sin preguntarme por qué algunas de las entradas del libro de Casas ya las había leído publicadas en el blog de Pedro Mairal; o cuál es la amistad que cruza a Kohan con Chejfec. Si Casas puede hablar de Elliot y mezclarlo con Carlos Castaneda, me considero ahora libro abierto que está dispuesto a recibir, leer, sorprenderme y, por qué no, tener más conversaciones de soluciones bizantinas sin tener que recurrir al viejo ejemplo de Van Gogh.
La diferencia entre escritos y escritores será siempre un tema de conversación cuando se llega al momento de las soluciones bizantinas; extrañamente, utilizo siempre un ejemplo de pintura: “Van Gogh no hubiera sido amigo mío”, digo. No sólo porque posiblemente me hubiera parecido demasiado raro, sino porque los escritores se forman en grupos, cónclaves, amistades y tratos secretos que manejan reglas y códigos propios. Hace un par de años me movía un poco por el mundo de la escritura en Colombia y veía todos los tipos de “potenciales escritores” y sus comportamientos. Entre ellos siempre me llamaron la atención los que creían que eran escritores porque vaciaban las barras libres de los lanzamientos de libros, aquellos que mantenían el silencio como mística (incluso en la escritura), aquellos que insultaban a todos queriendo simular irreverencia, los que se quejaban de las editoriales y las instituciones porque no los tenían en cuenta, quienes no eran capaces de decir lo que pensaban por miedo a incomodar, los que sobrevaloraban su escritura frente a los grupos de chicas, los que tenían en sus casas tesoros invaluables que nadie había visto… es así que los grupos se arman y se desarman según conveniencia y presencia de contertulios. Un tiempo después de intentar entender cómo funcionaba todo ello, me di por vencido y dejé de interesarme por ello. Y al llegar a Argentina veo que las complejas relaciones entre escritores son casi innatas (“tribales”, diría el amigo Jimmy), y lo noto cuando al acabar de leer un libro de Cesar Aira, Fabián Casas me recibe con: “Aira le hizo mucho mal a la literatura (…) de Operación Masacre a Operación Ja, ja.”, en su libro “Ensayos Bonsái”.
A pesar de que me gusta la narrativa, terminan en mis manos dos libros de Fabián Casas: uno de ensayos y uno de poesía. Leer “Ensayos Bonsái” representó para mí una lectura sincrónica con “Horla City y otros”; y también la entrada a una idiosincrasia literaria argentina que no conocía. Al igual que sucede con los libros de cuentos, no es posible hablar de un nivel único en todo el libro: hay en él entradas de blog, escritos personales, crónicas de fútbol y crítica literaria. Me sorprende saber que un libro como “Ensayos Bonsái” se publica en físico, dado que se me antoja una compilación de entradas de blog (como éste), pero de diferente factura. Si bien la mayoría de los ensayos (¿entradas?) tienen un corte más cercano a lo periodístico, Casas inserta en sus escritos pequeños lujos metafóricos que enriquecen los pensamientos. Después me veo en la inestabilidad de encontrar esos mismos chispazos de lucidez en sus poesías (frases como la excelente: “todo lo que se pudre, forma una familia”); es así que hallo en el diálogo de los dos textos una especie de mirada del texto en construcción: cómo un comentario en blog se convierte en palabra poética. Quizá mi afición por la narrativa en todas sus formas me haya quitado el placer de entrar a Fabián Casas desde una perspectiva mucho más cercana (ahora en la lista de ‘por leer’ está “Los Lemmings”), pero los ensayos si bien son lejanos para mí, me acercaron a otra lectura: a la de la formación. Empecemos por decir que, una de las características que se ve en Casas es su claridad de límites, no sólo por las reminiscencias al barrio Boedo, sino a una categorización de campo literario que lo atraviesa: Pescado Rabioso, los hermanos Lamborghini, los Redondos de Ricota, San Lorenzo de Almagro y las películas de Al Pacino atraviesan como tema medular la mayoría de los escritos. Es así que casi se puede tocar el espacio artístico que propone en sus ensayos y se reafirma en su poemario. Pero la forma en la cual atraviesa todos estos temas tiene saltos en los cuales pasa de la pregunta teórica-metódica, a las charlas de cerveza con amigos. Este devaneo, si bien confuso al inicio, termina convirtiéndose en una marca de escritura: el texto se queda en el espacio intermedio entre comentario al aire libre y propuesta académica. Pero el devaneo no es solo propio del estilo de escritura, también los temas que desarrolla tiene saltos esporádicos que, como los de las pulgas, se producen sin que pulga u observador sepa bien dónde va a caer. Ejemplo de esto es la serie de crónicas “Waiting for the mundial” escritas para Mal Elemento y que cuentan –hipotéticamente- los partidos de la selección argentina en el mundial de Alemania 2006; en los cuales se termina hablando de Pessoa, Pol Pot o Rafael Nadal. Si en algo no hay un devaneo es en la construcción de un espacio físico específico y ese espacio es el Barrio Boedo. La construcción extrañamente no se realiza desde los grandes temas sino desde la inserción de pequeños comentarios en medio de los ensayos, que van formando un ambiente que, al volverse recurrente, se densifica hasta conformar mitos propios. Si bien debo admitir que me hubiera gustado empezar por algo más narrativo (debo admitir que un gran número de ‘idiosincrasias’ me fueron ajenas y nunca las entendí… ¿qué es “no toca botón?”), el libro de ensayos de Casas me permitió ver cómo se construye la casa antes de entrar en ella. ¿Eso es bueno, malo?, no lo sé en realidad, pero quedo con la certeza de que literariamente cada vez estoy más cerca de San Lorenzo de Almagro, y que es posible que no tarde mucho para mirar sus partidos y preocuparme por una que otra llegada del rival. Para finalizar, recomiendo especialmente los ensayos (¿entradas?) sobre literatura [uno de ellos, sobre Andrés Caicedo, me dio una mirada diferente –externa- sobre el escritor caleño]: el de T. S Elliot, el de Oswaldo Lamborghini, el de Leónidas Lamborghini, de Beckett, de Alemian, de Daniel Durand; por momentos me preguntaba si algún día las entradas de este blog podían tener la sinceridad descarnada que Casas subraya en cada uno de estos ensayos.
Fabián Casas me ha mostrado un lado de la literatura Argentina actual. Seguro ahí existen grupos, escritores que se hermanan con escritores, odios y amores, amistades rotas y envidias disimuladas. Pero ahora no me preocupa entender o tratar de desenredar los nudos creados desde la dualidad de Boedo y Florida con Borges y Arlt a la cabeza. Estoy en estado de sorpresa esperando ver cómo se desarrolla esa nueva literatura ante mis ojos sin preguntarme por qué algunas de las entradas del libro de Casas ya las había leído publicadas en el blog de Pedro Mairal; o cuál es la amistad que cruza a Kohan con Chejfec. Si Casas puede hablar de Elliot y mezclarlo con Carlos Castaneda, me considero ahora libro abierto que está dispuesto a recibir, leer, sorprenderme y, por qué no, tener más conversaciones de soluciones bizantinas sin tener que recurrir al viejo ejemplo de Van Gogh.
June 4, 2024
Una educación literaria y de vida.
Read
April 29, 2016Casas dice: Para un escritor, la puntuación es una decisión ética. Tiene que ver con la respiración y no con lo que manda la gramática.
La respiración de Casas es pausada, cálida, amigable, vital. Su prosa es una delicia, desde su poesía le sigo los pasos a este escritor de barrio como gusta llamarse, a este cronista de banqueta, un respiro leerlo.
Con la primavera llegó a mi vida un regalo de Dios que se llama Rita. Tiene tres mese. La otra noche estábamos en el parque y se puso a cavar un pozo, lo hacia con un conocimiento milenario, lo hacia con el corazón de la especie. De esa manera me gustaría escribir.
Fabián Casas
Sin duda lo logras Casas, sin duda alguna.
La respiración de Casas es pausada, cálida, amigable, vital. Su prosa es una delicia, desde su poesía le sigo los pasos a este escritor de barrio como gusta llamarse, a este cronista de banqueta, un respiro leerlo.
Con la primavera llegó a mi vida un regalo de Dios que se llama Rita. Tiene tres mese. La otra noche estábamos en el parque y se puso a cavar un pozo, lo hacia con un conocimiento milenario, lo hacia con el corazón de la especie. De esa manera me gustaría escribir.
Fabián Casas
Sin duda lo logras Casas, sin duda alguna.
June 2, 2017
Fabian escribe tan sencillo, que los libros se leen de una sentada. Eso es un virtud, sin dudas en este tiempo. No es el más me gustó, pero si me gusta como escribe. Mucho. Creo que desde su poesía hasta su ultima novela, es una sola obra. La vida
February 1, 2021
Interesante libro de ensayos cortos de Fabián Casas, un escritos que tenía pendiente desde hace tiempo, que lo había escuchado en muchas notas pero nunca me había acercado a sus libros.
Trata temas muy diversos (desde Cortázar hasta San Lorenzo y de Spinoza a Pink Floyd), eso lo hace muy ágil para leer pero no genera una conexión con el libro, no atrapa. Creo que es un buen libro complementario para acompañar otra lectura, y en las pausas avanzar con estos pequeños ensayos.
Es interesante las opiniones de Fabián, muchas de las cuales no comulgo, pero que me trajeron muchos recuerdos y en algunas me sentí muy identificado. Un libro que hay que darle una oportunidad.
Trata temas muy diversos (desde Cortázar hasta San Lorenzo y de Spinoza a Pink Floyd), eso lo hace muy ágil para leer pero no genera una conexión con el libro, no atrapa. Creo que es un buen libro complementario para acompañar otra lectura, y en las pausas avanzar con estos pequeños ensayos.
Es interesante las opiniones de Fabián, muchas de las cuales no comulgo, pero que me trajeron muchos recuerdos y en algunas me sentí muy identificado. Un libro que hay que darle una oportunidad.
August 2, 2024
Perdón, pero me encantan los libros que me recuerdan la época dorada de los blogs. Con todos sus defectos.
Por momentos la prosa de Casas es muy buena. Mi ensayo favorito es el dedicado a Ricardo Zelarayán.
A veces se le va demasiado la opinión personal, pero eso también está bien. Es mucho mejor esa sinceridad que el publirreportaje en que se ha convertido el periodismo cultural (¿o quizá siempre fue así?).
Por momentos la prosa de Casas es muy buena. Mi ensayo favorito es el dedicado a Ricardo Zelarayán.
A veces se le va demasiado la opinión personal, pero eso también está bien. Es mucho mejor esa sinceridad que el publirreportaje en que se ha convertido el periodismo cultural (¿o quizá siempre fue así?).
January 6, 2021
Este libro es el primero que leo del autor, me gustó. Tiene algo de periodístico y de crítica literaria ya que nos acerca su opinión sobre varios escritores. Dan ganas de leerlos a todos. Otras entradas son de lo mas variadas, pero en todas se pasa un buen rato.
April 10, 2020
es entretenido, a ratos se vuelve un poco difícil de entender ciertas referencias a la cultura pop argentina pero nada que google no resuelva rápidamente, el formato es lejos lo mas interesante.
February 21, 2022
Demasiado ligero para mi gusto pero bastante heterogéneo. Para llevar a la playita una tarde de febrero.
January 11, 2024
Siendo casi 60 ensayos de temas variados (literatura, música, cine, fútbol, etc) es difícil que todos resulten interesantes. Puede aprovecharse, en muchos casos, como fuente de recomendaciones.
June 12, 2019
Bajo el resguardo de la portada de un compilado de ensayos y escritos, sea del escritor que sea, siempre estará un tesoro con el que puedes crearte joyas de pensamiento, aquí no hay excepción.
September 9, 2013
Ya había tenido la oportunidad de conocer el trabajo de este argentino con el libro llamado “Ocio” editado por mis queridos amigos de Alpha Decay (2012) y me había dejado un maravilloso sabor de boca. Casas es poeta, periodista, karateka y ensayista, justamente en esto ultimo es donde mas lo he disfrutado, no menosprecio para nada la calidad de su trabajo como narrador pero como escritor de textos ensayísticos ha resultado de lo mejor que he leído en este campo en lo que va de año, resalto el hecho de que sea karateka porque como el mismo ha dicho esto ha sido parte importante en su manera de escribir y se nota mucho al leer este compilado recientemente editado por la gente de Random House Mondadori.
“Todos los ensayos bonsái” reúne una gran variedad de ensayos cortos y otros no tanto que han aparecido en variedad de revistas, prensa, blogs y variadas paginas de internet y es con cada uno de estos ensayos bonsái que el argentino Casas demuestra el gran campo de cultura general y de intereses entre los que se desenvuelve, en una reciente entrevista comentó que pudo drenar el dolor con el psicoanálisis, los tranquilizantes, el whisky, el karate y la lectura; de manera extraña no agrega el sentarse a escribir y en mi opinión este poeta se le da muy bien aunque no quiera aceptar que exorciza y drena sus demonios sentándose a escribir ensayos como los que encontramos publicados en “Todos los ensayos bonsái”.
En este libro se encuentran sus anécdotas, vivencias, lecturas que lo acompañan, música que lo hace viajar y esas experiencias con escritores que lo han ayudado a seguir ese largo y peligroso camino de letras que todo amante de la lectura tiene que caminar con paso firme pero siempre con miedo a resbalarse y caer. Es por eso que entre estos ensayos vamos a encontrarnos con nombres como Sylvia Plath, Fernando Vallejo, mucho Roberto Bolaño, Julio Cortázar, Bob Dylan, Led Zeppelin, The Beatles, Hugo Chávez (corto pero totalmente de acuerdo con la visión de Casas ante este personaje venezolano), Jorge Luis Borges, William Faulkner, Cormac McCarthy, J.M.Coetzee, David Foster Wallace, Kurt Cobain, Maradona, algunas películas, el boxeo, su visión ante la tecnología como celulares y el libro digital entre muchos otros temas mas.
La amplia cantidad de campos y la agradable profundidad con la que Fabián Casas sabe tocarlos didácticamente es de agradecer, su manera de escribir espara todo tipo de personas desde un profundo filosofo hasta ese personaje anónimo y de a pie que lo lea de regreso a casa en un autobús pensando en lo que le espera al día siguiente. Fabián Casas es un autor muy interesante y con un nivel intelectual admirable. Lo bueno de este tipo de trabajos es quesiempre uno termina conociendo algo nuevo sobre temas en general, de hecho comienzo la búsqueda del libro “El Desamparo” de Gustavo Ferreyra a quien jamás he leído y después de los comentarios sobre este escritor necesito tenerlo en mi biblioteca y en mis futuras lecturas de manera inmediata.
De lo que he podido encontrar de Fabián Casas solo he leído “Ocio” y este compilado de ensayos, aun tengo en cola para leer “Los Lemmings y otros” también publicado por Alpha Decay en el año 2011; pero he aprendido que es bueno dejar respirar un poco al autor porque el exceso de leer toda la bibliografía de un mismo autor sin parar al menos para mi puede ser perjudicial y no termine disfrutándolo como es debido.
En resumen este compilado de ensayos de Fabián Casas ha resultado una grata sorpresa y una compañía muy interesante entre tantos libros que lo observan a uno como esperando a ser leídos.
“Todos los ensayos bonsái” reúne una gran variedad de ensayos cortos y otros no tanto que han aparecido en variedad de revistas, prensa, blogs y variadas paginas de internet y es con cada uno de estos ensayos bonsái que el argentino Casas demuestra el gran campo de cultura general y de intereses entre los que se desenvuelve, en una reciente entrevista comentó que pudo drenar el dolor con el psicoanálisis, los tranquilizantes, el whisky, el karate y la lectura; de manera extraña no agrega el sentarse a escribir y en mi opinión este poeta se le da muy bien aunque no quiera aceptar que exorciza y drena sus demonios sentándose a escribir ensayos como los que encontramos publicados en “Todos los ensayos bonsái”.
En este libro se encuentran sus anécdotas, vivencias, lecturas que lo acompañan, música que lo hace viajar y esas experiencias con escritores que lo han ayudado a seguir ese largo y peligroso camino de letras que todo amante de la lectura tiene que caminar con paso firme pero siempre con miedo a resbalarse y caer. Es por eso que entre estos ensayos vamos a encontrarnos con nombres como Sylvia Plath, Fernando Vallejo, mucho Roberto Bolaño, Julio Cortázar, Bob Dylan, Led Zeppelin, The Beatles, Hugo Chávez (corto pero totalmente de acuerdo con la visión de Casas ante este personaje venezolano), Jorge Luis Borges, William Faulkner, Cormac McCarthy, J.M.Coetzee, David Foster Wallace, Kurt Cobain, Maradona, algunas películas, el boxeo, su visión ante la tecnología como celulares y el libro digital entre muchos otros temas mas.
La amplia cantidad de campos y la agradable profundidad con la que Fabián Casas sabe tocarlos didácticamente es de agradecer, su manera de escribir espara todo tipo de personas desde un profundo filosofo hasta ese personaje anónimo y de a pie que lo lea de regreso a casa en un autobús pensando en lo que le espera al día siguiente. Fabián Casas es un autor muy interesante y con un nivel intelectual admirable. Lo bueno de este tipo de trabajos es quesiempre uno termina conociendo algo nuevo sobre temas en general, de hecho comienzo la búsqueda del libro “El Desamparo” de Gustavo Ferreyra a quien jamás he leído y después de los comentarios sobre este escritor necesito tenerlo en mi biblioteca y en mis futuras lecturas de manera inmediata.
De lo que he podido encontrar de Fabián Casas solo he leído “Ocio” y este compilado de ensayos, aun tengo en cola para leer “Los Lemmings y otros” también publicado por Alpha Decay en el año 2011; pero he aprendido que es bueno dejar respirar un poco al autor porque el exceso de leer toda la bibliografía de un mismo autor sin parar al menos para mi puede ser perjudicial y no termine disfrutándolo como es debido.
En resumen este compilado de ensayos de Fabián Casas ha resultado una grata sorpresa y una compañía muy interesante entre tantos libros que lo observan a uno como esperando a ser leídos.
March 28, 2024
«(…) Y esta misma pasión que pone para sostener sus mantras, está puesta al servicio de las cosas que tienen corazón. Eso es algo que para mí es fundamental.»
«(…) Algunas de las palabras que él utiliza se vuelven más intensas y les sirven a otros para decir algo que no sabían cómo decir. Y más. Cuando el partido se complica, aparecen tipos que, desinteresadamente, lo ayudan a ser más digno frente a las insistencias de Caronte. Sólo porque escribió.»
A veces un poco pretencioso, pero en general interesante.
«(…) Algunas de las palabras que él utiliza se vuelven más intensas y les sirven a otros para decir algo que no sabían cómo decir. Y más. Cuando el partido se complica, aparecen tipos que, desinteresadamente, lo ayudan a ser más digno frente a las insistencias de Caronte. Sólo porque escribió.»
A veces un poco pretencioso, pero en general interesante.
January 28, 2022
Lo leí de un tirón
Displaying 1 - 18 of 18 reviews