La agente literaria Helga Pato tiene que internar a su marido en un sanatorio. A la vuelta conoce a un individuo que dice ser psiquiatra y que se lanza a perorar sobre sus pacientes. Así da comienzo una sucesión de acontecimientos y personajes extraordinarios, enigmáticos
Antonio Orejudo nació en Madrid en 1963. Doctor en filología hispánica, durante siete años fue profesor de literatura española en diferentes universidades de Estados Unidos y ha pasado un año como investigador invitado en la Universidad de Amsterdam. En la actualidad es profesor titular en la Universidad de Almería. Es autor de cuatro novelas: Fabulosas narraciones por historias (1996), Ventajas de viajar en tren (2000), Reconstrucción (2005) y Un momento de descanso (2011). Todas ellas, muy distintas entre sí, componen el corpus coherente de uno de los narradores más brillantes en lengua española. Autor de numerosos artículos de crítica publicados en Babelia, ABC Cultural, o Letras Libres entre otros medios de prensa.
Cuando el lector termina Ventajas de viajar en tren tiene una certeza: acaba de leer uno de los libros más divertidos que se hayan escrito en español en lo que va de siglo XXI. Pero no sólo se trata de un libro divertido. Esta novela es mucho más que eso. Es un recital narrativo, un ejercicio delicioso de escritura, salpicado de unas inesperadas notas de humor negro y escatológico, que hacen muy difícil evitar las carcajadas. La novela arranca con una imagen tan contundente como esperpéntica, que anuncia los derroteros por los que discurrirá toda la narración: la protagonista, Helga Pato, regresa a su casa y se encuentra a su marido completamente ido, ensimismado y jugando con sus excrementos. No le queda otra opción que ingresarlo en un psiquiátrico y, en el viaje en tren de vuelta desde la clínica, la mujer se topa con Ángel Sanagustín, uno de los médicos del sanatorio que le contará algunos pasajes de su vida. En este momento, la novela se convierte en una cascada de historias que se encierran unas en otras, en una vertiginosa espiral de sucesos, a cual más entretenido e hilarante. Toda la novela de Antonio Orejudo, además, permite una lectura en varios niveles, dado que es una crítica al mundo editorial y a cierto tipo de novelas —no en vano, Helga Pato es una agente literaria que quiere insertar publicidad en el interior de los libros—, también al psicoanálisis y la psiquiatría —locos y cuerdos desfilan por estas páginas en un sensacional revoltijo—, a ciertos métodos y tratamientos médicos y, obviamente, a la hipocresía de la sociedad actual, que tan a menudo se mueve por motivos bastardos y mentirosos. El propio viaje en tren es una metáfora del trayecto que un lector realiza a lo largo de un libro, como si fuera una larga travesía por el interior de un túnel, y que sólo verá la luz al acabarlo. Antonio Orejudo pone en pie lo que, aparentemente, nos puede parecer un disparate literario, cuajado de diálogos surrealistas, situaciones inesperadas y personajes esperpénticos, como esa confabulación de los basureros para controlar las mentes de la gente o una misteriosa logia de escritores anagramáticos (que esconden en sus poemas mensajes subliminales para convencer a los lectores de sus propósitos), pero que oculta entre sus historias una realidad cruel y amarga que mediante el humor todavía adquiere mayor relieve y se nos hace más injusta e insoportable.
Así, las historias de violencia machista, esclavitud sexual y trata de personas, pederastia, abuso de poder, explotación de los inmigrantes, locura, enfermedad y muerte, se destilan bajo el prisma corrosivo de un ingenio disparatado que multiplica el impacto de su denuncia. Antonio Orejudo demuestra, con maestría, que se pueden abordar temas tan sensibles y cruciales sin, por ello, dejar de lado cierto tinte burlón que haga las delicias del lector, a la par que lo invita a formularse las más profundas reflexiones sin caer en ejercicios pretenciosos o grandilocuentes.
El planteamiento del libro me parecía muy interesante, pero el desarrollo no lo ha sido tanto, quizá porque yo esperaba una narrativa más convencional. Pero ciertamente, en un libro que trata (bueno, ‘trata’ es un decir) de enfermedades mentales, el que haya una cierta dosis de locura y descontrol es simplemente coherente.
Una mujer acaba de internar a su marido de un hospital psiquiátrico y en el viaje de vuelta en tren se le acerca un médico de la misma institución, que comienza a contarle una serie de historias de pacientes. En una estación él baja del tren y abandona una carpeta con historiales de pacientes, que la mujer no podrá evitar leer.
Nos hallamos ante un relato de relatos – libremente conectados por el tema de la anomalía en el comportamiento o la enfermedad mental. El hecho de narrar se presenta como instrumento terapéutico, dentro de la historia y fuera de ella, es decir, la literatura en su conjunto sería un artificio sanador:
Lo que hacemos, lo que sentimos, lo que experimentamos es simplemente un impulso electromecánico que sólo adquiere sentido cuando lo contamos.
No hay pretensión alguna de realidad en esta historia, tal como dice el autor:
Además, la verosimilitud me aburre. ¿Para qué tanto esfuerzo en parecer real si todo el mundo sabe que no es más que un libro?
En conjunto, es toda una reflexión sobre el arte de narrar y un juego metaliterario de espejos infinitos, que puede resultar confuso al que espere una historia verosímil.
Me parece una obra de calidad, pero el sentido del humor a veces es poco sutil (coprofagia? de verdad?) y las críticas – por ejemplo al mundillo literario, de editores y autores – me resultan caricaturas de trazo grueso.
Tengo que decir, que lo que más me ha gustado ha sido la lectura posterior del magnífico artículo: https://www.um.es/tonosdigital/znum12..., que me ha hecho entender muchas de las alusiones y contenido de esta novela, por ejemplo, su relación con El Quijote o las obras de Garcilaso. Y creo que al decir que me ha gustado más el estudio que la obra en sí, estoy entrando de lleno en el juego que el autor propone: no literatura sino metaliteratura. O eso entiendo yo.
Inclasificable, diferente, disparatada, transgresora y por cierto divertidísima. Son solo algunos de los calificativos que se me ocurren para Ventajas de viajar en tren (VVT).
Cuando empiezo a darle muchas vueltas en cuanto a si un libro merece la puntuación más alta, suele ser señal inequívoca de que sí que la merece; suele significar que se me ha escapado algún detalle importante en su lectura, o que debo dejarlo madurar un tiempo. Con VVT llevo enredado en esa batalla mental (nunca mejor dicho lo de mental) desde hace 12 años, desde que lo leí por primera vez: “¿es una novela de 10 o no?”, de ahí esta relectura actual.
Puedes pensar que estas ante un libro trivial sin ningún fondo...meeekkk error. Puedes pensar que se trata de un conjunto de gags para sacar la risa fácil del lector…meeeekk..error. También puede parecer un juego de espejos y unos trucos de distracción al lector…error de nuevo. Se puede pensar que es una paranoia mental de Orejudo en un momento de euforia (de borrachera, vamos…) de nuevo error. Por el contrario, creo que es uno de los libros más originales y desprejuiciados con que me he enfrentado. Un experimento, de acuerdo, pero un experimento muy trabajado y bien rematado. Atención jóvenes creadores, aspirantes a escritores, talleres narrativos, hay que leer VVT.
Es como la muñeca matrioska rusa, van encapsulados unos relatos dentro de otros, con un lenguaje a veces relamido y pulcro, siempre adecuado. Es una nueva forma de jugar con la imaginación y diversión del lector. Dentro de ese juego, las construcciones literarias del armazón de la novela que usa Orejudo son ciertamente novedosas y complejas.
Creo que uno de los mensajes del libro es que todos tenemos algo de locos (o mucho) y que hay que transigir todos con todos (con casi todos). En la novela, de una forma u otra cada cual tiene su "pedrada", hasta la prota, en apariencia sana mentalmente, tiene sus momentos y contradicciones peculiares. El psiquiatra Sanagustín y su esposa tampoco se salvan de este diagnóstico.
Suscribo esta conclusión que creo busca el autor y no puedo estar más de acuerdo, cada cual tenemos nuestra tara: muchos de los que andamos por aquí nuestra tara son los libros, como D. Quijote, otros son las motos, otros la ornitología, y así sucesivamente y el que pueda decir lo contrario que lo demuestre.
“(…) la verdad es muy difícil señalarla con el dedo (…) nos pasamos la vida buscando personas que no existen, lugares y estados mentales imaginarios que nos han dicho que son reales, pero que jamás hemos experimentado por nosotros mismos. Mucha gente se muda de ciudad y de pareja mil veces y a continuación otras mil, y en ninguno de esos cambios encuentra el estado literario de la felicidad, sino que topa siempre con su propia melancolía”.
En la serie de esas locas historias breves lanza pequeños guiños en apoyo de distintas causas, feminismo en la historia de los perros o de W, o xenofobia en la historia del personaje de Almería, o como no, la salud mental en todo su conjunto.
Este libro se puede leer como acumulación de microhistorias o como una novela completa, creo que está última es la adecuada, como un conjunto, como un todo.
Ya lo he dicho en muchas ocasiones, y lo repito las veces que haga falta: Antonio Orejudo puede ser mi escritor español favorito. Es un contador de historias excepcional. Original, provocativo y divertido. De estos que te preguntas qué les pasará por la cabeza para escribir así y que se le ocurran tales disparates. Pero benditos disparates. “Ventajas de viajar en tren” utiliza en este caso el formato de relatos cortos interrelacionados, conformando una narración breve en la que tienen cabida muchas historias dentro de otras historias. Alguien recuerdo que comentó por aquí en Goodreads que le recordaba al Faverón de “Minimosca”, (o mejor dicho, Faverón le recordaba a Orejudo, porque el español llegó antes) y aunque en aquel momento no lo recordaba así, es totalmente cierto. Veo similitudes en su forma de hilvanar muchas historias, y esto es motivo de regocijo, porque leer a ambos autores es una experiencia diferente y genial. Tengo entendido que hay una adaptación cinematográfica de esta obra. Inverosímil me parece, y miedo me da. Por si acaso, no me acercaré a ella.
Antonio Orejudo nos invita a introducirnos en su mundo desde la primera página, la primera palabra de su novela “imaginemos…” imaginemos que una señora acaba de internar a su marido en un centro psiquiátrico por sus conductas coprófagas, imaginemos que el pasajero que tiene enfrente se ofrece a contarle su vida, imaginemos que dice ser psiquiatra y le creemos,de momento. Una vez que hemos aceptado este pacto meta literario que Orejudo ofrece, que nos ha hecho partícipe de su historia y del universo que ella contiene,nos perderemos con guía en la estructura de cerezas donde personajes contarán las historias de otros personajes,que a su vez quedarán encerradas en las historias que otros personajes cuentan a sus congéneres.
Cada uno de los relatos que esta novela encierra está intrínsecamente relacionado con la paranoia y la esquizofrenia, con desórdenes mentales que en teoría contienen una base biológica que aún hoy no se ha acertado a discernir. ¿Quién está en posesión plena de sus facultades mentales? ¿La señora que asesina a su marido por haberla tenido sometida durante años o el marido que ha ido ultrajando a su mujer tratándole como a su mascota? ¿Dónde empieza la realidad y termina la ficción? ¿Dónde empieza la ficción de la ficción (del libro) y empieza la locura de sus protagonistas?
Más que de una novela actual creo que estamos ante el futuro de la novela. Un conjunto de relatos donde cada una de sus historias tiene entidad propia a la par que forma parte indispensable de una trama superior e indivisible. Una vuelta de tuerca a los libros de relatos y a las novelas en sí mismas, aunque o por ello podemos afirmar que Orejudo haya descubierto oro, puesto que precisamente en “El asno de Oro” escrito hace 2000 años por Apuleyo podemos encontrar un ejemplo magnífico de este tipo de estructuras. Ejemplos más recientes, igual de entretenidos, quizás no enlazados tan magistralmente, los vemos en libros como “Retrato de un hombre inmaduro” de Luis Landero.
Un libro más que recomendable, una lectura donde todo son ventajas.
Konusu hakkında sadece akıl hastalıkları ekseninde pek çok meseleye değinen bir anlatı olduğunu söyleyeceğim. Henüz ilk cümleden başlayarak okuyucusunu kendisine tutsak eden, bir oturuşta okunan, kısa, çarpıcı, çok eğlenceli, anlatı içinde anlatı barındırdığı için dikkatinizi üst düzeyde tutmaya sizi mecbur eden, soğan 🧅 yapısında bir okuma. Bitirdiğinizde de başka bir his oluşacak ama o kısmı söyleyip kitabın tadını bozamam. Kitabın filmi de çekilmiş. Yazarın çevrilen başka kitabı olursa da mutlaka okumak isterim. Beni şaşırtan ve çok beğendiğim bir kitap oldu👌🏻
4,5⭐ Concluyo la lectura de esta obra y me queda la sensación de haber leído una novela la mar de original, inteligente y narrada de forma deliciosa. En resumen tenemos a una mujer que regresa a casa en tren después de haber dejado a su marido internado en un hospital psiquiátrico tras descubrir sus conductas coprófagas. Entonces se le acerca un desconocido que dice ser uno de los psiquiatras del mentado hospital y que le suelta a bocajarro: «¿Le apetece que le cuente mi vida?». Y es a partir de esta pregunta cuando se pone a rodar la deslumbrante historia que esconde Ventajas de viajar en tren. El desconocido dice estudiar los trastornos de la personalidad a través de los relatos y los escritos de los pacientes, y le dejará a la mujer, mediante una maniobra un tanto extraña, una carpeta que contiene todos estos textos. Entraremos entonces en una espiral de acontecimientos a modo de relatos breves a cuál más hilarante.
Hablamos de una obra absolutamente delirante con tintes esperpénticos, un compendio de diferentes voces que nos hablan de un mundo de conspiraciones y paranoias derivadas de los desórdenes mentales. Encontraremos también mucho humor negro y escatológico, así como una afilada crítica al mundo editorial —esa editora que incrusta publicidad entre las páginas de las obras— y a las novelas de consumo fácil y rápido o mainstream, como se suele decir hoy en día.
Todo un lujo la prosa y la originalidad que nos entrega Orejudo con esta obra. La recomendaría a todo aquel que guste de lecturas exigentes —sin que ello signifique que sea complicada de leer—, con un punto de riesgo, y en especial a aquellos que trabajan o tienen un cierto interés por los temas de salud mental.
"A todos nos han hipnotizado para identificar el amor con el verdadero amor, con la pasión, con un sentimiento que te lleva a la muerte y a la vida, al frío y al calor, al placer y al dolor. En ningún lugar había leído, ni nadie me había dicho, escritor en prosa o en verso, que aquello que yo acabé sintiendo por Rosita mientras me cuidaba, mientras la veía entrar y salir renqueante, balanceándose de un lado para otro, y que sólo ahora reconozco, era, no también, sino únicamente, el verdadero amor. Yo esperaba estremecerme, agitarme con espasmos interiores, sudar, sufrir, debatirme y sentirme pleno y simultáneamente vacío. Todo eso. Y como no sentí nada de lo que sienten los enamorados de la ficción, sino un cariño fundado, una difusa ternura, un estado de ánimo más cercano a la melancolía que a la vesania, entonces, me dije, tú no sientes amor, Gárate, sino piedad."
bürkem’cimden aldığım bu kitabı bi oturuşta bitirdim. antonio orejudo bey demiş ki ben biraz okurların beynini yakayım. valla sağ olsun, iyi yapmış, ayrıca bunu yaparken ortaya sadece oyunbaz metni bırakıp kaçmamış, diliyle, her anlatıcıya göre değişen tarzıyla gayet usta işi bir roman. psikolojik hastalıklar, yalanlar, yalanlar derken insan beyni hakkında hiç olmadığı kadar düşündüm dün gece. kendimizi korumak için neler yaptığımızdan tutun da şizofreni karşısında çaresiz kalan psikiyatriye, sadece hormonlardan oluşan varlığımıza uydurduğumuz kişiliğin ne menem bir şey olduğuna kadar acayip kafa açıyor bu incecik roman. ayrıca arka kapakta söylediği gibi delilik ve gerçeklik birbirine ne kadar yaklaşabilir? ilk bölümde anlatılan saraybosna’da çocuklarla geçen olayın gerçek olmadığına emin olabilir miyiz? ya da egosunun maşallahı olan bir yazarın günden güne karısına gösterdiği psikolojik ve fiziksel şiddetin uydurma olduğuna? kimin kim olduğu ve olaylar her bölümde değişiyor ki yazarın oyunu bu, evet. takip etmesi eğlenceli ama ben üç vakanın anlatıldığı dosyadan da ayrı etkilendim. kadınların, hastaların ve siyahların mağdur olduğu bu vakalar o kadar gerçek ki aslında yazarın tüm bu oyunların ardında yüzümüze vurduğu şey, bence bu. ha bir de edebiyat dünyası eleştirileri hele bir eleştirmenin yazdığı kitap tanıtım yazısı muhteşemdi, kahkaha attım. şu iki alıntıyı eklemek isterim: “gerçekten de biz insanlar saniyede bir milyon elektriksel uyarımdan ve bir o sayıda kimyasal reaksiyondan başka bir şey değiliz.” “şizofreniyi incelerken bir şey öğrendiysem, o da kişiliğin bize biri hakkında söylenenlerden, kişinin kendisi hakkında söylediklerinden, bizim biri hakkında ya da kendi hakkımızda söylediklerimizden ibaret olduğu.” bunlarla yüzleşince insan maymunlara epeyce benzeyen bir memeli, bunu kabul etmek gerekiyor. hafif postmodern güzel roman, iyi çeviri 👍🏻
Originalísima e ingeniosa novela de Antonio Orejudo. Una historia central a la cual se le añaden unas cuantas historias adicionales que son las que corresponden a los casos clínicos contenidos en la carpeta dejada a la protagonista de la historia. Muy interesante para los que trabajamos en salud mental.
Cayó en mis manos por pura casualidad y desde la primera página me enganchó esta ida de olla, tal cual, con un humor negro que me ha hecho abrir mucho los ojos y soltar una que otra carcajada. Muy recomendable.
Antonio Orejudo tiene que ser un pieza de cuidado. Una conversación con el, con unas cervezas y unas tapas, debe ser un completo descojone o una completa tortura, si eres de los que el humor negro, a ratos absurdo, te pone nervioso o considera del mal gusto, lo cual entiendo y respeto por completo. Pero como yo estoy igual de tocado del ala que los personajes de estos "cuentos", pues no me atrevería a decir que igual que el autor, porque tal vez Antonio Orejudo sea un señor de lo mas normal con una creatividad sin filtros, aunque si de tu cabeza han salido desvaríos como estos deberías tener el teléfono de un psicólogo con un diván cómodo, porque en caso de que lo necesites vas a estar bastante rato tumbado...
La verdad es que hablaros de las historias no le haría ningún favor al autor: es mucho mas divertido ir virgen, sin saber que vas a encontrarte, y dejarte sorprender por el torrente de chorradas, idas de olla, excentricidades, fetiches sexuales y no sexuales y trastornos mentales de que se componen estos originalísimos relatos. Una verdadera delicia, si eres amante del sin sentido y valoras la imaginación desbocada y sin censura por encima del buen gusto y lo políticamente correcto.
Hay libros que te hacen pensar: "¿Qué acabo de leer?", y luego están los que te hacen preguntarte: "¿Por qué estoy disfrutando tanto mientras no entiendo absolutamente nada?". Ventajas de viajar en tren de Antonio Orejudo pertenece a esta segunda categoría, y, sinceramente, me alegra que no tenga sentido tratar de explicarlo porque cualquier intento sería como intentar resumir un sueño loco: al final, lo importante no es el orden, sino cómo te hace sentir.
La trama arranca con Helga Pato, una editora recién salida de una relación tóxica, que se encuentra en un tren con un psiquiatra peculiar. Y cuando digo peculiar, quiero decir que parece el tipo de persona que colecciona secretos ajenos como si fueran cromos de un álbum de psiquiatría extrema. Este hombre le cuenta una historia delirante sobre uno de sus pacientes, y, a partir de ahí, todo se convierte en un juego de cajas chinas donde nunca estás seguro de quién está más loco: los personajes, el narrador o tú, que sigues leyendo con una sonrisa extrañamente cómplice. En serio, si alguna vez has pensado que tu vida es un caos, espera a conocer al reparto de personajes que Orejudo pone en este tren. Lo tuyo parecerá una tarde tranquila en una biblioteca.
Orejudo nos lleva por un viaje literario que no respeta ninguna regla, pero esa es precisamente su magia. Cada capítulo se siente como una película diferente: thriller, comedia negra, drama existencial, e incluso algo que podría calificarse como grotesco y brillante a la vez. Es un carrusel emocional donde lo absurdo y lo humano se entrelazan constantemente y te dejan preguntándote si deberías reír, llorar o ambas cosas a la vez.
Pero lo que hace que este libro destaque es el tono: ácido, afilado y lleno de una ironía tan mordaz que a veces duele. Orejudo no tiene reparos en criticar los convencionalismos sociales, las dinámicas de poder, e incluso el propio acto de narrar. Es como si te invitara a un festín literario y, justo cuando empiezas a relajarte, te lanzara una bofetada intelectual para recordarte que nada es lo que parece. Si Don Quijote luchaba contra molinos de viento, en este tren de Orejudo se lucha contra la cordura misma, confundiendo constantemente realidad y ficción, como si ambos fueran solo dos paradas más en este surrealista trayecto literario.
Si esperas una historia convencional, aquí no la encontrarás. En su lugar, te toparás con un rompecabezas que no busca ser resuelto, sino disfrutado pieza a pieza. Orejudo se salta todas las reglas del manual literario. En un mundo donde la coherencia narrativa es un billete de primera clase, él prefiere viajar en vagón restaurante, sirviendo delirios, inverosimilitudes y un final tan absurdo como genial. Es como viajar en tren sin preocuparte por el destino: lo importante es el trayecto, con todas sus paradas inesperadas y sus giros imposibles.
¿Recomendaría este libro? Absolutamente. Pero con una advertencia: no te tomes nada en serio, y déjate llevar por el caos. Al final, las verdaderas ventajas de viajar en tren no están en llegar a tiempo —algo cada vez más quimérico—, sino en las historias que recolectas por el camino. Y, aceptémoslo, ¿quién quiere otra historia lineal cuando puedes abordar este tren y perderte felizmente en su laberinto?
Tenía la idea de que este libro me haría reír, pero aunque no negaré que tiene un toque mordaz que lleva al humor involuntario, también diré que tiene un trasfondo que para nada provoca risas.
El tema es la locura, y el vehículo es un tren, alrededor existen varios puntos focales, las relaciones humanas, la literatura, la basura.
Mediante unos diálogos que inician serios y terminan siendo desopilantes, se van narrando historias tristes, con tientes reales, que por menos, pudieran llevar a la locura, y en medio de esto, una crítica a la novela como un género casi muerto, esto lo he oído mucho y constantemente, pero creo que al final la novela prevalecerá mientras alguien tenga algo que contar, y alguien tenga ganas de escuchar e imaginar.
Me ha parecido un buen intento, pero creo que falto redondear la idea.
Este libro ha sido una sorpresa. En realidad, ha sido como leer varios libros en uno solo, a cada cual más... curioso. Con la psicología y la esquizofrenia como eje central, se deja leer bastante rápido y resulta muy ameno. Al menos, para mí.
Le puse 4 porque el sentimiento de que me gustó superó a lo demás: -Desconcierto. -Dispersión. -Híbrido dosmilero. -El autor y en las librerías aseguran que es novela pero me parece más un libro de cuentos. Cuentos raros. Raros pero con cierto atractivo morboso, aunque sí que se van por las ramas pues porque sí y con la excusa de que uno de los personajes está majareta perdido. Aunque se ve un experimento por parte del autor, está en su mayor parte digamos que conseguido, pero otras tantas, se notan los hilos reventados por usar de esa forma la narrativa. Bien arriesgado para mi gusto. Lo metaliterario estuvo muy bien al final. Resumen: "Este truco en particular solo se puede hacer una vez". Lo demás ya depende del lector.
“… uygulaması çok kolay görünen tüm bu planların, tıpkı cangılda sakince, ıslık çalarak ya da düşüncelere dalmış halde dolaşan biri aniden bir fil tuzağına bastığında sağlam görünen şeyin ayaklarının altında çöken bir sahte zemine dönüşmesi gibi karmaşıklaştığını hayal edelim.”
Okura tam da bunu yapmaya çalışıyor. Edebiyatla okur olarak kurduğunuz ilişkiye dikkat edin diyor? Dilimin ucunda bir kelime var ama yazmıyorum kendi kendime sesli söylesem de:) Okura rahat yok azizim:)) …. Ertesi gün. Aynı isimle çevrilen filmini de izledim. Görsellik anlatıya o kadar güçlü etki yapmış ki; günlük yaşama sızan psikopatolojiyi çok çok iyi anlatmış. … John Cheever ile ilgili internette okuma yaparken, yapılan kitap reklamına kapılmıştım: kitabın ismi ve kapak fotoğrafı gözümü kulağımı heyecanlandırmışt��. …. Kitabı olan film günleri olsa ne kadar güzel olur, ne dersiniz?
Antonio Orejudo es uno de los mejores escritores actuales y en este libro lo demuestra. Está especialmente bien escrito y en un momento en que la literatura española no pasa por su mejor momento se agradece.
Son varias historias en una pero concatenadas a la perfección y con algunas partes que rozan el drama, la comedia y el ensayo.
El final es sorprendente, aunque como todo el libro, bastante raro. Muy recomendable.
Imaginemos que no odio el libro. Imaginemos que me quedo con las subtramas y los relatos de esquizofrénicos y paranoides y que bueno en fin está bien escrito el libro.
Qué terrible comentario: "está bien escrito".
Pero, lo está. Está bien armado, como un buen reloj vamos avanzando a su propio ritmo, a su paso, vemos su maquinaria bien entramada, bien aceitada, la historia fluye y el lenguaje nos acompaña.
Qué locura! Y nunca mejor dicho. Una novela que trata la esquizofrenia. Es muy original.
Todo gira en torno a una mujer que viaja en tren y a un pasajero que se sienta a su lado y comienza a contarle una historia, relacionada con su trabajo ya que él trabaja en un centro psiquiátrico donde justo la mujer acaba de visitar a su esposo. Internado allí. Este pasajero tras contarle “esa historia” se baja del tren para comprar un tentempié y pierde el tren. Le deja a nuestra protagonista una carpeta roja con diferentes casos de pacientes internados. ¿Qué va a hacer nuestra protagonista? Pues por supuesto leer este dossier y compartirlo con nosotros. Los casos que nuestra protagonista, Helga, lee son de todo tipo y algunas son realmente escalofriantes. Sin dejar de lado la propia historia personal de Helga, que en sí es abrumadora, asquerosa y espeluznante. Y ese final, qué final!
Se lee en un suspiro, 152 páginas, utilizando un lenguaje soez y explícito, que deja poco lugar a la imaginación. Muy recomendable.
Una mujer que viaja en tren es abordada por un pasajero: Ángel Sanagustín, un psiquiatra especializado en analizar cómo los escritos realizados por los pacientes psiquiátricos describen su personalidad transfigurada y sus obsesiones. Sanagustín le cuenta a esa mujer su vida, especialmente la del último paciente difícil con quien se encontró, pero en una parada no retorna al tren y la carpeta con el resto de casos psiquiátricos descritos detalladamente queda en manos de la mujer... quien empieza a leer y leer.
Hay mucho de extraordinario en este libro de Orejudo. Tiene bastante de una serie de cuentos en cierto modo independientes, pero bien anillados de inicio a fin. El hilo conductor es el psiquiatra y los relatos que surgen de la carpeta de análisis, donde el primer relato contado por el propio psiquiatra antes de desaparecer del tren supera cualquier expectativa que el lector pueda tener. Todos los relatos contienen a entornos psiquiátricos protagonistas, donde es difícil establecer la frontera entre la realidad y la locura, y en cuyos rincones se esconden suplantaciones, transformaciones y finales interrumpidos. No es nada fácil realizar un volumen así, que pese a su menor extensión es de una complejidad argumental faraónica. Dentro de tanto misterio y psicosis colectiva, hay espacio para mucho humor también.
En especial, considero que "Depresión postesquizofrénica" es el relato mejor trabajado del libro.
Adveretencia antes de leer a Orejudo, cuidado con los pasajes excesivamente desagradables con los que suele recrearse. Pero que eso no afee que el resultado es magistral.
Me hizo reír muchísimo, las pequeñas historias que hay en el libro también me parecieron geniales, tal vez sea porque habla de temas que me interesan y tiene un humor que a mi en lo personal me encanta. Lo disfruté muchísimo. Otra vez, Gracias Chavi <3
• En realidad los seres humanos no somos más que un millón de impulsos eléctricos por segundo y unas cuantas reacciones químicas.
• Es cierto que todo aquello podía ser un cuento, palabras, pero es que si nos ponemos así, no hacemos nada en la vida; siempre nos sucederá lo mismo; que lo único que tenemos son palabras. Por eso es tan difícil averiguar la verdad algunas veces.
• …al fin y al cabo nos pasamos la vida buscando personas que no existen, lugares y estados mentales imaginarios que nos han dicho que son reales, pero que jamás hemos experimentado por nosotros mismos. Fíjese, mucha gente se muda de ciudad y de pareja mil veces y a continuación otras mil, y en ninguno de esos cambios encuentra el estado literario de la felicidad, sino que topa siempre con su propia melancolía…
• … creyó que congelaba su vida, como dice él, y que más que mentir adelantaba acontecimientos.
• …tal vez no se daba cuenta, y pensaba, cuando venía a Madrid vestido de militar y compartía con nosotros sus proyectos y sus posibles destinos, que seguía adelantándonos acontecimientos y no forjándose, irremediablemente, una portentosa vida de ficción que devoraba su vida real de basurero. Lo que empezó siendo una mentira piadosa, un aplazamiento, fue en realidad una decisión. Una mentirijilla le llevó a otra y todas las mentirijillas juntas le obligaron en un momento dado a desalojar su verdadera vida y a adoptar los ropajes de una vida fingida, que acabó resultando más densa que la real.
• tomó la decisión de urdir la última mentira, precisamente para acabar con la farsa de su vida.
• Usted es íntegro, lo sé porque utiliza desde hace años maquinillas de afeitar desechables por más que se lancen al mercado otras de doble y triple apurado; es idealista porque no consume alimentos transgénicos, aunque sí he encontrado cáscaras de pipas de calabaza, lo que significa que es usted tenaz y perseverante; y sobre todo es usted arrojado porque bebe mucho café, aun sabiendo que le perjudica.
• Cuando termine todo esto, a ver si lleno este vacío, y escribo un libro con un plato para cada día. No sé si titularlo Las semanas del jardín o 1.080 recetas de mierda, ya veremos.
• El problema de Helga Pato con las personas era que confundía a los narradores con los autores y a éstos algunas veces con los personajes…
• Ella creyó que se casaba con su autor favorito, pero en realidad se había enamorado del narrador, y se casó con un personaje.
• El nombre era bueno también: se llamaba Ander Alkarria, en adelante EL AUTOR. Había escrito una novela titulada Lobotomía, en adelante LA OBRA, que planteaba, según explicaba en su sinopsis, la inquietante hipótesis de que todo lo que aparecía en la pantalla del televisor fuera una ficción que seguía las directrices de un guión previamente establecido. Los célebres incidentes en el País Vasco, por ejemplo, eran ejecutados frente a la cámara por especialistas bien entrenados. Los participantes en los concursos de preguntas y respuestas eran en realidad actores profesionales que desempeñaban el papel de ciudadanos normales y nerviosos que simulaban entusiasmarse con premios asignados de antemano. Los partidos de fútbol seguían las pautas ideadas por un equipo de diseñadores de contenidos, como se llaman ahora los escritores, que dosificaba las jugadas peligrosas, los incidentes en las gradas y que colocaba los goles en los minutos más adecuados para arrasar en los índices de audiencia.
• Anagramáticos: un grupo de poetas y escritores que desde hacía muchos siglos hasta hoy formaban una logia conocedora de sofisticadas técnicas hipnóticas, que utilizaban para sugestionar a los lectores, capaz de anular el juicio y de hacer creer a quien leyese sus escritos lo que a ellos pudiera convenirles o lo que les encargaba el patrón de turno.
• Así como los personajes de una buena novela usan registros verbales diferentes, yo pensaba que cada persona hablaba de un modo marcadamente distinto, y que una conversación, como las discusiones de las novelas, era un corredor de voces entremezcladas, que se contaminaban las unas de las otras, formando una especie de caleidoscopio verbal.
• En todos los poemas que yo había leído, en todas las novelas en las que me había sumergido, en todas las películas que había visto, las mujeres enamoradas eran siempre hermosas y simétricas; no tenían defectos, ni tenían patas de gallo, ni tenían por supuesto la pata coja. Y si la tenían, los cabrones de los poetas, escritores y cineastas la habían ocultado con palabras o prótesis, mintiendo a la humanidad y jodiéndome a mí la vida, porque a mí no se me había dicho nunca que era posible enamorarse de una muchacha deforme.
• … no somos nada más que un puñado de mierda. Un puñado de mierda y ochenta por ciento de agua.
• La muerte viene siempre a destiempo, y en ocasiones se convierte además en un acontecimiento absurdo y cómico que nos haría reír si no fuera por lo que tiene de irremediable.
El Big Data de las empresas de recogida de basuras, vía Antonio Orejudo
… ¿Y cuál es la verdadera tarea? Que los camiones no trituran la basura, por más que los engranajes hagan un ruido estremecedor, sino que la trasladan a un sofisticado centro de inteligencia y control. Antes de entregarla para su análisis, la patrulla de cada camión tiene que identificar cada bolsa. Hay un margen de error, desde luego; pero normalmente la última persona que toca una bolsa de basura suele ser siempre su dueño. No obstante, cuando las huellas, que el plástico del que están fabricadas conserva maravillosamente, coinciden con las que se han impregnado en los desechos que contienen, estamos ante el dueño de la basura. Cada vecino tiene asignado un chip, que se adhiere a cada bolsa antes de enviarla al laboratorio. En el laboratorio los analistas llevan a cabo una minuciosa tarea; en primer lugar identifican y registran cada desecho: monda de naranja, raspa de lenguado, yogur natural, compresa, envase vacío de Bisolvón, cáscara de nuez, poso de café molido mitad natural mitad torrefacto, etcétera. Algunas veces es difícil, no se crea, y siempre repugnante. En los países más avanzados esta tarea la llevan a cabo los propios ciudadanos, que separan y clasifican su propia basura, creyendo que con ello mejoran el medio ambiente, la gente es cada vez más sensible a estas cosillas y hace caso; pero aquí en España nosotros estamos a años luz de todo eso. La gente es muy bestia, y sin quererlo se lo ponen difícil a la central de inteligencia. Alguna ventaja habría de tener el tercermundismo. Ahora, de todos modos, están intentando implantar en toda España el mismo programa que en Galapagar, que ahorra mucho tiempo y mucho dinero. Toda esta información se va procesando. Cada vivienda tiene su propia ficha informática, y en ella se van añadiendo día a día los desechos que se detectan. Con la ayuda de sofisticados programas informáticos, se puede trazar al minuto la vida de una familia y de sus individuos; pueden saber cómo van de dinero a fin de mes, sus gustos, sus fobias, la frecuencia de sus relaciones sexuales; sus tendencias de voto, sus ilusiones, sus planes, y sus estados de ánimo; todo puede medirse por la cantidad y frecuencia de yogures edulcorados que consumen o por los paquetes de galletitas, eso ya depende de los hábitos alimentarios de cada cual, que hay que estudiar minuciosamente antes de extraer conclusiones. La empresa de recogida de basuras ha tejido una espesa tela de araña, una red de información perfectamente urdida en la que participan no sólo los basureros, sino también las limpiadoras de edificios públicos y privados, las únicas que tienen acceso a todos los despachos con su llave maestra, así como las inocentes y leales asistentas que nos dejan la casa como los chorros del oro, sacando de ella los restos portadores de nuestros más inconfesables secretos, problemas, deseos e intimidades…
Imaginad que estáis leyendo una obra que os tiene hipnotizado. Que no sabéis si está hablando de vosotros -de vuestro yo rumano, a pesar de no haber estado nunca allí- o de un rumano que no tiene nada que ver con vosotros. Imaginad que pensáis que estáis ante una obra colosal y que todo lo que vayáis a leer en las próximas semanas va a caer en un saco de la indiferencia. Tenéis claro que no es buena idea cambiar de libro, espaciar la lectura cegadora de « Cegador » porque todo te hará volver a ella. Pero la persona tropieza y yo he tropezado. Muy posiblemente « Ventajas de viajar en tren » de Antonio Orejudo sea una buena novela, pero es que yo he sido trepanado por la obra carpática, y yo no he podido percibirlo. Imaginad que quiero hablar de « Ventajas de viajar en tren », pero me es imposible porque el aparato fonador cartaresquiano me lo impide. Me imanta hacia su « Cegador ».
« Ventajas de viajar en tren » no me ha parecido una gran novela, y lo digo con muchas posibilidades de errar porque sé de grandes lectores, lectores fiables que lo han dicho, pero Cartarescu me evita ser objetivo. Orejudo escribe una novela de tiralíneas jugando con la confusión y la realidad, con la ficción -la narratividad- y lo entremezcla con la psique; pero sólo pincela. A pesar de perfilar temas graves, lo hace desde un prisma muy amable, ligero; posiblemente porque la sombra de Cartarescu no deja ver el bosque. He hablado sobre « Cegador », pero imaginad que hablaba sobre « Ventajas de viajar en tren ».
Raccolta di racconti di cui la gran parte connessi tra loro da una bizzarra cornice. Si parla di malattia mentale, ma in maniera che ho trovato troppo farsesca e ricca di dettagli splatter disgustosi (spazzatura, viscere, escrementi) per entrare in sintonia. Immagino che l'autore volesse porre l'accento su una serie di gravi problemi (si parla anche di immigrazione o di sfruttamento della presunta beneficienza per scopi di lucro) e di suscitare in noi le reazioni di disgusto che nella realtà provoca la malattia mentale. Ma sono solo supposizioni mie. La lettura mi ha poco appassionata e l'ho terminata come se fosse un "compito", nonostante la brevità e il continuo ribaltamento di situazione, che in genere è un espediente narrativo che apprezzo molto.
Bueno... Pues vale. Básicamente, un corto recopilatorio de cuentos, o relatos, más bien algo surrealistas.
Orejudo escribe bien y en ocasiones es incisivo, tiene chispa. Pero esos breves destellos para mí no han sido suficientes para elevar la media. Sinceramente, no me ha interesado lo que leía.
Solo uno de los relatos me ha gustado realmente, probablemente por su ácida crítica social: el del inmigrante africano. Y sí, valoro su estilo cambiante, su originalidad y su incisividad en ocasiones... pero como decía, para mí no ha sido suficiente. Qué le vamos a hacer...
Evde dışkısını incelerken bulduğunuz eşinizi apar topar akıl hastanesine yatırdınız. Dönüş yolunda, trende kendini psikiyatrist olarak tanıtan bir yabancıyla tanıştınız. Arkasında, kelimelerle iyileştirebileceğine inandığı şizofreni ve paranoya hastalarının hikayelerinin yazılı olduğu kırmızı dosyayı bırakan bir yabancıyla… Dosyada yazanları okumaya, doktorun peşine düşmeye hazır mısınız? Postmodern metinler, kafa yakan kurgular okumak isteyenler toplanın! Okusanız, üzerine konuşuruz belki:)
Hayal edelim. Bizi, salyangoz kabuğuna benzer bir labirent içinde yolculuğa çıkaran, adımımızı attığımız andan itibaren başladığımız noktayı kaybetmemek için ardımızda ekmek parçaları bırakmaya zorlayan çok güzel bir kitap hayal edelim.
Beklentinizi çok yükseltmemenizi ve kısalığına aldanıp yaz dönemi okuması yapmamanızı öneririm. Ben bu iki hatayı yaptım iyi bir deneyim olduğunu söyleyemem dkdmmdmd keyfim baltalandı resmen. Düşünün ki karmaşık bir kurgu okuyorsunuz ve hava kırk derece: Beynim yandı diyorum çevremdekiler mecazen mi söylüyorum gerçekten mi yandı anlamıyorlar. Böyle bir bedbahtlık üzerimde.