Del texto de contratapa: "Si hay un tópico que atraviesa la obra de Rafael Pinedo es sin dudas la supervivencia. El autor de 'Plop' (obra con la que obtuvo el Premio de Novela Casa de las Américas en 2002) vuelve a plantear escenarios inhóspitos donde se forjan personajes insólitos que deben construir sus propios destinos para así salvarse del más radical desamparo" En Frío, una reprimida profesora de Economía Doméstica que vive en un extraños convento decide quedarse allí, a pesar de que una ola de frío de origen desconocido hace que todo el mundo emigre. Rápidamente desarrollará inesperadas habilidades que le permitirán convivir con las criaturas que habitan en el lugar, además de entablar con ellas una espeluznante relación de carácter religioso. En el caso de Subte el relato inicia con la protagonista huyendo de los lobos. lleva ocho lunas de embarazo y sin querer se alejó de su grupo. Ahora deberá sobrevivir en la más salvaje oscuridad con sus sentidos como únicos aliados. Finalmente, la inclusión en este libro del relato inédito El Laberinto hace posible que la obra completa de un escritor excepcional como Rafael Pinedo, fallecido tempranamente en 2006, se encuentre con sus lectores.
Nació en Buenos Aires. Se licenció en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de esa ciudad, donde ejerció como informático y, durante un tiempo, actor teatral. A los dieciocho años quemó todo lo que había escrito hasta entonces, y sólo a los cuarenta retomó la producción literaria. Su primera novela, Plop, obtuvo el Primer Premio de Novela Casa de las Américas en 2002. Fue editada en Cuba en 2003 y en Argentina en 2004, en la prestigiosa colección Línea C de narrativa fantástica y de ciencia ficción que dirigió Marcelo Cohen para Interzona editora. Desde su publicación en Argentina, Plop fue considerada una obra de culto, elogiada por la crítica como una novela excepcionalmente original y atípica. Lamentablemente la carrera literaria de Pinedo se vio truncada por el fallecimiento del autor en diciembre de 2006. Su última obra, Frío, resultó finalista del Premio Planeta Argentina en 2004, pero la novela no llegó a publicarse y ha permanecido inédita hasta 2011 (Salto de Página).
En esta edición se recopilan dos novelas cortas del autor Rafael Pinedo: Frío y Subte. No había tenido la suerte de leer a este autor anteriormente, así que me llevé una grata sorpresa cuando leí este ejemplar que tiene una combinación rara de ciencia ficción bastante urbana y terror. Si tuviera que resumir ambas historias con unas pocas palabras, diría que son novelas sobre la soledad, oscuridad, frío, y devoción. Tanto Frío como Subte comparten esos elementos en común y de una manera muy singular.
En Frío nos encontramos con una chica que decide separarse de su comunidad y afrontar una ola polar en un gran instituto de manera solitaria. Como se imaginarán, no será una tarea sencilla, y por lo tanto a veces es muy desesperante apreciar todos los sacrificios que se ve obligada a hacer para sobrevivir.
Y en tanto a Subte, el territorio lóbrego que prevalece le da un tinte de terror bastante marcado. Una mujer embarazada se ve en situación de riesgo cuando debe escapar de los hambrientos lobos que la acechan constantemente en la oscuridad de un subte. Solo puede guiarse por su sentido del tacto, audición, el olfato y el gusto. Y por supuesto, no será una tarea fácil ya que un embarazo muy desarrollado le dificultará la movilidad, la soledad en la que está sumida la hará sentirse muy perdida, y el hambre la obligará a tragar cualquier cosa que sus dedos puedan alcanzar. Terrible.
En síntesis, creo que este libro vale muchísimo la pena, y se los recomiendo ampliamente. En caso de que gusten una reseña un poco más extensa, les dejo la videoreseña de mi canal: https://www.youtube.com/watch?v=C40eD...
Rafael Pinedo es un nombre que cada tanto vuelve a formar parte del run run literario. Así la frase"¿Leíste a Pinedo? Tenes que leerlo" va tomando la posta en diferentes personas a medida que pasan los años. La fama de Pinedo comienza con la novela "Plop!" y se cristaliza con su partida que se hace temprana, como paso con Benesdra y Feiling.
Pinedo es interesante y si, hay que leerlo. Hay que leerlo en un contexto en el cual la literatura argentina navega las aguas forzadas (y por lo tanto bastante turbulentas) de la ciencia ficción (Castagnet, Acevedo, etc) como empujando por un lenguaje que les es rotundamente ajeno. En ese sentido Pinedo tiene la comodidad de Marcelo Cohen y sabe surfear aguas que pueden ser peligrosas. A veces se cree que la ciencia ficción (o el fantasy) es un género que se sustenta solo con un poco de imaginación y alguna vuelta de tuerca entre ridícula y medio "loca". Pero eso no es bajo ningún termino así y para dominar ese género hay que saber domesticar muy bien los caballos del lenguaje. Es notable como en general los escritores argentinos nombran a Ballard (el de mayor altibajos) y luego aparece tal cuento de Dick o tal novela de Bradbury y el universo fantástico parece concluir en todo eso. Pero hay mucho más.
Pinedo, también Cohen vale decir, pone orden en un género de desprestigio. Como Feiling pone orden mayor en el terror puro. Es gente que sabe lo que hace y que recurre puramente a la literatura (y no a los malos viajes de cocaína como han declarado algunos proyectos de escritor en los diarios) para lograr su cometido. De fondo lo que cuentan es una visión, la palabra correcta es "stament", sobre la vida y el mundo. Son Dickensianos entre robots, futuros lejanos, tempestades climáticas y avatares de la ciencia. Son escritores.
Pero vale decir que en "Frío" Pinedo se luce, tal cual lo hace en "Plop", pero en "Subte" cae. No cae en una total desgracia, pero cae. "Frío" es una novela que mezcla una especie de sci fi que toma el clima como enemigo y anomalía, con la locura del terror en primera persona. En sus breves páginas todo funciona y el soliloquio de una mujer que decide encerrarse a voluntad a morir de frío, desespera, asusta y enloquece. En "Subte" en cambio la nafta comienza a fallar y el terror opuesto encarnado por el calor, no parece subir la temperatura de la prosa de Pinedo. Pero poniendo esta novela en el contexto actual, podemos decir que en los últimos diez años la literatura argentina ha sufrido una innegable pérdida de calidad que no parece tener retorno.
No sé si Rafael Pinedo es un escritor "necesario" e "ineludible" en la literatura local. Pero si creo que sus novelas, incluso "Subte", se dejan leer, tienen ritmo y se disfrutan. Abren un universo propio pero no caen en la auto referencia, la primera persona o cierto revanchismo que le suele ganar a muchos.
Hubiese sido interesante conocer la construcción literaria de Pinedo. Otra pérdida en un lugar donde no sobran talentos.
Cabe agregar algo: en Estado Unidos "Frío" sería comprada para el cine. No tengo dudas.
En Frío, como ya lo había hecho en Plop, Pinedo presenta un mundo posapocalíptico, pero esta vez su historia se desarrolla poco tiempo después del desastre.
Una ola de frío brutal e inexplicable desencadena un éxodo, del que la protagonista decide no ser parte. En lugar de irse con los demás, opta por quedarse en la escuela (un internado religioso para niñas) donde trabajaba como profesora. Es una mujer desagradable pero llena de recursos, tan devota de su fe como altanera, que se las ingenia para sobrevivir con lo que tiene a mano (muebles para quemar y comida que debe racionar). Y, en medio de su soledad, le toca aprender a convivir con los animales que todavía quedan: sobre todo las ratas, siempre hambrientas, a las que acepta poco a poco como a sus hermanas.
Es una novela dura, un lento descenso a la locura cargado de imágenes impresionantes.
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Subte es una novela todavía más dura. Comienza con una mujer embarazada corriendo por un túnel, perseguida por lobos hambrientos. Arranca con una tensión que no afloja.
Quién sabe cuántas generaciones han vivido bajo tierra, en los túneles del subte. Quién sabe por qué. Pero en esa red de túneles, la humanidad se organiza en tribus, con normas y creencias acordes a su estilo de vida, pendientes de la “luz que no hay que tocar porque quema, ilumina pero también quema la piel, y despierta los bultos en las axilas, en las ingles, en todo el cuerpo”. Y a Proc, la protagonista, le tocará descender lejos de la luz, hasta donde la oscuridad es absoluta: lejos de los suyos, donde viven los ciegos.
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Me imagino que para un escritor argentino no es fácil destacar entre los muchos (y tan buenos) que hay en su país. Pero de verdad creo que Rafael Pinedo merece más ser más leído. La solapa del libro dice que publicó cuentos en varias antologías. Espero que alguien los compile y los publique.
Sumadas a Plop, Frío y Subte son las dos nouvelles que completan la trilogía de ciencia ficción escrita por Rafael Pinedo, la cual gira en torno a un tema central: la supervivencia. Además de estas dos historias, este libro también incluye un relato, Laberinto.
Si bien cada una tiene su sello distintivo, las dos pueden leerse seguidas sin que se pierda el hilo del argumento central de esta serie de tres novelas cortas. Si en Plop acompañábamos al protagonista en su ascenso en el poder, en Frío leemos a una ex profesora de Economía Doméstica luchando sola contra una ola polar; por otra parte, en Subte vemos a una mujer que inicialmente escapa de una jauría de lobos corriendo por la infinidad de túneles y vías que constituyen el ambiente en el que vive.
Lo que más destaco de estas dos novelas (y también de Plop) es la capacidad que tiene Pinedo de construir y diseñar, solo con palabras, esos paisajes desolados, crudos, fríos, oscuros. En Frío predominan las bajas temperaturas y el blanco de la nieve. En Subte, en cambio, todo es oscuridad. Habitualmente, las novelas distópicas o de ciencia ficción un tanto apocalípticas con este tipo de atmósferas suelen funcionar porque muestran una sociedad jerárquica con varios personajes, y muchas veces la clave está en ver cómo estos se relacionan. Sin embargo, en las dos novelas de este libro los personajes son uno o dos, como máximo tres. Entonces, lo interesante es ver cómo la soledad los aqueja, cómo los va transformando el ambiente en el que les toca vivir, y, también, cómo se las apaña el autor para elaborar una historia atrapante, que no dé respiro con pocos personajes, poca relación entre ellos.
En la primera de las nouvelle, Frío, la protagonista está absolutamente sola en ese paisaje desolador, helado, inhóspito, prácticamente inhabitable; pero en el que ella decide vivir luego de que todas las demás personas con las que convivía deciden dejarlo por la inexplicable ola de frío. Lo que más me gustó de esta novela fue la relación que le dio el autor a la protagonista con la religión. Ella vivía en un convento, pero ni siquiera el frío polar en el que le toca seguir su rutina ahora le impide continuar con sus prácticas religiosas. A medida que avanza la novela, la protagonista debe empezar a convivir con las criaturas que allí viven (principalmente, ratas) y, con el tiempo, forjarán una relación, siempre desde el punto de vista místico, bastante extraña y muy inquietante.
Si en Frío el argumento de la historia empieza por algo circunstancial, como lo es un problema climático, en Subte el tema central ya está impuesto: en esta nouvelle vemos que la protagonista forma parte de una tribu, similar a lo que pasaba en Plop. Pero de esta comunidad no conocemos demasiado: lo que sí podemos llegar a saber es que es una sociedad en la que las madres, cuando están a punto de parir, habitualmente mueren porque les cortan el vientre para sacarles a sus hijos, siendo esto parte de una ceremonia para que el alma de las progenitoras pase a instalarse en el cuerpo de los hijos. Luego de lograr escapar de los lobos que la acechan en el inicio de la historia, su trabajo será tratar de sobrevivir en un lugar en el que no está acostumbrada a vivir. Allí, cada uno de sus sentidos será lo único que tendrá; aunque esto es también discutible, porque ¿de qué le sirve a uno ver si lo que lo rodea es pura oscuridad? Es excelente cómo Pinedo construye este mundo que básicamente no tiene nada. Solo piedra, algún que otro bicho, un poco de agua contaminada y negrura. Y lo más interesante es cómo logra situar a su protagonista allí, todo lo que hace para sobrevivir, consiguiendo narrar una historia más que atrapante.
El cuento final, Laberinto, no tiene tanto que ver con las historias anteriores, pero aún así el tema de la supervivencia está siempre presente. En este relato, el protagonista parecería vivir en un laberinto que continuamente cambia de forma. Y digo "parecería" porque en este cuento nada está muy claro. El mismo se divide en capítulos muy cortos, de pocas líneas cada uno, en los que vemos cómo es este laberinto, cómo se comporta y lo que hace el protagonista para intentar sobrevivir a él. Es una historia, aunque por momentos confusa, muy ingeniosa, y considero que parte de esa confusión fue buscada por el autor.
En las dos nouvelles se ve un cambio bastante considerable con respecto a la forma en las que están escritas. En Frío el autor hace uso de oraciones más largas, más estructuradas, pero en Subte Pinedo recurre a construcciones mucho más cortas, más vertiginosas y punzantes. Se puede establecer una relación entre la manera en la que Pinedo narra cada una de las dos historias y la vida que llevan los personajes de las mismas: en la primera, la protagonista vive una rutina relativamente planificada, en la que cualquier contratiempo la descoloca y sorprende, y esto se ve de alguna manera acompañado con ese tipo de narración; en cambio, en la segunda, la vida de Proc, la otra protagonista, está todo el tiempo al límite, sin poder saber qué pasará luego, sin poder casi ver: de ahí que la forma de contar la historia sea más rápida, más aguda, todo el tiempo jugando en el límite; tal como la propia adrenalina que siente Proc al caminar, sin saber si dando un paso más caerá al vacío o encontrará el piso como resistencia.
Las dos nouvelles que constituyen este libro, sumadas al relato final, son lecturas interesantísimas, con elementos propios de la ciencia ficción y las distopías, pero con rasgos característicos de la prosa del autor, que le dan a las historias un toque especial que hace que sea imposible dejar de leerlas. Tres lecturas al límite, vertiginosas, a veces inquietantes, que nos mantienen en la cornisa, tal como siempre están los propios protagonistas.
Anoche terminé de leer la tercera novela, Subte, y la verdad me ha gustado muchísimo leer una novela argentina que no caiga en una crítica superficial al mundo contemporáneo. En estas dos novelas vemos qué sucede cuando acontece un evento catastrófico de manera inmediata o a largo plazo. ¿Qué sucede con la humanidad ante la caída del capitalismo? Una pena que no tengamos más obras del autor. Pensaba también, al termina la lectura, en las obsesiones del autor, a esos detalles que aparecen en las tres obras distópicas: Plop, Frío y Subte.
Tres relatos, dos extensos y uno bastante más corto. Los tres tienen el denominador común de la claustrofobia. Frío es el mejor. El mundo se presenta en un invierno irreversible de nevada constante. Es casi imposible sobrevivir fuera y hasta el resguardo no es garantía. En un convento emigran todos menos una religiosa y este texto es eso, su supervivencia, algunos recuerdos de su pasado intercalados. Relatado de manera cruel me hizo parecer La Carretera de Mc Carthy un arco iris de luz y vida. Esto cala mucho más hondo en la desesperación y la situación extrema. A tal punto que la convivencia con ratas es un motor constante. Subte es al contrario de Frío, un mundo de sol abrazador donde el mínimo haz de luz es capaz de quemar viva una persona, se vive bajo tierra, las personas viven en tribus de costumbres distintas a lo conocido como civilización y hasta los perros son lobos. Una embarazada de ocho meses se pierde de su clan y así arranca, corriendo perseguida por lobos en lo que se describe como un túnel de subte sin mencionarlo como tal. Oscuridad, hambre y más situaciones extremas. Cierra el libro con Laberinto, que me hizo recordar bastante a la peli El Cubo y el HiperCubo. Un laberinto infinito metafísico donde se pasa de un jardín a una oficina, donde ni siquiera repetir un mismo avance conduce al mismo lugar. La angustia es tal que leer de corrido los tres relatos es agobiante, le juega en contra, veo un error editorial en juntar al menos los dos primeros relatos que en su momento fueron publicados por separado. Resta Plop, que según entiendo sigue en la misma línea y hasta ahí llegó la corta carrera de Rafael Pinedo, muerto tempranamente. Si sólo leía Frío era para cinco estrellas rotundas y le bajaba una más de nuevo a La Carretera,,, esto es mucho, pero mucho más asfixiante y cruento.
El libro contiene las otras dos nouvelles que, se puede decir, completan la trilogía distopica de Rafael Pinedo.
Cada una ("Frio", "Subte" y "Plop") encuentra a su protagonista en un momento diferente de un Apocalipsis: "Frío" al principio, "Subte" un poco más adelantado y en "Plop" ya adentrado y desarrollado en la nueva realidad. En "Frío" vemos como sería la soledad, en "Subte" como sería tratar de pertenecer a un grupo y en "Plop" como liderarlo.
Veo en los tres relatos la busqueda a la pregunta: Que nos hace humanos? Que es lo necesario? Un conjunto de minimas reglas, algunas creencias y la necesidad de sobrevivir, tal vez. En "Frio" es donde esa identidad humana esta formada desde la Religión. Esta le permite al humano reconocerse, saberse mortal y crear un Dios que le permita salvarse (ya se en este u otro plano). En "Subte" la identidad la da lo que rodea al humano, su territorio, su tribu. El lenguaje, las creencias y la percepción del mundo de la protagonista varía según la Tribu en la que se encuentre.
"Frío" me gusto mucho más que "Subte". Fue muy fluido el desarrollo de la protagonista, cada vez más sola, más animal. Destaco los capítulos donde aparece la pantera. Sentia que estaba leyendo a Quiroga. Era una selva, pero en el patio congelado de un colegio.
Dos libros (tres con "Plop) muy diferentes al grueso de la literatura argentina. Un estilo limpio, sencillo y agresivo que mantiene siempre el ritmo de lectura y dibuja entero la situacion. Muy recomendables.
Novela distópica de 209 páginas, publicada en 2013, dividida en tres tres apartados: Frío, Subte y Laberinto. En Frío, una muchacha, solitaria superviviente en un convento, debe hacer frente al frío y al hambre. En Subte, los humanos forman clanes y deben sobrevivir en las profundidades de los subterráneos, y Laberinto es una especie de poemario final, estilo "flujo de ideas" en el que un hombre se halla encerrado en un laberinto, e intenta buscar la salida. Tras disfrutar tanto de "Plop", decidí leer las otras dos novelas del autor, que se presentan juntas en este volumen. Me ha gustado más "Frío", más parecida a "Plop". Tan descarnada y dura, que no he podido dejar de leer hasta terminarla. "Subte" me ha gustado algo menos, pero es otra joya distópica, sin duda. Así pues, de lectura muy recomendada.
Frío es tremenda. Muy fuerte y genial como está narrada y el nombre que le da a cada capítulo. Me gustó muchísimo la idea de las ratas, la misa y el altar todo junto. Subte me gustó menos tal vez por el final pero continúa en esa línea brutal de protagonistas mujeres viscerales y muy fuertes. Laberinto es interesante pero más dispersa a mi parecer. De todas maneras Pinedo escribe muy bien y es altamente recomendable.
Continuando con el escenario desolador y apocalíptico de Plop, otras dos personas en otros dos mundos extinguidos y despiadados, tienen que forjarse un destino menos hostil si quieren seguir sobreviviendo. La imaginación y creatividad de Pinedo se complementan con el futuro aparentemente inevitable de la humanidad, la cual intenta mantener su dignidad hasta el último respiro de la última mujer. Grandes nouvelles que podrían tranquilamente ser dos miniseries de cualquier plataforma.
Decir mucho en pocas palabras. Contar algo muy grande en una novela muy corta. Una pena que su vida fuera tan corta como sus novelas y no le haya dado tiempo a escribir una docena más, como mínimo...
Frío es bastante interesante, por momentos recuerda a "La casa en el confín de la tierra" de Hodgson, aunque la resolución final es poco interesante, pero se lee con voracidad. Subte está bastantes puntos por debajo de eso.
Jooooooooder... Rafael Pinedo es argentino y está muerto. Con esas dos características ya alcanzaba para que no me interesara un cuerno leerlo. Pero el otro día comentaron un libro de él ("Plop", no éste) en la radio, y dije "apa, literatura distópica, esto capaz está bueno". No sé por qué leí este libro y no "Plop", del que había escuchado hablar.
Jooooder. Pero joder, en serio, qué imaginación jodida hay que tener. "Plop" ganó un concurso de literatura importante, no sé cuál pero sé que no importa eso ahora. Después Pinedo se murió. Post mortem editaron "Frío" y "Subte", dos novelas cortitas, chiquitas, inmensas. Esta edición reúne ambas novelas y un cuento que se llama "El laberinto", que parece más un rejunte de apuntes e ideas que algo completo. No vamos a saberlo nunca, Pinedo está muerto.
Jooooder con las otras dos novelas. "Frío" es la historia de una monja que decide quedarse sola en su convento en medio de una era glaciar que azota ¿al mundo?, ¿al país?. Y ella está vieja, y el frío la carcome, y se queda sin comida, y el edificio está infestado de ratas, y encima Dios está mirándola constantemente y ella le tiene miedo a Dios, al Diablo y a las ratas. Es tan terrible todo lo que pasa, tan angustiante (y tan frío), y al mismo tiempo ella parece tan humana... Es curioso, debe ser la única monja de la literatura con la que pude identificarme (un poco; si llegan al final, no piensen que yo soy tan así). "Subte" también ocurre en un futuro distópico, en una sociedad que sobrevive en los túneles de los subtes porque la luz del sol mata a las personas. El libro arranca con una mujer embarazada y un nenito que son perseguidos por una jauría de perros hambrientos; el nenito se cae y se quiebra la pierna; la mujer decide dejarlo y que se lo coman los perros, así ella tiene unos minutos más de ventaja en su huida, pero antes se acerca al nene y le saca el cuchillo, pero no para matarlo porque si los perros lo agarran vivo van a tardar un poco más en comérselo y ella gana un poco más de tiempo. Y ESAS SON LAS PRIMERAS CINCO PÁGINAS.
Los libros de Pinedo son todos sobre la supervivencia, sobre la pulsión de vivir (y Pinedo está muerto), y cómo la supervivencia es lo que moldea lo que llamamos moral. El bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto depende exclusivamente de cómo (sobre)vivimos. El relativismo cultural siempre es un argumento peligroso, y en la realidad nunca se ejecuta como nos gustaría. Pero para eso está la ficción, para llevar las cosas a un reductio ad absurdum que te permita ver las cosas desde otro punto de vista o, al menos, que te lleve a aceptar que quizás hay otra manera.
Ahora me queda leer "Plop". Y con eso se me termina la obra de Pinedo.
Y pensar que hay gente que piensa que las "aventuras" de los libros de Florencia Bonelli son apasionantes, no?
Estas novelas cortas de Pinedo cumplen con lo que prometen. Continúa la narración despojada y cruda que el autor inauguró con "Plop". No le di 5 estrellas porque, si bien me gustaron mucho sus textos, Plop-Frío-Subte parecen versiones paralelas pero encadenadas de un mismo mundo hostil; la homogeneidad del estilo remarca esta recurrencia, haciendo difícil distinguir un libro de otro.