Antoni Benaiges, un maestro de Mont-roig del Camp, Tarragona, fue destinado a la Escuela Nacional Mixta de Bañuelos de Bureba, un pequeño pueblo de la provincia de Burgos, en 1934. * Gracias a una metodología de enseñanza pionera y revolucionaria para la época, basada en la participación activa de los niños y el uso de la imprenta, comenzó a transformar la vida de sus alumnos y la del pueblo. * A finales de julio de 1936, el maestro desapareció. Durante más de 75 años, su trabajo y personalidad permanecieron en la intimidad del recuerdo de sus antiguos alumnos y su familia, hasta que, en agosto de 2010, a pie de fosa, un vecino de Bañuelos haría emerger la figura del maestro asesinado en 1936 y la conmovedora historia de una promesa que no se pudo cumplir. "El mar será muy grande, muy ancho y muy hondo. La gente va allí a bañarse. Yo no he visto nunca el mar. El maestro nos dice que iremos a bañarnos". Lucía Carranza
Francesc Escribano i Royo, també conegut com a Paco Escribano, (Vilanova i la Geltrú, el Garraf, el 9 d'abril de 1958) és un periodista i professor universitari català. Va néixer el 1958 a Vilanova i la Geltrú, població situada a la comarca del Garraf. Interessat en la docència, ha estat professor associat de Comunicació Audiovisual a la Universitat Autònoma de Barcelona.
“A Antoni Benaiges, como hicieron con muchos otros en aquella época terrible, no solo lo mataron de forma salvaje, a sangre fría, sino que lo enterraron en un lugar desconocido para que sus amigos y familiares no pudieran encontrarlo. No se conformaron con asesinarle, también quisieron borrarlo. Terminar con su vida y con su memoria. Y lo más duro de asumir en este caso es que lo consiguieron.”
En 1934, Antoni Benaiges llegó a Bañuelos de Bureba como el nuevo profesor. Rápidamente el profesor catalán se ganó el cariño de sus alumnos: a través de las técnicas Frente, el docente consiguió inculcar en los niños el aprendizaje.
Sin embargo, en julio de 1936, poco después del golpe de estado que desencadenó la Guerra Civil, Benaiges fue asesinado por militares falangistas, y su cuerpo nunca fue recuperado.
Escribo esto con lágrimas en los ojos y el corazón en un puño. Da igual cuántas historias lea sobre la Guerra Civil. Da igual, porque todas y cada una de ellas se me clavan siempre dentro como un cuchillo. Porque todavía no logro entender por qué pensar diferente puede suponer tu condena de muerte.
Antoni Benaiges tenía 33 años. Y lo que hacía era enseñar. Y no enseñaba cómo conquistar el mundo, o cómo luchar contra los enemigos. No. Antoni Benaiges enseñaba a sus alumnos el amor por aprender. Motivaba a niños prácticamente analfabetos y con pocas oportunidades, proyectaba en ellos ilusiones y sueños, los hacía partícipes de un proyecto, les hacía sentirse parte de un grupo.
Antoni Benaiges les prometió el mar. Cuando en uno de los cuadernos de clase sus alumnos insistieron en hablar sobre el mar, Benaiges les prometió que les llevaría a conocer el mar. Y así habría sido. Pero faltó tiempo. Los falangistas les robaron a los niños a su profesor. Lo asesinaron y nunca más se supo nada de Benaiges.
Hasta ahora. La memoria, el recuerdo y la labor de Antonio Benaiges hoy, por fin, son reconocidas. Estoy segura de que cuando sus alumnos conocieron por primera vez el mar, pensaron en él, en Antoni, su maestro.
Una història que m’ha fet emocionar i mirar amb ulls diferents la docència.
Els projectes tan venerats avui als instituts i escoles, deuen beure’n directament de les idees del mètode Freinet “donar la paraula a l’infant”. I tanmateix els manca justament el que ha d’aportar l’infant o jove: l’ànima, la possibilitat de l’aprenentatge que tan sols es dona en la síntesi lliure, en la creació sense pauta.
Ballar, escriure i, per sobre de tot, respecte i llibertat: principis oblidats en el projecte educatiu actual.
Fue mi última lectura de 2023. De hecho me lo leí en la tarde del 31 de diciembre. Antoni fue un Maestro con mayúsculas comprometido con la libertad y el ejercicio de su profesión. Es un relato y una historia silenciada durante 70 años por el miedo y la censura. No podemos permitirnos el lujo de dejar sepultados los recuerdos y los logros de personas realmente valientes y tan útiles para haber podido crear una sociedad sana, así como no podemos consentir que sus cuerpos continúen olvidados en una fría cuneta.
Antoni Benaiges fue uno de los muchos maestros de la 2 República que amaban educar y querían que los niños fueran niños y tuvieran un espíritu crítico y libre.
El franquismo ha hecho un daño enorme a este país asesinando a personas como Antoni.
"El mar será muy grande, muy ancho y muy hondo. La gente va allí a bañarse. Yo no he visto nunca el mar. El maestro dice que iremos a bañarnos. Yo digo que no voy a ir, porque tengo miedo que me voy a ahogar". - Lucía Carranza
La de historias que han quedado enterradas en las fosas y que forman parte de nuestra memoria, de nuestros antepasados... A día de hoy, 50 años después de la muerte del dictador, todavía quedan fosas sin abrir. Hay quienes todavía cuestionan la importancia de darle sepultura y dignidad a todas aquellas familias. ¿Por qué le tienen tanto miedo? ¿Por qué esa obsesión por olvidarlo, como si no hubiese existido una sangrienta guerra y una cruel dictadura? ¿Qué hay que hacer en este país para que haya iniciativas reales por hurgar en las heridas del pasado, desinfectarlas y coserlas con un hilo de respeto, memoria y conocimiento?
Antoni Benaiges promised his class of primary school children, in the tiny village of Bañuelos in landlocked, conservative Burgos, northern Spain, that one day he would show them the sea. That day never came as, in July 1936, shortly after the Fascist uprising, Antoni was seized, tortured, executed and buried in an unmarked mass grave. From the early 2000s onwards, researchers, historians, social antrolpologists, relatives of his pupils and of Antoni himself, from those still in Spain to those descendents of exiles in Mexico, have worked to find out what happened to him, to bring to light his progressive educational methods, and to preserve his legacy. This fascinating book is the record of this research, a biography of all that is known of Antoni Benaiges, and a testament to the ideals, determination, initiative and vision of a group of little known progressive educationalists of the early 20th century. The methodology practised by these 100 or so young teachers in the Spanish Second Republic, followers of the French educationalist Freinet, 'Freinetismo', involved the use of a small, manual printing press as the lynchpin of the lessons. The children suggested what they were interested in, and a booklet about the topic was created by them and their teacher working together. Copies of each booklet were printed and exchanged with other schools around the country which were using these methods. Reading and writing, practical skills, maths and all the other subjects were learned while researching and making these booklets. One example of these was entitled, 'The Photographer', created after an itinerant photographer came to the village by chance. The edition of 'The Teacher who Promised the Sea' which I read included the photograph taken by this photographer of Antoni and his class - a poignant record from just a year before he was killed for his ideas, work and beliefs. Benaiges had returned to Bañuelos in the summer holiday that fateful July to collect pupils from his class and bring them to Mont-roig del Camp in Cataluña, where his family awaited to welcome the children to the family's seaside home. Benaiges had been denounced by local Fascist sympathisers and was arrested immediately. Despite the tragic subject matter, I loved this book and couldn't put it down. It's full of hope and reverence for a philosophy and attitude to education and society which did not survive after the Civil War, but which must be remembered and honoured today when so many progressive and humane values are once more under attack. The book has yet to be translated into English, but there are a few interesting videos about the subject matter on YouTube. The edition I read contained reproductions of the covers of the few surviving booklets, contemporary photos of the village, Benaiges, his family and class, as well as beautiful photographs by Sergi Bernal who worked alongside the researchers to capture key moments in the process, including descendents of, and former students themselves, as well as the opening of a mass grave where it was hoped Benaiges' remains would be found. A gem of a book.
Conocía la historia que esta detrás de este libro, pero quería conocer un poco más sobre ella, y por eso me decidí a leerlo. Sabía la historia de un maestro paseado por sus vinculaciones republicanas, y que había prometido llevar a sus alumnos a ver el mar. Pero sinceramente conocía poco más de la historia real. La historia, que es en la que se basa la película del mismo nombre, cuenta la historia de un maestro de escuela que fue asesinado al comienzo de la Guerra Civil. El asesinato de este maestro es uno de esos episodios de represión del Bando Nacional, de esos que fueron paseados o de los que fueron cruelmente condenados por creer en los valores de la II República o en los ideales de la Libertad. No en la libertad de la que hablan algunos para tomarse unas cañas, sino la verdadera libertad de poder decir lo que quieras y no le impongas tu ideología a los demas. Esos mismo, dirán que es el maestro el que impuso su ideología a los niños, pero eso es otra historia. El libro me parece interesante, porque son las vivencias de los arqueólogos, sociólogos o personas que participaron en la busca de toda una serie de fosas comunes, donde fueron enterramos muchos de esos fusilados durante la Guerra Civil Española. En si el libro se centra, aunque no del todo, en la figura de un maestro que intento hacer que sus alumnos aprendieran a vivir la vida y a pensar, que intento que el conocimiento no se basará en los preceptos de esa educación católica. Era un maestro que pensaba más en educar de una forma nueva, y que permitiera a sus alumnos a realizar un aprendizaje que algunos ven con elemento modernos, y que se llama aprendizaje por proyecto, pero que ya existía en aquella época. Este maestro intento llevar a un pequeño y pobre pueblo de Burgo el método Freinet, en la que los propios alumnos son los que generan productos a través de la busca de información, la selección de contenidos y la elaboración de un producto final. Al mismo tiempo hace una clara explicación de los problemas de los maestros de escuela durante esos años, en los que tenía que enfrentarse a los pocos recursos de los que disponía, y que tenía que suplir con su habilidad. Pero al mismo tiempo tenía que luchar contra los poderes conservadores, y tradicionalistas que quieren evitar que las cosas cambien. Yo he tomado el libro como un elogio para toda esa serie de profesores, herederos de la Escuela de Libre Enseñanza, que fue acosada, e incluso perseguida, durante finales del XIX y comienzos del XX. Sinceramente me encartaría ser un maestro como ellos, en el sentido de intentar hacer cosas nuevas, y que sea un profesor que innova y crea cosas útiles, y que va a ser recordado por sus alumnos. Pero aunque creo que lo intento, pocas veces lo consigo; o mejor dicho, nunca lo consigo. El libro es un buen ejemplo de la necesidad de la Memoria Histórica, y de que debemos recordar nuestro pasado: lo bueno y lo malo. Lo bueno, un maestro que se preocupaba por sus alumnos, y que era querido por ellos; y lo malo, como un comportamiento extremista pudo llevar a la muerte de inocentes. Este libro es una buena lectura para aquellos que quieran conocer un poco más de la II República y de la Guerra Civil, y para que pensar en los problemas que puede tener olvidar nuestro pasado.
Llegue a la historia de Antoni Benaiges gracias al tráiler de la adaptación del libro que hoy comparto con vosotros; siempre os he explicado que yo soy más de lecturas de la IIGM y que a la que le llama la atención las lecturas de la guerra civil español es a mi hermana… pero en este caso me llamo la atención desde el primer segundo. Desde la primera escena supe que quería ver esa película y por supuesto leer El maestro que prometió el mar, por toda la carga que había detrás de sus páginas y lo que me llegaría dentro (hay reseña larguita, os aviso).
Y no me equivoque; no os voy a negar que llore de impotencia en muchos instantes donde nos mostraba todo lo que se hizo durante la guerra y, aunque sabes que no fue el único, te indigna porque el saber su historia te hace tomar más conciencia de lo que sufrieron los maestros en esa época (ya que fueron uno de los grupos más afectados con los fusilamientos… lo que confirma una de las frases que tengo grabadas en la mente, ‘Un pueblo que no sabe leer ni escribir, es un pueblo fácil de engañar’).
Fue impresionante como los autores (está escrito por varias personas) nos presentan, por una parte, la situación de guerra que había en aquellos años, nos explica la vida de Antoni, nos mete de lleno en la vida de un pueblo pequeño (que como dicen sufrió, no solo al enterrar a sus muertos, sino al tener que enterrar también su memoria y no poder recordarles, al menos en público) y no se olvidan de hablarnos sobre la técnica Freinet, que me ha llamado bastante la atención.
Sobre la historia me gusta que plasmara lo que marco y ayudo la forma de enseñar de Benaiges, en una época en la que, por desgracia, no se educaba así… hoy en día, sus alumnos todavía lo recuerdan, guardan sus cuadernos y le cuentan a sus nietos como mataron a su profesor, que era un buen hombre. Que les iba a enseñar el mar (una de las fotos que más lágrimas me provoco en esta lectura, fue la de algunos de esos alumnos acercándose, ya ancianos, a ese mar prometido). Terminando con la historia de Antoni, solo deciros que estaba preparando la casa de veraneo de su familia para llevar aquel año a alguno de sus alumnos y dicen que lo encontraron en Burgos porque había ido a cumplir su promesa… no fallo a su palabra, hicieron que fallara a la fuerza.
Como punto final deciros que una parte del libro se centra en la apertura de una fosa común, de las más grandes en España (según leí), que fue por lo que empezó la idea de estas páginas… os confirmo que hay imágenes y que son extremadamente duras. Sé que esto es meterme en terreno pantanoso, pero… ¿De verdad para que haya paz no hay que remover el pasado? ¿De verdad hay que dejar a miles de personas en las fosas comunes, sin que sus familias puedan llevarles flores o ir a visitarles? ¿Que algunos mueran sin encontrar los cuerpos de sus padres? ¿Eso es paz? Lo dudo mucho… ‘Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla’ y la nuestra está enterrada en fosas comunes.
desconocía la figura de antoni benaiges. a raíz del estreno de la película (que aún tengo pendiente por ver) me decidí a ahondar, primero, en el libro en que se inspiraba la cinta cinematográfica y ha sido un acierto. creo que esta obra tiene un valor trascendental y contribuye a luchar contra el olvido impuesto por la salvaje y cruenta coyuntura. es un ejercicio valiente de memoria, reparación, justicia y verdad que honra a quienes lo han escrito por haber vertido su energía profesional y personal en él. me ha emocionado mucho leerlo. todos los profesionales participantes se han desempeñado muy bien en su tarea propuesta porque han logrado proyectar la imagen del maestro. no he podido evitar llorar al leer algunos pasajes (reproducidos literalmente) o los testimonios de sus alumnos. es posible hacerse a una idea de quién fue, qué ideales lo movían o su forma progresista, valiente e innovadora de plantear la educación y traer el desarrollo, el siglo veinte consigo a un pueblecito rural burgalés, perdido entre las montañas y de no más de doscientos habitantes (en ese momento). los momentos finales del maestro fueron profundamente indignos y, a la vez, un adelanto de lo que iban a suponer los próximos cuarenta años para españa. la figura de antoni es conmovedora e inspiradora. tenía una forma de ver el mundo poética, dulce y cargada de ternura, además de su vocación y todas esas ideas entorno a la educación (que para los parámetros de hoy en día son bastante progresistas, noventa años después, por desgracia. qué poquito hemos avanzado). bajo mi punto de vista, el mar simboliza muchas cosas. creo que para antoni y sus alumnos era la promesa de la libertad, de los sueños por cumplir y todos los logros que se pueden conseguir con una buena educación y la adecuada estimulación del espíritu. también me quedo con la humildad del maestro. nadie que no sea humilde es capaz de ver su labor como un mero instrumento, una guía o un medio para un fin. todas sus consideraciones acerca de las palabras y las ideas, la forma que tenía de distinguirlas es algo que me ha maravillado y seguirá viviendo dentro de mí hasta que logre resignificarlo y darle otro sentido. esta lectura ha sido un acierto. considero que este libro ha sido valiente a la hora de escribirse y de publicarse porque también supone un ejercicio de resistencia, de lucha contra la memoria y la violencia de aquellos años que nunca debieron ser.
«Hoy, a sus 89 años de edad, con la mente aún lúcida, sigue teniendo en recuerdo aquel acontecimiento vivido en su pueblo a sus 11 años de edad y que tantas veces nos ha contado: "le mataron a su maestro" y para ella era un buen maestro. Hoy, en mi visita, una vez más, me vuelve a recitar las mismas estrofas de la poesía enseñada, aprendida y no olvidada hace 75 años [...] ¿Cómo es posible que tanto puedan marcar las enseñanzas de un maestro?».
Las palabras de Lucía Fuente sobre su abuela, Felisa Viadas Rojas, me conmueven. ¿No es esto a lo que aspiramos todos los docentes? Aquellos con verdadera vocación, sí. Por eso es tan importante.
Antoni Benaiges fue un maestro que cambió la vida de los niños de un pequeño pueblo de Burgos, justo antes de que comenzara la Guerra Civil y fuera asesinado. Su inspiradora historia nos hace reflexionar sobre cómo conseguir que nuestros niños se conviertan en las mejores versiones de sí mismos y de qué manera queremos hacerlo. Tal y como escribió Benaiges:
«Los niños no pueden ser lo que uno quiera. No son cosas. Deben ser según los valores que esconden. Esto es, ellos mismos. Que piensen, que sientan y que quieran. Dejémosles ser niños. Respetémosles en todos los momentos. Y si se mueven en un ambiente de libertades, sutilidades y camaraderías, cargado de estímulos, provocador, veremos cómo chorrea de la infancia una vida todo hermosuras y promesas. Esto es la Escuela: ambiente y ocio. Libertad y espíritu».
Me ha impactado y emocionado conocer la historia de Antoni Benaiges, maestro republicano asesinado por los falangistas. Maestro de vocación que introdujo un novedoso método francés de enseñananza en un pequeño pueblo, de apenas 200 personas, en la provincia de Burgos. Durante dos años fueron capaces de sacar varias revistas con la ayuda de una imprenta que el propio Antoni compró para su Escuela (con mayúsculas como los propios alumnos escribían). Antoni hizo una promesa a sus alumnos, los llevaría por primera vez al mar. El 19 de julio de 1936, aunque ya no debería de haber estado allí por ser vacaciones, Antoni fue arrestado, torturado y fusilado por sus ideas republicanas. Su familia, que esperaba su regreso acompañado de sus alumnos, nunca supieron más de él y dónde había sido enterrado. Tres años más tarde, el régimen expulsó a Antoni del gremio de maestros, la última humillación al vencido. Cuando vemos que las promesas tienen un valor incalculable tenemos que escuchar a impresentables decir que la guerra civil española fue una pelea de abuelos y cosas más graves. Por eso mismo, es muy necesaria la MEMORIA.
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Desgraciadamente una historia muy real repetida miles de veces a miles de personas en este país. Personas silenciadas para siempre. En el olvido. Habla de una vocación por ser maestro. Pero maestro de verdad no profesor. El recuerdo a una persona que la guerra civil quiso silenciar para para siempre, borrarla de la historia y no dejar rastro de su existencia ni su recuerdo. Esto sucedió con muchísimas personas en este país. No es una novela. Pero está escrito de tal manera que no hay más remedio que encariñarse con el maestro. Se lee en una o dos tardes. Recomiendo ver la película también ya que se complementan
"Mataron a mi maestro y era un buen maestro". Antonio Benaiges fue uno de esos maestros republicanos que quiso llevar la esperanza y la utopía de una educación para todos, a la España de los años treinta, dónde abundaba la miseria y el analfabetismo, sobre todo en el ámbito rural. Un catalán en un perdido pueblecito de Burgos, con una tremenda vocación y un método innovador, el Frenetismo. Por ese gran pecado, los fascistas, le mataron. Con libros como este, y otros proyectos sobre su persona y su obra, seguirá vivo por siempre.
En este caso hice el procedimiento invertido: primero vi la película y después leí el libro 😂 Soy maestra y la historia me tocó mucho la fibra. Cuando terminé la peli necesitaba mucho más, y encontré el libro. Amplia bastante la biografía de Antoni Benaiges, con muchos datos muy interesantes, además de muchas fotografías que ayudan mucho a ilustrar su historia. Todo, en conjunto, se constituye como el ejercicio de memoria democrática que Antoni hubiera merecido desde el principio.
Después de la película homónima, era inevitable que la primera parte del año estuviera dedicada a seguir algunos de los libros sobre Antoni Benaiges. Es un libro sencillo, breve, coral; pero es, también, una forma perfecta para situarse en la galaxia del maestro republicano freinetista (y en todo lo que implica reconstruir su buscadamente olvidada memoria).
"Dar palabras es ilustrar; dar ideas es entorpecer".
La filosofía que transmitía Benaiges en sus clases y en la vida en general son tan inspiradoras que el castigo recibido por ellas me resulta inconcebible.
Se me encoge el alma al leer sobre este maestro y lo que hizo el fascismo con él y con otros muchos. Ojalá no sé olvide nunca lo que pasó en este país y se eduque más a los jóvenes para que se alejen de la extrema derecha.
Gran trabajo de recopilación de la memoria de un pueblo, de un maestro de pueblo que lamentablemente no pudo cumplir la promesa que hizo a sus alumnos. La intransigencia de un régimen dictatorial y de una guerra entre hermanos se lo impidió.