El gran friso narrativo de los Episodios Nacionales sirvió de vehículo a Benito Pérez Galdós (1843-1920) para recrear en él, novelescamente engarzada, la totalidad de la compleja vida de los españoles –guerras, política, vida cotidiana, reacciones populares– a lo largo del agitado siglo xix. UN VOLUNTARIO REALISTA personifica en “Tilín” el solsonés, Pepet Armengol, un movimiento producido en la España fernandina, el levantamiento de los que consideraban a Fernando VII y su régimen como blandos y moderados. Tilín es otro de esos personajes que a Pérez Galdós le gustaba seguir en su paso de niño a hombre, en una existencia trabajosa y difícil: nieto de un sacristán de monjas, recogido por ellas en su orfandad, y al fin voluntario realista en la agitada Cataluña de aquellos días.
People know Spanish writer Benito Pérez Galdós especially for his Episodios Nacionales (1873-1912), a series of 46 historical novels.
Benito Pérez Galdós was a Spanish realist novelist. Some authorities consider him second only to Cervantes in stature as a Spanish novelist. He was the leading literary figure in 19th century Spain.
Galdós was a prolific writer, publishing 31 novels, 46 Episodios Nacionales (National Episodes), 23 plays, and the equivalent of 20 volumes of shorter fiction, journalism and other writings. He remains popular in Spain, and galdosistas (Galdós researchers) considered him Spain's equal to Dickens, Balzac and Tolstoy. As recently as 1950, few of his works were available translated to English, although he has slowly become popular in the Anglophone world.
While his plays are generally considered to be less successful than his novels, Realidad (1892) is important in the history of realism in the Spanish theatre.
Don Benito Pérez Galdós nos saca de Madrid en este nuevo episodio y nos lleva a Solsona (Lérida) para relatar la "guerra de los agraviados", un alucinante episodio de guerra civil dentro del bando absolutista. Un grupo de antiguos guerrilleros de 1808 y muchos frailes catalanes consideran, inopinadamente, que el rey Fernando VII está secuestrado por una camarilla de masones dirigidos nada menos que por Calomarde y que no está cumpliendo lo que prometió de restaurar el absolutismo pleno. Galdós nos narra la evolución de este conflicto desde el punto de vista de catalanes sencillos y algún personaje histórico, como acostumbra. La historia menor de nuestros protagonistas al final da un giro de guión con un homenaje al movimiento del romanticismo que se va imponiendo en Europa, pero no me ha terminado de convencer... Por lo demás, me ha resultado muy interesante ver el origen del movimiento carlista catalán, que tanto juego ha dado en el siglo XIX y el XX.
En 1927, una vez Fernando VII ha consolidado su absolutismo tras la intervención de los "Cien Mil Hijos de San Luis", España sigue siendo un hervidero de pasiones políticas. Los liberales (los "negros") están arrinconados y perseguidos y sus figuras más importantes exiliadas. El poder está en manos de los realistas, pero entre ellos surgen facciones. Los "Apostólicos", la rama más radical y ultraconservadora cree que la política real es tibia contra los liberales y propugna un estado donde la religión esté por encima de todo. La mayoría de los clérigos, naturalmente, se apunta a ello y desde los púlpitos se arenga al pueblo llano a desafiar el orden establecido. De los choques entre realistas conservadores y apostólicos nada bueno puede salir. Cuando dos piedras de molino se juntan es para triturar al grano, en este caso los liberales. Entre los apostólicos se empieza a extender la idea de que Fernando VII no es suficientemente religioso y que conviene sustituirlo por su hermano Carlos, de comunión frecuente. Esto será el preludio de las guerras carlistas. La novela nos proporciona dos nuevos personajes de la serie: Pepet Armengol "Tilín" un sacristán devenido en guerrillero apostólico, fanático de la acción militar para emular a los grandes caudillos de la historia, cuyos hechos ha leído y, a semejanza de Don Quijote con los libros de caballerías, ha interpretado torcidamente. Frente a él, una monja joven y guapa, Sor Teodora de Aransis que pasa en el convento una plácida y sosegada existencia exterior, contrastada con fuertes vivencias y anhelos externos. Una vez más, se evidencia el genio de Galdós para componer infinidad de personajes vivos y creíbles en su momento histórico, aunque hoy nos puedan parecer trasnochadas algunas de sus motivaciones. Pero cada persona es hija de su tiempo, y este es el valor de la serie. En el entorno, la rebelión catalana fruto de un descontento social y de la miseria de los campesinos. La acción transcurre íntegramente en Cataluña y nos ayuda a conocer algo mejor las peculiaridades del territorio y sus paisanos. De nuevo, una magnífica novela galdosiana.
Uno de los Episodios que he disfrutado más de la Segunda Serie. Viajamos a Solsona y al centro de Catalunya. El relato se mueve a las filas de guerrillas católicas que serán el germen del Carlismo. Me ha encantado el personaje de Tilín y el de Sor Teodora y cómo Galdós engancha con Monsalud para seguir el hilo de la historia. Por una vez, la tensión amorosa y casi sexual entre la monja y "Servet" cobra una dimensión interesante en la narración y no se queda simplemente en una capa de folletín como en libros anteriores 📚 Prepárate para mucha acción y algo de humor en este volumen genial de EN.
Continuamos en este volumen la segunda serie de los episodios cuyo protagonista Salvador Monsalud, aparece casi de tapadillo al final de la novela. Es claro que a Galdos, que yo tengo la idea debía ser liberal, lo del absolutismo no lo termina de ver y en este libro se plantea las guerras que se dieron entre los propios absolutistas queriendo ser unos mas religiosos y monárquicos que otros dentro de una visión absolutista sectaria y absurda. Utiliza el autor a alguno de los personajes ya conocidos y como ya es habitual describe la situación, en este caso en la zona catalana, aquí Madrid no aparece, para explicar las posiciones de los absolutistas a los que de manera directa e indirecta trata de todo, asesinos, cobardes, fanáticos, etc. A los religiosos en general curas y monjas, los pone a caer de un burro. Como siempre es interesante y desarrolla una exposición de los hechos con un acusado carácter costumbrista.
Una estrella por lo que supone, no porque esté mal escrito. La verdad es que he pasado del Terror de 1824, mi episodio favorito de la saga, a uno un tanto decepcionante, que me ha sacado de la historia corriente. Le falta intensidad a un episodio que, me da la sensación que cumple el papel de completar la segunda serie.
Llegamos al octavo episodio de la segunda serio y 18ª de los “Episodios Nacionales” de Benito Pérez Galdós. En este episodio se nos narra la vida de Pepet Armengol, llamado Tilín, un muchacho que se ha criado en el convento de Sant Salomó y que se incorporará a las filas de los llamados “realistas”, partida de voluntarios (de ahí el título) que se levantaron contra el mismo rey al que exigen la vuelta a una monarquía absoluta ya que consideran que se está haciendo demasiadas concesiones a liberales, jacobinos y masones. Esta revuelta, que tuvo su foco principal en Catalunya, a los que los payeses se unieron en lo que se llamó la “revolta dels malcontents”. Esta revuelta y el levantamiento realista que fue finalmente aplastado por las tropas de Fernando VII son consideradas como el génesis de lo que acabarían siendo las guerras Carlistas. En cuanto a la parte argumental nos encontramos al tal Tilín, que, al hacerse mayor, lleva al extremo su desquiciada pasión por sor Teodora de Aransis, a la que llega a raptar. Aparecen también otros personajes como el guerrillero Jep dels Estanys o Pixola, ambos personajes reales, además de una breve aparición de nuestro conocido Carlos Navarro y de un misterioso y atractivo personaje, Jaume Serves que quizás no sea quien dice ser. En definitiva, un episodio de transición cargado de aventuras folletienescas en un trasfondo histórico narrado con solvencia galdosiana.
Digresión histórica en la linea argumental de la segunda serie de los Episodios Nacionales ambientada en la guerra de los Agraviados que tuvo lugar en Cataluña y que fue germen de las Guerras Carlistas que vendrían después.
El protagonista Pepet Argensola lleva en sus hombros toda la trama de este Episodio, en la cual se entrecruzan también los conocidos Carlos "Garrote" y Salvador Monsalud para trenzar una trama, que como de costumbre no defrauda por su intensidad y desarrollo final.
Al fin se aleja en todo de Madrid y la acción cambia de personajes a Cataluña. Se explica bien (aunque desde el ojo contrario) a los agraviados y a cierta parte del clero. Por lo demás, la trama es interesante, con algunas sorpresas y un giro final grandioso, aunque lo mejor es la coherencia de los personajes con sus valores y aspiraciones.
El contexto político del levantamiento Apostólico de 1827. El antecedente del carlismo levantándose contra el absolutismo por no ser suficientemente opresor, y entre ambos, machacando a liberales. De contexto personal, uno de los amores tóxicos que tanto gustan a Galdós.