La segunda entrega de Ciudad Fantasma continúa el ciclo de historias alucinantes y terribles que abrigan las calles de una ciudad caótica e insomne. Sus páginas mezclan escritores de distintas épocas e incluyen tanto textos plenamente afianzados en el canon de la literatura fantástica como otros realizados por autores de promociones recientes.
De la leyenda fundacional de la urbe al relato que anuncia su destrucción, de los crímenes que medran en los barrios bajos a las plagas y castigos divinos que caen sobre sus habitantes, estos quince relatos completan la selección que Esquinca y Quiriarte han realizado de entre las ficciones que la Ciudad de México ha inspirado.
Manuel Payno, Amparo Dávila, Carlos Fuentes, Guillermo Samperio, Francisco Tario, Norma Lazo, Mauricio Montiel Figueiras, Luisa Iglesias Arvide, Emiliano González, entre otros escritores, se suman a la nómina de autores que han caído bajo el influjo de sus fantasmas urbanos, de las pesadillas que ocurren a plena luz.
los dos tomos de esta antología ofrecen al lector la oportunidad de recorrer las sombras más profundas y los sitios más legendarios de una ciudad que a diario se arruina y renace en las mentes de quienes la habitan.
Bernardo Esquinca (Guadalajara, 1972) es un escritor mexicano cuya obra mezcla los géneros policiaco, fantástico y de terror. Su trabajo está fuertemente influido por la cultura pop, especialmente el cine, las series de televisión, la novela gráfica, la nota roja y la pornografía.
Ha escrito novelas, cuento y ensayo. Su primera obra publicada fue Carretera perdida. Un paseo por las últimas fronteras de la civilización (Nitro-Press, 2001), un libro de ensayos que en palabras de Sergio González Rodríguez es “un corte exacto de las obsesiones de su generación”. Bajo el sello del Fondo de Cultura Económica, publicó la novela Belleza Roja, elegida por el diario Reforma como la Mejor Primera Novela de 2005. En opinión de Rodrigo Fresán, “es una perversa historia de amor, un policial donde el detective es quien menos sabe o se atreve a saber”.
Su libro de cuentos Los niños de paja (Almadía, 2008) fue elegido por la SEP para ingresar al programa Libros del Rincón en 2009. Con motivo de la aparición de este volumen, Bernardo Fernández Bef, “Esquinca es un raro entre los escritores de los setenta. Sus historias se adentran sin miedo en los agrestes terrenos de los subgéneros con bastante éxito”.
La novela Los escritores invisibles (FCE, 2009) fue elegida por el diario Reforma entre los mejores libros del año de su publicación. Luis Jorge Boone consideró que “en un medio contaminado hasta el tope de falsos oropeles y sobrepoblado por egos descomunales, Los escritores invisibles agrega una inteligente nota satírica al autorretrato”. En 2011, con el respaldo de la editorial Zeta, publicó La octava plaga.
El primer tomo me encantó. Las calles de la Ciudad de México son algo muy especial, como puede saberlo cualquiera que haya tenido la oportunidad de pasearse por ellas. Hay algo en ella, no sé si en esa mezcla de antiguo y nuevo que la hace subyugante. Es muy inspiradora. Sus calles, sus edificios lo son. Es suelo fértil para inspirar. Y la maravilla de estos dos tomos es eso: conservar y transmitir el embrujo que produce la Ciudad en aquellos cuyos pasos la horadan. Escarbando hasta mucho más allá de lo que los ojos ordinarios pueden esperar. Desenterrando antiguos mitos que como el viento, lúgubremente susurran historias de tiempos pretéritos, no completamente subyugados por la supuesta modernidad.
El segundo tomo sigue la pauta del primero, sin embargo me temo que no está precisamente al mismo nivel. Sigue siendo un libro bastante interesante y definitivamente es digno de ser conservado, pero en mi opinión, no alcanza las cumbres de la primera oferta. Desde luego tiene sus puntos fuertes, como el inmenso relato de Carlos Fuentes, pero al final siento como que algo le falta...
Es un buen complemento de la primer entrega. Y su virtud es acercar de un modo "distinto" al lector a esa tremenda Ciudad, está bien antologado, pero creo que sus temas se acercan mucho a lo ordinario (de alguna manera) y eso diluye un poco su efecto.
Muy buen trabajo bibliográfico. Personalmente no sabía donde empezar a buscar literatura fantástica y de horror en México. Este compilado da muchas pistas. Algunos cuentos son verdaderas joyas; otros no me encantaron, para ser sincera. Cae en en vicio latinoamericano de los "realismos mágicos" que a veces son previsibles o sin suficiente solidez en el texto. "Ragú de ternera" y el cuento de Carlos Fuentes son una verdadera joya.
No es ni por mucho, tan bueno como la primera entrega, la calidad de los relatos es irregular por decir poco, siendo la mayor parte más cercanos a la ciencia ficción, lo surreal en lugar de centrarse en lo macabro. Medio decepcionado de esta entrega.
Esta nueva antología recolecta más de la mitad de los cuentos que estaban en la antología pasada. Sólo se agregan unos cuantos relatos nuevos, pero no siento que merecen toda una antología por si mismo. En general, leer las dos partes juntas sí fue una buena experiencia.
¿Era necesario un segundo volumen de esta antología? Quizá, pero posiblemente no éste. Posiblemente hubiese sido suficiente un solo tomo, más voluminoso, que incluyera los relatos del primero y unos cuantos del segundo. No lo sé. Lo cierto es que pese a incluir alguna plumas bien reputadas -Carlos Fuentes, Ignacio Solares, Guilleromo Samperio, Bernardo Fernández 'Bef'- la segunda parte de Ciudad Fantasma queda a deber.
No es un mal libro, eso es cierto. Hay buenos relatos, incluso excelentes. Sin embargo hay dos problemas clave: poca ciudad y pocos fantasmas. La promesa de una colección de relatos que tienen como escenario (e incluso protagonista) a la Ciudad de México -promesa cumplida con creces en el Tomo I- se diluye tristemente. Algo semejante ocurre con las presencias espectrales, sombras lejanas de los espíritus, vampiros y criaturas que acechaban en el primer volumen.
Hay relatos geniales que, no obstante, incumplen en una u otra de esas dos promesas, ya sea porque suceden en lugares que podrían ser cualquier lugar (lo cual en sí mismo no es malo, pero no corresponde a la oferta de situarnos en la capital mexicana), o porque de plano la presencia de lo sobrenatural es poco contundente.
Se agradece y celebra la presencia de cuatro plumas femeninas, responsables de algunos de los relatos más pertinentes de los 15 que conforman el libro.
En resumen, una antología dispareja, con poca unidad entre los elementos que la componen, que pese a tales defectos nos permite explorar rincones de los fantástico desde la mirada y las letras de escritores mexicanos de varias generaciones que pese a todo coinciden en lo inesperada, impredecible y mágica que es nuestra realidad.
Este segundo tomo de literatura fantástica ambientada en la Ciudad de México conserva los altos estándares establecidos por el primer tomo. Una vez más, Vicente Quirarte y Bernardo Esquinca nos ofrecen una excelente antología, la cual nos ofrece un amplio y exhaustivo panorama psico-geográficos. Como en el tomo anterior, la selección de relatos nos lleva inicialmente de paseo por la escuela costumbrista y post-romántica del siglo XIX ("La calle de la mujer herrada" de Luis González Obregón y "Don Juan Manuel" de Manuel Payno), para después ofrecernos una selección de escritores consagrados en el siglo XX ("Matilde Espejo" de Amparo Dávila o "El museo" de Emiliano González) y concluir con un panorama de voces recientes (entre las que destacan "El que camina al lado" de Norma Lazo, otrora guionista de "La hora marcada", "Leones" de Bernardo Fernández, Bef, y "Perro callejero" de Luisa Iglesias Arvide). Quizás el principal defecto de esta antología sea la inclusión de un magnífico cuento de Francisco Tario, autor de culto entre los devotos denla literatura fantástica mexicana, que no cumple con el requisito básico de tener cómo escenario a la Ciudad de México, a pesar de los esfuerzos de Quirarte y Esquinca por convencernos de lo contrario (Tario, por supuesto, es un autor que merece ser leído, pero no a costa de forzar su presencia en una antología con una temática tan tajante). Por lo demás, es una obra altamente recomendable.
Quería leer a Bibiana Camacho y por eso iba buscando el tomo 1, y al no encontrarlo en la biblioteca, tuve que probar suerte con el tomo 2, y aunque no puedo decir que me decepcionó, si puedo decir que no es una antología que yo pueda recomendar, digo, no es mala porque los autores parecen ser buenos, sí te dan ganas de adentrarte en el mundo de cada uno, pero juntos hacen una mezcla muy disonante, a mi parecer. Además tenemos otra antología completamente desbalanceada en cuestión del género de los autores, y por los tiempos que corren ya no es aceptable. Mis cuentos favoritos fueron: Perro callejero, Luisa Iglesias Arvide Noches de asfalto, Norma Macías Dávalos Portafolio, Mauricio Montieel Figueira El que camina al lado, Norma Lazo
No me gustó tanto como el primero, tiene una tercia de textos que en lo personal me resultaron insufribles y además uno al que no le encontré conexión con la ciudad.
Sin embargo, tiene algunos que son una verdadera joya y sólo por eso para mí valió la pena leerlo.
Algunos "typos" hacen lucir descuidada la edición.
Contiene cuentos que entran más en el género de literatura fantástica, a diferencia del primer volumen, que era más de misterio. Algunos de los cuentos son muy buenos. Pero otros son demasiado raros y ni siquiera retratan a la Ciudad de México, a la que se supone está dedicada la serie.
Usualmente califico muy bien un libro que me gustó, pero creo que está antología está muy completa en cuanto a relatos de la ciudad de México. Igual para la gente que amamos nuestra ciudad, es perfecta. Aunque de manera personal, la de Los niños de paja me gustó más.
Siempre he pensado que ser cobijado por la oscuridad también debe ser una bendición.
Buena es la muerte. Termina el dolor y el miedo la dulce muerte. Ilumina apacible, no destroza; el horror que la prosigue es obra de la vida.
En mi segunda aventura por las historias de terror de la Ciudad de México me he encontrado con otra grata dosis de locura e historias perturbadoras.
En listare mis cuentos favoritos de esta genial antología de lo mórbido.
Matilde Espejo - Amparo Dávila La primera joya con la que me encuentro resulta ser un cuento sin nada de extraordinario en su historia, no hay fantasmas, muerte, sangre o demonios; tan solo tenemos a una amable y elegante viejecita que renta su casa al precio justo para ti, ella no tiene familia mas que tú, Matilde Espejo tuvo tres esposos, probablemente tuvo un pasado pero no puedes estar seguro de ello, un gato es su única compañía, o eso quieres pensar. Recuerda que caras vemos…
El Que Camina al Lado - Norma Lazo ¿Cómo librarme de mí mismo? Lagrimas son el precio de tus actos, esa injusticia de tu inocencia. Creo que le vi el rostro, un borroso y desfigurado rostro idéntico al mío, para ser sincero no estoy seguro de lo que vi. Es muy tarde y creo que esta cerca, me parece haberlo visto reírse, creo que después de todo no se ríe, es mas una mueca burlona. Me duele la cabeza.
La Foto - Roberto Coria Creo que ya puedo declararme fan de este señor. ‘La Foto’ es un cuento sencillo pero efectivo. Recuerden pensárselo dos veces antes de investigar la foto de una chica que les pide auxilio y luego desaparece dicha foto pero ustedes saben en donde buscar a la chica. Mala idea.
Noches de Asfalto - Norma Macías Dávalos Niños de la calle. Muy recomendable cuento corto. Los niños de la calle se despiertan aterrados al sentir que una rata les olfatea los pies en busca de acertarles una mordida y comer.