"la felicidad es imperfecta. La felicidad se parece más al ocho que figura en el título de mi primera novela. Tal vez el ocho me persigue porque sabe, intuye, que yo lo necesito. Puede que aun siendo un ocho yo pueda ser digna de admiración y merecedora de amor por el simple hecho de que soy humana, y lo estoy intentando. Tal vez la gente empatice con lo humano, porque ser humanos es ser vulnerables. Y la vulnerabilidad es... real. Puede que con esta vulnerabilidad siga en mi jaula, con mis límites. (...)"