Nacido en Madrid el 1 de febrero de 1926, se incorporó en 1954 a la Facultad de Derecho de la Universidad de Navarra para enseñar Derecho Natural y, dos años más tarde, entró a formar parte de la entonces recién estrenada Facultad de Filosofía y Letras.
Durante los cursos 1966 a 1968 ocupó su cátedra en la Universidad de Granada, ha informado el centro académico en un comunicado.
Además, su labor docente se amplió a distintas universidades iberoamericanas como la Panamericana de México, la de Piura en Perú y la de La Sabana en Bogotá, entre otras, a las que acudió aprovechando los periodos estivales en Navarra.
Su obra se condensa en 44 libros entre los que destacan algunos como Teoría del conocimiento, Evidencia y realidad en Descartes; El acceso al ser; Hegel y el posthegelianismo; Nietzsche como pensador de dualidades; Persona y Libertad; La libertad y sus ámbitos; El conocimiento del universo físico; los dos tomos de Antropología trascendental o Lecciones de ética, su última obra.
También publicó 29 capítulos en libros y 58 artículos científicos.
Se han publicado más de 200 trabajos y una treintena de tesis doctorales sobre su pensamiento, y su obra ha protagonizado tres congresos internacionales y numerosos estudios con más de veinte libros que analizan sus enseñanzas.
Fruto de su trabajo y contribución al desarrollo, proyección y prestigio de Navarra, Polo fue distinguido en marzo de 2008 por el Gobierno foral con la Cruz de Carlos III el Noble.
Como agradecimiento a su labor y trabajo con los alumnos, en Málaga se ha constituido el Instituto de estudios filosóficos Leonardo Polo y además se edita la revista Miscelánea Poliana.
En la Universidad de Navarra también se publica periódicamente la revista Studia Poliana, cuya edición depende del departamento de Filosofía.
Leonardo, como cuando daba clase, filosofaba y engrandecía "el concepto" que desea desarrollar, con los demás, increíblemente lo logra también en sus libros. Fiel a su estilo, complejo, denso, en una búsqueda de la verdad envidiable. Leonardo, qepd, fue un buscador, que reconocía sus límites, pero que actuaba como si no los tuviera, sobre todo a nivel intelectual, y eso mismo pedía, con el propio testimonio a sus alumnos y todo aquel que le escuchara. Profesor profundamente humano y alegre, algo cada vez mas raro en nuestra sociedad "descreída", ignorante, violenta, individualista, racionalista y sumamente estresada. El autor es de mis favoritos en temas de persona, filosofía y reflexión sobre los modelos, que como personas, hemos creado como filosofías utilitarias, sin embargo y a pesar de ya haber leído al menos 5 obras de L.P. todavía tengo que regresarme un par de veces cada 2 páginas para entender mejor lo que me ha querido decir. Me recuerda mucho a la clases de Don Carlos Llano. Ampliamente recomendado, pero hay que decir, que se requiere conocimiento antropológico, filosófico, empresarial y económico, y no se necesariamente superficial. Todo un reto intelectual.
Una terrible experiencia leer algo tan desestructurarlo, lleno de prejuicios y saltos a conclusiones no sustentadas, relaciones (i)lógicas sumamente cuestionables y forzadas… cambios de niveles epistemológicos por doquier….