Cómo valorar y potenciar lo que poseemos: vida, cultura, amistad, humor, honestidad..., bienes capaces de abrir horizontes, dar belleza a la existencia y adornar la libertad de una verdadera cultura.
CONTENIDOS -«Los bienes invisibles son luminosos, netos, inmateriales y algo misteriosos, capaces de abrir horizontes y dar belleza a la existencia. Y son liberales, porque tienen mucho de don gratuito y, al mismo tiempo, expanden, aclaran y adornan la libertad, y la elevan sobre el comportamiento instintivo o gregario. Forman la verdadera cultura humana, que nada tiene que ver con los fuegos artificiales del esnobismo.
He escrito este libro de la manera más sencilla posible. No sólo para que resulte más fácil de leer. Sino también porque lo que todo el mundo entiende está sometido al juicio de todos. Es un riesgo y, al mismo tiempo, una garantía. Las grandes abstracciones son más cómodas a la hora de escribir y dan una apariencia más brillante, pero cubren la realidad con sus fulgores» ( del Prólogo del autor).
Juan Luis Lorda (Pamplona 1955) es sacerdote, ordenado en 1983, Ingeniero industrial (1977) y Doctor en Teología (1982). Desde el año 1983 enseña Teología dogmática y Antropología cristiana en la Universidad de Navarra.
Ha publicado varios ensayos: Antropología. Del Concilio Vaticano II a Juan Pablo II; Para una idea cristiana del hombre, y Avanzar en Teología, algunos c omo fruto de sus cursos entre universitarios: Moral, el arte de vivir y Para ser cristiano. Ambos han sido traducidos a varias lenguas. También ha publicado en Rialp El fermento de Cristo.
Juan Luis Lorda Iñarra (Pamplona, 24 de enero de 1955) es ingeniero industrial, doctor en Teología, y profesor ordinario de Teología Dogmática y del Instituto Core curriculum en la Universidad de Navarra. Ordenado sacerdote en 1983 es incardinado en la Prelatura del Opus Dei.
El libro trata sobre la cultura y la educación desde un punto de vista cercano. Sus reflexiones sobre lo que es el humanismo y la cultura y lo que ésta conlleva en la educación y en la búsqueda de la verdad y la belleza, son concisas y se acompañan de claros ejemplos y fáciles de entender. Al comienzo el autor subraya que la inteligencia necesita, además de conocimientos, metodología y sabiduría para contestar las preguntas esenciales que todo hombre debe hacerse a lo largo de su vida: de dónde venimos, a dónde vamos, dónde está la felicidad y cómo afrontar el sufrimiento y la muerte. Cultivar el corazón incluye querer con sinceridad e integridad. Pero esto debe hacerse desde la disciplina personal, la honestidad, la humildad y un claro orden de amores. En la vida, el ideal de ser humano nunca lo encontramos de forma conjunta, para ello es preciso cultivar las humanidades. Pero los bienes del espíritu no pueden cultivarse con fines egoístas, sino como servicio y gratitud hacia los demás. Se trata pues de una obra iinteresante, práctica y escrito de forma sencilla para una gran diversidad de público / AE
Creo que el contenido de este libro es muy valioso, ya que se centra en lo que un hombre tiene que cuidar para lograr ser más humano. Inicia hablando del estudio, de la cultura, la belleza, el arte y después abarca temas "intangibles" como la amistad, la honestidad, el buen gusto, la retórica o el optimismo, que son los que se me vienen ahorita a la mente.
Altamente recomendado, creo que quien lea este libro realmente podría encontrar respuestas a muchas cosas y sobre todo una oportunidad para continuar en el arduo camino de crecer más como persona cada día.
Un manual necesario y revelador sobre los elementos esenciales del humanismo. Un enfoque letrado, culto y sagaz que aborda, entre otros conceptos, la inteligencia, la cultura, la honradez y la palabra con sutileza y sumo detalle, apoyándose en el discurrir de los grandes pensadores. Muy recomendable su lectura.