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Mi vida: Recuerdos (1927-1977)

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Nueva edición. La vida de la Iglesia siempre ha sido rica en personas cuyo amor por Cristo definía la totalidad de su existencia. Es también el caso de Joseph Ratzinger, protagonista de excepción del cambio de milenio, quien pone de manifiesto en esta autobiografía, plena de sentido del humor, inteligencia y pasión, que toda su vida ha estado y está marcada por le lema que escogió para su escudo episcopal: «Cooperatores veritatis». Como no podía ser de otro modo, al hilo de su historia personal, el autor repasa los grandes problemas de la Iglesia en este siglo, dando una visión plena de lucidez e inteligencia. Más allá de otros libros también de corte biográfico ya publicados, generalmente en forma de entrevistas, Su Santidad Benedicto XVI abre su corazón de par en par en esta obra al lector.

160 pages, Paperback

First published January 1, 1977

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Joseph Ratzinger

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Displaying 1 - 29 of 45 reviews
Profile Image for booklady.
2,731 reviews174 followers
January 9, 2010
Excellent! A surprising book. As always with the Holy Father, he gives more than what I expect (way more!) and writes about topics I never thought to find under a book with that title. In this case, as it was a memoir, it's well to remember that 'memoirs are structured differently from formal autobiographies which tend to encompass the writer's entire life span, focusing on the development of his/her personality. The chronological scope of memoir is determined by the work's context and is therefore more focused and flexible than the traditional arc of birth to childhood to old age as found in an autobiography.

Memoirs tended to be written by politicians or people in court society, later joined by military leaders and businessmen, and often dealt exclusively with the writer's careers rather than their private life. Historically, memoirs have dealt with public matters, rather than personal. Many older memoirs contain little or no information about the writer, and are almost entirely concerned with other people. Modern expectations have changed this, even for heads of government. Like most autobiographies, memoirs are generally written from the first person point of view.'

I can't say I've personally read many memoirs so it was a treat for me to experience this form of writing--very much like having a formal British tea, or something very dignified and lovely like that.

As I'm much more familiar with autobiographies, I'm used to reading mostly about events, facts and history. And while PBXVI did provide a wealth of information about his life during the fifty year span the book covers, it tends to intersperse brief autobiographical narrative with reflections on family and family life, the liturgical practices of pre-WWII Germany and controversies he witnessed or was a victim to.

Having just read his The Spirit of the Liturgy, all of his references to worship and liturgy were especially interesting to me. And then I also loved his own enthusiasm for his Mass books, Schott, or a missal, which he writes about so lovingly here: ‘What is this Schott? Toward the end of the nineteenth century the Benedictine monk Anselm Schott, of Beuron Abbey, translated the missal of the Church into German. Certain editions were German only; others had a portion of the texts printed in Latin and German; and there were still others in which the complete Latin text appeared with the German text in parallel. A progressive pastor had given my parents their Schott as a gift on their wedding day in 1920, and so this was my family’s prayerbook from the beginning. Our parents helped us from early on to understand the liturgy. There was a children’s prayerbook adapted from the missal in which the unfolding of the sacred action was portrayed in pictures, so we could follow closely what was happening. Next to each picture there was a simple prayer that summarized the essentials of each part of the liturgy and adapted it to a child’s mode of prayer. I was then given a Schott for children, in which the liturgy’s basic texts themselves were printed. Then I got a Schott for Sundays, which contained the complete liturgy for Sundays and feast days. Finally, I received the complete missal for every day of the year. Every new step into the liturgy was a great event for me. Each new book I was given was something precious to me, and I could not dream of anything more beautiful. It was a riveting adventure to move by degrees into the mysterious world of liturgy, which was being enacted before us and for us there on the altar.’

There were many other places I'd like to quote ... but that would make the review WAY too long!
Profile Image for Piero Marmanillo .
331 reviews33 followers
February 28, 2024
Del comentario encontrado en el libro sobre el texto:
"Con el rigor propio de un intelectual de su talla, y la sinceridad y sencillez que le caracterizan, el cardenal Ratzinger nos relata los hechos más relevantes que marcaron sus 50 primeros años de vida. Entramos de su mano en la dulzura del hogar, junto a sus padres y hermanos, en un ambiente sencillo y piadoso. El libro recorre las ciudades y paisajes que le vieron crecer en su Baviera natal. Pronto asistimos a las tensiones políticas captadas en la niñez, y a la creciente agresividad y vejaciones del nacionalsocialismo contra los católicos. La generosidad de su respuesta a la llamada al sacerdocio. La intensa preparación intelectual. El horror de la guerra. Su elección de una vida de estudio, y los arduos trabajos para lograr la cátedra universitaria. Ratzinger hace memoria, junto a su historia personal e íntimamente unida a ella, de los sucesos y problemas vividos por la Iglesia. Reflexiona a la distancia sobre ellos, y saca luces que constituyen un regalo para el lector. El libro ayudará, sin duda, no sólo a conocer al personaje, sino a entender mejor a la institución que representa y a informar con más rigor sobre ella. La vida de la Iglesia siempre ha sido rica en personas cuyo amor por Cristo definía la totalidad de su existencia. Es también el caso de Joseph Ratzinger, protagonista de excepción del cambio de milenio, quien pone de manifiesto en esta autobiografia, plena de sentido del humor, inteligencia y pasión, que toda su vida ha estado y está marcada por el lema que escogió para su escudo episcopal: "Cooperatores veritatis". Como no podía ser de otro modo, al hilo de su historia personal, el autor repasa los grandes problemas de la Iglesia en este siglo, dando una visión plena de lucidez e inteligencia. Más allá de otros libros también de corte biográfico ya publicados, generalmente en forma de entrevistas, el cardenal Joseph Ratzinger abre su corazón de par en par en esta obra al lector."

La introducción realizada por el padre italiano Angelo Scola deja muy en claro el pensamiento de Benedicto XVI. Al respecto transcribiré varios pasajes de la introducción que considero a resaltar.

Introducción

1. UN HIJO GENUINO DEL CATÓLICO PUEBLO BÁVARO

La primera vez que vi al cardenal Ratzinger fue en 1971. Era Cuaresma. El recuerdo de aquel encuentro se ha ido enriqueciendo de matices que mi memoria ha reelaborado, inevitablemente, en ocasión del setenta cumpleaños del cardenal.
Un joven profesor de derecho canónico, dos sacerdotes estudiantes de teología, que por aquel entonces no habían cumplido los 30 años, y un joven editor estaban sentados alrededor de una mesa, invitados por el profesor Ratzinger, en un típico restaurante a orillas del Danubio que, en Ratisbona, discurre ni demasiado lento ni demasiado impetuoso, lo que todavía permite pensar en el hermoso Danubio azul. La invitación la había procurado von Balthasar con la intención de discutir la posibilidad de hacer la edición italiana de una revista -que más tarde sería Communio-. Balthasar sabía arriesgar. Los mismos hombres que se sentaban a la mesa de aquel típico mesón bávaro, unas semanas antes habían perturbado su quietud de Basilea, con un cierto atrevimiento, pues no le conocían. Lo habían hecho inmediatamente después de leer una breve noticia aparecida en Le Monde en la que se informaba del fracaso de una reunión de teólogos, que habían sido expertos en el Concilio, celebrada en París con el objeto de dar vida a una nueva revista. Le dijimos a Balthasar: Tenemos que hacerla, nosotros haremos la edición italiana». Balthasar no descartó de inmediato la hipótesis, no sólo porque le cogimos un poco por sorpresa y por su buena educación, sino porque entre nosotros estaba un pequeño editor -Balthasar era también editor- y tenía un sexto sentido para percibir si una publicación podía o no «tirar bien». Al final, con un tono entre prudente y escéptico, Balthasar dijo: «En todo caso, yo no puedo decidir nada solo. Hay que contar con los alemanes...; los aspectos técnicos dependen de Greiner. Además, está el problema de la teología». (Si bien nosotros teníamos en nuestro equipo algún que otro nombre cíe buenos teólogos italianos). Me acuerdo bien de su cara en aquel momento. La he visto después en otras ocasiones; cuando tenía que tomar una decisión arriesgada: callaba durante un tiempo que siempre parecía excesivo al interlocutor, con el rostro marcado por una mueca escéptica que no hacía presagiar consensos. Después, con una sonrisa comedida y con su tono de voz un poco jovial formulaba su propuesta en breves palabras. Así, al terminar nuestro coloquio, dijo: Ratzinger, tenéis que hablar con Ratzinger. Es él el hombre decisivo hoy para la teología de Communio. Es la clave de la redacción alemana. De Lubac y yo somos viejos id a ver a Ratzinger...

Estábamos enfrentados dos a dos: dos a favor y dos en contra. Con su trato delicado, los gestos medidos y los ojos que no dejaban de moverse, Ratzinger nos explicaba la carta: una larga secuencia de suculentos platos bávaros... Parecía conocerlo bien, sin lugar a dudas era un habitué del restaurante. Nosotros, superado el primer embarazo, como buenos latinos y, además, jóvenes, nos lanzamos a hacer comparaciones entre menús bávaros y lombardos. Alguno de nosotros había pasado suficiente tiempo en Alemania como para permitirse disertar sobre los tipos y las marcas de cervezas. Recuerdo bien que pregunté a nuestro anfitrión qué nos aconsejaba: pacientemente empezó a ilustrarnos de nuevo sobre cada plato de la lista, animándonos a probar más de uno para que nos hiciésemos una idea de la cocina bávara. Desde hacía un rato el camarero esperaba respetuoso junto a la mesa. No sin desorden y aumentando progresivamente el tono de nuestra conversación hasta el punto de hacer que algún comensal se volviese a mirarnos, terminamos, bajo los ojos benévolos y la sonrisa, quizás un poco impaciente, de nuestro anfitrión, por escoger una amplia y exagerada variedad de platos. Ratzinger devolvió la carta diciendo al camarero algo así como: «para mí, lo de siempre». El camarero nos sirvió antes a todos nosotros, con meticulosidad alemana, y al final llevó al conocido teólogo un sándwich y una especie de limonada.
Nuestra sorpresa rayaba en la vergüenza. Con una sonrisa, esta vez verdaderamente amplia y benévola, el cardenal nos liberó diciendo: «Vosotros estáis de viaje... Si yo como demasiado, ¿cómo voy a poder estudiar después?». Comentando el episodio, de vuelta en el coche, nos dimos cuenta de lo que el cardenal había dicho al camarero: «lo de siempre».
No me he alargado en este pequeño y personal recuerdo para añadir el rasgo hagiográfico de la sobriedad a la biografía del cardenal. ¡Sobre todo porque todavía no es tiempo de panegíricos! Lo he hecho sólo porque, incluso después de haberle conocido más profundamente, aquel episodio me parece que habla de su estilo, y el estilo, ya se sabe, es el hombre.
El cardenal es un verdadero católico bávaro: capaz de gozar y de hacer gozar la vida (las páginas sobre Baviera del volumen Mi vida son, en algunos pasajes, verdadera poesía). Su secreto es que la afronta como tarea. Amante de la persona en cuanto participa de la vida del pueblo por el que es natural consumirse totalmente, es capaz de una abnegación cotidiana tenaz, nunca llamativa. La ascesis, la ética y el gobierno no son en él fines, sino medios: fin es el bienestar de la persona y de la comunidad, podríamos decir, como en la Edad Media, la conveniencia del yo y del nosotros con una vida plenamente realizada.
Sus intereses teológicos, por ejemplo la vida eterna (escatología), la revelación en la historia, el nuevo pueblo de Dios, la liturgia, no serían adecuadamente comprendidos sin entender el orgullo apasionado por su pertenencia al pueblo católico bávaro, al que caracteriza una alegre participación en cualquier aspecto humano y un pertinaz sentido de la tarea.

2. UN MÉTODO DE PENSAMIENTO

«'SUFICIENTE' sólo es la realidad de Cristo». Esta afirmación de Ratzinger referida al problema teológico, todavía abierto, de la suficiencia material de la Sagrada Escritura, expresa el convencimiento profundo que atraviesa toda la obra de nuestro autor. En efecto, todo su itinerario eclesial y teológico es una afirmación enérgica de Jesucristo como «la realidad que acontece en la revelación cristiana».

Ya desde los tiempos de su tesis de habilitación sobre san Buenaventura, Ratzinger madura con claridad la idea de que la revelación no se puede separar del Dios vivo, y que interpela siempre a la persona viva a la que alcanza.

La idea misma de revelación implica un alguien que entre en su posesión.

Una peculiar e intrínseca conexión entre Revelación e historia, experimentada desde niño en la fe de la familia y de la iglesia popular de Baviera, constituye, a mi juicio, la característica metodológica que hace de hilo de Ariadna a través de todos los escritos de Joseph Ratzinger y termina por caracterizar, a lo largo de los años, al joven estudioso, al profesor, al pastor y al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Aquí reside, si estoy en lo cierto, el origen de la continuidad y de la evolución de su pensamiento.

a) Cultura: conexión intrínseca entre Revelación e historia

Una concepción del dogma entendido como una realidad capaz de infundir fuerza en la construcción de la teología y no, sobre todo, como vínculo, como negación y límite extremo.

La dimensión cultural propia del hecho cristiano no se concibe, por tanto, como una mediación entre Revelación e historia sino que, respetando las debidas distinciones, es intrínseca al movimiento con el que el acontecimiento de Cristo, al comunicarse en la realidad, interpela al hombre y a la historia.

«He tratado, todo lo que me ha sido posible, de poner claramente en relación lo que enseñaba con el presente y con nuestro esfuerzo personal».

Esta actitud lleva a Ratzinger a «exponerse» para ponderar críticamente el presente de la Iglesia y de la sociedad, pero no quita carácter científico a su trabajo teológico. Al contrario, lo llena de interés para el lector no especialista. También por esto Ratzinger figura entre los católicos más leídos en los círculos culturales laicos.

Sin falsos espiritualismos, abandonando los tópicos de la homilética clásica, Ratzinger afirmó: ¿Puede haber algo más trágico, algo que contradiga más la fe en un Dios bueno y la fe en un redentor de los hombres que el hambre de la humanidad? Por otra, la respuesta final a este tremendo problema no temió exponerse a la impopularidad y Ratzinger la formuló con las palabras del jesuita alemán Alfred Delp, asesinado por los nazis: «El pan es importante, la libertad es aún más importante, pero lo más importante de todo es la adoración». Jesucristo vuelve a aparecer como el unicum sufficiens.

b) La génesis de un método: mirar a Cristo

He pensado muy a menudo -no sé si digo bien-, fijándome en el cardenal, que para él la ascesis, es decir, la mirada y la interacción con la realidad, consiste en un trabajo de ensimismamiento con el misterio de Jesucristo.

Una confirmación de esto que digo me parece que se encuentra en sus obras sobre la oración, sobre la liturgia, sobre el mirar a Cristo y al Crucifijo.

En el libro La sal de la tierra se encuentra esta afirmación: «Tener trato con Dios es para mí una necesidad. Tan necesario como respirar todos los días... Si Dios no estuviese aquí presente, yo ya no podría respirar de manera adecuada».

Me parece que este ensimismamiento, que en sentido lato todo cristiano prueba, lo persigue de forma concreta y sistemática. Su fruto es un distanciamiento de los resultados que nunca pierde la alegría (frente al estereotipo del pesimismo del cardenal) y se introduce cada vez más en el misterio de Cristo que se ofrece, sacramental mente, a través de la trama de las circunstancias y las relaciones cotidianas. Y lo que es más importante, esta actitud no apaga nunca la pregunta que, agustinianamente, es dramática, pero está llena de deseo.

Más aún, todos sus escritos, su misma concepción de la teología, están marcados por la pregunta.

A Ratzinger, por eso, le apasiona el tema, también muy querido para Balthasar, del nexo entre teología y santidad. La teología ha alcanzado sus cimas en la historia cuando ha sabido abrevar en la fuente de la santidad: Antonio-Atanasio-Benito-Gregorio Magno-Francisco-Buenaventura-Domingo-Tomás. De este modo, por ejemplo, la cuestión soteriológica no consiste, principalmente, en reflexionar sobre las condiciones de posibilidad del recorrido histórico a través del cual el Dios Trinitario ha salvado a la humanidad, sino hablar de nuestra salvación. Hablar de gracia no es, sobre todo, profundizar la condición trascendental de posibilidad de un existencial sobrenatural, sino mirar a Cristo. «Desde el momento en que asumió nuestra naturaleza humana, está presente en la carne humana y nosotros estamos presentes en él, el Hijo».

c) El criterio de verificación: la Iglesia como ámbito de experiencia

Si la génesis del método de Ratzinger se encuentra en el ensimismamiento personal con Jesucristo como principio ascético concreto, el sentido de la Iglesia representa, quizás, dentro de este método, el criterio para verificarla validez del pensamiento y de la acción.

A partir del estudio de los grandes padres y doctores de la Iglesia, el cardenal elabora un concepto de experiencia (experiencia del pueblo de Dios) que afina al confrontarlo con filósofos y teólogos contemporáneos (Gadamer, Kolakowski, Mouroux, Balthasar), y que lleva consigo, sobre todo, una atención continua al modo en que se plantean los problemas, las cuestiones, las preguntas, las ansias, las urgencias, las esperanzas y las angustias del hombre en la concreta situación en la que se encuentra. En segundo lugar, afirma que, en la Iglesia, a esta experiencia vivida le corresponde una cierta primacía respecto a las instituciones y preceptos. Esta concepción de la iglesia como ámbito de experiencia la convierte, según Ratzinger, en sujeto que actúa en la historia y en prueba de la bondad de toda práctica y pensamiento cristianos. Me parece que en este contexto se puede situar otra constante del pensamiento del cardenal. Me refiero al peso de la eucaristía en su reflexión eclesiológica. La celebración eucarística nos hace intuir con más precisión la naturaleza del cristianismo, la cual, como el genio católico no deja de recordarlo desde hace dos mil años, se encuentra completamente en la noción de sacramento. Precisamente porque la experiencia eclesial es una experiencia sacramental, el pro semper del acontecimiento de Cristo se encuentra, hoy, con el hombre. La Iglesia encuentra en el septenario sacramental la realización completa de la lógica de la encarnación y, al mismo tiempo, su renacer continuo en el corazón de la persona. En el sacramento se da, en efecto, la contemporaneidad entre la verdad eterna que es Dios y la naturaleza dramática; es decir, finita pero capaz de infinito, que es el hombre. En cada momento de la historia la verdad cristiana es contemporánea de la libertad del hombre a la que se propone. Ésta es la razón por la que la fe no se experimenta nunca como algo extraño al hombre, de cualquier tiempo. Sólo donde se dé una reducción de la esencia del cristianismo es posible el divorcio entre los dos polos.

De este modo nace en Ratzinger la conciencia del carácter definitivo del acontecimiento de Cristo y de su capacidad de juzgar la totalidad. La expresión científicamente madura de esta posición viene representada por el tratado sobre la escatología.

Esta posición determina la concepción que Ratzinger tiene del lugar central que ocupa la catequesis y de su importancia cultural. La catequesis promueve la razón en la fe, aspecto más necesario que nunca en el actual panorama socio-cultural puesto a prueba por el nihilismo. La visión misma de la relación existente entre fe, historia y cultura está presente en las intervenciones del cardenal acerca de distintos aspectos de la ciencia, la política y la economía.

3. ABANDERADO DEL RETO CONCILIAR

Se puede percibir la extrema delicadeza de esta etapa si se piensa en el hecho de que la autoconciencia doctrinal de la iglesia ha profundizado, clarificándola, la noción de Revelación presente en la Dei Filius (Vaticano I) a través de la Dei Verbum. Según De Lubac, el concilio Vaticano II sustituye una idea de verdad abstracta con la idea de una verdad lo más concreta posible: es decir, la idea de la verdad personal, aparecida en la historia, operante en la historia y capaz de sostener; desde el seno mismo de la historia, toda la historia, la idea de esta verdad en persona que es Jesús de Nazaret, plenitud de la "Revelación”. Los textos de Ratzinger, desde la tesis de habilitación de Buenaventura hasta las recientísimas páginas contenidas en Mi vida, no dejan de volver con puntos de vista siempre más estimulantes sobre este inagotable tema.
La profundización de la autoconciencia de la Iglesia sobre la Revelación ha comportado un desplazamiento de lenguaje a muchos niveles: de la liturgia a la catequesis, de la teología a las declaraciones del Magisterio. Siendo extremadamente sintético, se puede decir que el lenguaje eclesial, teniendo que aceptar este reto, se ha transformado de «conceptualista» en simbólico. Reto al que no se ha sustraído el mismo Magisterio, sobre todo el de Juan Pablo II, como se ve en el lenguaje "pastoral" de sus declaraciones magisteriales. Está claro que la calificación de pastoral no implica oposición alguna a la de doctrinal. Es más, si se comprende adecuadamente, aquélla valora todo el rigor de la formulación doctrinal. El mismo Ratzinger nos ilumina acerca de esta evolución del lenguaje cuando dice de sí: «Yo opinaba que la teología escolástica, tal como estaba, había dejado de ser un buen instrumento para un posible diálogo entre la fe y nuestro tiempo. En aquella situación, la fe tenía que abandonar el viejo Panzer y, hablar un lenguaje más adecuado a nuestros días». Es Ratzinger mismo quien se ha confrontado, con estima, con esta teología escolástica.

Redescubrir la tradición a la hora de presentar la noción de Revelación, con todas sus delicadas implicaciones, tanto de contenido como de método, es uno de los factores, si no el factor decisivo, que permite a Ratzinger el original ejercicio de su ministerio en la Iglesia. La persona, la competencia y el método teológico de Ratzinger están favoreciendo el delicado trabajo de la Congregación. De este trabajo resulta más evidente su tarea de promoción de la doctrina de la fe inseparable de la de defensa de la misma.

Faltó espacio en goodreads.
Profile Image for Bücherwurm Mainschleife.
119 reviews
February 25, 2023
Habe viel über den Menschen Ratzinger erfahren. Wissenswerte Erkenntnisse über christliche Theologie, Glaube und Religion. Besonders positiv ist, dass Ratzinger eine klare, einfache Sprache verwendet und damit Inhalte auf hohem Niveau transportiert. Gutes Einstiegsbuch in diese Thematik.
56 reviews1 follower
July 21, 2022
Uma ótima leitura para quem procura conhecer as raízes familiares, espirituais e intelectuais de Bento XVI. É ainda útil para, resumidamente, tomarmos conhecimento da posição do autor sobre alguns dos acontecimentos conciliares e pós-concílio Vaticano II.
Profile Image for Rich.
103 reviews2 followers
January 4, 2017
This book made me love the man all the more. The last chapter is so poetic and moving. In typical Ratzinger style, he blends the technical with the profoundly personal and spiritual.

This book has prime value alone as a commentary on the theological path the 20th century took, but I also enjoyed learning more about his life.

My only criticism is that I wish it were longer.
3 reviews
June 1, 2025
This book is a light and inspiring journey through Ratzinger’s early life, filled with great love for the faith and for God.

The book shares very interesting insights regarding the state and evolution of German theology throughout the 20th century, as well as an overview of the Second Vatican Council and its deep and thoughtful reflections.

However, what I loved most about the book was getting to discover Ratzinger’s profound love for the Liturgy. I feel as if one can only understand why he cares so much about this particular topic until they stumble across this book and have the opportunity to delve into his childhood. His early experiences in his beautiful local church algonside his family and community made him fall in love with the Faith and the Church, and it has been this love that he has tried to communicate to the rest of the world with his life and works. Rest in peace Ratzinger❤️
136 reviews1 follower
April 17, 2021
What I enjoyed most from this book was Pope Benedict's recounting of his early years with his family, his experiences with World War II, and his seminary years. Understanding his formative experiences is certainly helpful in seeking to understand his perspective and focus later as the Pope. Later on in the book, he referenced a number of theologians and theological discussions that I didn't easily follow, but at the same time, I am not sure that would want to invest all the effort to understand all the anecdotes related to this or that person or idea. Nevertheless, it is helpful to understand and recognize his academic career and focus throughout his life, even though he was eventually led to Rome and the seat of St. Peter.
Profile Image for Sylvia.
67 reviews13 followers
May 25, 2011
This book impressed on me the scholarliness of our bishop of Rome; I especially enjoyed learning about the works that influenced him most, and also hearing his thoughts on the theological climate of Vatican II. There are some gems in these memoirs.
Profile Image for Jack Booth.
48 reviews
March 7, 2023
A short but riveting account of the first 50 years of the future Pope Benedict's life, from his birth up to his appointment as Archbishop of Munich and Freising.

It begins in rural Bavaria with Benedict's birth to a devout elderly policeman who stood up against the Nazi brownshirts, as he and his family saw how the Nazis oppressed the Church and threatened her autonomy and centrality in Bavarian life. We are taken through the war years where Benedict's education would be extremely disrupted and even ended up drafted towards the end of the war, witnessing the devastation of the war and the impact of destructive totalitarian ideology.

We are taken through Benedict's resumed education where he already drifts towards a future in academia. We are told of the professors at the University of Munich who greatly shaped his development. Eventually Benedict is ordained and we hear of his short-lived experience as a pastor before being lured back into academia as he finishes his Doctorate and Habilitation.

We hear of the years Benedict spent as Professor of Fundamental Theology at the University of Bonn from 1958-63, during which he is invited to the Second Vatican Council as a peritus, or official theological advisor. Unfortunately, Benedict doesn't elaborate much on the events of the Council in this short volume beyond an broad, yet insightful, sketch of the overall trajectory of the Council and the divergence between the public perception and the intention of the Council Fathers.

While Benedict moves around several universities in the succeeding years, we are struck by the intense struggle around the student protests of 1968 and the Marxist takeover of academia which Benedict tries his best to fight against.

Later we witness the creation of the influential academic journal of 'Communio' along with Hans Urs Von Balthasar, with Benedict seeking to repair damage wrought in recent years by misperceptions of the Second Vatican Council and the impact of Marxism, as well as Benedict's place in the newly created International Theological Commission.

Eventually the short work ends with Benedict's shock appointment as Archbishop of Munich and Freising. He feels unable to continue the story any further as it has entered into the period of 'Now' and is too present to comment on. He ends with a short explanation of his choice of Episcopal crest.

This short volume is made even shorter with the, albeit extremely welcome, addition of almost 40 pages of photos of Benedict's life upto 1993. It is an entertaining and rivetting yarn that I polished off over a couple of days easily. It is mostly biographical, but Benedict does tease some of his theological roots at times such as "Exegesis has always remained for me the center of my theological work" (p52-3) and in his discussions of the Second Vatican Council we see the beginnings of his 'hermeneutic of continuity' as well as his understanding of revelation and tradition, shaped by his Habilitation thesis on Bonaventure. We are also granted a great glimpse into his thoughts on liturgy in chapter 12. Overall a great picture of a great man in his own words. Requiescat in pace Benedict XVI.
This entire review has been hidden because of spoilers.
Profile Image for Eréndira.
196 reviews4 followers
May 18, 2025
Como no me podía quedar sin lo que seguía del "chisme" del libro de Peter Seewald "Benedicto XVI: últimas conversaciones con Peter Seewald", decidí continuar leyendo la vida del Papa de mi adolescencia en un pequeño compendio escrito por su puño y letra desde su infancia hasta su llamamiento como Arzobispo de Münich. Y también lo que se me hizo muy bonito detalle es el de incluir fotos de él en diferentes etapas de su vida, lo que nos permite tener una visión más aproximable de su persona.
Leer a Ratzinger de primera mano, es toda una experiencia, escribe precioso e incluye algunas explicaciones sobre acontecimientos o conceptos que uno como simple mortal no entiende y él lo desmenuza de una forma muy didáctica (por algo se le daba bien ser profesor).
Este pequeño libro, seguramente ayudará a cualquier persona conocer de manera profunda al Papa tímido pero de gran pensamiento y mente que tuvimos oportunidad de conocer como Papa reinante desde el 2005-2012 y como Papa emérito desde el 2013-2022, pero en su forma que siempre ha sido independientemente de sus títulos rimbombantes y su gran legado escrito: Josef Ratzinger, el bávaro.
Profile Image for Barbora Blažková.
25 reviews
December 30, 2022
Anotace a název "Můj život: Vzpomínky na cestu ke kněžství a biskupskému úřadu" slibuje poutavé vyprávění jednoho z nejlepších spisovatelů, které kdy církev měla, o jeho soukromém životě a událostech a osobnostech, které měli rozhodující vliv na papežovo teologické a církevní myšlení.

Pominu-li prvních 40 stran, kde popisuje své dětství a dospívání v nazi Něměcku a armádě (překvapilo mě, že téma židovské otázky ladně vypouští), tak zbytek působil vcelku neosobně. V zásadě jen popisuje na kterých univerzitách studoval či přednášel, co tam psal za práce a s kým se při tom seznámil, což se mi četlo jako obsáhlejší CV, ale o jeho vnitřních pohnutkách, konfliktech, hodnotách, přesvědčeních atd., které mohly utvářet jeho styl myšlení, jsem se nedozvěděla moc nic. Jak kdyby se bál odkrýt, co je pod povrchem.
10 reviews2 followers
May 16, 2017
Ratzinger's memoirs are not simply autobiography. They provide a window into how he looks at the world, and what he sees as the key dynamics of contemporary society. As he reflects on growing up in Germany, we see his love for Europe's Christian heritage and history, and the struggle in Europe between Christianity and paganism. Recounting his time at the Vatican Council, we see how dramatically the Council itself and its process influenced how peopled view and experience Catholicism. Along the way, he also recounts friendships and acquaintances with such theological giants as Karl Rahner, Henri de Lubac, and Hans Urs von Balthasar. This work is an excellent way not only to understand Ratzinger and his theological concerns, but the larger currents of the post-Conciliar Church.
Profile Image for Rose.
69 reviews
August 28, 2020
I LOVE Pope Benedict XVI. I truly do. And many parts of his memoirs filled me with a greater love for him. But the second half was rough getting through. He writes about his papers and academia friends as if every reader is a professor of theology and spends their free time writing dissertations. Also, the book obviously is greatly incomplete as it ends with his episcopal ordination (which he treats as the end of the road. I had a desire to yell at him - buckle in, man, there's the papacy coming!). But, as I said, my love for him is deep. And his humility and love for truth is ever present in his retelling of his intellectual, spiritual, and academic success.
Profile Image for James.
606 reviews5 followers
March 21, 2021
This wasn’t what I was expecting, but if you asked me I wouldn’t know what it was that I expected. Parts of the book were highly engaging, while others just seemed to be lists of theologians that Benedict knew and worked with. These sections were also dragged down by an assumption that the reader understood the context. I definitely have found his works after he became Pope to be much more universal. One interesting thing to note is that you can see how the Lord prepared Benedict for his ultimate calling; it’s amazing and a bit funny as he reflects on his life without realizing what was swiftly coming towards him.
Profile Image for Mick Maurer.
247 reviews1 follower
February 11, 2025
‘Joseph Ratzinger Milestones: Memoirs 1927-1977’ (1998) translated from the German by Erasmo Leiva-Merikakis. Erasmo Leiva-Merikakis (now Fr. Simeon, OCSO) is a Trappist monk & accomplished author, preacher, & retreat master. He received his Ph.D. in Comparative Literature & Theology from Emory University.The response to Rod Dreher’s ‘Benedict Option’ has produced one option that of the Benedict XVI wing. My refutation includes a chapter on the ‘Papal Benedict Option: Benedict XV & XVI’.
16 reviews
January 13, 2023
A succinct accounting of Ratzinger's first fifty years. Bishop at the time of writing, Ratzinger reflects on his childhood and young adult years, his academic and theological journey, thoughts on topics at Vatican Council II, and so forth. If one wants to understand what formed and impacted the theology of Ratzinger this is a worthwhile read.
Profile Image for Rafael.
6 reviews
October 6, 2024
Un relato en primera persona que narra los sucesos de cómo vivió durante periodos convulsos como la Alemania de entreguerras, su larga trayectoria académica y sacerdotal y los obstáculos que tuvo que superar. Si uno lee las discusiones doctrinales que menciona que tuvieron lugar en las facultades de su tiempo descubre que aún siguen en vigor.
Profile Image for Paul H..
868 reviews457 followers
April 16, 2018
Ratzinger's theology is amazingly dry, overall; he's definitely the least notable of all the Rhine-based Vatican II theologians, imo, though of course he's still brilliant. Hence I was all the more surprised at this, his (brief) memoirs ... surprisingly moving and personal, though I wish he could have provided a bit more insight into V2 itself.
Profile Image for miguelangelgc.
15 reviews2 followers
April 21, 2019
La mejor forma en acercarse a los cincuentena primeros años del ahora Papa Emérito Benedicto XVI. Por medio de su pluma se puede descubrir el corazón del teólogo con su particular y académico punto de vista a los acontecimientos que vivió hasta antes de ser Cardenal de Múnich.
Profile Image for Lance Cahill.
250 reviews10 followers
August 26, 2022
Narrowly interesting memoir on Ratzinger’s first 50 years. Topics are touched on briefly, but extended discussion does not happen that would have been more interesting, but understandably absent given his role.
Profile Image for nuria.
101 reviews7 followers
June 13, 2025
La parte más interesante es la que cuenta su vida durante la segunda guerra mundial. Es una pena que estas memorias se queden cortas al escribirlas tan temprano, realmente no sabía lo que se le venía en el futuro!!
Profile Image for Roni Mack.
41 reviews2 followers
December 13, 2025
“And, because in today’s world the theme of truth has all but disappeared, because truth appears to be too great for man and yet everything falls apart if there is no truth…”

Pope Benedict XVI, “Co-worker of Truth,” pray for us.
Profile Image for Myron T Howley.
72 reviews2 followers
February 7, 2021
The formative years of the life of Pope Benedict XVI, Joseph Ratzinger

Rat zinger tells the story of his life in a manner that leaves the reader captivated. I rate it a must read!
Profile Image for María Antón Sancho.
190 reviews
Read
January 13, 2022
Cantal (Jun-Sept'07, alternado con otros).
Muy bonito, especialmnt ult capitolo, impresiona: humildad, altura d B XVI.
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Profile Image for William Deaton.
14 reviews1 follower
November 25, 2024
I loved learning about Pope Benedict XVI’s life. He was a great man. I am reminded of what a joy it is to read and ponder all things Catholic. Thanks be to God.
Displaying 1 - 29 of 45 reviews

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