A través de diversas perspectivas que revelan las angustias y temores de los protagonistas en cada relato se retrata la incertidumbre de navegar a ciegas entre los siniestros secretos de un mundo supuestamente conocido, ahora en riesgo inminente de un destino catastrófico.
Estado larvario del peligro abre la puerta a historias estremecedoras, donde los personajes se enfrentan a los desafíos cotidianos de sus vidas mientras luchan por sobrevivir a los horrores de una realidad extraordinaria, que cobra vida a través de maldiciones, criaturas perversas, ídolos malignos y espectros inimaginables.
Nació en Toluca, Estado de México, el 22 de abril de 1974. Estudió la Licenciatura en Antropología Social en la UAEM. Maestra en Sociología y doctora en Ciencias Políticas por la Universidad Laval. Ha colaborado en la Revista Erotana. Primer lugar en el V Concurso Nacional de Poesía y Cuento Benemérito de las Américas 2001, en la categoría de cuento, por el trabajo Los días del verano más largo. Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2011 por Las babas del caracol. XII Premio Internacional de Narrativa Ignacio Manuel Altamirano 2015 con la obra Archipiélagos. Parte de su obra está incluida en las antologías Antología de ganadores del V Concurso nacional de poesía y cuento Benemérito de las Américas, Universidad Benito Juárez de Oaxaca, 2001 y en la Antología de Ganadores del X Concurso Internacional de Cuento Carmen Báez, Universidad de Morelia / Colectivo Artístico Morelia, 2004. Seleccionada por el Borderlines Writer´s Circle en Edmonton, Canadá, 2015. Premio Bellas Artes de Novela José Rubén Romero 2018 por De las sombras. Premio Bitácora de Vuelos para Publicación de Obra 2019 por El criado y otras historias de aflicción.
Aunque ya conocía un par de cuentos de esta colección, la narrativa de Alma me sigue sorprendiendo y entusiasmando. Una arqueóloga que encuentra unos huesos que brillan en un país extranjero, un investigador que se topa con la maldición de unos pájaros en una isla remota, dos chicas que rompen con la tradición de brindarle sacrificios a un árbol ancestral, pedazos de cuerpos con vida propia que comienzan a aparecer en un fraccionamiento, sueños apocalípticos, una madre que está convencida de que su recién nacida es un insecto monstruoso, un niño que ve a una criatura de capucha gris que lo acompaña a todos lados, una mujer deprimida que comienza a ver fantasmas en su casa y un hombre que regresa a su pueblo natal para darse cuenta que "algo" lo ha invadido. Vampiros, fantasmas, folk horror, terror cósmico y mucha extrañeza con una prosa precisa y cercana que permite entrever no sólo las grietas de la realidad sino también temas importantes a discutir, como la maternidad, las relaciones tóxicas, el patriarcado, la depresión y la violencia, entre otros. Todos me encantaron, pero le tengo un especial cariño a "Bajo el árbol" porque fue el cuento con el que conocí a la querida Alma; una historia que mezcla de forma maravillosa el folk horror, la extrañeza botánica, el feminismo y el terror cósmico.
9 relatos breves, con una narrativa que me recuerda por momentos a Mariana Enríquez, Liliana Blum, sin embargo; Alma Mancilla tiene una formación de antropóloga, eso logra que de temas cotidianos, ella dé giros desde un punto de vista del comportamiento humano, hay una idea siniestra que se va gestando y se siembra en la mente del lector, hay un terror que concibe ciertas mutaciones, eventos inexplicables que se aceptan al leerlo y de manera sútil hay denuncia (mutilaciones, feminicidios, desapariciones, contaminación ambiental, problemas mentales)
De este libro prometo que este año ahora sí leo Fulgor, me ha gustado este libro
Aquí los relatos:
1. A veces brilla de noche: Una antropóloga que sufre un ataque y se convertirá en una criatura de la noche 2. La lengua de los pájaros: Tema de comportamiento aviar y del lenguaje 3. Bajo el árbol: El fuego como elemento de transmutación, un árbol siniestro que actúa como panóptico 4. Pedazos de cuerpos por todas partes: Muerte, desaparición, ¿partes de cuerpos zombies? 5. Lo que se sueña: Tema onírico. 6. Crisálida Primera: Después del nacimiento del "bebé", la madre lo rechaza por ser una criatura monstruosa 7. Capucha gris: Visiones, el fantasma pegado generación tras generación 8. Encerrados: Fantasmas y pandemia. 9. Estado larvario del peligro: Mutación a ¿peces/anfibios?
Ha sido uno de los mejores libros de terror que he leído. La autora condensa universos complejos en muy pocas páginas donde llegas a sentir la angustia, el miedo y el dolor. Aquí hay historias donde lo rural convive con el terror, maldiciones, epidemias, fantasmas, seres irreconocibles y sobre todo vemos cómo la naturaleza se mezcla con lo macrabro. Mis cuentos favoritos fueron: “A veces brillan de noche”, “Bajo el árbol” y “Pedazos de cuerpos por todas partes”. Leí que la autora es antropóloga y se nota en su narrativa.
Tiene 2 o 3 cuentos buenos, difíciles de asimilar, que me dejaron pensando por un rato. Sin embargo creo que abusa de ciertos recursos y algunos cuentos se me hicieron bastante olvidables. De todos modos creo que le daría otra oportunidad a esta autora ya que escribe bastante bien.
“Me deslicé por el pasillo en penumbras hasta llegar a la puerta cerrada que, no obstante, traspasé. Yo era vaho, yo neblina, todo en mí vasto poder. Mi piel refulgía, mis encías punzaban, algo en mi rebullía. El tiempo es eterno, pensé, la noche es tan inmensa, en mí crece el horror. En las colinas y brillando me esperaba el chico, sin su máscara de vivo, blanca piel, pálido rostro, todo él, todos los suyos, ávidos de sangre y compañía.” Como siempre, leer a Mancilla es toda una experiencia.
Compuesto por 9 relatos breves, este volumen sigue la vena de horror rural, y está habitado por múltiples entidades más allá de nuestra comprensión, cuya naturaleza nunca podremos conmensurar; aunque sí podremos ver cómo se expanden sus repercusiones espantosas en el mundo que las rodea. En ‘A veces brillan de noche’, una cuadrilla de antropólogos descubre una fosa de extraños esqueletos, que despierta un extraño mal que todo el pueblo cercano parece desear olvidar. En ‘La lengua de los pájaros’ una pareja de lingüistas llega a una misteriosa isla en donde la comunicación con los nativos parece imposible, aunque la presencia de los pájaros presenta un enigma aun más preocupante. En cambio, ‘Bajo el árbol’ condensa una comunidad sectaria donde la principal entidad reverenciada es tan silenciosa como hambrienta. ‘Pedazos de cuerpos por todas partes’, mi favorito del libro, crea un horror encapsulado en los canales contaminados y repletos de cadáveres así como de personas desaparecidas.
En el segundo tramo del libro, como en ‘Lo que se sueña’ o ‘Crisálida primera’ el horror se vuelve menos tangible y tiende hacia lo psicológico, especialmente en la incertidumbre que causa la paranoia o la depresión posparto. ‘Capucha gris’ y ‘Encerrados’, por su lado, inciden en el horror cósmico, e incluso apuntan hacia la existencia de criaturas extraterrestres o críptidos que se han integrado bajo débiles fachadas a la humanidad. Y finalmente, el relato homónimo del libro me dejó con la espinita clavada, con la sensación de que apenas he atisbado un pedacito del horror que ha invadido un pueblo y, como moho, como hongos, como una infestación ineludible e imprevisible, comienza un proceso de transformación en sus habitantes.
“En cuanto entramos en ese territorio supe que lo improbable existía: la hojarasca se pudría pero el tronco del árbol era carne palpitante, su corteza una costra fresca que bullía. Todo él parecía pura conciencia.” Así se siente el horror efectivo: como una probada condensada de algo más allá de nuestro entendimiento, como un par de escenas tan precisas y vívidas que se meten bajo la epidermis y dan comezón en los peores momentos, como cuando cae la noche y llegó la hora de las pesadillas. La capacidad de la autora para dosificar la revelación de la información es extraordinaria. Esta misma habilidad se manifiesta de otra forma: en la creación de tensión a partir de pequeñas pistas, diseminadas a través de todo el cuento. Esta tensión es como un hilo, mismo que se va estirando y estirando hasta arribar a su inevitable rompimiento, que coincide con la conclusión del relato.
Espectros incomprensibles, entes voraces, mutaciones, antiguas predicciones, fosas malditas, plagas cadavéricas, desapariciones y podredumbre, mesías malignos y protagonistas indefensos ante las amenazas que estos representan hacen de Estado larvario del peligro una obra capaz de alterar los nervios del más escéptico. “Por eso a las brujas se las quemaba vivas. No hay maldad que resista al odio de la quemazón. Nada que haya pasado por el fuego conserva intacta su materia. Hay en el fuego algo que se parece a la magia.” Hay en la pluma de Mancilla algo que se parece a la magia, aunque hay que decirlo a pesar de lo manido que suene: de una magia tenebrosa.
4.5 ⭐️ Sin duda Alma Mancilla es una experta en crear atmósferas opresivas, en todos estos cuentos se cumple lo que escribe “no importa qué tan lejos te vayas, hay cosas de las que no se puede escapar”. Es admirable la manera que tiene de revitalizar historias de fantasmas, vampiros y de cefalópodos, esto apelando a la latencia, un estado donde la maldad ya se gestó y aunque no se sienten aún todas sus consecuencias, se sabe que ya no hay forma de detenerla. Mis cuentos favoritos fueron: Pedazos de cuerpos por todas partes y Capucha gris.
Buenos cuentos en general; breves y concretos, bordeando una vez más ese imaginario oscuro y fantástico que me he encontrado en anteriores trabajos de Mancilla -Los intrusos-. Los cuentos son bastante acotados, circulares, y no se esconden su fervor por el terror. Como colección es sólida; la construcción de su lenguaje mantiene tensión y logra muchas veces incomodar, además de sorprender.
⭐⭐⭐ A veces brilla de noche ⭐⭐⭐ La lengua de los pájaros ⭐⭐⭐ Bajo el árbol ⭐⭐⭐⭐ Pedazos de cuerpos por todas partes ⭐⭐ Lo que se sueña ⭐⭐⭐ Crisálida primera ⭐⭐ Capucha Gris ⭐⭐ Encerrados ⭐⭐⭐ Estado larvario del peligro
Mis favoritos: Pedazos de cuerpos por todas partes y estado larvario del peligro. Una mención especial a Encerrados porque lo sentí cerquísima con el mood durante la pandemia (¿se acuerdan que locura?).
Y…. Un cuento sobre maternidad spooky: crisálida primera, wow. 🪰