En el campamento de los yanquis se ha producido un tiroteo. A Dionisio Romero le han acribillado a balazos en este poblado de infraviviendas a las afueras de Madrid. Todos los vecinos saben que la cosa no va a acabar así, que en ese lugar la sangre se lava con más sangre. Y lo primero que se encuentra Javier Valenzuela al llegar al lugar de los hechos es a un chaval de 14 años que busca un cigarrillo para liarse un canuto y que palmea por bulerías. A partir de ese encuentro, el periodista reconstruye las formas de vida en el campamento de los yanquis, escenario de una de estas crónicas.
Las condiciones sociales que imperaban en las periferias urbanas a finales de los años setenta y comienzos de los ochenta se convirtieron en el caldo de cultivo de una juventud temeraria y sin límites. Muchos jóvenes encontraron en la transgresión social y en el bandolerismo desesperado la única salida a su situación. A este cóctel se sumó la heroína, una verdadera pandemia en aquellos años, lo que degeneró en una ola de inseguridad ciudadana y de pánico social. Muchos de aquellos jóvenes acabaron en la cárcel de Carabanchel, donde también se desarrollan algunas de estas crónicas, que se publicaron en El País durante los años ochenta y que exploran aquel periodo a través del diálogo cara a cara con sus protagonistas. El libro cuenta con prólogo de Amanda Cuesta, comisaria de la exposición Quinquis de los ochenta.
Hubo un tiempo en el que El País era uno de los periódicos de referencia en todo el mundo, y con razón. Y para muestra, el botón de estas "Crónicas Quinquis" del gran Javier Valenzuela, que recopilan sus artículos en la sección de sucesos en plenos años 80. Una maravilla que retrotrae a aquellos años, hoy recordados con una nostalgia sin duda exagerada para aquellos que los vivimos. Valenzuela nos recuerda la otra cara de los 80, los del paro masivo, la heroína y la delincuencia desbocada. Y lo hace con una tremenda calidad literaria, poco pensable en un diario actual, pero también con la honestidad y profundidad del reportero que se mete a fondo en los ambientes criminales y trata de comprenderlos sin idealizarlos o justificarlos. Una lectura amenísima que os recomiendo, sobre todo a los interesados en la temática o la época.
Un preso pinchado en su módulo de Carabanchel, el miedo de los dueños de locales nocturnos a los atracos, los excesos de las fuerzas del orden, la delincuencia a la que empujaba el pico, la dureza del mono en la cárcel, la prostitución a pie de calle... Javier Valenzuela reúne sus artículos de crónica de sucesos de inicios de la década de los ochenta y pone un rostro humano a este cóctel de falta de oportunidades, desigualdad, abandono, marginación y soledad. El otro Madrid de La Movida.
El libro hace un recorrido por la “España quinqui” de los 80 y 90. Hoy en día se han generado muchos mitos en torno a las personas de esta época, y parte del escrito busca esa “desmitificación”.
Es una lectura ágil y entretenida. No es un libro que diría que tienes que leer sí o sí, pero si lo haces seguro que te gusta.
Interesante recopilación de artículos sobre quinquis de los ochenta complementado con otros artículos sobre Tierno Galván, De Quincey o personajes de la novela negra española de la época.
Recopilación de artículos de prensa de Javier Valenzuela publicados en la primera mitad de la década de los 80, he disfrutado mucho de su lectura entr eotras cosas porque el periodismo de sucesos es una de mis debilidades. El eje temático son los quinquis, de los que aquí se ofrece una visión realista y trágica muy alejada del aire de figura mítica que a veces les envuelve. Historias de atracadores adolescentes, hijos de la droga, polígonos y cárceles. La antología, breve y que yo he consumido leyendo un capítulo al día, se completa con algún texto de costumbrismo madrileño, novela negra madrileña, una semblanza del alcalde Tierno Galván y una reivindicación, justa y necesaria, de Tomas de Quincey como padre del periodismo de sucesos.
Crónicas de la época que iluminan el contexto quinqui con cero romanticismo sobre el fenómeno. Lo he pasado genial subrayando calles de Madrid por las que podría pasar algún día y nombres de bares que seguramente ya no existen.
Me imaginaba otra cosa, como una narración de hechos que cuentan una época determinante en la España de los 80, hasta el punto de generar un movimiento cultural alrededor, contadas por el autor en primera persona. En realidad el libro es un recopilatorio de crónicas publicadas durante aquellos años.
No es como lo esperaba. Esperaba un libro más «narrativo» no sólo una recopilación de artículos. No es un mal libro, cuenta la realidad de aquella época tal cual, sin romantizar nada. Libro muy interesante para cuando alguien diga «es que antes molaban más las cosas»