Con una prosa ágil y cuidada al detalle, la primera novela de Enrique Aparicio sorprende por su naturalidad y retrata con delicadeza y emotividad la búsqueda de pertenencia de alguien a quien convencieron de que tenía que marcharse para encontrar su sitio.
Valentín lleva un lustro y medio viviendo en Madrid. Allí ha estudiado y ha podido vivir como el marica desacomplejado que es, pero la crisis económica le obliga a regresar a su pueblo, Baratrillo de la Mancha. Huyó a la capital para convertirse en un exitoso publicista, pero en el verano de 2013 el mercado laboral está en punto muerto y sus sueños quedan cada vez más lejos. Tras años de vida frenética y libre, vuelve a un lugar donde los miedos del pasado siguen vigentes, donde, como en su adolescencia, teme salir a la calle y cruzarse con la mirada de los demás.
Sin embargo, este tiempo en suspenso también le permitirá descubrir historias de resistencia en su propio entorno y modelos de vida de otras épocas y circunstancias. Los de personas que tuvieron que pelear como él por hallar su sitio más allá de convenciones y normas.
Enrique Aparicio (Alpera, Albacete, 1989), maricón antes que persona. Periodista cultural freelance (o sea, tres veces precario), podcaster y DJ. Ganador del Premio Fungible de Relato Joven de Alcobendas en 2017 y el accésit del Premio Paco Rabal de Periodismo Cinematográfico de AISGE en 2020. Pero su mayor talento es imitar a Chiquito de la Calzada, como hizo la primera vez que se subió a un escenario con cinco años.
LA MANCHA es una novela sobre una cura de humildad, sobre un jarro de agua fría. Son muchas las historias sobre personas que dejan la vida diminuta en su pueblo de origen para triunfar, encontrarse y cobrarse lo que se le debe en la gran ciudad... pero no tantas las que cuentan lo que, a menudo, pasa después: que el pez más grande de una pecera no es más que carnaza en mar abierto. Esta historia habla de volver a casa con el rabo entre las piernas y los sueños truncados.
El protagonista de LA MANCHA dejó su pueblo, al que le une una relación compleja y algo autodestructiva, para comerse Madrid... pero, después de estudiar y de cumplir con todo lo que de él se esperaba, fue Madrid (y la crisis, y el sistema, y la precariedad) quien se lo comió a él. Así que tiene que volver a un pueblo con el que había quemado todos los puentes y reencontrarse allí con su pasado y con sus demonios, dos cosas que con frecuencia son sinónimas.
Enrique Aparicio elabora con delicadeza y con buen gusto una novela generacional llena de referencias, tan real que duele y tan transparente que encoje el alma. El autor demuestra maestría y muchas lecturas a las espaldas a la hora de construir a sus personajes y de retratar ese micromundo. Enrique Aparicio ha conseguido algo envidiable: hacer de sus debilidades su fortalezas.
he vivido el éxodo gay en mis propias carnes y también he leído bastante al respecto y la narración suele limitarse a la euforia, a la liberación. es fácil adoptar el papel de víctima exiliada y quedarse ahí pero qué sucede después? vivimos para siempre en el ostracismo, autocompadeciéndonos?
la mancha va de ese después: aquí se habla del regreso a los orígenes y de la confrontación con las faltas del pasado. esto va de darse cuenta de que quizás no somos víctimas perfectas; si acaso víctimas de nuestros propios miedos —no necesariamente infundados— que proyectamos en el exterior: en un pueblo y sus gentes.
pd: ha sido una lectura muy inmersiva: me encontré incluso al autor en el warm up y me acerqué a saludarlo!
"No fue necesario que nadie me advirtiera «по раrezcas maricón», porque ya me lo repetí yo hasta que ni hizo falta tenerlo en mente para ejecutarlo sin más, del mismo modo que tampoco te repites «respira, oxigena los pulmones, haz la digestión»".
Hay algo casi fantasmal en estas historias sobre el colapso generacional que vivimos en las que los protagonistas se cruzan con sus padres o abuelos. El mundo de los viajes a Bali, el Primavera Sound, tomar MDMA y comprar Marni x Uniqlo, ser Community Manager contra una persona que ha trabajado 14 horas al día para que puedas ir a la universidad. Fantasmas atrapados en una casa encantada que es el capitalismo posmoderno. De eso tiene mucho 'La Mancha'. Un moderno fuera de su hábitat, enfrentándose a la pregunta más aterradora del mundo moderno: ¿Quién soy si no produzco? Si has leído 'El Power Ranger Rosa' de Christo Casas vas a ver muchos puntos comunes: La estructura entre en dos tiempos, el catacrack gran ciudad vs pueblo, la historia familiar a susurros, el homosexual fuera de su ecosistema que siempre es el centro de las miradas... PERO me he comido ochocientosmillones de historias de chico conoce chica así que mariquita busca su centro reencontrándose con sus raíces me parece I DE AL. Hay un pasaje en el libro que dice: "Quería escribir... el gran texto de mi generación. (...) Y resulta que lo que me ha dado el impulso son las migajas de una historia mal barridas en casa".
Tiene un algo muy nicho (gay, una generación determinada, una posición socioeconómica concreta, la situación, léxico y sabores tan autóctonos de La Mancha más profunda) que para mi adereza y da profundidad a temas mucho más universales y que nos atraviesan a todos. Padres que solo son capaces de hablar contigo con monosílabos o con gestos como ir a recogerte. Madres que creen que eres lo mejor del mundo. La autoaceptación. La reflexión sobre que los demás no son personajes que se activan cuando aparecemos. Y que a lo mejor somos los villanos de sus historias y no lo sabemos.
Diría que si me preguntasen al 25% le daría 2 estrellas y desde estaba en las 3 estrellas pero las últimas 25 páginas me han parecido muy emocionantes como para darle 4. Le perdono que sea un poco trama-less y que a ratos se vea el trabajo de terapia que me sacaba un poco. Que recurra al Almodovarazo (un personaje sienta a dos delante de un gintonic para explicar la trama como en Los Abrazos Rotos, Volver, Todo Sobre Mi Madre, Kika etc) me ha parecido una cosa tan manchega que me ha encantado.
Como maricón criado en un pueblo manchego, me está ayudando a entenderme y a procesar cosas del pasado que se habían quedado atascadas. También es una ventana a realidades que no viví, pero me rozaron de cerca. Me gusta mucho cómo las dos historias que se cuentan se entrelazan. Termino de leerla sintiéndome todavía más manchego y más maricón que cuando la empecé.
Primer libro de 2025. Una novela preciosa sobre la crisis identitaria, la marginalidad en los pueblos, las dinámicas que nos llevan a perdernos, a alejarnos de nuestros orígenes. Lo importante que es reconectar con las raíces y el pasado familiar para entendernos a nosotras mismas. Me ha encantado. Como manchega, además, encontrar el léxico de mi tierra en un libro ha sido tan reconfortante como una tarde de sofá en casa.
por fin puedo ponerlo en mis libros leídos!!!! mi lectura favorita del trabajo sin duda alguna, un libro que llegó a mí en un momento idóneo (no soy de pueblo pero las navidades en el pueblo se sintieron un poco como esas semanas de encierro que se autoimpone el protagonista de esta novela al volver al suyo) y en el que he pensado mucho desde entonces. me gusta mucho la autoficción y sobre todo me gusta la autoficción cuando la usamos para salir de lo que estrictamente hemos sido: el autor mencionó en la presentación que el libro, en un principio, iba a ser una venganza hacia su pueblo. qué importante me parece que finalmente haya supuesto una reconciliación.
Una historia estupenda campo/ciudad marica por su compromiso ético con ambos lugares, por su voluntad de incluir todas las voces posibles (y por incluirlas con cariño y con vocación narrativa), por su sentido de la medida y del ritmo. Una alegría que este libro exista.
Estupendo libro. Deseando que llegue la reunión de mi club de lectura para escuchar lo mucho que nos ha evocado a todos. Soy un poco mayor que el narrador y cuando él volvió a su pueblo por obligación (año 2013) volví yo al mío tras anhelarlo durante bastante tiempo. Pero anteriormente también lo odié con todas mis fuerzas y he empatizado con muchísimo de lo que se narra. Todo ello más la multitud de referencias culturales, la frescura de la voz, el homenaje a las ancestras, es decir, a las mujeres q han sido siempre las sostenedoras de la vida en la Mancha -y en todo el mundo- . Muy buena lectura.
Me gustan mucho las reflexiones de Enrique en general, y aquí hay un buen racimo de ellas. Me gusta la incorporación de la segunda voz y el capítulo con el recuerdo de la prima. Una excelente primera novela de alguien que tiene mucho todavía que contar
3.5 estrellas, quizás. Me encuentro un poco dividido. Por un lado creo que el autor ha sido metódico, casi cirujano, en la escritura de La mancha, pero creo que eso se nota demasiado al leer el libro. Como decía otra reseña, "se nota la terapia" (del autor) en el personaje de Valentín, pero yo irían un poco más lejos, se ve al escritor detrás del narrador. Autoficción aparte, a veces la transparencia es total y es muy molesto.
Me costo entrar en la historia pero una vez dentro la he disfrutado como manchego que soy. Me quedo con esos silencios de los pueblos machegos que guardan cosas de las que no se quiere hablar y me quedo con una frase del libro “ donde dejé de ser pequeño para ser otra cosa que aún no entiendo del todo, pero cuyos engranajes voy encontrando en lugares en los que pensaba que era mejor no aparecer de nuevo”
Dolorosa y sanadora por todo lo que me veo reflejada en ella. Sin ser yo m4r1c0n, pero sí siendo provinciana de Albacete que huyó a Madrí y fracasó estrepitosamente; aunque esta provinciana (que sigue fracasando) en el pueblo se esconde y en la ciudad... también, pero una miaja menos. Está llena de frases para enmarcar, y a partir de ahora cantaré "ojos marrones como la mierda".
{No tengo cicatrices. Ninguna panda de críos me esperó a la salida del colegio para pegarme una paliza. Y, aún así, una presión ambiental que todos aceptábamos me tenía convencido de que eso acabaría ocurriendo porque era lo normal. Esperar el golpe, siempre esperar el golpe, con un pueblo alrededor que no mira y que no habla y que no hace nada en particular para aumentar o aliviar ese señalamiento etéreo. ¿Cómo hablar de un daño cuya materia se quedó en la garganta de quien agachó la cabeza y tragó saliva frente a una sombra? Te enseñan a temer a una sombra. Le acabas teniendo miedo a cualquier sombra. } - «No me da gusto repasar lo que llevo escrito, que me ha dao por ahí desde la última vez que escribí. Qué tonta la Ramona que se entretubo poniendo aquí sus medias ilusiones. ¿Qué pensaba que iba a pasar? Padre está decidido a que me case con el viejo ese, yo estoy decidida a que antes muerta. A ver quién puede más. Y mis hermanas mientras, ni para un lao ni para el otro. A J no se lo puedo decir. La noche de los carnavales se va a quedar como la última que pasamos, ahora lo sé. Por lo menos podré recordar siempre que una vez pudimos salir juntos por el pueblo, aunque fuera vestíos de máscara con ropa vieja de arriba abajo. De entre los trapos se nos saltaba el brillo de los ojos, creo que algunos se dieron cuenta de quién éramos. Entre unas cosas y otras ha llegao la primavera y todo huele a mies otra vez, pero ya no le veo mucho misterio a dejarlo por escrito. Cualquiera que viera mi mano escribiendo se reiría, estas grietas y estos callos no desaparecen por más fuerte que apriete el lapicero, por más veces que acaricie el cuaderno. J me regaló con él un trocico de la vida que no voy a tener, y ahora no sé si hubiera sido mejor que no lo hiciera y así no haberme asomao por la ventana de estas páginas a lo que llevo dentro.»
- {Me gustaría decir : y entonces me eché a llorar y les abracé y les pedí perdón. Pero ni una golondrina se para frente a ti cuando lo esperas ni un silencio perfeccionado toda la vida estalla en un instante dorado por mucho que lo necesites.
El torrente de emociones amaina, y leo el mensaje conjurado en los sedimentos del cauce ahora despejado que deja: esta rabia que llevas de caparazón ya no te sirve, arrójala al campo y que la deshaga la intemperie.} -
Como manchega disidente, este libro me ha hecho reír, llorar, y sobre todo, me ha hecho sentir acompañada. Me ha reconfortado al saber que no estoy sola en muchos de los sentimientos encontrados que también yo tengo respecto a mis raíces.
Me he sentido profundamente identificada con las referencias relacionales y léxicas, los miedo y las contradicciones del protagonista. También con esa visión del cariño manchego que, aunque se demuestre, nunca se dice -algo que siempre me ha molestado mucho: la falta de reconocimiento, exteriorización sentimental y asertividad del entorno en el que me he criado-. Porque es typical manchego que el cariño no se comente, sino que simplemente se trabaje y se continúe por inercia. Tiene gracia que el ‘borrón y cuenta nueva’ sea el lema de un lugar que se llama ‘la mancha’, esa que no se va por mucho que te dejes el brazo frotando con la goma de borrar.
Quizás no queden palabras para verbalizar el amor porque la mayoría de los discursos se reservan para lo ajeno. Porque en el pueblo todo se sabe. Pero este libro me ha hecho entender que, aunque eso a veces pesa mucho, también puede liberar, porque una casa con secretos nunca termina de ser un hogar.
En definitiva, este libro me ha ayudado a entenderme mejor. A mirar con más compasión lo que fui, que al final ha sido la motivación que me ha traído hasta lo que soy hoy, y reconciliarse con eso lo hace todo más sencillo.
Qué suerte tener amigos como Asier, que me conocen tan bien y sabían que justo este libro era lo que necesitaba. De lo mejor que he leído últimamente.
Podría escribir un ensayo sobre este libro y aun así no sería capaz de describir todo lo que ha significado para mí.
Aparicio escribe para todos los que hemos nacido y crecido en pueblos. Pueblos en los que todo el mundo te juzga, hablan de ti, saben lo que haces y dejas de hacer, con quién sales... Y cómo dejarlo atrás ha sido esencial para nuestro autodescubrimiento y crecimiento personal: "Qué alivio ser contemplado por unos ojos que no habían estado ahí desde siempre, qué libertad de movimientos cuando tu interlocutor no sabe cómo eres, de quién eres hijo, nieto, vecino, enemigo jurado. Primo".
También escribe sobre cómo volver activa en nosotros unas alertas que no existen en la ciudad: "Atravesar el pueblo solo se asemeja más a esos entrenamientos policiales que a veces salen por la tele, en los que un aspirante armado debe decidir en un microsegundo si las figuras que aparecen a su paso son peligrosas o no".
Sin embargo, este es también un libro sobre la vuelta al origen, la reconciliación con las raíces y la ardua labor de encajar la vida adulta que uno construye con la vida infantil, que ahora resulta ajena: "Llegar a casa de mis padres borra cualquier pericia de vida adulta, anula las capacidades de quien ha pasado casi una década puliéndose como persona funcional".
"Yo hui y ahora he vuelto, y es extraño que haya sido al regresar cuando me he dado cuenta del desgarro con el que me fui de aquí. La manera en la que desgajé mi existencia de este pueblo y este pueblo de mi existencia".
La mancha, qué decir, solo el nombre me bastó para querer leérmelo. Me he sentido identificada con esta lectura de dos maneras: como manchega y como persona del colectivo lgtb. La sensación de no pertenecer a dónde eres, de marcharte a la gran ciudad y descubrir que puedes ser tú de una manera que no podrías en tu pueblo me ha hecho conectar mucho con la lectura. Al principio me ha dado PÁNICO pensar el tener que vivir de nuevo en el pueblo y he somatizado la tristeza del protagonista como si fuese mía, pero a medida que avanza el libro y Valentín se va reconciliando con su pueblo y sus habitantes me ha parecido precioso. Darte cuenta de que a pesar de que te vayas, crezcas, vuelvas a tus orígenes y hayas cambiado, así lo hace la gente de tu entorno. También me ha encantado leer los trozos del diario de Ramona y que el autor lo haya escrito con ese hablar manchego tan típico que me hace sentir en casa. Gracias a mis amigues de Madrid por hacerme sentir en casa y gracias a la Mancha por hacerme la persona que soy!!
Cogí este libro de la seccio de novedades lgbt de la biblioteca un poco desesperada por salir del parón lector y sin tener ni idea de la forma en la que me iba a enganchar. Se nota claramente que detrás de este libro hay unas cantidades de cariño desbordantes, también de terapia y negociación con uno mismo y sus experiencias y raíces. Me gustó mucho ver al prota madurar en vivo y en directo, irse confrontando con unas ideas y barreras que construyó para protegerse y que le acaban aislando y que cambian hasta los recuerdos. Como persona que volvió hace poco a su habitación de la infancia, imposible no identificarse con muchas cosas. Y otro tema precioso: las mujeres como guardianas de la memoria.
“La nada no es La Mancha, la nada soy yo en este lugar.” . Me ha costado horrores conectar con el personaje principal, pero al terminar el libro creo que todo tenia sentido. No sé, es dificil ser un maricón en La Mancha, es dificil luchar contra el sistema y contra tus propias expectativas de la vida, es dificil darse cuenta que tus padres tambien estan viviendo por primera vez, pero siempre es facil volver, La Mancha tiene ese abrazo que se siente hogar, me voy pero nunca la dejo, yo soy La Mancha también
La prosa me ha parecido exquisita, un paseo completamente inmersivo en Baratrillo de La Mancha. Creo que todos los que pertenecemos al colectivo LGTBIQ+ y somos de zonas periféricas y rurales vamos a sentirnos identificados en muchos aspectos de este libro, con una precisión que asusta, pero que por otro lado tranquiliza al ver que las experiencias son colectivas y nos unen.
vaya viaje!! me ha sorprendido muchísimo lo alineadas que está la experiencia del prota con la mía al momento de leerlo.... siento que muy pocos libros me entienden de esta manera, para lo bello y lo no tan bonito... un beso al escritor, por todas las maricas de campo <3 no tengo palabras para tanto
Al principio pensé en darle 2 estrellas, y he terminado dándole 4. Qué pena que no sea hasta el 60% cuando despega... Un libro sobre herida generacional, vergüenza y ser gay en lo rural. He acabado llorando en el metro.
Esta lectura ha sido como un soplo de aire fresquito: amena, tierna, divertida y nostálgica. Hacía tiempo que no me enganchaba tanto a un libro, qué bien desconectar en sus paginas, simply the book I needed exactly when I needed it.
La novela parte de una premisa sencilla, pero perfectamente ejectutada: la vuelta de Valentín a su pueblo manchego, del que huyó en su día para construir un futuro más libre en Madrid, al no encontrar trabajo en la capital tras acabar los estudios.
Qué prosa más bonita, coloquial, cercana y actual. Me ha gustado mucho cómo plasma Enrique Aparicio las incongruencias de su personaje, la evolución emocional, la reconciliación y la posibilidad de convertir el pueblo en un lugar más amable para quien lo sintió tan inhóspito en la infancia y adolescencia. Qué importante dejar de guiarnos por el miedo, y qué difícil también a veces. Siempre disfruto de los artículos de Enrique y de su perspectiva, así que qué gusto leerlo en versión larga.
Me quedo con ganas de una novela sobre Ramona, Valentina y Saturnina, qué belleza la de los textos dedicados a ellas y a su historia. Qué bien encajados con la trama de Valentín.
Qué bonito ver tan puestos en valor los cuidados, la conciencia de clase y la disidencia. Una se reafirma en leer solo a mujeres y disidencias, ciertamente❤️🩹 ¿La película para cuándo?
No es la primera vez que le agradezco a la vida que me haya hecho llegar el trabajo de Enrique, y, de todo corazón, con la mayor de las ilusiones, espero, no sea la última, pues me declaro súúúúúúúper fan de esta persona. Agradezco lo bien que me lo he pasado leyendo, el entretenimiento, las ganas de enterarme de todo lo que estaba pasando en estas páginas, los ratos y paseos en los que me han acompañado. Que no es poco, ya que me ha tocado leer este librico en una época extraña y difícil (caprichosamente, algo parecida a la de Valentín). Me ha ayudado bastante a distraerme y a no caer en cucucheos mayores, a reflexionar, a valorar mejor mis privilegios y a replantearme la validez propia y ajena.
Me flipa munchismo. Siendo yo del sur, he podido imaginarme todo mucho mejor gracias a la inmensa cantidad de personas manchegas que he conocido, he querido y sigo queriendo, que a lo largo de los años me han contado tantas cosas e incluso me han invitado en varias ocasiones a territorios de esta tierra querida.
Pues eso, lo recomiendo un montón.
Enhorabuena por esta obra tan guay. Ojalá llegue a muchos ojos.
PD: la encuadernación es to bonica con esa ilustración.
Me ha encantado. Creo que cualquier persona que tenga una relación compleja con su familia y orígenes se puede ver representada aquí. A ratos tierna, a ratos oscura, a ratos patada en la cara. Esta novela es preciosa.
Alguna parte se me ha hecho bola, todo hay que decirlo, pero en general y sobre todo por cómo ha terminado me ha gustado mucho mucho. Lo mejor: dutyfree, dutyfree, DUTYFREE