Siete años después de la muerte de Eloísa, su hija, narradora y protagonista de esta novela, siente el impulso de restaurar su memoria y descubrir en persona el escenario ―en apariencia idílico― de su infancia. Para ello, viaja desde París hasta un valle perdido al otro lado de los Pirineos donde radica el caserón familiar, y donde aún viven sus tíos, Tomás, Lucas y Bebo, tres solterones «tozudos como ellos solos» de los que apenas sabe nada. Durante el trayecto, se entretendrá imaginando sus rostros, sus ocupaciones y sus palabras de bienvenida, al tiempo que examina algunas viejas fotografías de su madre (cada vez más enigmáticas) en las que esta aparece jugando con su diábolo o balanceándose en el columpio del jardín. Pero lo que había concebido como una visita llena de afecto y cordialidad terminará derivando en un encuentro sombrío y desconcertante. Cristina Fernández Cubas explora así una zona de límites inciertos sobre la que despliega magistralmente su interés por lo onírico, introduciendo poco a poco al lector en una atmósfera de ensoñación y misterio. Con una prosa envolvente y un natural talento para la construcción y la ambientación narrativas, la autora nos entrega en El columpio una novela fascinante y perturbadora, que es a la vez la idónea vía de acceso para ingresar en uno de los mundos más personales y cautivadores de la literatura española contemporánea.
Novela breve e inquietante, como casi todas las historias que siempre nos presenta Cristina Fdez. Cubas. Lo que mejor hace esta autora es manejar los tempos de la narración y crear un clima como de tensión contenida que pesa siempre sobre sus propuestas. No se ve la presencia del mal de forma clara, pero consigue que se perciba su presencia como algo que crea cierto desasosiego y que se va pegando a la historia como un chicle.
Aquí como digo, se percibe ese clima desde la primera línea, no suelen ser personajes al uso de los que se vale, pero encajan bien en el ámbito literario y la permisividad que casi siempre concedemos (salvo a propuestas descabelladas o sin sentido).
Sí que eché de menos un poco de contenido de fondo ¿sobre qué nos quiere alertar la autora? no se puede contestar nada claro, salvo ese “mundo-territorio-casa” extraños, o por buscarle algún mensaje, que hay que dejar estar al pasado y no remover mucho según qué cosas.
Despliegue de medios literarios: tono, contención, brevedad, ritmo, que como digo son buenos y que tienen al lector atrapado hasta concluir la novela a toda velocidad.
Buen trabajo de nuestra Joyce Carol Oates particular.
Me encanta cómo escribe Cristina y sus cuentos largos/novelas breves son siempre un placer lector. Creo que es una autora muy sólida y una de las mejores cuentistas actuales y su obra debería ser más conocida, sobre todo ahora que el género gótico está tan de moda.
Es el caso de este relato, en que la protagonista viaja para conocer a sus tíos que viven en un pequeño pueblo de los Pirineos. Y es que cuando muere su madre, ella siente la necesidad de recuperar su memoria y vivir de cerca todo lo que le ha ido contando sobre su infancia feliz en la mansión de la montaña, con sus dos hermanos y su primo.
Siguiendo un patrón muy gótico, tanto el caserón como los parientes tienen giros inquietantes y también el fantasma de la madre estará siempre presente en la aventura. Muy bien ambientado y estupendamente narrado. Soy muy fan :)
Lectura 209 (2023) El columpio de Cristina Fernández Cubas Reedición con precio de lujo para el cuento clásico gótico de la autora española. Estupendo el juego de terror psicológico en el que la ambigüedad juega un papel primordial. Me encantan este tipo de historias. 4/5
Independientemente de algunos detalles en las escenas, de cosas que me parecen ambiguas (no me queda claro si a propósito) es una novela magistral, de esas que quieres seguir leyendo para descubrir qué rayos está pasando, dónde se está metiendo la protagonista.
La resolución del enigma no decepciona, y cierra fabulosamente con el principio de la historia. De esas joyas de narrativa corta que se aprecian bastante conforme pasan las horas después de haberlo leído.
Cuanto más leo a Cristina Fernández Cubas más me gustan sus inquietantes historias. Pero, Tusquets: esto no es una novela, es un relato que habéis impreso en una tipografía enorme para vender a precio de novela. Menos mal que lo cogí en una biblioteca pública.
Me encantan los cuentos de Cristina Fernández Cuevas ( éste es un cuento largo, más bien que una novela corta). El Columpio es un relato que se lee casi sin aliento, donde uno puede reconocer rasgos de novela gótica con reminiscencias de Bram Stoker ( la llegada a la posada del pueblo en el Valle), Henry James ( los niños de "Una vuelta de tuerca") e incluso Lewis Carroll ( la cena con los hermanos nos recuerda a la fiesta de no cumpleaños de Alicia con el sombrerero loco, la liebre de marzo y el lirón). Cristina Fernández Cuevas es, sin duda, una de las mejores escritoras de la actualidad, y no solo en lengua castellana. "Y de nuevo me arrepentí de no haber prestado mayor atención a sus recuerdos. Pero aún quedaban frases, retazos de monólogos que ahora cobraban vida y se hacían presentes a medida que avanzaba hacia la casa, cada vez más grande, o quizás era yo quien, intentando revivir otras infancias, iba haciéndome más y más pequeña."
Pse... La idea és bona però l'execució no m'ho ha semblat, és com si l'escriptora ho haguera escrit amb desgana, amb pressa. La idea tenia molt de potencial -i més, amb el que m'agraden a mi les cases encantades plenes de personatges psiquiàtricament tractables-, però en fi. Els personatges estan molt poc dibuixats i la trama... Jo què sé, xica, que no m'ha acabat de fer el pes.
"Un día, mucho antes de que yo naciera, mi madre soñó conmigo. Ella era una niña aún (...) Estábamos las dos frente a frente, mirándonos con curiosidad. O quizás confundidas, perplejas...". Así inicia la novela, y esta cualidad onírica se mantiene, es uno de los recursos que utiliza Cubas para enriquecer el misterio de la intrigante historia, y regresa a este punto casi al final, a ese encuentro onírico que por contado se vuelve compartido. Todos tenemos cuentos místicos familiares, sucesos extraños que pertenecen a la memoria familiar. Y si la familia se ha roto, y si no conocemos mucho del pasado de nuestros padres, ese vacío se llena de más misterio y es inevitable ir en busca de esclarecimiento.
¿Los espíritus de nuestros muertos nos protegen? ¿Están las cosas verdaderamente marcadas y somos títeres que el destino mueve según el guión de la obra que nos toca actuar, y por eso hay supuestas videncias que predicen las vivencias? Son dos interrogantes que me planteé durante la lectura. Yo, que soy una criatura súper desprendida, concluí una cosa: "Si el misterio es de mi madre, que con ella se quede", pero claro, nuestra protagonista tenía que pensar lo contrario para poder crear esta historia. Además, llevaba una carta de la madre a los tíos, troika de raros, eso sí. La cosa psycho se huele.
Más que una novela es un relato largo, que habla sobre un viaje de una hija a la casa familiar de su madre, habitada por tres tíos, en un ambiente un tanto lúgubre, y con altas dosis de paranoia.
La historia es lenta y sucede más en la mente de la protagonista, cuya madre le habla desde el recuerdo y le coloca al lector algunas preguntas que, luego, encontrará respuesta en la interpretación, pues respuestas evidentes, lo que se dice evidentes, no hay muchas.
La madre, a modo de fantasma pudiéramos decir, está en todo momento con la hija en esa casa misteriosa habitada por esos tres tíos igual de extraños. Está también en un cuadro con un juguete llamado diábolo, que ayuda con lo sombrío de la ambientación. Uno se queda esperando algún suceso definitivo, horrible o criminal que selle todo el misterio que se va creando en la narración. No va de eso. Me gustó la atmósfera que crea la autora, y cómo te lanza a los pozos mentales de su protagonista.
Tiene un poco de lo sombrío del "Aura" de Carlos Fuentes, pero no, no es Aura ni de lejos, nada que ver. Esta historia es un poco lentona y pudiera volverse aburrida. ¿O es que uno está habituado a que si te ponen un espacio sombrío tiene que pasar algo retorcido? Creo que con menos páginas el libro hubiera ganado más. Pero también entiendo que quería crear más ambiente y enriquecer la construcción de los personajes.
No puedo decir que me gustó. Pero sí deja imágenes que te persiguen un poco. Muy bien escrita.
Esta es una pequeña novela pero llena de profundidad y psicología en sus personajes. Muy cercana al cuento, que es su mero fuerte de Fernández Cubas, nos lleva a la intensidad de una mujer que, después de que muera su madre, decide ir a conocer a sus tíos. Ya desde el viaje se van torciendo las cosas, muy tenue, pero sin dejar de causar entre incomodidad y desasosiego.
El pasado se hace presente, o más bien, parece que nunca se fue de esa casa donde los hermanos y un primo convivían de niños. El pueblo es feo, hostil. La casa misteriosa y frenética. No es una historia de terror, pero está cerca de eso. El terror es no saber, no tener nada en común, sumirse en secretos y cosas nunca dichas, nunca leídas.
Cristina Fernández Cubas es una narradora formidable, porque incluso en esta historia, que yo creo que daba para más, conforma un universo personal y raro. No es de lo mejor que le he leído y aún así me cautivó. Seguiré leyéndola porque es una de las autoras imprescindibles de nuestros tiempos y no tiene tanta publicidad.
Me ha sorprendido gratamente. Me habían contado por encima la trama y esperaba un libro emocional y tierno, pero para nada. Es una historia que te trasmite inquietud y tensión por la forma de comportarse de sus personajes. La forma de narrar es sencilla y está bien. Lo único que no me ha gustado es que al principio tiene pausas demasiado abruptas que interrumpen constantemente la fluidez de la lectura. Es un libro que merece la pena leer si te lo prestan, porque su precio es excesivo para lo poco que te dura la lectura. Son 100 páginas con letra grande y márgenes enormes. Un relato largo más que una novela corta.
Una historia breve pero profundamente inquietante, El columpio confirma a Cristina Fernández Cubas como una de las grandes maestras del fantástico contemporáneo. A través de una prosa precisa y envolvente, la autora nos sumerge en un viaje emocional y simbólico en el que la memoria, el duelo y los lazos familiares se entrelazan con lo inexplicable.
Lo más perturbador no es lo que ocurre, sino lo que se sugiere: el ambiente, los objetos cargados de sentido, el eco de una infancia suspendida en el tiempo. Fernández Cubas no da respuestas, pero sí deja preguntas que resuenan mucho después de cerrar el libro. Una lectura breve, elegante y turbadora que invita a ser releída.
li posaria una mica més que tres ⭐️ (un 3.7) . m’agrada moltíssim com escriu aquesta autora, molt molt, i m’ha transportat a un poble que ni conec, però que he pogut imaginar. el que m’ha fallat ha estat el desenllaç de la història. és un tipus dismemòria que és interessant i acaba tancant el llibre en un cercle però he trobat a faltar una construcció més gran abans que arribés, una mica més d’intriga abans del tancament.
Una historia perturbadora y un tanto confusa, onirica al final, de esas que te hace preguntarte si al final todo fue un sueño. Me atrapó desde el inicio con la ambientación tan bien definida, la secuencia de acciones que nunca decepcionó y la trama misteriosa de una chica que busca revivir la relación de su madre con unos tíos muy peculiares, aunque ahora que lo analizo, uno de ellos era más bien su primo. Disfruté de su lectura rápida por su extensión y buena narrativa.
Cuando leí "La habitación de Nona" de esta misma autora, dije que no sería lo último que leería y no he tardado mucho en disfrutar de nuevo de su prosa. Una manera muy personal de contar, que a mí me gusta mucho, ese aire de misterio, la sorpresa...
Una novela corta en la que caben muchas cosas. Un relato inquietante de vuelta al pasado y atisbos del futuro. Una familia extraña en un lugar apartado. Me recordó a “Siempre hemos vivido en el castillo “
Un relato fascinante, cuyo desarrollo meticuloso y progresivo crea una experiencia de lectura donde me sentí embrujado y en ocasiones incapaz de cerrar las páginas de este inquietante libro.