Adriano Ramírez acaba de jubilarse después de toda una vida al frente del Departamento de Investigaciones Criminales de San José, Costa Rica. Una mañana, cumpliendo con su rutina de tomar el café mientras hojea el periódico del día, se entera de que han hallado muerta a una mujer en las vías del tren que respondía al nombre de Isabel Ríos. Su Isabel.
Empieza bastante fuerte. Polifónica y no tan estricta en la linealidad temporal, provee un interesante espectro de vidas e imágenes.
Desafortunadamente, el último tercio de novela deja mucho que desear. Pasa de un misterio noir-esque, a un policiaco que no estaría fuera de lugar en alguna serie mid de BBC.