La explosión de una bomba y la desaparición de un niño trenzarán de manera ineludible el drama de los protagonistas de El vacío en el que flotas, y entonces seremos testigos -en este juego de ficciones en el que una historia parece desarrollarse dentro de otra, como en un set de muñecas rusas- de tres relatos que comparten un mismo personaje. En el primero, una joven pareja pierde a su hijo pequeño en un atentado terrorista: la madre sobrevive, pero del niño no queda ningún rastro. En el segundo, un joven y desconocido escritor gana un importante premio literario: ahora disfruta y padece la fama lejos del hombre que lo crio, un ser enigmático pero lleno de compasión y ternura, una especie de artista de la noche que, ataviado de mujer, siempre aspiró a dedicarse a cantar en su propio cabaré. Y en el tercero, aquel hombre que se rebusca la vida, y a veces se viste de mujer, de repente llega a su pensión con un niño perdido: explica que los padres del pequeño murieron en un accidente y que él debe cuidarlo, pues es su única familia. Así, las tres historias se van entrecruzando, emergiendo unas de otras, para provocar una lectura intensa e intrigante que se pregunta por aquellos que nos dejan con el peso de su ausencia.
Jorge Franco, born in Colombia, studied Film Direction at the London Film School and Literature at the Pontificia Universidad Javeriana. MALDITO AMOR was his first book of short stories and MALA NOCHE his first novel, both of which received prestigious national awards. ROSARIO TIJERAS, published in 1999, has enjoyed spectacular commercial success in Colombia and marked the breakthrough of one of the most promising writers of new Latin American narrative. It is the story of the love triangle between outlaw Rosario and two young men from Colombian high society. Terrorism, violence and narco-trafficking provide a fascinating background to the fast-paced plot. It has recently been made into a major feature film, taking the Colombian box-office by storm with more than 1.000.000 movie-goers flocking to the big-screen within only two weeks of opening. PARAÍSO TRAVEL (2002) solidly reaffirmed Jorge Franco’s reputation with the tale of a young Colombian couple who attempt to escape the widespread violence of their country of origin by fleeing to New York as illegal immigrants. MELODRAMA (2006) is yet another contemporary story of “Colombians abroad” in Paris. He made an important comeback with the novel EL MUNDO DE AFUERA, winner the Premio Alfaguara 2014. His last book EL CIELO A TIROS, published in September 2018, became a #1 best selling title in it's first week in bookstores. Gabriel García Márquez has said about Jorge Franco: “This is one of the Colombian authors I would like to pass the torch to”. Web site www.jorge-franco.com
¿Cómo escribir una novela predecible que mantenga al lector pegado? Solo Jorge Franco es capaz de hacerlo. Digo que es predecible porque en las primeras diez páginas el lector, a pesar de leer tres voces diferentes, descubre la conexión entre todos los personajes. Esto en lugar de borrar la magia intensifica las ganas de continuar la lectura para ver si después de semejante tragedia puede escribirse un final que nos brinde consuelo. Las tres voces narrativas son tan diferentes que no hay cabida para que el lector despistado se enrede. Mientras lo leía todo el tiempo sentí en mi pecho la misma mano que en la tarde ahogaba a Celmira, lloré en mucho capítulos con ella de sólo pensar cómo sigue respirando una madre que no encuentra a su hijo. Odié a Uriel, pero no tanto como mi cabeza quería odiarlo, y lo quise y me conmovió más de lo que hubiera querido, seguramente porque Jorge Franco construyó un personaje complejo y completo. Es una novela hermosa que nos recuerda esa Colombia en la que cada 8 días algún lugar estallaba por una bomba pero para hablarnos no de esa violencia que tanto hemos leído, sino del dolor que une y destruye una familia, de los recuerdos que duelen sin recordarlos del todo, de la tristeza que nos lleva a cometer los actos más dementes para rasgar un poco de felicidad, de la memoria que los padres llevan en las venas por sus hijos.
Frases que amé:
- "...hasta los que desprecian la vida tienen también sus días buenos".
- "¿A quién decepcionas si no cumples con tu rol de madre adolorida? ¿A ti misma, a tu familia, a la sociedad?
- "Un libro siempre es una carta que se arroja al mar dentro de una botella. Nadie puede imaginar a dónde llegará ni qué efecto causará".
- "La muerte cierra; la desaparición, en cambio, deja siempre una puerta abierta, una puerta que asoma al infierno."
- "Igual era el mejor del peor de los estados. El agua al cuello, el dolor constante, el aire corto, la desazón perpetua. Igual a estar muerto pero vivo."
- "Notó en la piel el cansancio de cuando se lucha por un sueño, y de cuando ese sueño se logra, y de la lucha que sigue por mantenerlo."
- "No es tan joven como para saltar a ciegas al vacío, ni tan viejo como para dejar de hacer planes."
Que libro tan bien escrito, que historia tan intrigante e increíble; absolutamente dura, lo leí después de varios muy duros que se suman al dolor que genera leer sus páginas, pero sin duda alguna, un libro que me hizo pasar por muchas emociones y que nunca me desengancho.
Una historia de la realidad colombiana, que siempre quisiera que fuera distinta, pero que es lo que es.
Jorge regresa de manera magistral, con una de sus obras más experimentales y creativas. Es un juego de espejos, una novela que contiene -al menos- dos metanovelas:
Es la ficción desesperada de Sergio, que al perder a Richi, su hijo, lo recrea como un escritor exitoso raptado por un padre/madre. Es la novela que se hace carne. Es la nueva novela de Richi, que en efecto se convirtió en escritor: "El vacío en el que flotas".
Es un padre dando instrucciones extradiegéticas a su hijo, para que salga de la página y llegue de nuevo hasta él. Es la paradoja del personaje que excede a su creador.
Trata también sobre los años más violentos en Medellín, y en Colombia; sobre la incierta posibilidad de regresar a casa, sobre los desaparecidos, las bombas, los muertos. Sobre la diversidad sexual, el buscar un lugar en el mundo dónde poder ser eso que no pedimos. Por no ahondar en los recovecos de la autoficción, en Anderson como alter ego de Jorge, o en las sinceras referencias al tufo del mundillo editorial.
Pero todo eso -aunque bien logrado- solo es una excusa necesaria, un recurso temático para experimentar con los límites de la ficción, para tocar sus bordes fronterizos con la realidad, para desafiar la mera construcción lineal de dramas y personajes.
Es lo que le da licencia, no solo creativa, sino creadora para imaginar a un ser (Anderson) capaz de salir del papel y presentarse a su creador (Sergio); pero también, para imaginar un libro que no está en nuestras manos, sino que está contenido en sí mismo. Un libro uróboro, que en su última página vuelve a empezar.
Un libro que te hace parar para poder volver a respirar y recuperar el aliento.
Este libro nos lleva por 3 historias que son la misma, la de Celmira y Sergio y su situación de incertidumbre a través de los años por la desaparición de su hijo. La de Uriel con una niñez tan violenta, yo particularmente no entiendo como nuestro país es tan cruel con los niños y luego nos preguntamos la violencia de los adultos en que reside, pero así por momentos uno odie a Uriel lo perdona porque en el fondo de su corazón busca dar el amor y cuidado que no recibió. Por último la de Anderson un escritor y su vida de excesos y vacíos. Mi primer libro de Jorge Franco, me tuvo en vilo todo el tiempo, no se si una mezcla de miedo y de la presión de la mano que se posaba sobre el pecho de Celmira.
Un libro también sobre Colombia, sobre las realidades que vivimos acá, las bombas, los muertos y los desaparecidos, pero más aún de las familias que esta violencia destruye, tantos inocentes que jamás vuelven a vivir igual, porque con el dolor se vive pero con la incertidumbre se muere cada día.
*Sin Spoilers* La narración de los 3 relatos llega a tornarse un poco larga para el desenlace de la historia. Hay partes del libro innecesarias, sin embargo es una lectura que atrapa aún cuando desde muy temprano es predecible.
Primer libro que leo de este autor: magnífico, gran historia, atrapante, excelentes personajes, un desarrollo que te deja con ganas de más, de terminar la historia de un sentón.
I don't know how to convey all my thoughts for this book. But it was wonderful and heartbreaking and infuriating and I haven't stopped thinking about it.
Leer a Franco es casi siempre un placer. Porque fluye, divierte, conecta. En esta historia hay más drama del necesario, los personajes parecen disfrazados sin razón, las pérdidas y los encuentros superan lo casual. Y así y todo, leer a Franco es casi siempre un placer.
A pesar de iniciar en un hecho violento: la explosión de una bomba y la desaparición de un niño en medio de la misma, es un libro sobre el dolor. El dolor de la desaparición de un hijo, el dolor de sentirse mutilado, el dolor de no poder mantener la relación de pareja ante la desaparición del niño.
El vacío se siente por todas partes: en el sufrimiento de Anderson al crecer sin tener una historia. La incertidumbre de Sergio y Celmira frente a la muerte y desaparición de su hijo. El vacío que puede sentir Boris, al haber sentido la mutilación de sus piernas. La culpa de Uriel es otro vacío enorme y la esconde con tanta jaculatoria
Jorge Franco tiene la capacidad de llevarnos mucho mas allá de ka dolorosa historia de este país. Personajes perfectamente construidos. Durante toda la historia me acompañaban sentimientos de impotencia, de esperanza, de dolor….. como sobrellevamos el duelo? La espera? Un libro que se lee queriendo llegar al final, pero esperando que el final sea feliz. Y llegamos al final sin saber si realmente lo hubo. Recomendado
¿Conocen esa sensación de tusa post libro? Pues con “El vacío en el que flotas” me pasó: no quería seguir leyendo solo porque no quería acabar esta historia tan increíble. Es un libro que no da tregua, que no quieres soltar, no quieres dejar de leer. ¡Amé cada página, cada segundo de esta historia! ¡¡Y sufrí con cada uno de sus personajes!!
4.5 ⭐️ Una historia que te hace permanecer leyendo. Te da pistas pero, por lo menos yo, no supe cómo acomodarlas. Incluso el final te lo dice antes de que termine el libro y sin embargo a mi me sorprendió. Sin duda, mi personaje preferido Uriel.
Al contrario del personaje Anderson Posada, Jorge Franco no nos hizo esperar tanto con una nueva obra excelente. Dos, casi très relatos en paralelo nos narran la angustia de dos padres, Celmira y Sergio, desgarrados, despedazados por la desaparición de su hijo Richi en un atentado. Pasan los días, meses y años a la espera de una noticia, un indicio una foto, cualquier elemento que les reviva la esperanza. Por otro lado están Uriel y Anderson, un mesero tratando de sacar adelante a un niño de cinco años…será Richi? Y por último Anderson adulto, ahogado en el alcohol, droga, prostitutas pero autor exitoso…Relato fantástico que no deja posar el libro.
Que libro tan, tan, tan bueno. Desde la primera página no he podido parar de leer y de emocionarme. Tres historias, muy tristes y muy bellas al mismo tiempo. Ha sido mi descubrimiento este año.
Un libro predecible pero no por eso menos atrapante. En algunos capítulos confuso hasta que uno hace la conexión, de ahí en más es un viaje esperando el final. Quizás me faltó un poco más de entendimiento del contexto colombiano pero no deje de disfrutarlo por eso
Un libro que me sorprendió. Una historia que me atrapó desde la primera pagina. Senti ganas de seguir leyendo, cada capítulo me invitaba a más. Una experiencia, debes leerlo.
Para mi el mejor escritor colombiano de era moderna.
Lograr contar diferentes historias; tocar con sutileza varios temas que son tabú y traerlos al nivel de normalizarlos y lograr luego que todo esto tenga armonía y se encuentre al final. Aplausos.
Una novela maravillosa que describe de una manera cruda, tres historias que se entrelazan; conectadas por la incertidumbre, el dolor, y la necesidad de respuestas.
• –Tú solo escribe –le dijo ella–. Lo demás es azar. • Quien vive en el mundo de la escritura no puede irse nunca y está condenado a habitarlo ya sea en un tugurio, en la suite de un hotel, en una mansión o en la sucia calle. Morirás dándole vuelta a alguna historia en tu cabeza, es irremediable. • ¿Para qué escribir, se preguntó Sergio, si la realidad supera lo que digas, lo que te inventes, para qué adornar, cambiar, aumentar, reducir lo inmodificable? Todo por vanidad porque ¿qué otra cosa mueve a los artistas? • Y este culicagado que todavía no se decide, dizque no le gusta nada, solo escribir y leer como si eso sirviera para algo, o sí, con toda seguridad sirve para morirse de hambre. • Todavía está joven y a tiempo ay, que deje la güevonada esa de la escritura y se vuelva una persona normal. • También se puede escribir sobre lo desconocido y sobre lo que no se ha experimentado. • Y de todos modos, un libro casi siempre es una carta que se arroja al mar dentro de una botella. Nadie puede imaginar a dónde llegará ni que efecto causará. • Me da trabajo asimilar ese lado mágico de la religión. Ante los misterios siempre me he refugiado en los libros. • Habría querido decirle pues porque uno no anda por la vida diciendo quien es uno, a no ser que tenga algún complejo. • Tú, todos han buscado cambiar el destino de la literatura mientras escriben, y a pesar de que solo dos o tres lo han conseguido, tú y todos insisten, perseveran, aunque la gran mayoría ni se aproxima. • No es tan joven como para saltar a ciegas al vacío, ni tan viejo como para dejar de hacer planes. • Hasta los que no leen opinarán de tu libro. Lo elogiarán o despedazarán dependiendo de si les caes bien o mal. • Y se excusó, con ganas de decirle a Magdalena cuidado se quema la lengua con el chocolate hirviendo señora, y la incapacitan para el chisme. • ¿Pero quién puede dormir tranquilo en un mundo como este?, ¿quién se aguanta la vida sin cuestionarla mientras llega el sueño, si es que llega? • Una nube cubrió el sol y ella comenzó a sentir la desazón de las cinco de la tarde. Aún faltaba para que empezara a oscurecer, pero esa nube atravesada le anticipó la angustia. • No te interesa acumular libros, ahora casi que ni leerlos, mucho menos escribirlos. • De ahí tendría que salir el conflicto de su personaje. La historia estaba esperando ese momento. Las páginas en blanco siempre encuentran el instante para confabular con la vida. • “Interesante” es una expresión interesante –le comentas–. No descalifica, pero tampoco elogia. No compromete a quien la dice. • O tal vez no le gustaba su atuendo, y eso que era el dominguero, alegre pero discreto. • Eres de los que piensan que el ritmo del tiempo es variable, que a veces marcha más rápido y otras más lento. Eres de los que miran la hora y creen que se quedará ahí, quieta, hasta que decidas dar el siguiente paso. • Ella volverá cuando se le pase. ¿Cuándo se le pase qué? Tal vez lo único que tenía que pasar era el tiempo, que era una opción aterradora. • Además, estaban por comenzar los noticieros, y a Celmira no le interesaba ver cómo se iba acabando el mundo. • Ella y todos sabían que ese día también podría estallar otra bomba en cualquier sitio. Pero ella al igual que todos, no imagino que sería su turno • Gemma se acerca para engancharte el micrófono. Te huele a piel limpia. Te ordena la camisa, te suelta un botón, te roza el cuello. • En la construcción de toda historia eran normales las noches de insomnio, intentando salvar un obstáculo o buscando la palabra precisa. • Luego abres algunos portales de los periódicos colombianos. Treinta segundos para confirmar que todo sigue igual. Seguimos odiándonos. • El viento volvió a mecer las corinas y con la brisa entró, ahora sí, un fuerte olor a mariguana. Un porro después del polvo. Dichosos ellos, pensó Celmira, y una lágrima brotó de su ojo. • Y, por qué no, irnos a donde hablen otro idioma para cortar, de una vez por todas, con este país de malparidos, resentidos, hijos de puta, envidiosos y traidores. • Se despidieron y cada uno salió por su lado, para cualquier lugar donde pudieran lidiar con la paradoja de soportar el peso de un vacío. • Intentas lograr en meses lo que no hiciste en años. No importa. El tiempo es lo de menos. No olvidas que Faulkner escribió Mientras agonizo en cuarenta y siete días, maldito genio. Tú no eres Faulkner ni nunca lo serás, pero te consuela saber que el tiempo no importa. • – Yo, doña Vilma –la interrumpió, y habría querido decir yo soy su padre y su madre, todo depende del día, de la Luna, del viento, del clima que haga, vieja hijueputa.
El libro “El vacío en el que flotas” del escritor colombiano Jorge Franco trata sobre una bomba que explota y la desaparición de un niño en Medellín, Colombia que dejan al lector flotando en el vacío. Se trata de tres relatos que se cruzan y se entrelazan de forma íntima y emocionante.
Los personajes tienen un perfil psicológico interesante: Anderson un joven y desconocido escritor carga un vacío. Su vida esta armada por pedazos Sergio y Celmira como padres llevan en su haber un vacío por la pérdida del hijo. Uriel alias “Api” es un personaje enigmático y especial que lo hace único y hasta cierto punto de vista simpático, sin embargo es el causante de un triste impacto. Uriel lleva a cuestas un vacío por cargar con una violencia de su hogar y una culpa que mitiga con lo religioso.
Agradezco al Club de lectores de Alemania por la lectura conjunta de este mi tercer libro del escritor Jorge Franco quién en reunión con el club comentó que el selecciono el título para su novela y yo aún con mis audífonos de fondo escuchaba la canción de Sony de Luis Miguel y “Como es posible que a mi lado” en la cafetería donde me conectaba para escuchar al autor de esta interesante novela.
Es difícil poner en palabras lo que provoca este libro. El vacío en el que flotas no sorprende por su trama, en muchos momentos, incluso puede parecer predecible, pero justamente ahí radica su fuerza: en la manera en que lo cotidiano y lo inevitable se transforman en un reflejo de la realidad. Jorge Franco construye una historia que se siente cercana, casi incómoda, porque habla del dolor, del duelo y de la frustración que todos, en algún punto, hemos enfrentado.
Y cuando llegas a la última línea, ese vacío del que habla el título deja de ser ajeno: lo sientes, te atraviesa y te acompaña. No es solo el final de una historia, sino la sensación de quedarte flotando en el vacío también.
Frases:
“…hasta los que desprecian la vida tienen también sus días buenos.”
“—¿A quién decepcionas si no cumples con tu rol de madre dolorida? ¿A ti misma, a tu familia, a la sociedad?”
“Él lo sabía: la vida era más rara que el más raro de los libros.”
“Además, todos sabían quién o quiénes sembraron esa bomba. Los mismos de siempre, los señores del terror, los dueños del caos, los que hoy tienen un nombre y mañana otro, y cambian de rostro cuando les conviene, todos saben y nadie sabe quiénes son.”
Narrar a Colombia, sus historias y sus dolientes. Eso hace esta novela y nuestros mejores escritores: Jorge Franco, Evelio Rosero y Ricardo Silva. Con cada nueva forma en que sus historias nos reflejan en sus mundos paralelos confirmamos la cantidad de matices de nuestra diaria realidad marcada por las diferentes formas de odio y violencia pero también por las distintas formas del amor. Dolores que no dan tregua, no cesan, que apenas cicatrizan y nos recuerdan que a pesar de lo que nos pasa como país seguimos aquí a pesar de la estadística, vivos, dolientes, creyentes, rezando, amando y curados de espanto.
Que destreza la de Jorge Franco para escribir esta novela, que puede leerse y releerse muchas veces tantas, que Jorge Franco, Sergio y Anderson se merecen otro premio. Un lindo final feliz.
Hasta ahora no había leído nada de Jorge Franco, grave error. Me ha encantado la manera en la que escribe, cómo te hace sentir las historias de sus personajes. Un gran descubrimiento, ya estoy mirando a qué otra obra de las anteriores hincarle el diente porque este autor merece la pena y mucho. 'El vacío en el que flotas' trata sobre el terrorismo en Colombia, cómo dejó de ser realmente noticia el hecho de que cada pocos días estallase una bomba en algún lugar del país. Pero el autor no busca tratar la violencia o caer en el morbo de los atentados en sí; si no que se interesa por su lado más humano. Franco se centra en el dolor que experimente una familia tras la muerte o la desaparición de uno de sus miembros. La desesperación y la agonía al no conocer el paradero de su único hijo, no saber si ha muerto o sigue vivo, qué ha sido de él. No tener un lugar físico en el que poder llorar su pérdida ni la certeza de que haya fallecido a causa de la explosión en un centro comerical. Solo los recuerdos que destrozan al matrimonio, la memoria que impide pasar página. La historia está contada a cuatro voces y a través de los distintos personajes vamos conociendo lo sucedido, sus consecuencias y cómo van afrontando cada uno de ellos los hechos tras la desaparición de Richi. Por un lado tenemos a los padres, Celmira y Sergio, con dos formas distintas de afrontar lo sucedido. Por otro lado está Uriel, al que también conoceremos como Api o Kiki Boreal, y que me parece uno de los mejores personajes de la novela, capaz de hacerte sentir emociones muy distintas desde el odio más profundo hasta cierta empatía y pena por él. Se encarga de cuidar a un niño que no tiene identidad, que no sabe realmente quién es ni de dónde viene. Por último tenemos a Anderson, un escritor que vive de las rentas de su primera y única novela, que fue un auténtico éxito pero que ahora no es capaz de volver a escribir y ha entrado en una peligrosa vorágine de todo tipo de excesos. Para mí lo mejor de 'El vacío en el que flotas' son precisamente sus personajes. Todos ellos importantes y resulta muy interesante ir conociendo sus sentimientos y su desarrollo. Con todos ellos es fácil empatizar de algún modo y llegar a comprender sus formas de actuar ante el dolor y la desgracia. En definitiva, un gran libro que trata sobre el dolor de la desaparición de un hijo, la desesperación ante la incertidumbre de no saber si está muerto y la fuerza por seguir luchando en su búsqueda y no desfallecer pase el tiempo que pase.
En esta novela el hilo conductor es el vacío interno de sus personajes. Un hecho violento rompe las vidas de tres personas: madre, padre e hijo. Y un cuarto personaje flota entre el sufrimiento de ellos, pero a su vez carga su propia cruz.
La mayor fortaleza de este libro es su estructura narrativa. El autor colombiano se ha atrevido a involucrar al lector activamente en su novela, llevándolo a dudar, a cuestionarse el presente y futuro…
Si el lector se propone, puede creerse que es una historia con final feliz.