¿Es tan claro e irrefutable como parece el concepto de «consentimiento»? Este libro explora sus matices y contradicciones.
El consentimiento se ha convertido en un concepto clave en lasrelaciones sexuales. De entrada, parece claro y perfectamente perimetrado. Pero ¿es realmente así?
Este texto reflexiona sobre losmatices, las fisuras y las paradojas que lo acompañan. ¿Se puede verbalizar el deseo con absoluta claridad, sin ambigüedad alguna?
La autora explora el camino recorrido entre el «no es no» y el «solo sí es sí» desde las perspectivas filosófica, histórica y política y, a contracorriente del discurso dominante, defiende no dejar de lado el primero en beneficio del segundo.
Es investigadora, activista feminista y exdiputada de la Asamblea de Madrid. Actualmente es investigadora en el Centro de Investigación Teórica, Género, Sexualidad de la Universidad de Barcelona (ADHUC). Fue responsable del Área de Igualdad de Podemos desde sus inicios hasta 2017. Es autora del libro Leonas y zorras. Estrategias políticas feministas y coordinadora del texto colectivo Alianzas Rebeldes. Un feminismo más allá de la identidad.
Pointless. La libertad de una mujer radica en la capacidad de consentir lo que desea y desear lo que consiente. El sexo debe nacer del deseo compartido. Fin del debate.
No se entiende la correlación entre "solo sí es sí" y la supuesta anulación del "derecho a dudar." Insinúa que regular las conductas sexuales restringe el deseo y lo moraliza, penalizando nuestra capacidad de explorar nuestra sexualidad. No profundiza en lo complicado de consentir en algunos contextos (menores, alcohol) ni propone alternativas al Código Penal. Hay ideas sueltas conceptualmente rescatables pero se contradice y no analiza los problemas reales.
El colmo es cuando pone de ejemplo a la prostitución para ilustrar su argumento. Es preocupante que no se entienda que una parte desea mientras la otra consiente por necesidad, pero aún más preocupante es entenderlo y justificarlo. ¿Acaso no es esto precisamente lo que promueve el "neoliberalismo sexual" que ella critica constantemente?
En fin, un claro ejemplo de ideas reaccionarias disfrazadas de "deconstrucción", demostrando que los polos opuestos muchas veces tienen más en común de lo que pensamos.
Hay ideas, pocas, que me han gustado y estoy de acuerdo con ellas. Sin embargo, lo que me he encontrado en este ensayo ha sido una serie de contradicciones que no tenían ningún sentido. Aun así se las ha apañado para: 1. dar mil volteretas y en un principio negar por completo la utilidad en el paradigma actual del consentimiento 2. hacer una comparativa entre el "mal sexo" que puede haber en una relación de pareja(s) y el caso de la manada 3. dejar caer que hay mujeres a las que les gusta ser violadas y por ello hay que cuestionarse qué es una agresión sexual 4. no profundizar absolutamente nada en las dinámicas de poder y violencias entre diferentes escalas sociales y otras coyunturas (muy fuerte decir que entre un profesor y una alumna no hay dinámicas peligrosas en relación con el poder que ostenta uno y la falta de poder de la otra) 5. no aportar ninguna idea sobre la raíz del problema: qué hacer para que los hombres no ignoren nuestros deseos y nuestras posiciones con respecto al sexo. ni una mención a la educación u otras posibles soluciones 6. poner como ejemplos válidos al Xokas y una película sobre una mujer a la que le gusta que le violen dirigida por un hombre (subrayo dirigida por un hombre)
y más pero la verdad se me han olvidado. un poco despropósito todo. igualmente le doy las gracias porque me ha ayudado a despertar mi espíritu crítico que lo tenía un poco oxidado y aquí he refrescado bastante el reflexionar sobre lo que leo y no creer a pies juntillas todo lo que me dicen.
Un total despropósito y pérdida de tiempo, se contradice desde un principio, critica el neoliberalismo a la vez que defiende la prostitución y la pornografía. Es una oda a J. Butler, crítica las feministas antipornografía y defiende el liberalismo. Acusa al feminismo radical de ser exacerbado, punitivista, prohibicionista, sin tener idea de lo que propone. Habla de de “feminismos”, paternalismo estatal, cita a personajes misóginos de Internet muy conocidos, culpa a las mujeres de no saber lo que quieren o desear la violencia, confunde y mezcla deseo con voluntad. Compara vender el acceso al cuerpo de una mujer con el deseo de embarazo. Utiliza el penoso argumento de la hípercontractualidad para justificar la no empatía, amenaza con que si buscamos justicia, se nos vendrá en contra. Evitar y mejor leer a Rosa Cobo “la ficción del consentimiento sexual”
Podría hablar durante horas de lo que ha supuesto este libro para mí y de como ha agitado mi conciencia tal y como le dije a la autora en la charla que tuvo lugar en el Circulo de Bellas Artes. No voy a revelar absolutamente nada de su contenido, solo creo que si te consideras de izquierdas y feministas es de obligado cumplimiento su lectura. Aunque si alguien de mi círculo está intersado he hecho una pila de audios que recopilan, a mi parecer, mis reflexiones más importantes y los puntos que dan más pie a debate.
M'ha semblat interessant i hi ha moltes coses en les que pensar. Però també trobo que no deixa de ser una pinzellada d'un tema molt complex, i que no dóna massa resposta al tema judicial. Parla molt dels grisos i del desig i del no saber, cosa que em sembla fantàstic i m'ha interessat molt, però parla poc de la violència sexual on, precisament, no hi ha matisos. No ho sé. Avui tinc club de lectura amb les amigues i tinc moltes ganes de comentar-lo.
Mientras lo leía, había momentos en que lo que leía me parecía interesante y certero, pero otros (la mayoría) en los que estaba en absoluto desacuerdo con el enfoque, a veces hasta el punto de ponerme de verdadera mala hostia.
En lo que más difiero con la autora es, en que mucho de lo que habla sobre deseo vs consentimiento, está muy bien para filosofar y para un contexto normal de una experiencia y experimentación sexual sana pero no estoy, en absoluto, de acuerdo con que lo lleve al terreno de la ley y a la crítica de la forma en que ésta contempla el consentimiento.
En mi modo de verlo, se olvida de separar lo que es el deseo/consentimiento en la vida en general, de los casos que son claramente denunciables, en los que yo creo que la decisión de llevar a juicio un abuso/agresión sexual/violación vive en otro contexto que nada tiene que ver con el juego de la exploración.
este ensayo aborda el consentimiento a través de distintas ópticas y diversas teorías feministas hasta llegar a las propias opiniones de la autora, muy fundamentadas. es un tema sobre el que pensaba que tenía claras mis ideas hasta ahora. es mucho más complejo de lo que parece y este librito abre puertas muy interesantes
profundament estimulant, sempre a favor del pensament que sorgeix dels marges (o del centre de l’acadèmia) i que qüestiona discursos que repetim per inèrcia. proposta feminista -i que suposa una defensa del valor del consentiment de *totes* les dones- en el plànol filosòfic però radicalment necessària per situar el debat a l’esfera pública. jo mentrestant em conformo amb seguir-ne parlant durant hores amb la diana, amb qui també ens ho qüestionem gairebé tot.
y avait des choses intéressantes mais pas mal d’incohérences aussi j’ai trouvé, et un peu de mauvaise foi tbhhh mais de toute façon pour moi le prémice de base est biaisé (partir du principe qu’il y a qql chose à attendre de la justice punitive de l’Etat)
j’ai été pas mal dérangée par plein de takes très manichéennes genre : si on dit que c’est impossible de consentir dans un rapport sexuel monayé ça revient à dire que les putes n’ont pas d’agentivité. En vérité je pense qu’on peut dire que c’est impossible de consentir au travail quand on est obligé•e de travailler pour survivre, sans pour autant dire que les putes sont des victimes passives qu’il faut sauver contre leur gré jsppp
puis trop hors sol comme analyse judiciaire, ok mv une fois qu’on a décidé de contextualiser chaque situation sexuelle pour décider si y a consentement ou non, bah comment tu règles la question de la preuve?? écris la loi comme tu veux ça changera rien aux procès des meufs qui seront tjr classés en non lieu jsp quoi te dire
molt molt bo. “Como dice Katherine Angel, «en la cultura del consentimiento la verbalización explícita de la mujer sobre su deseo se exige tanto como se idealiza, se reclama impertinentemente como seña de progresismo político». Quizás, ante tanto entusiasmo, tenga sentido detenerse un momento para preguntarnos si no estaremos pasando por alto una cosa fundamental: ¿y si no siempre -o quizás casi nunca- conocemos nuestros propios deseos? ¿Y si el sexo tiene algo de oscuro más allá de las relaciones de dominación que los hombres imponen a las mujeres?”
de nuevo, libro que me han prestado y buuuf... qué locura, amigas, qué locura. es una maravilla!! he explorado un campo que pensaba que no era tan denso y que desconocía por completo! me siento algo tonta por no haber accedido a toda esta información que me ha ofrecido clara serra antes.
wow! menuda bofetada emocional aquest llibre, però sobretot quin alliberament la forma amb la que Clara Serra defensa el dret de no saber que desitgem, inclús de dubtar i explorar. No m'extranyaria que en un futur es convertirà en un llibre de referència dins del feminisme. Deixe un parell de cites que m'han agradat i que ambdues parteixen de la reflexió i critica de l'autora del plantejament del consentiment a nivell legislatiu, amb lleis com la del si és si.
"Por qué cuando no somos libres para decir que no, podriamos decir si des de la libertad?"
"Si las mujeres tenemos derecho a la indagación de nuestros propios deseos y los del otro, si nuestra sexualidad puede tener zonas oscuras y ambiguas, no nos liberará una cultura sexual que nos impida habitar el silencio sin imponer su significación."
No sé si se podría concretar mejor un debate en torno al consentimiento en 120 páginas. Qué gusto leer así. Qué gusto seguir su hilo. Y qué gusto de perspectiva feminista
quiero decir que jamás había leído yo un ensayo donde la autora se contradice en un 2x3. parece que el primer capitulo lo escribió otra persona.
me ha dado muchísima risa que en todo este libro, la autora criticaba y criticaba al neoliberalismo, mientras defendía la prostitución y la pornografía.
Se quería desentender tanto del neoliberalismo que al final le ha hecho el trabajo sucio…a mi me daría vergüenza.
En conclusión, no me quedó clara la postura de la autora y desde luego que no me invito a ninguna reflexión…………
Es el primer libro que leo sobre este tema y aunque no comparto todo lo que expone, si me ha parecido interesante y necesario. Llevar a debate algo tan simple y tan complejo como es el consentimiento me parece una razón por la que sentarse a reflexionar.
El tema del consentiment i, en general, l’antipunitivisme (posant dins del mateix sac aquest llibre junt amb El conflicte no és el mateix que l’abús de la Laura Macaya, El bon sexe demà de la Katherine Angel, etc.) diria que està sent igual de life changing com ho va ser en el seu moment llegir Preciado i tot seguit la teoria queer i tot això. Sort que hi ha gent que obri d’aquesta manera espais de vulnerabilitat, de dubte i de l’opció de fallar.
“El sujeto no preexiste a la relación social, sino que se configura a través de ella. O, lo que es lo mismo, no somos los mismos antes que después de entrar en relación con el otro, no somos átomos impasibles e impermeables, sino un producto de la interacción. Como expone con gran acierto Butler, «el consentimiento se basa en la presunción de un individuo estable [pero] ¿qué pasa con ese marco si mantenemos la perspectiva de que el "yo" que consiente no necesariamente se mantiene igual en el curso de su consentimiento?». La gran dificultad del consentimiento que ninguna perspectiva crítica puede obviar es que, al imponer a la sexualidad el marco liberal del contrato, hacemos como si supiéramos lo que consentimos cuando, en realidad, consentimos sin saber.”
“El sexo consentido puede ser no solo poco placentero o insatisfactorio, sino incluso profundamente doloroso, sin que ello tenga nada que ver con el terreno de la violencia sexual. Cuando el punitivismo deviene sentido común, los ciudadanos le encomiendan al derecho penal que sea la principal vía para resolver sus males. Pero esto, en lugar de hacer a nuestras sociedades más despiertas y atentas, asienta una ceguera colectiva para reconocer y nombrar aquellos daños sobre los que el derecho no tendría nada que decir y que, sin embargo, existen. Ni el trauma ni el daño coinciden siempre con los delitos y, por eso, una sociedad más justa siempre mantiene abierto un espacio de lo ético que va más allá de lo penal.(…) En el sexual existe permanentemente abierta la posibilidad de un daño o un trauma que puede no ser abordable en la sala de un tribunal y que, no obstante, nuestra sociedad tiene que poder escuchar y reparar de otros modos.”
“En última instancia, lo que es sobrante en estas perspectivas es justamente aquello que desborda y excede a todo contrato posible: que desconocemos el deseo del otro y también el nuestro, que a veces no sabemos lo que deseábamos hasta que lo hacemos, que nuestros deseos no son previos al encuentro con otro, sino que surgen de la interacción. Una visión neoliberal del sexo es aquella que ignora que tratar de erradicar el no saber del sexo es un intento de borrar de la ecuación la opacidad y, por tanto, también el deseo. Ese intento será inevitablemente fallido pero, por el camino, el verdadero riesgo es investir al derecho y a la ley como autoridades que tienen legitimidad para pretender lograrlo y que estarán, por tanto, autorizados por la sociedad para extralimitarse en su poder.”
Crec que és un bon llibre, no estic d'acord amb tot el que defensa, però penso que aconsegueix resumir i simplificar molt el debat sobre el consentiment. És com un estat de la qüestió sobre les contradiccions dins el feminisme i em sembla interessantíssim. He de confessar que no n'estic molt assabentada, per això em sembla que El sentido de consentir serveix com un resum molt ben escrit amb una argumentació bastant consistent. A vegades crec que va massa lluny i evidentment està ple de matisos que poden discutir-se sense una resposta correcta, encara en en general estic bastant d'acord amb la tesi de Clara Serra. La vaig veure a la biennal del pensament, parlant amb l'Elena Martín, i us recomano molt les dues coses: escoltar la conversa superinteressant sobre el desig i llegir aquest llibre. I després comentem i discutim!
Es un tema muy complicado de reducir a 140 páginas y quizás es el fallo que le veo. Demasiadas citas a autoras sin ahondar en lo que verdaderamente dicen. También la estructuración del libro no me acaba de convencer. Venía de leer dos de estos cuadernos anagramas que había consumido en dos-tres días, pero este se me hizo imposible, no solo porque pueda ser complicado entender algunas cosas, sino porque me parece muy repetitivo (aunque quizás es difícil que no te repitas en un tema así) y vuelvo a mencionar la mala estructura del cuaderno.
Me ha hecho reflexionar sobre discursos que había interiorizado por inercia. Por ejemplo discursos un tanto simplistas que han “evolucionado” hasta tal punto que obligan a las mujeres a saber qué quieren del sexo que, a parte de ir en contra de lo que implica éste, que es el derecho a no saber, a explorar…nos llevan a un terreno peligroso donde se impone un modelo del deseo bueno y malo. He estado leyendo reviews y hay quien dice que en el ensayo convergen demasiado a la ligera argumentos para el disfrute sexual y escenarios de violaciones/agresiones sexuales. Entiendo la crítica, pero también creo que en ningún momento da pie a una malinterpretación cuando se trata de estos dos temas en concreto, por mucho que haga comparativas… María, sé que estás leyendo esto, dame feedback, qué diría McKinnon (otro melón por abrir)????
ensayo cortito pero que me ha dado para reflexionar mucho sobre temas que tenía muy interiorizados y muy asegurados en mi forma de pensar y que de repente he dicho “uy pues a lo mejor esto puede verse de otra forma”
Bueno bueno, arrancamos motores con esta reseña... El argumento de este libro se puede resumir en las frases: "¿Y ahora qué? ¿Vamos a tener que firmar un contrato para poder tener relaciones sexuales?".
La autora muestra un claro desconocimiento de la procedencia del lema "solo sí es sí" y una clara confusión de terminologías y conceptos.
Por un lado, argumenta que bajo este lema se pretende relegar a las mujeres a un plano sexual más afectuoso privándolas de otras prácticas sexuales como puede ser el BDSM; *que yo me pregunto, qué tendrán que ver las peras con las manzanas. Tremendo disparate*.
Critica que la ley entiende el sexo como algo peligroso, lo que priva a las mujeres de libertad sexual y nos acerca al estereotipo de mujeres frágiles. Y que el Estado, a través de la legislación de la violencia sexual, actúa de manera paternalista con nosotras. También considera que uno de los problemas es que la violencia sexual se está dando por hecho como la norma y no como casos aislados. *Por favor, se pueden imaginar mi cara de payasa. ¿Tú me estás vacilando?*
En la misma línea, el concepto de consentimiento que argumenta deja mucho que desear ("Si consentir ha de ser sinónimo de desear, entonces un sexo no deseado, un sexo no satisfactorio o un mal sexo tienen entrada en el campo del delito"). Además, argumenta que el derecho se extralimita en su función y que se está promoviendo un estado carcelario como forma de combatir esta problemática.
Y bueno, la reflexión con la que cierra el libro es digna de análisis: "Si esta sociedad va a prometer a las mujeres seguridad sexual a cambio de anular la interdependencia que comporta el sexo; si librarnos de la violencia va a implicar, como contrapartida, no poder atravesar la opacidad de nuestros deseos, ese pacto no merece la pena y debemos rechazarlo".
Para concluir, puedo decir que me he enriquecido de leer un ensayo de una persona con una posición tan contraria a la mía. Considero que es algo que nos ayuda a nutrir nuestras opiniones y nos permite abrir horizontes (aunque por el camino ardamos un poco en ira jajajaja).
Qué libro tan necesario y qué forma tan magnífica de contarlo. Muy interesante el enfoque desde el Derecho del deseo v. consentimiento: “Si no queremos que el Estado y la sociedad exijan a las mujeres tener solo deseos ‘buenos’ […] debemos separar el deseo del consentimiento”.
Reconforta también ver unos argumentos tan ordenados que señalan la incongruencia de usar el punitivismo como criterio de unas políticas que se postulan progresistas: “Si las izquierdas, a diferencia de las derechas, no han apostado históricamente por el castigo como vía principal para abordar los problemas sociales es porque sabemos que una estructura social -y el patriarcado lo es- nunca será juzgada en la sala de un tribunal”.