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Diario de un canalla: Burdeos, 1972

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"No estoy escribiendo para ningún lector, ni siquiera para leerme yo. Escribo para escribirme yo; es un acto de autoconstrucción. Aquí me estoy recuperando, aquí estoy luchando por rescatar pedazos de mí mismo que han quedado adheridos a mesas de operación, a ciertas mujeres, a ciertas ciudades, a las descascaradas y macilentas paredes de mi apartamento montevideano, que ya no volveré a ver, a ciertos paisajes, a ciertas presencias. Sí, lo voy a hacer. Lo voy a lograr. No me fastidien con el estilo ni con la estructura: esto no es una novela, carajo. Me estoy jugando la vida".

184 pages, Paperback

First published January 1, 2013

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About the author

Mario Levrero

60 books260 followers
Jorge Mario Varlotta Levrero, más conocido como Mario Levrero fue un escritor, fotógrafo, librero, guionista de cómics, columnista, humorista, creador de crucigramas y juegos de ingenio uruguayo. En sus últimos años de vida dirigió un taller literario.

Jorge Mario Varlotta Levrero, born in Montevideo in 1940 and died there in 2004. Before becaming a cult writer and being considered as a master by many of the best writers in Latin America, Levrero first was a photographer, bookseller comics script writer, humorist, crossword author, creator of brain games. In his later years, he directed a literary workshop.

Levrero’s writing, structured around humour and unease, takes the form of a clean prose based on the psychological that has been characterized as “introspective realism”. His major work La novela luminosa was released posthumously. Another of his most remarkable novels was the involuntary trilogy, formed by the titles La ciudad, El lugar and París

Also, he authored an extensive body of literary work which includes journalistic writing (some of the best articles are to be found in Irrupciones I and Irrupciones II), short stories, novels and essays.

Levrero hated interviews and prologues, loved cinema, he was so interested in self-hypnosis, believed in telepathic phenomena, read about Zen, addicted to computers, loved science, hated being addressed in the “usted” form, could not abide solemnity in general, read detective novels even at breakfast.

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10 (4%)
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1 (<1%)
Displaying 1 - 30 of 34 reviews
Profile Image for Juan Jiménez García.
243 reviews44 followers
December 30, 2015
Mario Levrero. Vida rara

¿Habrá llegado el momento de Mario Levrero en nuestro país? No un momento pequeño, de bolsillo, sino uno grande, acorde a sus proporciones de escritor inmenso. Random House acaba de publicar tres novelas suyas, que, como si fueran cajas sorprendentes, esconden en realidad cinco. Y es entonces cuando pensamos que el mundo empieza a ser más justo con este uruguayo que a ratos acabó en Argentina, haciendo crucigramas (y eso es Diario de un canalla), y a ratos acabó en Francia, por cuestiones amorosas (y eso es Burdeos, 1972). Y todo junto, el canalla y Burdeos, son un retrato a ratos divertido, a ratos amargo, a menudo las dos cosas, de un hombre, el escritor mismo. De un hombre y sus fantasmas, animales o con forma de persona.

Mario Levrero (o Jorge Varlotta, que sería su nombre de calle) llega a Argentina buscando sobrevivir a su propia vida de escritor desconocido, desde un Montevideo que no llegaba a reconocerle. Llegó para un trabajo en una revista de crucigramas y se instaló en un pisito con dos terracitas pero sin ningún horizonte al que mirar. Si llamó a su libro Diario de un canalla es porque pensaba ser uno de ellos por haber aceptado un trabajo de oficina por el dinero, haber traicionado a ese escritor (a su vez traicionado por lectores y editores). Allí, en ese pisito, piensa sobre su vida y sobre lo que debió de ser, pero como si fueran espíritus enunciadores, en esas terrazas mínimas acaban por aparecer, sucesivamente, tres animales. El primero es un animal que lejos de evocar visiones beatíficas invoca el asco: la rata. También a Levrero, que vive una lucha encarnizada con ella, hasta que empieza a tomarle algo de cariño y la persigue, ya solo de pensamiento, platónicamente, desde el otro lado del cristal, estudiando su vida de bicho perdedor. El siguiente animal será la paloma (que sí, es una rata con alas) o el Espíritu Santo. Un pichón con necesidad de aprender a volar. Una presencia fugaz que dejará paso a aquel animal con el que el escritor llegará a confundirse: será Pajarito, una cría de gorrión. Juntos vivirán una historia de amor y angustia, de crecimiento, de observancia mutua.

Diario de un canalla es un relato conmovedor, un pequeño libro, un libro grande. Es el diario de una derrota disfrazada de victoria mínima. Es la visión irónica de una vida pequeña, como Pajarito, pero llena de ganas de vivir, como la del escritor. La búsqueda de una salida para escapar de ese reducido espacio de terraza para alcanzar un mundo acorde con la voluntad propia. La lucha por entender y por sobrevivir, contada con un humor y una inteligencia de largo aliento. Una obra ligera que esconde en su interior el peso del mundo. Una obra frágil sobre la resistencia.

Burdeos, 1972 son otras páginas arrancadas a un diario. Un diario escrito desde la distancia que dan los años, reajustando recuerdos. Las fechas son tres décadas después y los hechos tres décadas antes. Y en ese desajuste queda fijada una historia utópica, un relato de juventud, ese momento en el que uno piensa que puede escapar de la mano de una mujer, largarse al otro lado del mundo, vivir en lo desconocido. Para Levrero París no era ningún paraíso perdido y alcanzado, sino un lugar extraño lleno de gestos raros y personas raras que hacían esos gestos extraños. El dinero se va acabando. La paciencia se acaba con el dinero. Sí, ella le quiere, incluso pretende mantenerle, en lo que incluso debemos tomar por un acto de amor y no de compasión (¿o de compasión para consigo misma?). Pero el escritor no está para esas cosas. Desplazado, con una hija adquirida, sin futuro, viviendo un presente anodino en el que ningún intento llegará a ningún lado.

De nuevo una historia triste tomada con un humor demoledor, ese humor en el que uno no se toma muy en serio. O porque se da risa, o porque todo tiene una comicidad con mucho de perdedores que lo intentaron. Ese reírse porque después de todo la vida sigue y porque uno cree en Apollinaire y en esa sucesión de derrotas que llevarán a la victoria. Y Levrero tal vez ganó, o aún sigue en eso después de muerto, buscando su sitio, que es en algún Olimpo personal, asustado de multitudes.

Sos raro como gente, le dijo un día Pascale, esa hija sobrevenida. Con ella termina Burdeos, 1972, y con ella tal vez podría resumirse su vida. Raro como gente, raro como escritor. Único en todo caso, imprescindible también. Un escritor que crece en nosotros con cada libro, como esos nenúfares de La espuma de los días. Cuerpo extraño, cuerpo gozoso que se instala con su lectura y se queda ahí, como el regusto del algo importante.

Escrito para Détour.
Profile Image for Sebastian Uribe Díaz.
733 reviews155 followers
January 17, 2018
El Levrero de “El discurso vacío” y “La novela luminosa”. Sabía que leer “Nick Carter...” había sido solo un traspié. En las páginas de estos dos breves diarios, llenos de anécdotas e “involuntarias” reflexiones, está presente ese autor que lees como a un amigo de toda la vida. Al que esté donde esté, le mandarías un abrazo y las gracias.
Profile Image for Javier.
222 reviews81 followers
August 18, 2024
Uno de los pocos libros originales de Levrero que me quedaban. La primera parte ya la había leído hace años y esta nueva visita a sus páginas llegó en un momento en el que espiritualmente coincido plenamente con lo narrado. La novelilla, por llamarlo de alguna manera, que completa el tomo, me sirvió de alguna manera para acercarme a un Mario inédito y como inspiración para iniciar un proyecto de escritura. ¡Nada mal!
Profile Image for Kokelector.
1,086 reviews107 followers
May 6, 2021
La escritura pasa por procesos, y a veces ese proceso es saber que no puedes escribir y dedicarte a contar, a soltar sobre el papel otras vivencias: de esas de a diario. Y en estos dos maravillosos diarios de escritor, el uruguayo Mario Levrero, nos narra en el primero sus peripecias para sentarse a escribir una historia, un cuento, un relato. De sus largos paseos, de su miedo a los viajes y la necesidad vital de soltar con su pluma la angustia. Para luego llevarnos a su estadía en Burdeos, en base al recuerdo para entender porque está allá en una ciudad que no habla como él y que le interesa solo por el amor que no terminara de la mejor forma. Una extraordinaria forma de acercarse al backstage de la escritura y con un escritor que no se guarda absolutamente nada.

(...) “𝘗𝘦𝘳𝘰 𝘯𝘰 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 𝘦𝘮𝘱𝘦𝘻𝘢𝘳 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘭𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴; 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳 𝘮𝘢𝘯𝘦𝘳𝘢, 𝘴é 𝘲𝘶𝘦 é𝘴𝘵𝘰𝘴 𝘴𝘰𝘯 𝘮á𝘴 𝘱𝘢𝘱𝘦𝘭𝘦𝘴 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘵𝘪𝘳𝘢𝘳 —𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘵𝘪𝘳é 𝘩𝘢𝘤𝘦 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘭𝘰𝘴 ú𝘭𝘵𝘪𝘮𝘰𝘴 𝘤𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘢 𝘯𝘰𝘷𝘦𝘭𝘢 𝘪𝘯𝘤𝘰𝘯𝘤𝘭𝘶𝘴𝘢, 𝘱𝘰𝘳𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢𝘯 𝘥𝘦𝘮𝘢𝘴𝘪𝘢𝘥𝘰 𝘭𝘭𝘦𝘯𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘣𝘢𝘴𝘶𝘳𝘢 𝘪𝘯𝘵𝘪𝘮𝘪𝘴𝘵𝘢.” “𝘊𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘢 𝘶𝘯𝘰 𝘭𝘰 𝘮𝘢𝘵𝘢𝘯, 𝘴ó𝘭𝘰 𝘦𝘴𝘵á𝘯 𝘮𝘢𝘵𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘢𝘭𝘨𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘺𝘢 𝘩𝘢𝘣í𝘢𝘯 𝘮𝘢𝘵𝘢𝘥𝘰 𝘢𝘯𝘵𝘦𝘴.” “𝘌𝘭𝘭𝘢 𝘴𝘦𝘨𝘶í𝘢 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘢𝘣í𝘢 𝘦𝘯 𝘦𝘭𝘭𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘧𝘢𝘭𝘭𝘢 𝘵𝘦𝘳𝘳𝘪𝘣𝘭𝘦, 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘰𝘥𝘰𝘴 𝘴𝘶𝘴 𝘮𝘢𝘭𝘦𝘴 𝘱𝘳𝘰𝘷𝘦𝘯í𝘢𝘯 𝘥𝘦𝘭 𝘩𝘦𝘤𝘩𝘰 𝘥𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘦𝘳𝘢 𝘭𝘰 𝘣𝘢𝘴𝘵𝘢𝘯𝘵𝘦 𝘮𝘶𝘫𝘦𝘳. 𝘊𝘳𝘦í𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢 𝘦𝘯 𝘤𝘰𝘯𝘥𝘪𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘴𝘦𝘳 𝘭𝘢 𝘮𝘶𝘫𝘦𝘳 𝘥𝘦 𝘯𝘪𝘯𝘨ú𝘯 𝘩𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦. 𝘘𝘶𝘦𝘳í𝘢 𝘢𝘱𝘳𝘦𝘯𝘥𝘦𝘳 𝘢 𝘴𝘦𝘳 𝘮𝘶𝘫𝘦𝘳. 𝘠 𝘯𝘰 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘯𝘷𝘦𝘯𝘤í𝘢𝘯 𝘮𝘪𝘴 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯𝘦𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘩𝘰𝘮𝘦𝘯𝘢𝘫𝘦𝘴 𝘢 𝘴𝘶 𝘧𝘦𝘮𝘪𝘯𝘦𝘪𝘥𝘢𝘥, 𝘯𝘪 𝘮𝘪 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘢𝘥𝘦𝘳𝘢 𝘢𝘥𝘰𝘳𝘢𝘤𝘪ó𝘯. 𝘋𝘦𝘤í𝘢: «𝘛ú 𝘮𝘦 𝘷𝘦𝘴 𝘢𝘴í 𝘱𝘰𝘳𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦 𝘢𝘮𝘢𝘴», 𝘺 𝘴𝘦 𝘢𝘧𝘦𝘳𝘳𝘢𝘣𝘢 𝘢 𝘴𝘶 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘭𝘦𝘫𝘰 𝘥𝘦 𝘪𝘯𝘧𝘦𝘳𝘪𝘰𝘳𝘪𝘥𝘢𝘥. ¿𝘛𝘦𝘯𝘥𝘳í𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘣𝘦𝘳𝘭𝘢 𝘢𝘮𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘴𝘦𝘳𝘭𝘦 ú𝘵𝘪𝘭? 𝘗𝘦𝘳𝘰 ¿𝘤ó𝘮𝘰 𝘴𝘦 𝘩𝘢𝘤𝘦 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘯𝘰 𝘢𝘮𝘢𝘳 𝘢 𝘈𝘯𝘵𝘰𝘪𝘯𝘦𝘵𝘵𝘦?” (...)
Profile Image for Ayleen Julio.
343 reviews24 followers
April 15, 2018
la primea vez que leí a Levrero, fue con Nick Carter. Novedoso, si, pero insoportable para mí. Sólo pude reconciliarme un poco con fragmentos de El discurso vacío, novela que aún tengo en el tintero. Mientras tanto, sólo les puedo decir que este diario es un texto reposado que hace de la memoria su instrumento de construcción, por lo que les aviso que en algunos momentos se encontrarán en una suerte de remolinos de la memoria, donde el narrador no puede recordar y se empeña en hacerlo; pero aún así, es un libro para degustar lentamente, saborear cada una de sus frases y fundirse con la voz narrativa.
Profile Image for Derian .
348 reviews8 followers
January 7, 2016
Em no me pareció el mejor Levrero ni los dos diarios que contiene el libro especialmente inspirados. Igual hay algunos momentos levrerianos de brillantez, como cuando te hace interesar por la vida de un pajarito en el patio de su casa. Por el contrario, el diario de Burdeos se me hizo más pesado, a pesar de que es cortito, tal vez porque no es un diario del día a día sino de lo que recuerda haber vivido ahí hace 30 años atrás.

Profile Image for Miguel Blanco Herreros.
693 reviews54 followers
August 31, 2025
No pretendo cometer pecado nefando criticando a Levrero. Este es mi primer contacto con su obra y es incuestionable su calidad.

Pero, atendiendo a las dos estrellas que otorgo por razones subjetivas y personales, me temo que se queda sin una por el camino.

El libro me ha gustado en términos generales, y puedo valorar su calidad. De hecho, al principio me encantó, pero a medida que avancé en su lectura se me fue haciendo repetitivo y me costaba concentrarme y no dejar a mi mente vagar.

Seguramente persevere con este autor, pero más adelante.
Profile Image for Matías Picó.
219 reviews26 followers
November 21, 2022
De la sencillez argumental de momentos cotidianos en la vida de un escritor, pueden surgir maravillas cómo estás dos pequeñas novelas si se quiere, y si esa vida es la de Levrero entonces la maravilla casi que está garantizada.

De esperanzas fracasadas van ambas historias, o más bien de fracasos esperanzados, diario de un canalla y burdeos 1972 , son parte indispensable de la obra de Levrero.

Nota:8/10
27 reviews1 follower
February 20, 2021
Reí para los vecinos con la parte de Pajarito ofendido creyéndose un héroe en tugurios de mala muerte, contando la historia de un ogro que lo persiguió llamado Levrero o Varlotta o Dupont.
Profile Image for curri mel.
170 reviews88 followers
Read
June 29, 2025
un manifiesto antipalomas que, con suerte, será ignorado por las únicas criaturas verdaderamente civilizadas en esta historia: las palomas.

(primer contacto pero no último con mario)
Profile Image for Juanma .
337 reviews
August 13, 2020
"• Por fin, por fin lo digo— lo escribo, que es para mí la única forma auténtica de decirlo, de decírmelo—
• Me estoy reprochando el haber claudicado como artista; fue anoche que encontré, y ya no creo en la casualidad, una frase de Bernard Shaw acerca del artista: «Debe matar de hambre a su mujer y a sus cinco hijos y hacer que su anciana madre de setenta años trabaje para él; todo, antes de claudicar».
• Hayan cometido los pecados que hubieren cometido, y quién no, merecen el Cielo (el modelo de cielo que mejor les caiga). Que el Señor los tenga en su Gloria, y que esta oración se multiplique por el infinito número de lectores que tendrá seguramente este magnífico libro que estoy escribiendo.
• «No estoy escribiendo para ningún lector, ni siquiera para leerme yo. Escribo para escribirme yo; es un acto de autoconstrucción.
• El tango me trae la nostalgia por algo que no viví pero que fue; el valsecito me quiere mostrar algo presente que no es, algo que debería alegrarme pero con un tipo de alegría que no existe, o que no conozco. Lo que podría ser, pero no es, ni será. Es muy fácil echarse a llorar con esos tangos o con esos valsecitos. Y es un llanto necesario, que hace bien.
• Había en esos ojos algo parecido a la tristeza, y algo parecido a la embriaguez; pero no era exactamente tristeza ni era exactamente embriaguez. Creo que había amor; un amor que no estaba dirigido, desde luego, hacia su compañero de baile, sino hacia algo en sí mismo, algo en su pasado, algo que no estaba a la vista.
• me encerré, y me planté ante el espejo que había sobre el lavatorio. Vi allí a un desconocido que me odiaba, y busqué rápidamente sobre el estantecito y dentro del placard ALGO con qué destruirme.
• Uno veía en una vidriera un cartel que decía, por ejemplo, «15,90 francos», pero al ir a pagar la cajera decía no sé qué chorrera de palabras que incluía miles o millones además del «quatrevingt-dix», y ahí el entendimiento se me nublaba.
• bien es penoso ser ridículo para los demás, serlo, y a consciencia, para uno mismo, me parece absolutamente idiota.
• «¡Te voy a matar!», le grité a Pascale, amparado por la ignorancia del español que tenían los bordeleses. Pero una pareja que venía en dirección contraria me entendió. La mujer, alta y hermosa, me sonrió con simpatía. El mundo ya no me pareció tan injusto.
• Estuve un rato trabajando en una cosa rara que no sé muy bien de qué se trataba; algo como un abstruso sistema filosófico, o psicológico, expresado mediante flechitas que conectaban ciertas palabras con otras. Algo completamente chiflado e inconducente, pero quién sabe en qué estaría trabajando mi mente secreta mientras yo me concentraba en esas cosas.
• Esa experiencia me dio el primer indicio de que la percepción es algo que se construye; que lo que vemos, de algún modo lo creamos, pero que la representación del objeto está muy lejos de ser el objeto.
• No se puede contar una historia sin imágenes. Para el que lea, será una experiencia desagradable, trabajosa. No lo es menos para el que la quiere escribir.
• pronunciar correctamente el nombre «Jorge» es casi imposible para alguien de habla francesa. Suena como si hicieran gárgaras; queda feo, y no se entiende bien.
• Y yo no dejo de sentir, nunca, ese «Mario» como una apropiación indebida. Es como si me aprovechara de los méritos de otro, de ese que no tiene nombre y me dicta lo que debo escribir.
• después de todo, eso que escriben las puntas de mis dedos pasa a través de mí. Pero siempre he tratado de dejar en claro que ése que escribe no soy exactamente yo.
• seguimos trotando por el puente, ella adelante, yo de su mano, a remolque, los dos riéndonos.
• Lo que debo confesar es que me he transformado en un canalla; que he abandonado por completo toda pretensión espiritual; que estoy dedicado a ganar dinero, trabajando en una oficina, cumpliendo un horario; que ahora estoy escribiendo esto porque tengo unas vacaciones.
• Ahora, con cierto rubor, imagino una serie de lectores dispersos, que entran y salen en mi prosa cuando quieren, que saltean párrafos enteros, buscando sustancia, que cierran el libro y deciden no volver a leer nunca más.
• Cierto que me hice un canalla como único recurso para sobrevivir, pero lo triste del caso es que me gusta lo que estoy haciendo, y que sólo me cuestiono en ratos perdidos y sin mayor énfasis.
• —hasta que opté por ir caminando—, con la gente conducida como una clase especialmente inferior de ganado.
• Ella misma se disfrazaba, con unos peinados horribles, unas ropas de vieja, unos lentes espantosos; se sentía obligada a mantener la apariencia de lo que ella creía que los demás creían que debía ser la apariencia de una señora seria.
• Durante casi dos semanas, desde la cima de su arte del yo, recuperó anécdotas y emociones de otro tiempo y lugar que ahora son también nuestras.
• Tampoco quiero creer que poseo especiales (y dudosas) facultades mentales, ni que soy un elegido de los dioses, ni cualquier estupidez de ese tipo.
• Pero no me engaño: no estoy realmente bien, psíquicamente bien. Creo que no puede estar psíquicamente bien ningún hombre que, como yo en estos últimos tiempos, carezca de una mujer.
• Es más; parece que me desprendí completamente del español, que encajé totalmente en el francés, y que mi mente, al abrirse al idioma, se abrió a alguna cosita más, porque de pronto tuve una imperiosa y desesperada necesidad de tirarme por una ventana hacia la calle.
• Estoy en esa etapa de la vida en que uno debe necesariamente volverse conservador; no queda mucha energía, no quedan muchas neuronas, no se puede contar, ya, con la súbita iluminación o con la pirueta salvadora.
• Pero, en los últimos cuatro o cinco días, no me duermo. Me vienen recuerdos, historias, inventos, y mi mente se pone a trabajar con entusiasmo.
• Jorge Varlotta detestaba viajar. «Uno pasa a ser un desconocido para uno mismo cuando sale del lugar habitual»
• Silvia es simplemente una conocida, a quien de tanto en tanto encuentro vagando como yo por Corrientes y con quien, a veces, charlamos un rato en un café.
• Habla de gente que no conozco y sus relatos pocas veces tienen una coherencia que yo pueda desentrañar. Supongo que a menudo debe estar bajo la influencia de alguna droga."
Profile Image for Iago.
198 reviews24 followers
October 10, 2021
Ataqué el libro con furia desmedida. Es cierto que había esperado pacientemente el paso de los días. De los días que pasaron cansados y lentos desde que hiciera el pedido via web a la librería (cosa rara en mi) aprovechando un jugoso descuento de primavera.
Estaba leyendo otras cosas de Levrero, buscando mucha info en internet, repensando Caza de Conejos para el que todavía no me salen las palabras correctas para describirlo. Estaba leyendo la Novela Luminosa, que me puse a leer abandonando La Vida Agria de Bianciardi, que me puse a leer abandonando una mala lectura que no quiero recordar.

Este libro habla de dos vivencias luminosas de Levrero incorporando en su interior fragmentos quizás si cabe más luminosos todavía. Diario de un canalla, o su paso por la ciudad de la furia, describe como sólo Levrero sabe ese vivir de las aves, otra vez, de los animales más nimios, de la vida como pasa. Burdeos 1972 nos muestra otro tono totalmente distinto, su vida entre paréntesis allá en el lejano mundo (europa).

Dos instropecciones maravillosas, cada una con su palo. Y una frase desgarrada, un grito de auxilio, una declaración de intenciones: "Me estoy jugando la vida, carajo"
Profile Image for Gabriela Consuegra.
Author 1 book30 followers
October 12, 2022
Dice Mario Levrero en Diario de un canalla que, para él, escribir es "la única forma auténtica" de decir algo importante. "De decírmelo", acota. Y yo eso lo entiendo.

La premisa es simple: volver a las palabras para reconciliarse con el "espíritu". Y en sus primeros párrafos, el autor uruguayo lo explica, que ha vuelto a buscarlas después de dos años. "Vuelvo a pensarlas, a quererlas. (...) Todo se agolpa en la punta de mis dedos y, simultáneamente, en mi pecho", dice. Y tal vez a ti, como a mí, también te ha pasado.

Perder las palabras y, con ellas, el hilo que te ata al mundo. Creo que le pasó a Úrsula K. Le Guin, que durante los últimos años de su vida no pudo escribir más: decía que "lo había perdido". ¿El qué? Es difícil de explicar. @Pedromairal, en Maniobras de evasión, menciona algo parecido: que intenta escribir y solo le sale espuma.

Pero de vuelta a Levrero, asegura que comienza a escribir casi como un ejercicio "caligráfico". "Postergo el acto liberador de la confesión", señala. Hasta que llega. Y no es solo que esté dedicado a ganar dinero y trabaje en una oficina: es que le gusta. Este conflicto se resume en una frase: "Me reprocho claudicar como artista". ¿No es eso lo que nos pasa a todos?

"¿Y el espíritu?, preguntará usted. Todo aquello quedó en una sala de operaciones", explica. Este es el escenario de un trauma que la trama del libro va revelando, claro, pero que tiene mucho que ver con una sentencia: "He gastado todos mis cartuchos. Estoy viejo (...) Estoy en esa etapa de la vida en la que uno debe convertirse en un conservador", confiesa. Pero entonces, la premonición: "Sé que éstas formas de salud son formas de enfermedad".

La escritura, dice Levrero, le ayuda a recuperarse, a recuperar pedazos que se quedaron en mujeres, ciudades, paisajes... No hay espacio para formas o estructuras: "Esto no es una novela, carajo. Me estoy jugando la vida", sentencia.

¿Y qué es jugarse la vida sino apostar por la fe? En este libro, hermoso y delicado, Levrero simboliza la existencia de la humanidad a través del día a día de un pequeño pajarito que aparece en su jardín. "Atención, espíritu: protege al pajarito", amenaza el autor. Y pocas bromas.
Profile Image for Miguel Castillo.
2 reviews
July 26, 2018
Si hubiera que caracterizar al último Levrero- el de los diarios y la literatura íntima- habría que empezar, tal vez, por los pájaros como metáfora-¿o símbolo?-. En efecto, si en La novela luminosa el papel de las palomas ocupa varias páginas, aquí el pichón de gorrión- Pajarito- ocupará rápidamente el espacio reducido de El diario de un canalla. En efecto, Levrero inicia contándonos el retorno a la escritura en la ciudad de Buenos Aires, intentando salir de lo que calificaríamos de una vida 'normal'. Y Pajarito, este pichón que cae por accidente en el patio de su apartamento, pronto se convierte en una señal, en una metáfora de Levrero y su escritura, de la soledad del escritor, y de su propia lucha contra lo cotidiano. Será trabajo del lector descubrir el resto.

Burdeos, 1972; por otra parte, me plantea un problema: el de intentar calificar una obra de manera digamos 'objetiva' cuando en muchos puntos se aproxima a aspectos de mi vida intima, más específicamente de la vida de un extranjero-latinoamericano- en Francia. Levrero en Burdeos, yo en Bretaña. Burdeos, 1972 está hundido en el extrañamiento. El extrañamiento de un Levrero que poco antes de su muerte intenta darle un orden a esos fragmentos dispersos de la memoria; más aún intentar tender un cable entre los momentos que recuerda y ese vasto océano de su día a día en Burdeos, que equivale al olvido. Primer punto en común con el escritor uruguayo. El segundo, el conflicto del idioma. Merleau Ponty, en una mala paráfrasis establece que una lengua es como un hogar; la lengua materna quiero decir. Ahora que el lector imagine a un Levrero hispanohablante que de repente se ve invadido por el francés, y que sino busca de forma obsesiva entrar en contacto con su lengua materna. El pan de cada día en Francia. Por último, la alegría de Levrero al encontrar un buen café, un café de verdad. Cuestión que ni la globalización ha logrado solucionar en esta parte del mundo. Al lector de descubrir el resto: el amor, Pascale y los paseos de Varlotta.
Profile Image for Cristian.
567 reviews13 followers
December 6, 2024
Diario de un canalla

Para “exorcizar el temor a la muerte” porque lo iban a operar de la vesícula, Mario Levrero comienza a escribir un libro que continúa después de la operación y en donde no quiere escribir nada más que a sí mismo (“lo escribo, que es para mí la única forma auténtica de decirlo, de decírmelo”) y la culpa que siente por haber dejado de escribir y haberse dedicado a ganar dinero, trabajar y cumplir un horario. “Me estoy reprochando el haber claudicado como artista”, pero se lo reprocha a través del arte, el compromiso y el humor, porque “esto no es una novela, carajo. Me estoy jugando la vida”
Sin embargo, a mí me parece más canalla en el segundo relato, "Burdeos, 1972", episodio real de su vida, recuperado parcialmente por su memoria en insomnes madrugadas treinta años después, en el que una mujer llamada Antoinette, a quien conoció en Uruguay, le pagó el pasaje y se lo llevó consigo a vivir a Francia. Antoinette es joven, tiene una hija llamada Pascale, quiere a Mario o eso parece, pero el escritor siente que viajar con ella fue un disparate, un error; Mario no habla casi francés, no puede trabajar, tampoco quiere hacerlo y no se encuentra a sí mismo, “yo estaba viviendo con dos desconocidos: Antoinette y yo”
El autor afirma que “si bien es penoso ser ridículo para los demás, serlo, y a consciencia, para uno mismo, me parece absolutamente idiota”. Con humor, ironía y casi nada de tacto, Levrero cuenta su aventura amorosa que también nos deja algunos momentos y frases bastante románticas: “Decía: “Tú me ves así porque me amas”, y se aferraba a su complejo de inferioridad. ¿Tendría que no haberla amado para serle útil? Pero ¿cómo se hace para no amar a Antoinette?”

Profile Image for Maria Azpiroz.
390 reviews11 followers
October 1, 2021
Precioso libro que se me ocurrió leer porque me encantó la Novela luminosa y el Diario de la beca. Levrero tiene algo adictivo tanto en la ficción como en sus diarios. Es un texto muy breve que incluye también el diario retrospectivo de la estancia de Mario en Burdeos en 1972 pero escrito recién en 2003. El 60% del Diario de un Canalla son las peripecias de un gorrión que apareció en el patio de su casa en Buenos Aires. Al igual que con las palomas del diario de la beca, no tengo idea cómo pero logra que se lea la aventura del gorrión con deleite y suspenso. Como siempre, hay un gran sentido del humor pero además, emociona. Muy especialmente emociona su enorme habilidad para describir la soledad y el final del amor. Ahora voy por el Discurso vacío.
Profile Image for Matías.
346 reviews8 followers
January 29, 2025
De la sencillez argumental de momentos cotidianos en la vida de un escritor, pueden surgir maravillas cómo estás dos pequeñas novelas si se quiere, y si esa vida es la de Levrero entonces la maravilla casi que está garantizada.

De esperanzas fracasadas van ambas historias, o más bien de fracasos esperanzados, diario de un canalla y burdeos 1972 , son parte indispensable de la obra de Levrero.

Nota:8/10
Profile Image for Mateo Espina Mairal.
95 reviews16 followers
September 15, 2020
Me gustó más la segunda parte, la de memorias de Burdeos en el '72-
Del diario del canalla esperaba más canalladas e historias cotidianas que no hablaran siempre de sus pajaritos (que me gustan, pero ya tuvieron su cuota).
Si Levrero hubiera escrito más historias de amor yo lo seguiría leyendo hasta morirme
Profile Image for ilich _.
18 reviews
May 2, 2021
Creo q no me fue muy bueno partir por acá con Levrero, se nota que estos relatos son más disfrutable conociendo ya el autor, trae muchas anécdotas que hacen mucho más sentido conociendo ya su estilo o pluma.
Profile Image for Juan Carlos López Domínguez.
732 reviews2 followers
August 4, 2024
La primera parte me gustó mucho. El autor te comparte la forma en cómo procesa, vive y funciona. En la segunda parte fui perdiendo el interés, el autor se concentra en anécdotas que no lograron atraparme.
Profile Image for Ernesto Ferrigna.
10 reviews
October 11, 2025
Creo que la descripción lo dice todo. "No estoy escribiendo para ningún lector, ni siquiera para leerme yo. Escribo para escribirme yo; es un acto de autoconstrucción".

Disfruto mucho conociendo un poco más al autor, resignifica todo lo que se pueda leer posteriormente.
Profile Image for Poncho González.
700 reviews66 followers
March 6, 2018
no es libro para cualquier persona, es corto y entretenido. pero lejos de ser un gran libro
Profile Image for Constanza Cárdenas.
30 reviews1 follower
October 4, 2020
Primera vez que leo a Levrero y empecé por el final. Me gustó harto, la próxima será alguna más larga.
Profile Image for Isaac Clemente ríos.
262 reviews24 followers
March 21, 2022
Insustancial e innecesario.

Libro que cualquier buen lector trataría de evitar, para dedicar su tiempo a otra cosa mejor. Sí, puede ser a otro mejor que este, hay muchos.

Menudo panorama.
Profile Image for isaac  morillo .
31 reviews1 follower
November 11, 2024
“Sí, lo voy a hacer. Lo voy a lograr. No me fastidien con el estilo ni con la estructura: esto no es una novela, carajo. Me estoy jugando la vida”.

Diario de un canalla - Mario Levrero
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