Existe cierta región del mundo en la cual veinte países y más de 400 millones de personas comparten una lengua, una historia, una cultura, preocupaciones y esperanzas. La conocemos mal; conocemos sobre todo sus mitos, sus reflejos, sus lugares comunes; la pensamos tal como era en otros tiempos. Esta región se llama o se podría llamar Ñamérica –y este libro quiere contarla y entenderla tal como es ahora.Martín Caparrós lleva muchos años recorriéndola y la ha mirado por todos sus desde sus grandes ciudades hasta sus pequeños pueblos, de su reguetón a sus economías, de su violencia a sus comidas, de sus gobiernos a su fútbol, de su desigualdad a sus insurrecciones, de sus migrantes a sus libros, de sus mujeres desafiantes a sus políticos corruptos, de sus nuevos ricos a sus siempre pobres, de su historia a sus futuros tan diversos. Con todo eso, Ñamérica arma un fresco que nos muestra que Ñamérica no es lo que creíamos.Libro mestizo, cruza de palabras, Ñamérica es, como antes El Hambre, una crónica que piensa, un ensayo que cuenta, un gran relato montado con ese estilo que define a su autor como uno de los narradores decisivos de la lengua
Martín Caparrós es un periodista y escritor argentino. Comenzó su carrera periodística en el diario Noticias en 1973, en la sección policial, a cargo de Rodolfo Walsh. En la dictadura, abandonó el país y se exilió en Europa: se licenció en Historia en la Universidad de París; más tarde vivió en Madrid, hasta 1983. Tras el retorno de la democracia a Argentina, regresó a Buenos Aires. Vive en España y publica sus columnas en El País de Madrid y el New York Times.
Me faltan estrellas para expresar todo lo que me gustó. Me falta difusión para recomendar esta joya. Un diagnóstico desde dentro y desde afuera de esta cosa en la que siempre habíamos vivido y no sabíamos, Ñamérica (ojo, no es Latinoamérica ni Iberoamérica y mucho menos continente Americano). Nuestras lengua, historia, desigualdad, hacinamiento en ciudades, machismo, narcoviolencia, dictadores, exportación cultural, fútbol...nuestros fracasos... nuestro futuro. Un must para cualquiera que trate de entender qué está pasando.
Fascinating at times. This book directly delves into the history and current sociopolitical situation in Latin America. I particularly liked the chapters dedicated to particular cities, they managed to pretty viscerally transport me to these places and gave me a better understanding of their current highlights and struggles. I would love to explore this region in the near future more and this detailed analysis of its situation seemed like a good place to start.
"Podría haber sido el cobre en Chile o en Perú, el petróleo en Colombia o Venezuela, la soja en Argentina o Paraguay, el azúcar en Cuba o en Dominicana, el café en El Salvador o Guatemala, la carne en Uruguay, el gas en Bolivia, la banana también en Costa Rica o Panamá: esos productos principales que definen la economía de cada uno de nuestros países, que nutren su balanza de pagos, que condicionan las vidas de millones. Elegí la banana porque hay pocas imágenes tan ñamericanas como esa comba regordeta amarilla con sus puntas oscuras. La banana está presente en el imaginario que define a nuestros países -algunos más, otros cada vez más- como «republiquetas bananeras»; está presente en las historias de la United Fruit como la quintaesencia de la empresa gringa manejando gobiernos y naciones; está presente incluso en la masacre-corregida y aumentada-de campesinos que cierra la novela más leída."
Es un mamotreto muy al estilo de Caparrós (escribe y escribe y escribe) con apuntes que van de la crónica al ensayo. Tal vez se trate del libro que mejor retrata lo que él ha hecho durante tantos años: historias que dejan preguntas y que ayudan a entender el lugar que habitamos. Ñamérica es un recorrido detallado de viajero que reflexiona por casi un puñado de ciudades de América Latina (y Miami) que, según él, permiten dar luces a varias preguntas: ¿Qué es ser latino, qué es ser sudaca, qué es lo que somos, cuáles son las líneas que nos unen y nos separan?... Se nota una reportería juiciosa, orden en sus apuntes, ritmo e ironía. Mucha opinión y poca basura. El retrato que hace de La Habana y de Buenos Aires son superiores. Los ensayos titulados "Continente partido" y "Continente Pop" también hacen diferencia porque logra dar argumentos que desvirtúan lugares comunes. Recomiendo su lectura (a pesar de que hay momentos que dices: pero pará ya de escribir, Caparrós. Dame tu punto final).
Libro muy interesante y bien escrito, pero también con un cierto tufillo al típico hombre blanco hetero de izquierdas de clase acomodada al que le gusta escucharse a sí mismo y que está un poco más que frustrado con los movimientos que al poner el foco en otras personas le han quitado a él y a otros como él la posición que creen que les corresponde como centro del universo. Vamos, el típico que quiere que todo se trate de clases sociales y que cree que el feminismo, el antirracismo, los movimientos de los pueblos originarios, la lucha LGBTQIA+ y similares le están robando el protagonismo a lo "verdaderamente importante". Y que a su vez además exotifica la pobreza y la violencia desde su posición privilegiada y distanciada. Por otra parte, surrealista lucha que se pega contra las identidades en un libro cuyo objetivo principal es establecer una identidad, la de "ñamericano".
Un libro muy interesante y provocador, acorde al estilo filoso de Caparrós. Creo que su mayor mérito está en formular muchas preguntas, mas que en responder dilemas o brindar soluciones a problemáticas relacionadas a nuestra identidad latinoamericana...o mas bien, ñamericana.
A ratos la voz del autor puede resultar un poco densa, redundante,dispersa, como que da mucha vuelta sobre lo mismo; pero este vicio se redime cuando Caparrós nos sumerge en los relatos, en la crónica, en las historias personales: esto es lo que mejor sabe hacer y lo que convierte a este libro en una pieza literaria muy humana, muy cercana, muy dolorosa, y algo descorazonante. Todas las crónicas de grandes urbes ñamericanas son los puntos mas altos del libro, junto con los capítulos finales donde, a manera de conclusión, Caparrós se pregunta si seremos capaces de imaginar otro mundo distinto, en vista de que el sistema actual ha fallado estrepitosamente. Al acabar de leer, queda esa duda flotante, esa pequeña esperanza en medio de la desazón general de vivir en un continente cuya capacidad de imaginar esta en pausa por el momento.
Recomiendo su lectura, especialmente para los apasionados de este continente sufrido, pero mágico.
No sabía realmente ante que me iba a encontrar, y realmente me ha encantado el análisis que hace de Ñatinoamérica desde sus comienzos hasta hoy desde muchísimos puntos de vistas. Es un re- descubrir el continente, desde otra mirada... Tenemos entre los 19 países que recorre Caparros diferencias pero también muchos lugares comunes. Trata de pensar con nosotros en que nos hemos convertido desde nuevos comienzos, en que nos han convertido?? En este subcontinente de desigualdad, el porqué, nuestra cultura, la música, el futbol, el sexo, la violencia, la droga, como fue que sucedió.. Viene a complementar “Las venas abiertas de América Latina”, publicado en 1971, cuando Galeano escribió su libro, la mitad de la población ñamericana era rural. Ahora Ñamérica es la región más urbana del mundo, con más de 80 por ciento de la gente viviendo en ciudades. Es muy simple para explicarlo todo sin posicionarse en ningún lugar totalmente objetivo, la posición la toma el lector, el solo se limita a analizar sin emitir juicios…. Solo describe.. No tiene desperdicio, maravilloso!! Súper recomendado.. me hacía falta un libro así!
Se comezas unha crónica de máis de 600 páxinas sobre os países de América en que se fala castelán, só acabala xa é unha mostra de que o libro está ben... moi ben, en realidade. Caparrós ten unha forma de escribir que me lembra a unha espiral: parece que estás volvendo ao mesmo punto do que xa falou 100 páxinas antes, pero cando chegas decátaste de que estás nun lugar parecido, pero diferente, que é unha variación que enriquece o conxunto e axuda a entendelo. Creo que non me gustou tanto tanto como "El hambre", pero aínda así é unha lectura que merece moito moito a pena... iso si, hai que dedicarlle unhas cantas semanas.
Primero que leo de Martín Caparrós: tiene un estilo muy marcado que no me encanta pero que es el suyo. Es un libro de crónica de ciudad-ensayito de un tema con crónicas y repite. A veces da muchas vueltas a las cosas, a veces se repite, a veces incluso un poco señoro, a veces tampoco estás de acuerdo con algunas cosas que dice. Únicas críticas. Es un librazo, hay crónicas buenísimas, hay análisis estupendos. De verdad que muy bueno. A Caparrós le han pagado por viajar a estos sitios para que los cuente; por mí que le sigan pagando.
Leí este libro en polaco. Me gustó mucho tanto el contenido como la forma de escribir del autor. Por un lado me abrió los ojos a muchos aspectos relacionados con América Latina y por otro lado me dejó insatisfecha como siento que debo aprender mucho al respecto.
"Reportaż monumentalny. Biblia Ameryki Łacińskiej XXI wieku."
Użycie przez Wydawnictwo słowa "Biblia" na (tylnej) okładce jest albo żartem albo nieporozumieniem... Nie do końca dla mnie. Nie do końca styl pisania autora mi pasował. Trzecie "nie" to: nie znaczy, że się nic ciekawego nie dowiedziałem i że nie warto. Czasem, gdy się zaczytałeś, gdy już cię temat zaciekawił, wpadasz znienacka albo w zmianę tematu o 90 stopni, albo czytasz przez kilkanaście stron przemyślenia autora, których czytać w ogóle nie masz chęci.
Sigo con Ñamerica, qué buen libro, eso sí cómo pesa 😜 pero éste año es mi apuesta por aquello que está fuera de lo cómodo. Qué capacidad de expresión y de visión ofrece Martín Caparrós, ese oficio de periodista está ahí de fondo que no va a regalar nada a nadie. Se describe la violencia de las maras, del narcotráfico, la emigración en todos sus modelos, la pobreza y la riqueza, el capitalismo más salvaje, la iglesia católica y su músculo con el poder, el crecimiento exponencial de evangélicos y su adoración por el dinero. Pero lo que me duele más es la descripción de pobreza en Caracas y el pinchazo de la Revolución bolivariana en corrupción. Por no hablar de Cuba, de una revolución que ya no revoluciona. Si queréis saber lo que es Ñamerica Martín Caparrós es vuestro hombre, para cuando un libro de España o Europa. Sigo leyendo Acabo de terminar Ñámerica, me repito muy buen ensayo, sin desperdicio, los artículos de género, los últimos acontecimientos en Nicaragua y las reflexiones finales, un libro que me ha hecho pensar y reflexionar
Monumental disección y descripción de la realidad, sueños, espejismos y profundidades de nuestra región idiomática. La erudición sin vanaglorias pero sin falsos pudores, el gran oficio de cronista, el arrojo del caminante y el gran estilo de Caparrós entregan en estas páginas un texto que sin duda será referencia y espejo (directo o retrovisor) en cualquier asomo serio a la América unida por una Ñ. (¡Y vaya acierto de título!)
Reiterativo, lento, aburrido. Un ensayo desbordante de contradicciones. Declama tolerancia y critica sin piedad a quienes no piensan como él, habla de pertenencia desde su departamento madrileño, enemigo del capitalismo desde una cómoda situación personal. Critica a quienes culpan al extranjero pero demoniza a EEUU como la suma de todos los males. En definitiva me parece que Caparrós fue devorado por su propio personaje en un libro pleno de retórica vacía.
Es un libro hermoso, entre la crónica, ensayo y con toques de poesía. Cuestiona y genera preguntas, a veces es redundante y disperso, son muchas páginas jajaja.
Difiero con algunos puntos de vista del autor, sobre todo respecto a los movimientos sociales y en especial sobre el feminismo, por eso no le doy las 5 estrellas, realmente me atravesó la manera en que se plasma el feminismo en un continente donde a muchas nos ayuda a sobrevivir.
Un libro bastante ambicioso, largo y desigual. Está más orientado para los no-latinoamericanos, aunque quienes somos de ese lado del mundo también aprendimos mucho de su lectura. Las crónicas clásicas de las ciudades son las partes más llevaderas. No me gustaron los inserts poéticos ni los análisis más fenomenológicos.
Monumental, certero y precioso, Martín Caparrós en su máximo esplendor. Una lista organizada de crónicas latinoamericanas que muestran la médula misma de nuestras sociedades.
« las fronteras es un modelo de estos tiempos: una de esas creaciones arbitrarias, fruto de los poderes, que se empeñan en vendernos como algo natural, eterno.”
“Cuando una sociedad vive de la explotación de sus riquezas naturales sus individuos no inventan formas de producir sino maneras de apoderarse de ellas, de controlarlas y venderlas”
“Se podría armar una escala, un Gini bobo: cuanto más pobre eres, más vives en el espacio público urbano; cuanto más rico, menos […] Y los más ricos, por supuesto, se organizan su propia privacidad extrema: el súper lujo de esconderse […] O, dicho más brutal: ¿por qué no toleramos la desigualdad por género o razas pero sí por riqueza?”
“La desigualdad son siglos de practicarla. La desigualdad es ese manera tan absolutamente natural en que una empresaria colombiana, un profesor mexicano, un hacendado salvadoreño dicen María sírvenos el café. (Y esa manera tan absolutamente natural en que María, más oscura, más bajita, le contesta sí señor, si señora.) La desigualdad son siglos de alentarla”
“La enorme mayoría de los ricos mexicanos no bajan nunca al zócalo, los bogotanos con posibles no han pisado San Victorino en décadas, los porteños que pueden no se toman un tren ni en pesadillas. Así que no se encuentran. Las ciudades, esos lugares de cruce, se han convertido en lugares de separación. No hay espacios, salvo cuando el pobre sirve al rico, y las relaciones se componen de prejuicios y temores: la desconfianza y el miedo por un lado, la desconfianza y la envidia por el otro.”
“Si se compara la forma en que viven ahora millones de ñamericanos -con comida, con agua, con alguna escuela más o menos mala, con algún hospital claramente peor- con la forma en que vivían hace cincuenta años habría que agradecer al capitalismo; si se compara cuánto creció la diferencia entre esas vidas y la de los más privilegiados, habría que detestarlo[…] Allí se juegan esas cosas tan raras que solemos llamar justicia, igualdad, otras pamplinadas. »
« Pordebajear es un gran verbo colombiano : ponerte en tu lugar, recordarte que no estás a la altura. Es de la estirpe de igualado, ese trepa que quiere igualarse a quienes no debiera; son recursos de una lengua de clase. »
« Colombia, siempre Colombia, la gran productora de mitos ñamericanos: si hace medio siglo le dio formas al continente lujurioso desdichado mágico después de la dio al continente narco despiadado y, ahora, al continente reguetón caliente. Argentina produce personajes, México realidades, Colombia conceptos: gran usina de clichés, de realidades paralelas y de muletas para verlas, caldito de Ñamerica.”
“Meterse en el narco tiene sentido cuando no hay alternativas, cuando es mejor vivir poco pero sabroso que ir deshaciéndose, languidecer sin esperanzas[…] La vida narco es una opción para muchos que quieren tener una: un presente, al menos, si futuro no queda.”
“En síntesis simplificada: la pauperización aumenta la criminalidad, la criminalidad aumenta un poco la inseguridad, los medios aumentan mucho la sensación de inseguridad y los honestos ciudadanos piden la mano dura del hombre fuerte. O sea: más violencia del estado.”
“El periodismo siempre -se- engaña cuando cuenta un lugar, porque cuenta del lugar lo extraordinario. No sabe - no sabríamos- contar los millones de vidas, de cruces, de gestos menores que arman cualquier espacio.”
“El listo es discriminación en acto, racismo en acto, otra manera de partir el mundo.”
“Además no hay nada más sabroso que pertenecer a algo. Ser un migrante duele.”
“Guevara joven, Castro viejo. Ahora que los dos, con medio siglo de diferencia, terminaron de morirse, sus caras llenan juntas la ciudad y cuentas dos historias tan diversas. Es brutal ver codo a codo la historia de ese que lo entregó todo y la de ese a quien se entregaron, el que siempre se escapó del poder, el que nunca dejó que el poder se le escapara; el que se volvió un modelo, el que construyó un modelo. Es extraño, casi cruel, tan elocuente ver colgados de las mimas paredes al joven triunfante en la derrota, el viejo derrotado en el triunfo; el que se hizo más y más global, el que se hizo más y más local; el que se compran los turistas, el que no.”
“Esperar. Tania me dice que la vida habanera es una educación de la paciencia. Esperar en la calle ver si llega, si acaso, algún Transporte; esperar en la cola a ver si llega, si acaso, tu momento de comprar o pagar o tramitar o presentarte; esperar, si acaso, que algo llegue. Esperar, por ejemplo sesenta y tantos años.”
“Los agrupamientos ahora no se eligen: están inscritos en los genes: originarios, mujeres, negros, todo eso. Yo creo en la identidad: no como una fatalidad que habría que ensalzar, sino cómo la base que habría que conocer para poder cambiarla. Ahora en cambio, cómo no sabemos cómo queremos ser exagéranos el peso de cómo somos. En lugar de dejar atrás nuestros orígenes para construirnos, nos aferramos a esos origines más que a nada. Y aparece, entonces, la tiranía de la identidad”
“Así que soy un converso: uno que no creía. O quizá no termino de serlo: ahora no soy uno que cree, pero si uno, al menos, que está dispuesto a preguntarse. Y si creo- siempre creí- que lo que vale la pena son las preguntas, tanto más, tanto mejor que las respuestas.”
“El fútbol es la mejor máquina de ficciones que hemos inventado desde que un tal Saulo dijo que un tal Jesús había resucitado, desde que un tal Robespierre insistió en que una República da a sus ciudadanos libertad, igualdad y esas cositas.”
“Es el truco o la cruz del inmigrante: siempre le queda la ilusión de esa vida que podría hacer tenido si no hubiera logrado. Y ya no eres de aquí ni allí, pasas a ser de ningún lado. Esto no es lo definitivo pero se va volviendo definitivo. Al principio uno extraña mucho la vida de allá, trata de replicarla acá, pero de a poco vas entendiendo que no se puede, que tienes que aprender a vivir esta vida. Uno cree que quiere volver pero no vuelve pero lo sigue pensando todo el tiempo”
“Quizá no tomamos en cuenta que más allá de inteligencias y carencias, se impone una razón estructural de perogrullo: las mayorías piensas lo que piensa la mayoría. Y la mayoría piensa lo que y’a puede ser pensado- lo que y’a fue pensado y aceptado-, no lo que todavía no. Por eso se podría postular que el pueblo siempre se equivoca.”
“Los movimientos identitarios son- en sentido estricto- la imaginación de una época sin imaginación. O sea: movimientos sin necesidad de imaginar proyectos por los cuales pelear, porque su proyecto son sí mismos, es conseguir pars los propios lo que y’a tienen los ajenos.”
“Si alguien supiera cómo empiezan las revoluciones sabría casi todo. Una revolución es un cambio radical en la situación previa: llega cuando todo lo que dábamos por cierto deja de serlo de repente. Cuando los jóvenes indolentes se deciden a jugarse la vida, cuando los empresarios satisfechos se pelean con su jefe, cuando los curas dejan la sumisión y encuentran su misión, cuando el hombre fuerte se hace débil y ya nadie le teme.”
“El problema sigue siendo ese futuro ausente. ¿ es cierto que en una región- en un mundo- en que las desigualdades son cada vez más brutas, renunciamos a la aspiración a la igualdad y nos conformamos con que, eventualmente, algún dia, si tenemos suerte y el viento acompaña y los dioses se apiadan, todos coman?”
“Está claro que mientras no se arme un nuevo paradigma de futuro no va a haber revoluciones - o como quiera que eso, entonces, se llame. Porque una revolución- un cambio significativo- es algo muy preciso: la apuesta a un futuro tan deseable que, por el, vale la pena jugarse lo que sea. El problema es, sin duda, cómo se arma ese nuevo paradigma. ¿Quien inventa un futuro? ¿Como, donde, cuando? ¿Como es?”
“Es, también, un gesto de hedonismo o de egoísmo: se vive mejor promoviendo futuros mejores que dedicándose por entero a las banalidades del presente.”
“Y quizá sirva tratar de imaginar que será intolerable dentro de unos años: si alguna vez la propiedad privada de cosas les parece a nuestros nietos tan inhumana como ahora nos lo parece la propiedad privada de personas, o el poder de un estado tan insensato como ahora el poder absoluto de un rey, o la desigualdad entre seres humanos tan aberrante como ahora la desigualdad entre hombres y mujeres.”
“Fue- provisoriamente- un poco más difícil hacerse los boludos. (Y nuestras sociedades, la persistencia de nuestras sociedades depende, en general, de que logremos hacernos los boludos.)
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Ñamérica es un libro que se adentra en los aspectos sociales, políticos y culturales de América Latina. Caparrós visita los barrios más pobres y las zonas más ricas de cada país descubriendo por ende una historia y una identidad muy rica, muy viva y, a pesar de todos los tonos del gris, muy colorida de cada lugar. Nos ofrece, de una forma detallada, una extensa mirada crítica y reflexiva de los problemas sociales junto a las riquezas culturales y las tradiciones de la exuberante Ñamérica.
Un libro excelente. Me costó terminarlo ya que leerlo me abriía al mismo tiempo los ojos a muchos temas que no había considerado en mi vida como Ñamericano. Digerirlo puede ser dificil, ya que pega ver las realidades de nuestro continente, y nuestro actuar ante ellas. No obstante, creo que debería ser una lectura obligada para cada uno de nosotros que vivimos aquí
Apoteósica crónica de Ñamérica, escrita por Martín Caparrós. Es un recorrido cruel, exquisito, inagotable por la geografía urbana, rural, limítrofe del continente; miles de voces divergentes que hablan en español en una veintena de países, incluyendo el colosal Estados Unidos. Mis capítulos favoritos fueron las crónicas de Bogotá, de Caracas, de Buenos Aires, de Miami y de Managua: ¡majestuosas!
¡Primera vez que leo algo de Martin Caparrós y me deja gratamente sorprendido! 5 estrellas muy merecidas.
Este libro hace un diagnóstico muy preciso de nuestra sociedad ñamericana (hispanoamericana) a partir de varias crónicas. A lo largo de las páginas es fácil ver cómo Caparrós tiene una enorme habilidad para transformar sus experiencias de viajero en poderosos relatos que develan los problemas, contradicciones e historias compartidas de nuestra región.
El libro tiene una estructura muy interesante que lo hace muy ameno. Intercala crónicas de las grandes ciudades (Buenos Aires, Bogotá, Managua, Caracas, Miami, Cuba, etc.) con capítulos que tratan temas comunes en la región (desigualdad, religión, augé del feminismo, cultura, etc) y que no solamente traen opiniones sino estadísticas vulgarizadas.
Un reconocimiento especial a la manera tan aguda en cómo logra retratar la sociedad en la que crecí, la bogotana: una ciudad pujante que carga con el peso de muchas contradicciones, empezando por la enorme desigualdad y la historia violenta, ambas cosas tan perceptibles con la masificación de los conjuntos cerrados y los guardias de seguridad.
Lectura obligada para conocer a fondo la región, mucho más allá de la lectura (cliché) de las Venas Abiertas de América Latina. Hay, además, reflexiones poderosas frente a Galeano y las innecesarias ataduras al pasado que impiden imaginar un futuro alejado del relato puramente indigenista que oculta una realidad social mucho más complicada.