El autor regresa a los paisajes de una infancia ya perdida a través de un viaje que le llevará a recorrer parte de montaña leonesa, bordeando el curso del río Curueño y que desvelará, a su paso, un escenario «tan hermoso como sobrecogedor y tan espectacular como perturbador para el espíritu y el alma». A través de una prosa bella e intimista y un lenguaje minucioso, Julio Llamazares nos muestra la fascinación, la nostalgia y el cariño que le provoca un paisaje que «guarda memoria en sus piedras del paso feroz del tiempo» y nos revela ese mundo rural, ese territorio que forma parte de nuestra historia y nuestra memoria.
Julio Llamazares was born in Vegamián, a small village in the region of León. At the age of twelve he left the mountain area, attended a boarding school in Madrid and then studied law. Today Llamazares works as a writer, journalist and scriptwriter.
After two poetry volumes which were published under the titles of 'La lentitud de los bueyes' (1979) and 'Memoria de la nieve' (1982), his successful debut as a novel writer came out in 1985 'Luna de lobos'.
Llamazares had his literary breakthrough with the novel 'La lluvia amarilla' in 1988. The novel is about Andrés, an old man who is the last inhabitant of a forsaken village in the Pyrenees. Andrés reminds the former vitality of this place and contemplates about forgetting, death, and loneliness. With the story of the dying village, Llamazares has depicted a concise development of Spanish society in a bribingly direct speech. Hundreds of villages have disappeared in the last decades because the inhabitants have moved to the cities. In the first three years after its publication, 'La lluvia amarilla' was already re-published 15 times.
In the autobiographical novel 'Escenas de cine mudo' (1994), the narrator returns to Olleros, the place of his childhood. After the death of his mother he finds a photo album with old black and white photos. With the help of the yellowed photos he goes back to his past and describes, in loosely connected scenes, his experiences from the view of a child, thus bestowing an insight into the social history of the region.
Llamazares holds a special place in Spanish contemporary literature. He belongs to the few authors who concern themselves with rural Spain, the remote areas and the decline of damned mountain villages. With his unassuming and convincingly told stories of everyday life, he plays a large part in the existence of this world not being forgotten in the general frenzy of modernization.
Llamazares has published collections of stories, such as 'En mitad de ninguna parte' (1981) and chronicles ('El Entierro de Genarin', 1998). Furthermore, he edited an Anthology about the city of Madrid, which came out as 'Los viajeros de Madrid' in 1998. Articles he wrote as a journalist are collected in 'En Babia' (1991) and 'Nadie escucha' (1995). Llamazares’ travel reports about forgotten regions and districts were published as 'El río del ovido' (1990) and 'Trás-os-Montes' (1998). He also wrote filmscripts and extended reportages – among these, one about Berlin. Recently, his novel "El cielo de Madrid" (2005) was published. The author lives in Madrid and León.
el viajero debería esforzarse más al escribir el viajero debería saber que emplear constantemente estructuras anafóricas asfixia a la lectora que tiene que leer esto para clase
Sigo pensando que La lluvia amarilla es la gran (y única) obra maestra de Julio Llamazares. Aunque el tono de este libro de viajes tiene mucho en común con aquel, deja mucho que desear. La estructura es poco original, repetitiva y las descripciones se hacen pesadas. Lo más interesante son las brevísimas conversaciones con los locales que aparecen a lo largo de esta travesía por la ribera del Curueño. Sin embargo, conforme avanza el viajero, la socarronería se vuelve prácticamente inaceptable con bromas de un machismo rancio difícil de tragar, una ironía nada sutil y una actitud soberbia que me ha valido el enfado con el autor de mi libro favorito en el mundo. En cierto modo lamento haberlo leído y desde luego no lo recomiendo. Si queréis leer al Llamazares elegante y delicado de verdad, leed La lluvia amarilla y después Las lágrimas de San Lorenzo.
Podría decirse que El río del olvido es un libro de viajes en su concepción más clásica. En él, su autor realiza un viaje a pie por lugares de la geografía leonesa, siguiendo el curso del río Curueño, en lo que también es un viaje en el tiempo: a medida que camina hacia delante, físicamente, deshace la existencia psicológicamente, acercándose a los lugares en los que ha vivido la infancia. De esta manera, el libro tiene mucho del Años y leguas de Gabriel Miró, incluso en el intento de realizar una prosa con descripciones líricas y descripciones en mayor o en menor medida poéticas. Sin embargo, lejos de ser un Gabriel y Galán o el ya mencionado Miró, Llamazares entronca directamente con el Camilo José Cela viajero. El libro se encuentra muy cerca, no del celebérrimo Viaje a la Alcarria, sino de otros dos: Primer viaje andaluz y Del Miño al Bidasoa. Curiosamente, el Río del Olvido guarda cierta similitud con este último, obra maestra en la literatura de viajes de Cela, en donde también se siguen los cursos de un río. Ciertos giros, el estilo de la prosa, los vericuetos de la memoria… Llamazares describe con detenimiento y mimo, hasta el detalle, los pueblos y los lugares por donde transita. Es una literatura pedestre, con todo lo bueno de la palabra, con gusto por el adoquinado, por el polvo del camino. En ese sentido es un libro de viajes enormemente útil para el lector que podría muy bien adentrarse en el mismo tipo de viaje porque en él se da noticia de los lugares ideales en los que parar, se informa de las fondas, pensiones, bares donde poder recuperar fuerzas, se atiende hasta a la última sombra del recodo. Salvo la ciudad de León en lontananza, desperezada de madrugada al inicio del libro, es un relato de pueblos, de aldeas, de lugares pequeños, algo recónditos a veces, un auténtico viaje de descubrimiento y recuerdo a las interioridades del viajero y a las entrañas de ese paisaje que permanece en la memoria. Existe algo desolador en todo ello, cierta amargura de irrecuperable tránsito, una conciencia del tiempo extraviado y una nostalgia de la infancia. Pero, por otro lado, fiel a la literatura de viajes, se puede trazar una línea sobre el mapa para seguir con pulcritud el itinerario. Tal vez se eche de menos eso, mapas de orientación, al menos en la edición de bolsillo que he manejado. Unos pocos mapas y algunas fotos complementarían muy bien el texto. Llamazares desayuna, come, cena en las tascas, se pringa con el polvo de los caminos, se asusta de los perros, es importunado por las gallinas, recoge testimonios pintorescos de los lugareños, historias a veces casi increíbles, y construye un collage de viaje conformado por varios prismas: el paisaje real, el imaginario que lleva en su cabeza y los testimonios de los habitantes de los pueblos. Con todo ello, junto a una prosa cuidada y en ocasiones lírica, escribe este Río del olvido que, una vez leído, estará más presente que nunca, más recordado y fresco en la memoria.
Texto con un carácter epigónico de Cela, que dejó el listón muy elevado en cuanto a libros de viajes se refiere. Nosé, quizás sea incapaz de juzgar mejor a quien perpetró semejante espanto como El cielo de Madrid, por muy bueno que sea, o que sean, el resto de sus libros
El primero que leí de Julio, en una Semana Santa en Pola. Me lo llevé y lo empecé a leer en el tren, subiendo el Pajares, intentando darle la liturgia que la narración exige. Nunca había leído un libro de viajes, ni siquiera Viaje a la Alcarria, pero en todo momento visualicé a Julio entrando en los bares, caminando por las callejuelas y observando los pequeños grandes monumentos que tiene todo pueblo. Me lo leí en menos de una semana, lo cual para mí es rapidísimo y aún recuerdo varios pasajes maravillosos que ahora creo haber vivido yo mismo en el bar de Rodiezmo. En fin, esa pureza que rodea al pueblo, su comunidad, y todo eso que tanto recuerda a otros tiempos, la plasma de manera perfecta. Muy auténtico.
Lo comencé a leer a principios de 2023 prestado de la biblio y, como no tenía tiempo con el máster, lo dejé a la mitad. Lo retomé hace como un mes. Me gusta mucho este libro porque es asomarse a otro tiempo y darse cuenta de lo que ha cambiado la sociedad, su ritmo, y de lo poco que ha cambiado el paisaje. Aunque ya conocía la obra de Julio Llamazares, agradezco la recomendación a Cris y Marcos y su amor por la montaña leonesa.
"En El río del olvido, Llamazares, en paralelo a Delibes, nos propone, al fin y al cabo, con su estilo mordaz, rudo y solitario, volver al pueblo, a sus caminos, a sus gentes y su historia mientras seguimos al viajero y a sus pensamientos o recuerdos". Más en https://capitulocuarto.com/2020/09/30...
- Light lecture appropriate for the holidays. - Interesting to me because of my relation to the area and the river. - The anecdotes do get a bit tedious/meaningless/repetitive towards the end. The book is essentially a compendium of stories sorted "geographically". Hence, there is no high-level structure that keeps you motivated throughout the book.
Muy interesante, he viajado con el autor y he sentido el peso de los lugares por donde pasaba.
Como crítica, lo único que puedo decir es que hubiera agradecido un planito para ver todo el periplo que recorre, pero quizás, en este tipo de novelas, eso sería hacer spoiler ... ;-)
El libro con el que descubres que en literatura no es tanto lo que sucede sino cómo lo cuentas. Lo he leído mirando en internet la localización de cada sitio por el que pasa el viajero y los paisajes son impresionantes. Muy recomendable.
Despues de toda la mugre leida de los ultimos trabajos del autor. Ejemplo claro "Primavera Extremeña" volver a los antiguos trabajos es todo un placer y mitiga un poco la decepcion con el autor.
Reconstruir un viaje al pasado y revivir en el presente todo aquello que ya prácticamente está olvidado. Después de leer el libro me encantaría recorrer el mismo camino, la senda del río Curueño.
Me parece un libro simplemente encantador. Podemos ver a un joven interesado y preocupado por su tierra y por sus gentes, llegando al punto de casi fundirse con ella en un viaje inocente a la par que cargado de emociones. Un joven Julio Llamazares recorre el río del olvido, que no es otro que el de la vida misma, desde una mirada joven y melancólica recogiendo relatos populares y salvándolos así del propio río - o séase, del olvido.
Únicamente lo leí porque en el Curueño está el pueblo en el que mi abuela pasó parte de su niñez y los recuerdos que me trae esa zona de León son siempre muy tiernos. Pero en sí el libro no da para mucho, el autor es repetitivo hasta no poder más. Podría decir que lo leí por nostalgia y porque sigo echando de menos a mi abuela y porque me apetecía meterme en unas páginas en las que aparece Valverde de Curueño. En fin, la sensibilidad. Ah, y me encantó conocer la historia del topo de La Mata, un hombre que pasó diez años viviendo en la cuadra de su casa, pero bajo tierra, para que no lo encontrasen sus vecinos y no lo fuislaran los franquistas. Uf, tremendo.
Está genial el libro, es como pasear por los parajes que el autor describe, como si anduvieras con él el camino que él recorre. Lo leí en el instituto obligatorio y nunca olvidaré la excursión que hicimos después de leerlo para ver el nacimiento del río Curueño.