LLEGA ADELAIDE ADAMSUna miss Marple de Arkansas, irónica, artrítica y deslenguada.«Yo, Adelaide Adams, soltera, estaba tejiendo en el vestíbulo del Richelieu la mañana que todo comenzó. Aunque en aquel momento no era consciente de que estuviera empezando nada. No me considero una mujer timorata y sé que ocasionalmente algunos miembros poco serios de las jóvenes generaciones me han tildado de vieja arpía. No obstante, de haber sospechado el desenfrenado derramamiento de sangre en el que pronto nos veríamos inmersos habría salido de allí pitando sin mirar atrás a pesar de mi rodilla artrítica y mi exceso de peso. Sin embargo, aquella luminosa mañana del mes de abril no habría sido fácil encontrar un rincón de apariencia más apacible que el vestíbulo de nuestro pequeño hotel residencial. Porque lo único que tiene de grandilocuente el Richelieu es su nombre».Maestra indiscutible del Had-I-but-known, la narración de Blackmon asombra por su inquietante trama y por la sagacidad e ironía de su atípica detective.«Una detective atípica, que no dejará indiferente a nadie».The Atlantic Monthly
Muy al estilo Agatha Christie, se produce un asesinato en el hotel. Los personajes son de lo más pintorescos y algunos momentos cómicos. Giros y más giros para acabar resolviendo el caso.
Una novela negra al mas puro estilo los diez negritos, con unos personajes muy bien dibujados y una narrativa super agil y divertida, me ha gustado mucho
Cuando pienso en la época dorada de las novelas de detectives (años 20 y 30 del siglo XX), generalmente tiendo a pensar en los grandes autores británicos de sobra conocidos por todos, pero hay otros, quizás no tan populares, cuyas obras no tienen nada que envidiar a las de los buques insignia del género, y que estamos empezando a descubrir décadas después de su publicación gracias a colecciones como esta de Siruela.
“Asesinato en el Richelieu” de Anita Blackmon, es la primera de dos novelas protagonizadas por Adelaide Adams, una solterona artrítica y deslenguada, que se engloban dentro del subgénero “had I but known”, en el que una narradora femenina habla directamente con el lector, expresando a lo largo del libro su arrepentimiento de cómo el asesinato podría haberse evitado “si lo hubieran sabido”.
«Yo, Adelaide Adams, soltera, estaba tejiendo en el vestíbulo del Richelieu la mañana que todo comenzó. Aunque en aquel momento no era consciente de que estuviera empezando nada. No me considero una mujer timorata y sé que ocasionalmente algunos miembros poco serios de las jóvenes generaciones me han tildado de vieja arpía. No obstante, de haber sospechado el desenfrenado derramamiento de sangre en el que pronto nos veríamos inmersos habría salido de allí pitando sin mirar atrás a pesar de mi rodilla artrítica y mi exceso de peso. Sin embargo, aquella luminosa mañana del mes de abril no habría sido fácil encontrar un rincón de apariencia más apacible que el vestíbulo de nuestro pequeño hotel residencial. Porque lo único que tiene de grandilocuente el Richelieu es su nombre».
Ese primer párrafo cumple una triple función: marca el tono general de novela, presenta al personaje de Adelaide y engancha al lector, tanto por lo que dice como por lo que deja intuir.
Al comenzar a leer es inevitable pensar que Adelaide Adams es una suerte de Miss Marple sureña, pero lo único que tienen en común es un marcado interés por la gente que las rodea. Ahí terminan todas las similitudes. Adelaide es una mujer mayor (o lo que se consideraba mayor en la época), con sobrepeso y una lengua afilada. Tiene un punto débil, las personas jóvenes, y son estas las que nos permiten ver su lado más amable y generoso. Bajo una fachada brusca, dura e incisiva, Adelaide no duda es salir de defensa de los más desfavorecidos. Narrada en primera persona en la voz de Adelaide, esta podría llegar a resultar irritante, pero el personaje está dotado de un sentido del humor que la humaniza, no dudando en describirse a sí misma en situaciones un tanto incómodas.
El elenco de personajes se nos presenta a través de los ojos (y los prejuicios) de Adelaide, lo que sirve no solo para conocer a todos, víctimas y sospechosos, si no para dar mayor profundidad al personaje de Adelaide. Si bien es cierto que hoy día podría considerarse que la novela peca de emplear numerosos estereotipos y clichés, haciendo comentarios y observaciones que actualmente serían impensables, estos mismos contribuyen a crear un retrato certero de una época y un lugar.
El Richelieu es un hotel pequeño con un nombre grande, y escenario único de la historia, convirtiéndose en un personaje más de esta. Se verá sumido en el caos tras el asesinato de uno de sus huéspedes. Para Adelaide, esa muerte se convertirá en algo personal, ya que el hombre aparece colgado de la lámpara de su habitación, pero ella no desempeñará el papel de investigador al uso, viéndose implicada en los hechos directamente.
La narración está sembrada de pistas (verdaderas y falsas), con alguna escena un poco más gráfica de lo habitual en el género, y un humor mordaz e inteligente. La vida de los huéspedes del hotel está muy bien representada, el ritmo de los acontecimientos se mantiene a lo largo de la narración, y el misterio, aunque un poco enrevesado (especialmente el desenlace), termina dando respuesta a todas las preguntas que se habían generado.
Desconozco si Siruela tiene intención de publicar la segunda novela protagonizada por Adelaide Adams, pero si lo hace no me la perderé por nada del mundo.
Si alguien quiere leer sobre asesinatos, sospechosos, giros inesperados o no tanto, policías, delincuentes y tramas que se enmadejan y luego parecen desenmadejarse, pistas que están escondidas en inocentes párrafos y líneas de diálogo, si alguien quiere armar el puzle y comprobar que siempre falta una pieza, este es su libro. Diversión pura para los que les gusta los relatos a lo Agatha Christie. Bueno, quizá la maestra del misterio lo hace un poco más intrincado, pero oigan, se lee en un santiamén. Recomendable, sobre todo para aficionados al género.
Un cozy crime, no tan cozy, en el que la autora, a través de la mirada snob de la gruñona protagonista, retrata la sociedad de la época y menciona temas poco tratados en este tipo de novelas.
Anita Blackmon only wrote two Miss Adams novels, unfortunately. Adelaide Adams is an elderly spinster who finds herself involved in murder mysteries, but that's where the similarities with Miss Marple end. Adelaide is overweight and opinionated (she's frequently called an old battle-axe), and is constantly ending up in the middle of all the action whether she wants to or not. However, like Miss Marple, Adelaide takes a sharp interest in the people around her:
"To some people an interest in the behavior of your fellow creatures is idle, if not morbid, curiosity. I have been called “that nosy old maid” because I am a close student of the human comedy. The fact remains, nonetheless, that very little happens in the Richelieu Hotel of which I do not sooner or later become aware, and I have a tenacious memory, especially for detail. Not much escapes my eyes and ears and nothing escapes my memory, though I may mislay it for a while."
"Murder a la Richelieu" is the first Miss Adams novel and introduces us to the feisty Adelaide. She's like an apple pie - crusty on the outside, but sweet inside. She has a soft spot for young people and can be a bit of a pushover, though she'd deny it.
The plot in "Murder a la Richelieu" is interesting, though rather far-fetched. The murders are surprisingly bloody for a book published in 1937. Adelaide comes across the first murder victim in her own room - he's hanging from her chandelier and his throat has been cut. Another one of the murders is considerably worse than this.
Unlike some authors (Rex Stout and Erle Stanley Gardner), there are details that date this book, though not always in a bad way. There are obvious signs that this book came out during the Depression. For example, a young woman lies about her marital status to get a job because her husband is out of work. It is obvious that their financial situation is very precarious. There is also a feeling of quiet desperation about the Adairs that involves more than just money. On the downside, there is also the racist treatment of African Americans - Clarence and Laura - who work at the hotel. Fortunately, this is limited to the beginning of the book.
Overall, "Murder a la Richelieu" is an amusing way to pass the time. I also recommend the second (and final) book, There is No Return.
La pase genial con todos los enredos que suceden en este hotel, donde todos tienen algo que ocultar y una protagonista que en un principio puede parecer muy antipatica y estirada (realmente lo es) pero que en el fondo es una mujer muy inteligente y con un gran corazon, a la que terminas cogiendo cariño. Me gusto especialmente sus interaciones con uno de los personajes con el que se ve envuelta en ciertas situaciones, que llegaron a sacarme unas cuantas carcajadas. Un libro estupendo para pasarte una tarde resolviendo un misterio en el hotel Richelieu.
This was a great read! Set in the late '30s depression-era south in a small residential hotel, multiple murders start happening, terrorizing everyone caught at the hotel at the time. The characters are well- delineated and drawn with humor and there are few mysteries of that time or later set in Arkansas. The only drawback is the author is of the "had I but known" school of writing, or at least she is skillfully parodying it. But at least only a few sentences are spent on that and the rest of the time goes to a good old murder mystery. It reads like a cross between a Mary Roberts Rinehart mystery and a Charlie Chan black-and-white mystery film. It would be classed in the "cozy" department, I'm sure. Now all you have to provide is the popcorn and the couch!
This is the first book in this series (I don't know where they came up with Book 2 for its #). Unfortunately, Ms. Blackmon only wrote one more detective novel, "There's No Return." It is the second in this series, being set in the Ozarks of Arkansas in a recreation spot. Again, murder surfaces and clues must be sorted out and deciphered before the killer can be found and caught and peace returned. Ms. Blackmon also wrote at least about a dozen detective short stories that have yet to be compiled. She died at 50 years of age, after a long illness, and we lost a fine writer. I recommend "Murder a la Richlieu" to anyone who enjoys vintage mysteries.
El título alternativo iba a ser el este hotel el más tonto hace relojes (no es literal, no sale ningún relojero 😁).
Respecto a la sinopsis: la señora es artrítica, deslenguada e irónica. Ya está. Narradora testigo con salero y tronío, pero no metería esto en el saco de lo cosy.
Murder and suspense at its best. Adelaide is a quiet spinster that just enjoys knowing everyone’s business. Getting involved with murder is not what she plans for excitement. Lighthearted story.
3,5/5 Ha sido un libro cortito y muy sencillo que tampoco me ha mega impresionado, pero a pesar de ser sobre un asesinato los personajes me han calentado el corazón. He de decir que no acerté quien era el asesino aunque estaba convencida de que lo sabía.
Igual que el de ‘Un crimen con clase”, de Julia Seales, me dejó más bien fría (muy sosito, demasiado claras las influencias de Austen y Christie… agradable, sin más), esta historia sí me ha convencido. A pesar de tirar de bastantes clichés, como la anciana dama protagonista, antipática y resabiada con muy buen fondo; el play boy descarado o las distintas mujeres encasilladas cada una en su papel, la autora sabe darle el giro adecuado a la intriga y tirar del lector hacia su terreno para ir “descubriéndole” las piezas del puzzle poco a poco. Esta muy entretenida, y el fondo no es tan simplón como pueda parecer, llegando a incluir un tema que no resulta muy común en la lista de crímenes novelescos de la época. Aún así, le falta un poco de garra y mala leche, y le sobra algo de “buenismo”. Y aún así, se lee con gusto, la trama está bien llevada y todo funciona como debe. Se nota que Anita Blackmon conocía los caracteres y la época que refleja en este curioso hotel.
Blackmon writes in the best "had I but known" style, which made this book feel even older than it is. The quaint style made the actual events and behaviors in the narrative a little shocking, and the plot stretched credulity a little, but overall it was still an enjoyable read, in large part because of the narrator. Adelaide Adams is older, overweight, and full of wit. There were passages that could have come straight from Mary Roberts Rinehart.
From the first few sentences in this book, I knew I had found a new best friend. Actually, two new best friends, Adelaide and the writer who created her. This American author is one of the “Golden Age” crime mystery writers. As the blurb says, Adelaide Adams is a spinster living in a residential hotel somewhere in southern America. The first chapter introduces us to Adelaide who “is not a timorous woman but one who has been referred to by flippant members of the younger generation as ‘The Old Battle- Ax’”. The story is written in the first person from Adelaide’s point of view. One the morning Adelaide is sitting in her usual seat in the lobby (from where she can see everything and everybody), and we meet some of the guests. Adelaide prides herself on her memory, although she does admit to mislaying it sometimes, so she is rather taken aback when a relatively new guest finds her green spectacle case between the cushions on a divan in the lobby when she distinctly remembers leaving it in her room. At lunch in the hotel café we meet Cyril Fancher, second husband of the proprietress, and Annie, a new young waitress, and we meet more of the guests as they come in and each of these guests is described, dissected and slotted into place in a few well-chosen words, creating an often unkind but accurate picture of each one. Her trenchant observations on the foibles and characters of the residents are hilarious. Small items belonging to guests begin disappearing from their rooms and turning up in unexpected places, such as Adelaide’s green spectacle case. And then the moment as Adelaide opens the door to the sitting room of her two-room suite, and discovers a man hanging from the chandelier. The police are called and two uniformed officers arrive first, followed by Detective Inspector Bunyan.
There is another death and the tension in the hotel increases, with the residents jumpy and suspicious of each other. Adelaide and Stephen Lansing, a flirt and a ladies’ man whom she has not liked very much up to now, seem to be forming a partnership of sorts. Inspector Bunyan is a dapper young man, with a face that doesn’t befit his profession, and a velvety voice, but, no, dear readers, he is not a movie star, but a hard-boiled homicide detective who doesn’t mince words, indeed uses words extremely effectively, and after having made one mistake, is very determined to catch the murderer and see him (or her) hang. Matters begin to move apace, with several, seemingly unrelated things happening, and Adelaide finds herself in some awkward and some ridiculous situations and we discover that she can be somewhat timorous at times and is definitely not a battle-ax all the time. This is a mystery that has more than one strand to it and is awash with mirrors. Who can tell which mirror shows the truth?
The use of language and sentence structure is superb and is a delight to read; Blackmon rocks in this area. Whatever the literary term for deadpan humour is, that term describes Blackman’s style. It takes a second to sink in, then the laughter starts, but she also has the knack of knowing when to drop the humour and write in a more serious vein. As the end of the story approaches, each of the three strands in turn is solved, with the murder being the last one, and an unexpected murderer it turns out to be, with a dramatic ending. Unlike most golden age murder-mysteries, this has one graphic scene. A very well-written mystery with a complex plot, a great cast of characters and justice achieved. There is a lot of humour, there is horror, there is greed, there is sadness, and there is love. The last few pages may bring a lump to the throat or misty eyes, or they may not, depending on the reader. I have a problem with two things in the book, but I can’t say what they are without spoiling the story. Highly recommend for those who like a complex mystery liberally salted with humour.
"Yo, Adelaide Adams, soltera, estaba tejiendo en el vestíbulo del Richelieu la mañana que todo comenzó. Aunque en aquel momento no era consciente de que estuviera empezando nada. No me considero una mujer timorata y sé que ocasionalmente algunos miembros serios de las jóvenes generaciones me han tildado de “vieja arpía”. No obstante, de haber sospechado el desenfrenado derramamiento de sangre en el que pronto nos veríamos inmersos habría salido de allí pitando sin mirar atrás a pesar de mi rodilla artrítica y mi exceso de peso."
Asesinato en el Richelieu, (Murder à la Richelieu) 1937 Adelaide Adams Mystery 1 Anita Blackmon @siruelaediciones Traducción de Pablo González-Nuevo
¿No es delicioso encontrarse inesperadamente con un personaje como miss Adelaide Adams?
La protagonista de las dos únicas novelas publicadas por la escritora estadounidense Anita Blackmon, una profesora que escribió multitud de relatos y dos novelas policíacas, podría ser la amiga americana de la entrañable miss Marple y aunque comparten la afición por tejer e investigar, no se parecen mucho.
Miss Adams, veterana residente del Hotel Richelieu se ve envuelta en varios asesinatos y aventuras diversas, pero nunca pierde su sentido del humor ni del decoro sureño.
Una trama de ritmo trepidante, personajes extravagantes, intrigas, mentiras y secretos que hacen de esta novela una lectura perfecta para desconectar y divertirse.
Miss Adelaide Adams es también el perfecto exponente de la #spinterseptember @pear.jelly
A pretty decent vintage mystery, set in a small Southern town during the Depression. There are some dated bits for sure. The main character Adelaide Adams is quite distinct. She made me think a bit of the Dowager Countess in Downton Abbey transplanted to the south. There's a lot of heart beneath her gruff, snobby exterior, though. The story itself goes in all sorts of pretty outlandish directions, but it was still rather enjoyable.
A fun read. However--A Warning about the sequel; There Is No Return--opens with a very disturbing scene, especially if you are an animal lover. Because of it, I will not be reading what might haver been another fun mystery.
What a story; I was reminded of "the circular staircase" in so many ways. So many plotlines and we'll written to boot. Highly recommended. Not the terse hurried hard boiled American set but, instead, the well written style of golden age writers. A great read!
Adeline Adams es una viejecita con sobrepeso, algo gruñona y sarcástica pero con un corazón de oro, sobre todo con la juventud y los más desfavorecidos, que vive en el Hotel Richelieu. Un día, al entrar a su habitación, descubre el cadáver de uno de los huéspedes eventuales colgado de la lámpara.
Estamos ante una novela al más puro estilo Agatha Christie en la que nuestra protagonista nos recuerda a la adorable Miss Marpel, aunque con la diferencia de que no es tan activa investigando.
La historia nos la va contando la misma Adeline, que a través de sus relaciones con el resto de personajes nos va mostrando como son cada uno de ellos y su posible implicación en el asesinato.
Los personajes de esta novela, a pesar de caer en algún cliché, me han gustado mucho ya que están cargados de personalidad
La lectura de ésta es muy ágil, la autora consigue que te atrape a base de giros y escenas bastante cómicas que serán la delicia de todo amante del cozy crime.
Reconozco que no esperaba, para nada, disfrutarla tanto como lo hice. Así que si queréis una lectura para salir de un bloqueo lector, creo que esta es bastante adecuada para ello.
Aparentemente una novela de misterio más, editada en 1937, la época dorada de la literatura de detectives y crímenes irresolubles. No esperaba mucho porque el nombre de la autora no me sonaba de nada. Pero me ha encantado, no he podido adelantarme a casi nada de lo que contaba. Me ha atrapado.
I really enjoyed this classic story, loved the characters and the ending had a nice twist. I would recommend this to those who love an old fashioned type of crime story.
Lo único que me evocó este libro fueron unas ganas entrañables por meterme en la retinas algo de Agatha Christie. Una historia en mi opinión floja, predecible y en ratos confusa y con explicaciones de situaciones que se repiten en varios capítulos como si fuera la primera vez que lo descubres, con un detective que no figura y una protagonista que más bien cae antipática.
Adelaide Adams, una solterona artrítica y deslenguada, que vive en el hotel Richelieu, se ve envuelta en una trama de un asesinato, los personajes se nos presentan a través de sus ojos (y los prejuicios) de ella, lo que sirve no solo para conocerlos a todos, víctimas, sospechosos, policías, empleados del hotel y a la Adelaide misma. Me entretuvo mucho con todos los enredos de la investigación, la forma de narrar de Adelaide (autora), con su sarcasmo, que al principio puede caerte mal, pero a medida que la historia avanza le tomas cariño. Existe un segundo libro, pero por ahora sigue en inglés, espero que la editorial Siruela, nos edite la continuación. Me ha gustado mucho...!!!
Viajamos al hotel Richelieu para conocer a nuestra protagonista Adelaide Adams que se hospeda en el hotel de manera permanente como otros de sus inquilinos.
Un alojamiento residencial donde todos sus huéspedes se conocen salvo algún turista que se aloja de forma esporádica.
La trama comienza cuando Adelaide encuentra en su habitación el escenario de un asesinato. El fallecido es un hombre del que poco saben a pesar de llevar viviendo allí varias semanas... ¿Cuál es el motivo de su muerte? ¿Guardaba algún secreto? ¿Por qué el asesino ha elegido la habitación de Adelaide para colgar de la lámpara a la víctima?
Un libro muy al estilo de Agatha Christie. Me ha gustado que toda la trama se desarrolle en una misma ubicación al igual que encontrar a una protagonista tan atípica que no deja indiferente, con un humor peculiar a la que es imposible no coger cariño.
De primeras conocemos a varios personajes y aunque puede resultar abrumador me fue sencillo situarme.
La narración es sencilla, clara y con muchos detalles, pistas que pueden pasar desapercibidas fácilmente pero que son muy importantes a tener en cuenta para hilar todo lo que va aconteciendo.
Según avanzaba la lectura mis expectativas iban creciendo pero por desgracia el final no ha terminado de convencerme del todo. Alguna que otra casualidad y un desenlace que se ha hecho de rogar.
Una lectura entretenida, fácil de leer, perfecta para una tarde y que aún con ese desenlace he disfrutado.
Adelaide Adams es una señora soltera que vive en el prestigioso Hotel Richelieu. Son muchas las familias, los hombres apuestos y las señoras que viven en dicho complejo, todas de dinero y alto poder. Por lo que cuando un turista o un foráneo se aloja temporalmente, roba toda su atención. Cuando un hombre que estaba de paso aparece asesinado en una de las habitaciones todos son sospechosos. Comienza la caza, todos se analizan los unos a los otros, todos están pendientes de cualquier detalle que señale al culpable.
Se trata de una reedición de un clásico del 1937, por lo que la ambientación y los diálogos son clásicos, al puro estilo Agatha Christie. Seguiremos durante toda la novela a Adelaide, una mujer entrometida con un punto irónico perfecto para protagonizar la obra. Los personajes son muy numerosos y nos los presenta a todos ellos inicialmente, es necesario hacer una lectura consciente para situarlos como es debido.
En el transcurso de la novela seguiremos las reuniones de los inquilinos para averiguar más sobre el caso, una segunda muerte altera aún más los nervios de estos. No obstante, el final confuso y precipitado no me ha terminado de convencer. Una novela que sin duda os recomendaría leer por el carisma de la señorita Adams y el retrato de la sociedad que realiza la autora escogiendo a sus personajes y los estereotipos de antaño que los caracterizan.
Esta novela tiene cosas que me han gustado muchísimo, y otras que no me han gustado tanto. Me ha gustado la trama de todos los sospechosos encerrados en un hotel, y como va incrementando la autora la tensión a medida que el círculo de sospechosos se va cerrando. Y en general el misterio está bien resuelto. Me han gustado menos algunos aspectos pastelosos del argumento y la forma de narrarlos, y los personajes tampoco me han parecido especialmente reseñables. En cuanto a la protagonista, está a años luz de la mítica Miss Marple. Está clarísimo que Anita Blackmon se inspiró en el personaje de Agatha Christie para construir a Adelaide Adams (esta novela es de 1937, mientras que "Muerte en la vicaría" es de 1930 y "Miss Marple y trece problemas" de 1932), pero Adelaide Adams no tiene ni el carisma ni la perspicacia de su homóloga inglesa. Es más, yo diría que el caso ni tan siquiera lo resuelve ella... o al menos no por sí sola. Con todo, es una novela entretenidísima que he leído con placer. Sin duda, si la editorial Siruela se decide a publicar la otra novela que escribió la autora (con la misma protagonista, además) lo leeré.