Coincidiendo con el centenario de su aparición, Impedimenta publica una nueva traducción de la obra maestra de Sōseki, que prefiguraría la de autores de la importancia de Akutagawa, Kawabata o Murakami. «Kokoro» («corazón», en japonés) narra la historia de una amistad sutil y conmovedora entre dos personajes sin nombre, un joven y un enigmático anciano al que conocemos como «Sensei». Atormentado por trágicos secretos que han proyectado una larga sombra sobre su vida, Sensei se abre lentamente a su joven discípulo, confesando indiscreciones de sus días de estudiante que han dejado en él un rastro de culpa, y que revelan, en el abismo aparentemente insalvable de su angustia moral y su lucha por entender los misterios del amor y el destino, el profundo cambio cultural de una generación a la siguiente que caracterizó el Japón de principios del siglo XX. Ninguna biblioteca de literatura japonesa estaría completa sin «Kokoro», la novela más lograda de Natsume Sōseki, la más profunda y la última que completó antes de su muerte.
*Kokoro*, publicada en 1914, es una obra maestra que explora las complejas dinámicas de la amistad y los conflictos internos del ser humano. Natsume Sōseki, con su exquisita prosa, nos sumerge en un mundo donde los celos, el deber y la culpa son protagonistas silenciosos. A través de personajes profundamente construidos, el autor no solo narra una historia de relaciones humanas; nos invita a reflexionar sobre la esencia misma de la existencia.
La narrativa, aunque minimalista, está impregnada de una belleza que resuena en cada página. Sōseki capacita al lector para observar las sutilezas de la vida cotidiana, convirtiendo momentos sencillos en lecciones vitales sobre lo que significa ser humano. La relación entre el protagonista y su mentor se convierte en un microcosmos de la lucha interna que enfrentamos todos: la búsqueda de conexión en un mundo marcado por el aislamiento y la razón.
Además, el trasfondo político y social de Japón a principios del siglo XX brinda una profundidad adicional a la obra. No solo se trata de sentimientos personales, sino de cómo estos se entrelazan con el contexto histórico, generando un sentido de urgencia y reflexión.
En resumen, *Kokoro* es una lectura imprescindible, un viaje emocional que deja una huella indeleble en el alma del lector. Es más que un relato sobre relaciones humanas; es un espejo que refleja nuestras propias luchas y anhelos. Sin duda, un clásico que transforma la manera en que percibimos la amistad y la vida misma.
"Oh, no hay época de mayor soledad que la juventud [...]. Incluso aquí, conmigo, es probable que te sientas solo. Yo no tengo la fuerza suficiente para agarrar tu soledad y expulsarla de ti"
totalmente distinta que Soy un gato. más introspectiva, nada de humor ni ironía. se mantiene la preocupación por describir la manera en que viven los distintos tipos de familia, los adinerados y lo que no. El personaje de K es inaccesible, incluso con la carta no se puede penetrar demasiado en él. sin embargo es un personaje que evoluciona. Sensei un personaje muy interesante. La manera en que te deja ese sinsabor de que no hizo nada ni aclaró las cosas es magistral. La carta al inicio parece que no corresponde con su personaje hermético en las primeras dos partes sin embargo casi al final se puede entender la razón de la carta. Sin embargo, la forma detallada en la que está escrita la carta no es propia de lo que se espera de Sensei aunque se puede justificar de igual forma por su carácter introspectivo. Si es que Sensei practicará la escritura tal vez se entendería mejor porque y le daría un nuevo cariz.
Personalmente no me gustó. No deberías leer este libro si estás deprimido o con ideación s u i c i d a. Soseki tiende a ser muy muy depresivo y melancólico pero aquí lo fue en extremo. La historia se desarrolla en primera persona desde el punto de vista del "estudiante" y su relación con un hombre desconocido de quién se hace amigo al que le llama "sensei". Se desarrolla al final de la era Meiji, 1912. Es de desarrollo lento, como todo lo asiático, en 3 actos. 2/3 estamos con el estudiante solo para olvidarnos completamente de el al tercer acto, donde el relato es practicamente del sensei en una carta que le escribe al muchacho. Al finalizar la carta termina el libro. No sabemos si el estudiante se apega a las enseñanzas relatadas por el sensei, o qué pasa con su historia, ni el final de su familia, simplemente lo desechamos como personaje. Eso no me gustó.
Esta novela convierte el mar en luz. Kokoro brilla y ulula en la imaginación oxigenando el corazón y acariciando los oídos. Es una obra cautivadora, que para mí significó una preciosa oportunidad de hacer memoria y conectarme con conversaciones e imágenes que conservo en mi Kokoro con gran amor y llevo siempre a todas partes. Me emociona, me inspira y me perturba saber lo que significa Kokoro. Es como una suerte de receta homeopática para el alma agria pero efectiva y lo mejor que he leído desde los Vagabundos del Dharma. Sugiero leerlo haciendo como que no existe la contraportada, la encontré pésima.
De los mejores libros que he leído, tiene esa tristeza y depresión por la vida japonesa, típica de la edad de los escritores suicidas. Una historia contada en primera persona y a través de una carta, conocer a Sensei es increíble. La última frase del libro te dejará completamente vacío.
Libro para comprender sentir del ocaso de la era Meiji en Japón. Un poco triste y lento, pero de todas maneras interesante para pensar y muy bien escrito
La Asociación de Prensa de la Provincia de Alicante continúa permitiéndome, en un guiño a Umbral, hablar de mis libros. Más bien de mis lecturas. En este caso, “Kokoro” de Natsume Sõseki. Una lectura que descubrí y disfruté hace unas semanas. Ojalá le guste a él y a todos los que inviertan algún minuto en curiosear. Como no las tengo todas conmigo, introduzco un clickbait. Sólo os digo que aparece Darth Vader en este universo nipón. Ojalá os guste.
“Si te has quedado con ganas de viajar a Japón este verano, siento decirte que este libro no es ningún billete de ida al país nipón, aunque sí abrirá caminos para que transitemos por espacios universales en ruinas. Si deseas adentrarte en esta experiencia, te invito a acompañarme”.
Muy muy japonés, esa mezcla de sencillez, poesía, extrañeza...de los clásicos japoneses. Es un libro corto y fácil de leer, aunque te puedes ir deteniendo a reflexionar sobre los pensamientos y los valores de los protagonistas. La parte del final, la confesión de Sensei, es tal vez demasiado larga y ensimismada. Me ha gustado, aunque me gustó más Soy un gato.
Es un libro que se lee tranquilamente, que transmite cierta tranquilidad en toda la primera parte, hasta que al final, todo se precipita. Te deja con un sabor de boca agridulce.