En defensa de la filosofía y contra la manipulación de nuestras emociones
Vivimos en una sociedad en la que la tecnología cada vez tiene más protagonismo, donde impera el ruido permanente, la hiperestimulación constante y una violenta rapidez. Un mundo en el que la silenciosa dominación de nuestras emociones gobierna todos los ámbitos de nuestra vida. Ante esta realidad, el presente libro propone una filosofía de la resistencia que nos permita cultivar el cuidado de la atención, plantar cara a esa emotiocracia (dictadura de las emociones) y que nos empuje a desarrollar con compromiso una nueva manera de desear con el fin de ser más conscientes y responsablemente libres frente a los malestarescontemporáneos. Pensar y actuar: una revolución intelectual que pasa por dejar de observar la realidad como sujetos pasivos para tomarla en nuestras manos como agentes activos y poder pensarla, sí, pero, sobre todo, transformarla.
Un 10. Oda al pensamiento y las humanidades. Crítica a la venta que hacemos cada día de nuestra atención a las redes&trepas. La resistencia siempre será poder pensar.
No suelo leer ensayos, pero la verdad es que este me ha sorprendido bastante. El autor es profesor mío y nunca pensé que reflejaría tan bien los temas de los que trata, que en específico se tratan desde un punto de vista que busca ayudar a los jóvenes, tanto en los estudios como en el ámbito personal.
En este interesante ensayo, el autor nos plantea una filosofía de la resistencia crítica y comprometida frente a los malestares contemporáneos que nos alejan de nuestra capacidad de pensar y actuar libremente. Todo ello, lo hace con una escritura profunda pero ágil y clara.
A Carlos Javier González lo he leído varias veces en la revista Ethic, sus artículos allí son bastante esclarecedores y muy buenos, soy fan de su trabajo, este libro condensa a la perfección todas las ideas y argumentos que has gozado el filósofo a lo largo de los años, en el prólogo el autor nos muestra la importancia del oficio del profesor para enseñar, educar y acompañar, donde los estudiantes deben apoyarse en nosotros enseñando ante todo que hay diversidad en este mundo, imperando siempre la pasión con que enseñemos.
En la introducción, el autor nos habla sobre la importancia de un individuo activo que debe decidir qué hacer, o sea, tomar parte activa de la vida. El problema es que existe un pensamiento muy individualista en nuestra sociedad que olvida la dimensión social de muchos de nuestros problemas, retomando al filósofo Mark Fisher, se ha privatizado el estrés donde todo el fracaso sé no lo atribuye a nosotros, el autor vuelve a reiterar el gran énfasis que se le da al individuo como el promotor de su éxito o fracaso, se centra tanto en este sujeto que se olvida de las muchas desigualdades e injusticias que tienen un carácter social.
Empezamos con la primera parte, filosofía, donde el autor nos invita a enseñar la filosofía en las aulas, importante encontrarnos con los demás y compartir nuestras palabras e ideas, se usa la filosofía como una herramienta para pensar y cuestionar, puesto que la sociedad nos quiere residentes y productivos. Para vivir significa que hay que tomar partido, no debemos mostrar desinterés a muchas de las problemáticas sociales que aquejan en nuestro mundo.
El segundo capítulo no sabrá de las dinámicas de autoexigencia y competitividad, hora en la que se introducen a los niños ideas laborales, por lo que ahora deben gestionar sus emociones, es así que el estrés se relaciona con la felicidad innecesario, frente a este mundo estresante surge la autoayuda y la atención plena como una forma de resistir al ritmo exigido, aquí lo importante es cuestionar el porqué estamos en una sociedad llena de incertidumbre y volátil, porque no podemos gestionar el estrés sin reflexionar las causas sistemáticas que nos producen esa problemática. Se ha puesto demasiado énfasis en el crecimiento económico sin tener en cuenta el costo mental que eso supone, otra problemática que está ocurriendo en la actualidad es patologizar todo lo que nos está pasando, con ello pensamos que es normal estar enfermos mentalmente a causa de la sociedad líquida en la que vivimos, nuevamente González nos invita a cuestionar el origen de nuestros sufrimientos.
Otra cosa imperante en la sociedad en día es la necesidad de ser fit, si bien hacer deporte tiene muchos beneficios no hay que obsesionarse con nuestra imagen corporal o alcanzar estándares físicos inalcanzables, el consumo de bebidas energéticas es otra prueba de cómo debemos ser productivo a cada hora, donde incluso los problemas de sueño están relacionados con esa sociedad hiperproductiva el aumento de los suicidios y el crecimiento en los números de casos de personas con depresión no nos muestra lo doloroso que en nuestra sociedad actual, reflejando la pérdida de vínculos sociales importantes para prevenir aquellas problemáticas, buscamos formas de aliviar ese dolor emocional por medio de la autoayuda o la atención plena, necesitamos zona acciones para cambiar el mundo no para soportarlo.
El tercer capítulo se nos afirma que el individualismo y el narcisismo es algo muy común en nuestras sociedades actuales, dentro de esta sociedad estamos tan cegados que solo reaccionamos y no actuamos, el crecimiento personal también es una forma de centrarnos tanto en nosotros mismos bajo el lema si quieres, pues el problema es que muchas problemáticas tienen un trasfondo colectivo y no se pueden solucionar solo de manera individual, debemos pensar más los problemas desde ámbitos políticos, económicos, sociales y estructurales, en vez de centrarnos tanto en el individuo, puesto que impera la tesis, de que si nos sentimos bien con nosotros mismos no importa que todo nuestro mundo alrededor se destruya, relacionamos el que nos vaya mal en el trabajo por culpa nuestra, es así que los trabajadores de ahora ante la explotación ven el consumo y el goce de su tiempo de ocio como una forma de aliviar ese dolor.
El cuarto capítulo nos habla de la importancia de las comunidades y de la cercanía con los otros, algo muy común en épocas anteriores, el problema es que en día impera mucho la idea de buscar personas vitaminas, es decir, personas que nos aporten algo para nuestra felicidad algo muy egoísta, dado que rechazamos todo lo distinto, debemos centrarnos en la lucha política, y dejar de lado pensar que los vínculos sociales son efímeros y reemplazables, otra cosa que El Mundo normalizado es el uso de pantallas y que toda nuestra vida debe ser acelerada, también se nos ha vendido la idea de que no podemos arreglar nada, que lo único que podemos hacer es consolarnos por medio de un libro de autoayuda, una meditación y consumir cualquier tipo de producto fugaz. El problema es que las desigualdades aún persisten y debemos darnos cuenta de ellas.
El quinto capítulo se centra en la atención, donde nuevamente se nos dice la normalización de la adicción a las pantallas que está ocurriendo actualmente lo cual está relacionado con problemas de sueños por culpa de las redes sociales, es así que surge la atención como una forma de resistencia, dado que los contenidos expuestos en estas redes están hechas para estarnos conectados más tiempo en el celular, también se nos ha quitado nuestro tiempo de ocio, ya que en este tiempo se nos ha dicho que debemos ser productivos, en últimas el autor nos invita a que debemos permanecer y estar atentos.
El sexto capítulo empieza con la importancia de los lazos de la solidaridad y la colaboración, El Mundo tan veloz hace que también implique una lectura de libros velozmente sin mucha profundidad, el problema es que la rapidez no es muy buena para tomar conciencia y pensar de manera profunda, el problema actualmente es que no hay tiempo para pensar, ni siquiera nos invitan a pensar, ya que nos venden fórmulas fáciles para hacer algo o nos brindan sencillos pasos para ser supuestamente felices, el problema es que cada vez se pierden más los espacios sociales para compartir con el otro se vuelven en no lugares, o en lugares de tránsito, también se ha vuelto a tomar la idea el estoicismo donde se le echa al individuo toda la culpa de sus males. El problema también de centrarnos tanto en el conocimiento interno es que olvidamos a las personas a nuestro alrededor, pero, si nos conocemos primero, debemos ayudar a otros. Finalizamos este capítulo sobre cómo hemos perdido también la capacidad de espera y silencio.
Pasamos a la segunda parte resistencia, González nos afirma que existe un espacio de inmersión digital donde se colma de pantallas y sonidos, hola dónde si hay una desconexión digital esta se hace por miedo de técnicas de gestión emocional, otra gran obsesión que existe en nuestros jóvenes es por el dinero, no viéndolo como un medio sino más bien como un fin, lo que deberíamos hacer es en señalar nuestros hijos la capacidad de ser libres e independientes, tampoco podemos quedarnos aislados escuchando a nosotros mismos, deberíamos escuchar también a la sociedad y sus problemáticas, se nos habla de una constante búsqueda de la felicidad pese a nuestra precariedad emocional.
En el segundo capítulo de esta segunda parte, se nos habla de cómo las inteligencias artificiales y los algoritmos nos controlan a nosotros y dominan nuestras emociones, creemos que la única realidad válida es la que está en el mundo digital, nuestra capacidad de elegir también ha sido delegada a políticos y empresarios, estas empresas nos han moldeado creando unos intereses y deseos que muchas veces no queremos, lo importante es que debemos darnos de nuestra coacción autoinfligida, porque no puede haber una felicidad particular sin un contexto de comunidad, ya que basado en un artículo publicado en la revista Nature, la felicidad de mirarse más en aspectos sociales, políticos y culturales, por lo que vemos es cuestionar la causa de nuestras molestias, no debemos permitir que se nos arrebate nuestra capacidad de pensar y actuar por ser meros espectadores a la espera de algún día poder ser supuestamente felices.
No debemos aceptar que siempre debemos convivir con el sufrimiento y sentirnos mal porque así es el mundo y no se puede hacer nada más, se nos etiquetan como depresivos o ansiosos como una forma de sentirnos bien y luego seguir produciendo, también existe la falsa idea de que hemos de buscar nuestra mejor versión como si todo dependiera de nosotros, otra falsa idea es que debemos salir de nuestra zona de confort cuando muchas veces ni siquiera en las personas tienen una zona buena donde vivir, también se derriba el mito de la meritocracia, puesto que muchas de las conquistas sociales que se han logrado a lo largo de la historia pasan por medio del pensamiento activo y disidente.
En el siguiente capítulo se nos habla de cómo la felicidad se vende como un producto o una receta, en la que las redes sociales nos venden un ideal de felicidad, un ideal que es egoísta, puesto que se olvida el dolor general por el que está pasando la sociedad, el problema es que según Aristóteles la felicidad solo es un camino, y una forma de mostrar resistencia es saber a qué prestar atención, las técnicas de atención plena lo único que hacen es ayudarnos a soportar nuestro malestar, lo que vamos a hacer es usar el pesimismo para tomar conciencia del mal que nos aqueja, y es que ya hemos normalizado la precarización laboral y las desigualdades económicas, y es que no puede haber felicidad si no se resuelven las problemáticas que aquejan al mundo.
Llegamos así al último capítulo donde nos habla sobre la importancia de la enseñanza de la filosofía pese a que cada vez más se intenta reducir las horas que se imparten de esta en los centros educativos, así el autor concluye la importancia del conocimiento para resistir. El libro pese a que muchas veces repite las mismas ideas y en algunas partes puede ser muy técnico a la hora de esbozar los argumentos el autor, mostrando una clara sabiduría en el ámbito de la filosofía no deja de ser un libro que se debe leer para cualquier persona.
Es un libro bien logrado; expone ideas que como lector uno ha sospechado pero no ha podido expresar claramente en palabras, esto relacionado a los malestares que persisten en la sociedad actual donde predomina el hiperconsumo, la pantallización de nuestras vidas y la tiranía "felicifoide". Pero siento que peca un poco al abordar hasta el cansancio del lector la idea de que "el gobierno emocional quiere robarnos nuestra atención y que debemos asumir un papel activo contra los dispositivos de control disfrazados de bienestar y conexión permanente". En cada capítulo, a pesar de la variedad de lo que se quiere exponer (que resulta interesante cuanto menos), se repite una y otra vez la misma idea y resulta un poco trillado. De resto, creo que puede ser un gran libro iniciático para las personas que quieren conocer el estado actual del mundo y, sobre todo, de la era digital en la que nos estamos desenvolviendo.
Es la visión más accesible de la serenidad heideggeriana en concreto de los peligros de diluirnos en la técnica y todos los dispositivos ideológicos que aguardan y nos someten en nuestra contemporaneidad. No podemos dejar diluirnos ante la técnica porque perdemos lo más genuino del ser humano, la capacidad de relacionarnos de formar comunidad, y de generar paradigmas morales que configuran una convivencia basada en un modelo de serenidad que articula circuitos democráticos plurales. La distracción ante la técnica es fundamental para lograr este fin , sobre todo para alcanzar un modelo de ciudadanía que no se diluya en subordinación a un paradigma productivo burocrático que nos distancia y nos atomiza de lo que debe ser un ideal de democracia plural y resistente que aboga por modelos de transformación social donde la cercanía de los cuerpos son fundamentales frente a la diluida técnica que nos distancia de esa agora que habilita los espacios democráticos, y a su vez de todas esas herramientas que permiten en el contexto de la docencia que el alumnado promocione hacia un modelo de ciudadania critica y comprometida con su comunidad , frente a esas promesas metafisicas de felicidad que parasitan no solo nuestras vidas sino la salud de nuestros sistemas democráticos.
Ensayo lúcido y fino sobre algo que muchos ya intuimos o sabemos pero no queremos llegar a ver, la situación a la que está llevando a adultos y jóvenes el imperio de las pantallas, la base sobre la que funcionan las redes sociales, y la consecuente sedación y pasividad, efecto de la inmediatez y uso que hacemos diario de dispositivos digitales. No estoy de acuerdo con todas las opiniones pero supongo que es difícil y raro estarlo con un análisis tan profundo y lleno de referencias , aunque en general creo es muy acertado. Me parece interesante que el autor se dedique a la docencia y lo expuesto se haga desde la experiencia real de la cercanía sobre todo con los jóvenes y adolescentes aunque creo que hay poca diferencia con la problemática causada de este modo de vida en adultos. Es difícil catalogar un libro así pero creo que se hace casi necesario una visión y análisis como el de este libro, en un tono nada académico, cercano para todos los públicos.
Libro que leí a cargo de una opinión. El libro desvela una realidad clarividente (aunque lo haga de forma repetitiva y redundante en algunas ocasiones), aunque no va al origen del mal que crítica desde un punto de vista de las ideas (supongo que porque es un libro orientado a jóvenes). Creo que no dice nada nuevo y que se podría haber quedado perfectamente en 100 pag de una forma más esquematizada de las ideas. Su tesis de llevar todo a la política, aparte de idealista, es absurda, al igual que el uso del lenguaje posmodernista que hace de ciertas cuestiones. Con las condiciones que tenemos hoy día es absurdo ese concepto al igual que hablar de polis en ciudades de cientos de miles de personas. ¿ Por qué no propone un mediterráneo y una cultura hispana frente a la anglosfera causante de esos problemas? No es un manual de autoayuda pero más allá de abrir los ojos a alguien que sienta estas patologías modernas carece de algún valor intelectual en las ideas.
"La resistencia, hoy, consiste en establecerse con firmeza como sujetos con un juicio autónomo, formado a través del inexcusable y comprometido ejercicio de un pensar lúcido y discrepante". Esta lectura ha sido un pequeño rayo de esperanza sobre mi cansancio con la humanidad. No podré ir zarandeando a la gente y pedirle que piense de verdad y en profundidad y actúe en consecuencia, pero al menos he salido reforzada para seguir haciéndolo yo. Algunas ideas ya estaban en mi cabeza y me ha encantado verlas tan bien plasmadas, otras me han pillado más desprevenida y me han hecho ver nuevas caras de lo cotidiano. Aunque a veces creo que estira demasiado algunas reflexiones, no se vuelve una lectura pesada. Ojalá llegue a más jóvenes perdidos.
Es un ensayo que debería leer todo el mundo, Carlos expresa bastante bien el tipo de sociedad en la que estamos viviendo. El único pero que le pongo es que puede resultar redundante en varios temas.
Las redes sociales y internet en buenas manos nos podían haber unido más y la realidad es que están en manos de millonarios que fomentan el individualismo y el consumismo más extremo. Algo que echo de menos de los 90 es que las relaciones personales eran más humanas y ahora todo gira alrededor de las pantallas. Bauman ya avisó de la sociedad líquida o capitalista que venía y acertó de lleno.
“Quien hoy reconquista su atención recobra, con ello, su poder para decidir con libertad. El problema no es lo que hacemos con las pantallas, sino lo que dejamos de hacer cuando estamos tras ellas. Es un coste de oportunidad que no nos podemos permitir, a riesgo de quedar expropiados de nuestra acción y, por tanto, del mundo tal y como deseamos configurarlo.”
Frente a la manipulación emocional y el individualismo, el valor de la filosofía de la resistencia y las humanidades para pensar, desear y actuar libremente, de forma comprometida y en comunidad, en este sensacional ensayo de @aspirar_al_uno (@eddestino), de imprescindible lectura.
Buena lectura para estos tiempos de pantallas. Debemos pensar en lo que nos perdemos cuando estamos ante la pantalla. Dejar un tiempo para pensar. El consumo no ha de ser el motor de nuestra vida. Recomendable para padres y madres.
Un buen libro para poner de manifiesto los problemas que nos hacen vivir peor el día de hoy, y los mecanismos que existen para, en lugar de solventarlo y vivir mejor, seguir contribuyendo a este sistema roto. El hecho de que el autor sea docente le da un buen punto.