Vicente García de la Huerta fue uno de los escritores más interesantes y casi me atreveré a decir más conmovedores del siglo XVIII por la entereza y el tesón con que defendió un ideal decadente contra los nuevos valores ideológicos -y estéticos- suscitados por una sociedad en transformación y dirigida por un gobierno absolutista.
Relectura en la edición "anotada" de eBookClasic, que de anotada no tiene nada, a no ser que con anotada se refieran a una breve nota biográfica de García de la Huerta que se incluye al final.
Me ha gustado más de lo que creía, a pesar de que al principio no acababa de cogerle el punto a la obra, pero acabando la jornada primera la cosa se va poniendo interesante. Por ahora, la mejor tragedia neoclásica que he leído.
Una puntuación dada desde el punto de vista de una lectora actual, valoro lo que representa dentro del teatro de la época ilustrada en España, pero los diálogos me han resultado largos y en algunos casos me he perdido. Esta valoración está simplemente sujeta a la primera impresión que he tenido del libro, teniendo en cuenta que el tiempo y la estética que nos separa es muy amplia y se disfruta de otra manera con este tipo de lecturas.
Suelen gustarme las obras trágicas, pero con ésta simplemente no conecté. En la mayor parte de la obra me pareció lenta y enfadosa, ya al final con los sucesos de la tercera Jornada sentí que todo fluyó un poco más rápido, pero solamente al final.
Es una obra que es difícil de leer, ya que está escrito en un lenguaje poético y en un castellano antiguo. Narra el reinado de Alfonso Octavo, y como perdió la cabeza por Raquel, una mujer hebrea, a quien condenan a muerte por el pueblo castellano de la época.
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🧍 A ver, ha sido medianamente infumable, pero dentro de lo que cabe tiene versos bonitos y la historia está más o menos bien. Se hace muy lento con tanto monólogo repetitivo, que yo entiendo que es cosa del teatro neoclásico, pero madre mía. Alfonso Octavo eres un petardo callate ya porfavor.
La acción está repartida de forma desigual: en las dos primeras jornadas casi no hay y en la tercera se precipita. Aún así, obra cumbre del teatro del XVIII que es necesario leer.
No es de mis lecturas favoritas de este curso. Se me ha hecho muy repetitiva y era todo dar vueltas a un mismo tema para llegar a un final que todos esperábamos. Me han gustado las escenas finales, aunque he leído alguna obra del XVIII que he disfrutado más.