¿De qué mundo remoto nos llega esta voz extraña cargada de siglos y de juventud? Tiene la clara diafanidad del canto en las altas cimas, y no sabemos si es cerca o lejos de nosotros cuando suena en el maravilloso silencio. Y extraña como la voz es esta frágil y blonda druidesa que apenas posa sobre la tierra y tiene al andar el ritmo del vuelo. Baja de la montaña sagrada, es toda hecha de nieve y de sol de la cumbre. Arrastra el prestigio esotérico de algún antiguo culto al viento y al mar, a la tierra y al fuego.Teresa Wilms Montt inauguró su carrera literaria en la capital en 1917 publicó sus libros Inquietudes sentimentales y Los tres cantos. En agosto de ese año, Horacio Ramos Mejía, joven de 20 años y uno de los enamorados de Wilms, se suicidó frente a ella (en 1918 publicará Anuarí, poemario dedicado a él).
Teresa de las Mercedes Wilms Montt, nació el 8 de septiembre de 1893 en la ciudad de Viña del Mar, en el seno de una acomodada familia compuesta por Federico Guillermo Wilms Montt y Brieba, y su señora Luz Victoria Montt y Montt. Dado el contexto social de la época, su instrucción estuvo a cargo de institutrices y profesores particulares. Cuando Teresa tenía 17 años, contrajo matrimonio con Gustavo Balmaceda Valdés. En los años siguientes (1911 y 1913) nacieron sus dos únicas hijas, Elisa y Silvia Luz.
A poco andar el matrimonio, comenzaron las desavenencias entre Gustavo y Teresa, principalmente debido a las molestias del primero ante la personalidad de su mujer, quien había comenzado a frecuentar tertulias y ateneos y se había adscrito a los ideales anarquistas y a la masonería. Gustavo reaccionó resguardándose en el alcohol y el juego; Teresa, por su parte, en su amigo y primo de Gustavo, Vicente Balmaceda Zañartu, El Vicho (al que se referirá más tarde en su diario como Jean). Tras numerosos conflictos conyugales, traslados y cartas de Vicente Balmaceda dirigidas a Teresa, Gustavo Balmaceda convocó a un tribunal familiar, el que decretó su enclaustramiento en el Convento de la Preciosa Sangre, al que ingresó el 18 de octubre de 1915 y del que escapó en junio de 1916 con rumbo a Buenos Aires, ayudada por Vicente Huidobro. Durante su estada en el convento, comenzó a escribir su diario, en el cual consignó sus sentimientos respecto a la pérdida de sus hijas, a su separación de Vicente Balmaceda y las motivaciones de su primer intento de suicidio el 29 de marzo de 1916.
En Buenos Aires, colaboró en la revista Nosotros, en la que también lo hicieron en su oportunidad Gabriela Mistral y Ángel Cruchaga Santa María, entre otros. También, publicó su primera obra Inquietudes sentimentales, un conjunto de cincuenta poemas con rasgos surrealistas que gozó de un éxito arrollador en los círculos intelectuales de la sociedad bonaerense. Lo mismo ocurrió con Los tres cantos, obra en la que exploró el erotismo y la espiritualidad. Dos años después de esta obra, tras viajes a Barcelona y Nueva York, volvió a Buenos Aires y publicó Cuentos para hombres que todavía son niños. En él, evocó su infancia y algunas experiencias vitales, en narraciones de gran originalidad y fantasía.
En la inquietud del mármol se publicó en Barcelona y constituyó una elegía de tono lírico, compuesta por 35 fragmentos, cuyo motivo central fue la muerte. Escrita en primera persona, enfocó su interés en el rol mediatizador del amor de la vida y la muerte. También publicó Anuarí, obra inspirada en un romance que mantuvo con un joven bonaerense que se suicidó. Además, en 1922 apareció Lo que no se ha dicho, en él, se incluyen "Páginas de mi diario", "Con las manos juntas", "Los tres cantos", "Del diario de Sylvia" y "Anuarí".
Luego continuó viaje por Europa, visitando Londres y París, pero manteniendo siempre residencia en Madrid. En el año 1920 se reencontró con sus hijas en París; pero tras la partida de ellas, enfermó gravemente. En esta crisis, consumió una gran dosis de Veronal y falleció el 24 de diciembre de 1921. En las últimas páginas de su diario, escribió: "Morir, después de haber sentido todo y no ser nada...".
Una lectura breve pero que hace sentir y revivir ciertos momentos. Anuarí me hizo recordar la perdida y lo mucho que duele. Como se puede amar tanto a alguien pese a todo y como se arrastra el recuerdo.
Anoté muchas partes que me gustaron, pero en especial estas:
«Per l’amor che rimane «e a la vita resiste (y el nuestro resistirá, ¿verdad Teresa?) » «Nulla è piú dolce e triste che le cose lontane». Sí, Anuarí, «nulla è piú dolce e triste che le cose lontane». Y por eso te fuiste.
XXXI
Viniste a mí; yo no te esperaba. No esperaba a la felicidad.
Lo había perdido todo, y todo lo encontré cuando tú me tendiste los brazos.
Tómame, te dije. Seré fiel a tu corazón, y él curará con suavidades arrobadoras las heridas profundas del mío. Viviré de ti; el resplandor de tus ojos será mi luz, esconderme confiadamente en tu pecho será mi dicha; reír, cuando vea que se apartan tus labios, por el éxtasis interior; lloraré cuando tú llores, y te amaré deliciosamente halagada por tu ternura; te amaré con todo el fuego de la eterna enamorada.
XXXII
Mi vida es tuya, porque tú la has salvado para ti.
Me invitaste a mezclarme en la gran sinfonía de la Naturaleza, y cuanto ya el alma mía había vuelto a desear el sol, tú te fuiste como una sombra errante hacia la noche traidora.
Anuarí, la divina plegaria del amor vino a golpear mi corazón tan dulcemente como el batir de alas…
Amé el amor con la pasión de una frenética, y me aferré a él, porque hacía largo tiempo que corría desolada en su busca.
— 16/9/21 4☆
Se me perdieron las notas y decidí releerlo. Me encanta.
No puedo morir de dolor y es más fuerte que la misma muerte la tortura moral que revoluciona mi cerebro.
Viniste a mí; yo no te esperaba. No esperaba a la felicidad. Lo había perdido todo, y todo lo encontré cuando tú me tendiste los brazos. Tómame, te dije. Seré fiel a tu corazón, y él curará con suavidades arrobadoras las heridas profundas del mío.
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Te extraje de la sangre más noble de mi corazón y te uní a mi destino para siempre.
------------------------------------------ Seré siempre tuya. He hecho de mi cuerpo un templo, donde venero tus besos y tus caricias, con la más honda adoración.
la amo, me puso a leer el mismo libro dos veces con nombres distintos y aun así lo disfruté como si hubiese sido una primera vez T.T. Mis estándares han subido 10 pisos gracias a esta autora. Amar tanto y sentir tanto a veces te lleva a muchas cosas y estas palabran lo demuestran. Esta vez sí lo leí con Mitski y Lana del Rey de fondo porque she is so coded with that.
"Hablo con tu retrato, criatura mía, derramando sobre él cosas pueriles y profundas, como si fueran flores; lloro, río y sintiéndote en mis brazos, te canto como si hubieras nacido de mí."
Es una lectura muy breve (no llega ni a las 50 páginas), pero casi todas las frases de este libro de prosa poética están hechos para ser subrayados.
Teresa Wilms Montt tiene una pluma desgarradora, en la que cada frase se siente como una puñalada al pecho hacia ella misma.
"Anuarí" es tanto el lamento de una mujer por la pérdida de su amado como la incertidumbre de pensar si pudo haber evitado ese final. Recordemos que este libro está dedicado a Horacio Ramos Mejía, el chico que se suicidó delante de Teresa Wilms Montt, así que puede haber varias interpretaciones al respecto del objetivo del libro.
35 poemas de dolor y pérdida dedicados a Anuarí, amante de la autora que cometió suicidio debido a no sentirse correspondido en la intensidad de su amor, sin embargo, no puede caber duda de la existencia de dichos sentimientos por parte de Teresa tras leer el sufrimiento tan bellamente escrito de este poemario
“Solo existe una verdad tan grande como el sol: la muerte” ¿Alguien sabe por qué este libro es el mismo que En la quietud del mármol? Solo por eso van 4 estrellas, pero como sea, es sublime.
«Tú, que eras su luz te has extinguido como un fuego fatuo en las ondas del mar. (...) Contemplo mi juventud como una rosa abierta, y desprecio la morbidez que se brinda pagana, provocadora, impúdica, desafiando a mi dolor que se esconde acongojado y tímido. No; ya no vendrás para arrancar de mi cuerpo la nota lírica y vibrante del espasmo, el sollozo entrecortado del placer.»
Teresa inicia «Anuarí», dedicándole a un misterioso Horacio Ramos Mejía. 1918.
La poesía recorre su propio camino entre melodías y versos prepauteados, pensados con propósito y métrica. En la lírica de Teresa Wilms en este poemario es común hallar figuras melancólicas causadas por el dolor de la pérdida de Anuarí: «En la oscuridad de mi pensamiento veo surgir tu imagen envuelta en el misterio de la muerte, con la pavorosa aureola de un más allá desconocido. Te llamo, toda el alma reconcentrada en ti; te llamo y me parece que se rasgan las sombras a tu paso alado, como el de ave herida en pleno vuelo.», VII. poema.
Treinta y cinco, poemas en prosa caracterizan este poemario, desde el dolor y la grieta.
__ Escribo en www.ladonnabohemien.wordpress.com y en mi cuenta de Instagram @lecturasdelabruja publico viajes, bohemia, fotografía y escritura. Por supuesto, Feminismo para todxs. 🔮
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Poeta chilena del Sigo XX, que se enfrenta con sus dolores a vivir un duelo inesperado de Anuarí, un joven de 18 años que se suicidó delante de ella. Personalmente amé sus versos acogedores y tiernos, que también, a su vez están cargados de nostalgia por perder al ser amado. Describe con su propio historia las etapas del duelo, con ambivalencias que hacen naufragar por dolor, la rabia y el amor.
Teresa sufre en cada poema y es posible distinguir cómo va evolucionando su duelo a lo largo del libro y por ende, se evidencia el paso del tiempo. La escritura de Teresa siempre me parece maravillosa y trágica, su mente inquieta e inteligente daba paso a una sensibilidad por la vida, que convergía en muerte y ausencia, en la pérdida de todo aquello que ella consideraba precioso y amado.
Primera vez que leo a Teresa, una escritora muy potente con una prosa que cala emociones y hace temblar en el buen sentido de la palabra la estabilidad emocional del lector. Un libro en el que se lee duelo y muerte de principio a fin. Asi lo deja en manifiesto, sus emociones impresas, emociones que a veces coinciden con la del lector.
Se siente su dolor en cada verso. Teresa escribió esos poemas para su amado que se suicidó delante de ella, y al leer sientes esa desesperación de perder a alguien y perderse junto en un túnel oscuro y sin salida.
Leer a Teresa siempre es interesante, fue una mujer que se adelantó a su tiempo, incomprendida y prejuzgada. Todos los poemas de este libro fueron escritos desde la agonía, desde la tristeza y desesperación.
hermosos los versos que escribe esta autora ❤️ me encantó, tiene una manera increíble de transportarte a lo que ella va sintiendo a medida que escribe!!