Spanish poet Vicente Aleixandre won the Nobel Prize of 1977 for literature.
Vicente Pío Marcelino Cirilo Aleixandre y Merlo received it at 79 years of age. At the time, people barely knew him with just two available small editions in English translation. Two years later, in 1979, Harper and Row brought out bilingual edition of Lewis Hyde of selected poems of Aleixandre, A Longing for the Light. When people left the book to go out print, Copper Canyon published a paperback edition in 1985. Express Books noted in an article on Aleixandre, “A Longing for the Light remains the only readable collection of Aleixandre’s poetry available.”
A poesia espanhola, para mim, encerra e concilia: luz e obscuridade, amor e tristeza, morte e alegria. É sensual, sabe tão bem como uma laranja doce.
Não sei se é por causa das palavras simples, se pela ternura com que enrolamos a língua para as dizer, se é por conta dos seus poetas, tão sedentos do milagre da palavra escrita.
Vicente Aleixandre, não é excepção. E não é pelo prémio Nobel (que merecidamente recebeu), mas sim por causa de momentos de epifania como este:
"...tiempo de los suspiros o de adórame cuando nunca las aves perdían plumas tiempo de suavidad y permanencia los galopes no daban sobre el pecho no quedaban los cascos, no eran cera las lágrimas rodaban como besos y en el oído el eco era ya sólido así la eternidad era el minuto el tiempo sólo una tremenda mano sobre el cabello largo detenida oh sí. En este hondo silencio o humedades bajo las siete capas de cielo azul yo ignoro la música cuajada en hielo súbito la garganta que se derrumba sobre los ojos la íntima onda que se anega sobre los labios dormido como una tela siento crecer la hierba verde suave que inútilmente aguarda ser curvado una mano de acero sobre el césped un corazón un juguete olvidado un resorte una lima un beso un vidrio una flor de cristal que así impasible chupa de tierra un silencio o memoria."
Esse cenário de sedas amarelas que um sol doura ainda e um suspiro ondula. Num sopro o ontem vacila, e range. No espaço é ainda, mas pensa-se ou vê-se. Adormecido quem o olha não responde, pois vê um silêncio, ou é um amor adormecido.
Dormir, viver, morrer. Lenta a seda range, diminuta, finíssima, sonhada: real. Quem é, é signo, uma imagem de quem passou, e aí fica.
_____________ Prémio Nobel da Literatura 1977 Vicente Aleixandre nasceu em Espanha (Sevilha) em 26 de abril de 1898 e morreu em Espanha (Madrid) em 13 de dezembro de 1984.
Me sabe muy mal darle esta nota a un premio Nobel, y más a uno del nivel De Vicente Aleixandre. Su poesía es buena y posee unas imágenes muy poderosas que me recuerdas, a cada instante, a las imágenes y las metáforas amatorias de Propercio. Y he aquí su talón de Aquiles. Soy muy consciente de que distintos estudiosos han dedicado parte de su investigación a la comparación entre ambos poetas —pues hay evidencias claras, sobre todo en La destrucción o el amor— y al haber leído alguna que otra cosa en relación no paraba de ver sus versos como una extrapolación —más bien una expansión no necesariamente mejor— del poeta elegíaco.
Sin embargo, crea unas imágenes oníricas, trascendentales e irracionales que no pueden dejar indiferente. Nuevamente, destaco La destrucción o el amor, donde —a mi modo de ver— deja la mayor parte de su alma y las ansias de provocar una sintaxis perfecta que renueve las fórmulas poéticas clásicas. Y, por supuesto, también destaco como poemario De historia del corazón.
De hecho, es realmente interesante el inicio de todos sus poemas, pues perfectamente podría caber el poema entero en ese verso. (“¿Comprendes ya que un poema cabe en un verso?”, rima XXIX Bécquer).
Creo que ha sido un error por parte del editor la selección de los poemas, hay muchísimos mejores (no creo que se deban destacar los conocidos por el hecho de serlo) que retratan mejor la imagen del poeta.
«¿Por qué besar tus labios, si se sabe que la muerte está próxima, si se sabe que amar es sólo olvidar la vida…?»
«Solo la luna sospecha la verdad. Y es que el hombre no existe».
«Es el instante, el momento de decir la palabra que estalla, el momento en que los vestidos se convertirían en aves, las ventanas en gritos, las luces en ¡socorro! y ese beso que estaba (en el rincón) entre dos bocas se convertirá en una espina que dispensará la muerte diciendo: Yo os amo».
Siento que amo a este hombre. Tal vez los poemas de sus últimos años hayan sido más sosos, y los de los primeros años muy cargados de arcaísmos, buscando una belleza que, afortunadamente, encuentra pronto en "Espadas como labios", "La destrucción o el amor", "Sombra del paraíso" e "Historia del corazón". Aún así, también me han gustado mucho esos "Diálogos del conocimiento", tan curiosos y eruditos, y es imposible no enamorarse de esa prosa tan poética y maravillosa que hace en "Pasión de la tierra". Mi nuevo poeta preferido, sí, tiene el Nobel muy bien merecido.
Aunque la crítica literaria tiende a definir mayormente a Vicente Aleixandre como un poeta innovador perteneciente a la generación del 27, también podría considerársele como un poeta de la generación del 36, de la posguerra o del exilio interior, pues su obra abarca varias etapas, desde el clasicismo más puro, el posromanticismo, pasando por el surrealismo, el poema en prosa, el verso libre, la escritura automática y el irracionalismo, hasta llegar a una poesía social, antropocéntrica, costumbrista, metafísica y de madurez. Son muchos los que coinciden al opinar que el grueso de la poesía de Aleixandre es desolada, amarga, desesperanzadora, nostálgica, donde solo resta el instante, la felicidad como un eco. Sus versos están llenos de símiles inversos, de pesimismo, de nihilismo. Utiliza un conceptualismo estilístico cargado de negativismo. También transpiran sus versos una voluntad transgresora encaminada a reivindicar el erotismo en el contexto de una sociedad que sanciona, que obliga a reprimir, a clausurar, a sofrenar lo natural, que concibe el cuerpo como obscenidad, cuando el poeta lo concibe como un todo. Muchos los han considerado también como el poeta del amor, del amor experiencial, vivido y sufrido, pero en el fondo su idea de amor transpiraba un romanticismo tradicional, entendía el amor como una fuerza poderosa y transformadora, cósmica, excesivamente sublimada e idealizada. Sobretodo en los últimos versos de Aleixandre hay también búsqueda metafísica, tendencia a la concatenación de aforismos ambiguos, oscuros, confusos. Hay quien lo llama falso estilo aforístico. Así como en sus primeros poemarios Aleixandre define el mundo, lo concreta, lo limita, en sus siguientes poemarios invierte los términos para descubrir que el mundo es huidizo, polimorfo, irreconocible. Influenciados por el psicoanálisis de Freud, se interpretan la mayor parte de sus versos como una larga metáfora de la subjetividad, una proyección múltiple de la mente individual, entendiendo que nada tiene existencia real fuera de nosotros, entendiendo el mundo como el rostro de nuestra conciencia. Que el valor polisémico de los versos de Aleixandre sea solo perceptible para un analista, como opinan algunos, describiendo su poesía como artificiosa, no es precisamente positivo, no es lo que la convierte en admirable. Cierto que una primera lectura, una segunda o incluso una tercera puede resultar tediosa. No es fácil conectar con una poesía que a día de hoy está marcada en apariencia por el pensamiento convencional o patriarcal, influenciada por “El paraíso perdido” de Milton o por la “Biblia” incluso. Que el miedo a la censura condujera a Aleixandre a enmascarar a menudo su auténtico pensamiento con metáforas y símiles complejos, es lo que hace que muchos de sus versos parezcan artificiosos, sofisticados, carentes de autenticidad. Solo una lectura de sus versos muy profunda y guiada permite comenzar a percibir mucho más de lo que aparentemente dicen y a poder disfrutar de ellos. No en vano Aleixandre fue merecedor de numerosos galardones literarios entre los que destaca el Premio Nobel de 1977.
It's interesting to read an anthology of poetry that traces a poet's entire career. While you miss out perhaps on the conceptual completeness and thematic togetherness of each individual collection, it provides a good view of a writer's bigger vision and, of course, their progression as a writer. Aptly, this chronological collection by Vicente Aleixandre begins with poems like 'Juventud' and 'Adolescencia' and ends with titles such as 'Pensamientos Finales' and 'Los Amantes Viejos' which reflect on old age, the approach of death and a search for meaning in life. Like many artists, from pop musicians to rock bands to novelists, there is a wheeling, rambling freedom in his early work which contrasts well with the more constructed, well-thought out poems later in his career.
The early poems are hard to grasp. Aleixande writes with big, swirling metaphors and similes. Poems like 'El Vals' and 'Toro' are surreal, confusing and contain a beauty that is difficult to pin down. His imagery deals in the cosmic; stars, the universe, light, dark, sound, the sun. But his poems are not overly dramatic and they are grounded by a very tactile, very elemental, use of the language of materials and nature; they are constructed of glass, crystal, stone, air and water. Early poem 'Las Aguilas' mixes these evocative vocabularies to great effect. 'Los Inmortales' is a more obvious homage to the building blocks of his poetic language.
When talking about love his metaphors come alive and manage to avoid cliches most of the time. 'Se Querian' is a beautiful, romantic poem and marks a transition to a fascination with more human forms, less opaque poetry and physical descriptions as well as an element of storytelling, although the stories within his poems are always fabulic and vague. Poems like 'El Ultimo Amor' and 'El Viejo y El Sol' demonstrate these changes as well. 'En la plaza' is my favourite in this collection, a gorgeous description of the human crowd, at once personal and intimate as well as universal and cosmic.
The final poems show an interest for the little details of life. 'Rostro Final' is a powerful description of a face as it reaches the end of his life. 'La Ventana' is more personal, more direct, and is perhaps the most accessible poem here, demonstrating his move towards direct pronouns and personal address - quite a few poems are written in the second person or use the imperative form. 'Los Viejos Amantes', at the end, is a conversation between EL and ELLA written in script form, a reflect on love, on a relationship and on what life has meant, more earthly but still full of light and stars in the his metaphors. A great introduction to a poet who sometimes has a magical touch. 7
Sin duda una de las mejores personas que he leído juntando unas palabras con otras. Dejo el enlace a un poemilla, que es muy largo para copiarlo: https://www.poetasandaluces.com/poema...
En esfuerzo personal lo intento con la poesía, pero no, no entiendo nada. No puedo hablar de nada que me haya movido en estos versos. Debo ser apoético, lirófobo o antiverso. Bueno, no, me gusta Quevedo