Después de siete años sin escribir ficción, Casciari ve acorralada a su propia pereza con un desafío: escribir un cuento nuevo todos los viernes por la mañana con una serie de reglas inquebrantables.
No puede pensar en el cuento antes, ni tener borradores preparados, porque el tema de cada relato es aportado por oyentes de radio y el autor no tiene permitido modificar la consigna.
Una vez recibidos los ingredientes de la trama, Casciari tiene una hora y media para redactar, corregir y editar. Y otra media hora para leer la historia en voz alta frente a sus lectores. Este libro es el resultado de ese esfuerzo literario inútil.
«Cuentos contra reloj» es el decimocuarto libro de relatos de Hernán Casciari, y el décimo volumen de cuentos escrito con los borradores a la vista del lector.
Quizás algunos conocen la historia y otros no; por las dudas acá va: Casciari tuvo un infarto en 2015, dejó de fumar y desde entonces no pudo escribir más. La magia estaba, pero no disfrutaba del arte de sentarse a contar historias escritas. Hasta que llegó el Mundial, y cuando Argentina salió campeón del mundo, se despachó con un cuento que rompió la barrera autoimpuesta y volvió a escribir. Este libro contiene esos cuentos que Casciari escribió durante un año y el resultado es francamente brillante. Las historias son una mejor que la otra y, como siempre, te dejan con ganas de seguir leyendo. “El gordo” lo hizo de nuevo.
gordo hijo de re mil puta, no tengo palabras para describirte lo que tu escritura me hace sentir. quisiera borrarme la memoria y leer cada cuento de cero nuevamente para saborear cada expresión y cada giro de trama como si fuese la primera vez que lo leo (y eso que he tenido que releer algunos cuentos que no podía creerlos). leerte es como leer a mi viejo, simple, familiar, cotidiano, con mucho significado detrás de cada palabra y acción.
Este gordo es un desgraciado, hace lo que quiere con el lector. Te engatusa, no sabés si te miente o te dice la verdad, te hace llorar, te hace reír, te hace enojar y a veces te deja de la cara. No necesita consagrarse porque ya lo hizo, se maneja con la impunidad de quién sabe que la pluma está de su lado. Que placer haberlo descubierto y que placer que haya vuelto a escribir.
Qué tipo, Casciari. Con tan poco y en tan pocas páginas cada relato te llena de sensaciones. La mayoría de los cuentos los terminé de leer con piel de gallina. Y en la mayoría tuve carcajadas y ganas de llorar.
Escribo esto con lágrimas en los ojos, habiendo terminado hace unos minutos este libro.
He leído muchos otros libros de Casciari pero este es el que más me gusto. Ya de por sí la premisa sobre la cual los fue escribiendo me pareció genial.
Pero a pesar de correr contra el reloj en la radio, Casciari le pone un tremendo corazón a cada cuento y lo logra hacer en pocas páginas. Por más cortos que sean estos cuentos (cosa que me encanta), traen consigo una calidad inmensa.
Y como si eso no fuera poco, cada uno tiene su QR para escucharlo narrado, así volvés a llorar o reir otra vez. Asique ya saben: lean y/o escuchen, botella de agua y pañuelitos al lado.
Está excelente la premisa, están muy buenos la mayoría de los cuentos...y además podés ir a la versión narrada del día de la radio en un qr. Saber que están hechos en menos de 2 horas le da un condimento extra.