"Un libro tiene que ser el hacha que rompa nuestro mar congelado" F Kafka
En el primer relato de este libro, el oficial de la penitenciaría describe con minuciosidad un refinado artefacto, del cual se siente personalmente orgulloso, que sirve para ejecutar a los condenados. Su interlocutor, el viajero sin nombre, escucha cortés mente las repugnantes explicaciones y muestra un blando desacuerdo en cuanto al uso del infernal aparato, que también comparte el nuevo comandante de la penitenciaría. La discrepancia de pareceres contraría de tal manera al oficial que este toma una cruenta resolución. La condena narra las relaciones entre un padre y un hijo y el amigo de este, que en un principio transcurren con una cierta normalidad, pero inopinadamente emprenden un camino de incomprensible desazón hasta llegar a un final de sorprendente crudeza.
Prague-born writer Franz Kafka wrote in German, and his stories, such as "The Metamorphosis" (1916), and posthumously published novels, including The Trial (1925), concern troubled individuals in a nightmarishly impersonal world.
Jewish middle-class family of this major fiction writer of the 20th century spoke German. People consider his unique body of much incomplete writing, mainly published posthumously, among the most influential in European literature.
His stories include "The Metamorphosis" (1912) and "In the Penal Colony" (1914), whereas his posthumous novels include The Trial (1925), The Castle (1926) and Amerika (1927).
Despite first language, Kafka also spoke fluent Czech. Later, Kafka acquired some knowledge of the French language and culture from Flaubert, one of his favorite authors.
Kafka first studied chemistry at the Charles-Ferdinand University of Prague but after two weeks switched to law. This study offered a range of career possibilities, which pleased his father, and required a longer course of study that gave Kafka time to take classes in German studies and art history. At the university, he joined a student club, named Lese- und Redehalle der Deutschen Studenten, which organized literary events, readings, and other activities. In the end of his first year of studies, he met Max Brod, a close friend of his throughout his life, together with the journalist Felix Weltsch, who also studied law. Kafka obtained the degree of doctor of law on 18 June 1906 and performed an obligatory year of unpaid service as law clerk for the civil and criminal courts.
Writing of Kafka attracted little attention before his death. During his lifetime, he published only a few short stories and never finished any of his novels except the very short "The Metamorphosis." Kafka wrote to Max Brod, his friend and literary executor: "Dearest Max, my last request: Everything I leave behind me ... in the way of diaries, manuscripts, letters (my own and others'), sketches, and so on, [is] to be burned unread." Brod told Kafka that he intended not to honor these wishes, but Kafka, so knowing, nevertheless consequently gave these directions specifically to Brod, who, so reasoning, overrode these wishes. Brod in fact oversaw the publication of most of work of Kafka in his possession; these works quickly began to attract attention and high critical regard.
Max Brod encountered significant difficulty in compiling notebooks of Kafka into any chronological order as Kafka started writing in the middle of notebooks, from the last towards the first, et cetera.
Kafka wrote all his published works in German except several letters in Czech to Milena Jesenská.
KAFKA, nunca me ha parecido un autor fácil de leer, requiere que te concentres, que sigas su prosa de cadencia pausada para poder entrar en la historia. En un inicio, la Colonia Penitenciaria parecería ser un relato algo aburrido e inofensivo, pero en el transcurso de pocas páginas se vuelve dueño de una intriga y sadismo único. Es un relato que trata muchos temas, habla sobre la justicia, el poder, la culpa, la condición humana y la burocracia.
Pero desde otra perspectiva la historia se vuelve desconcertante, por que trata sobre los juicios, las condenas sobre el otro, esa injusticia que es tradición, apoyada en el lema "la culpa es indudable" va más profundo que solo sobre los sistemas de justicia autoritarios y deshumanizantes, en esta alegoría, podemos ser el condenado, el oficial, el guardia o el visitante cada día de nuestras vidas. Aplicamos esa terrible máquina, condenando sin derecho a defensa a cualquiera que esté cerca y lo juzguemos.
Esta colonia penitencia puede ser a la vez nuestra vida o forma de vivir, donde seguimos ciegamente lo aprendido, esa violencia constante y vemos el dolor como medio de redención. Este único fin, esta máquina, ese sistema que es reverenciado casi con adoración y es defendido para no ser cuestionado ni cambiado, es la cárcel de una vida sin cambio. Todo el relato gira en torno a ese paradigma "la culpa es indudable, no se necesita defensa, solo condena". Ante esta situación inconcebible, la duda del narrador es visible y la haces tuya, tú deberías convetirte en el visitante, cuestionar lo absurdo de las situaciones, escapar de esa colonia penitenciaria, de los juicios sin sentido o la búsqueda del dolor como redención.
Los giros de la historia, magníficos, te mantienen espectante frente a lo vertiginoso que se vuelven las descripciones de estas sentencias, la máquina y la condena del condenado y el oficial. Puedes ver todo el absurdo que envuelve una fé ciega a un sistema coercitivo e irracional, los juicios, la culpabilidad que no admite ninguna duda, defensa o justificación. Kafka crea un alegoría hermosa de la sociedad.
P. D. El principio fundamental por el que me rijo es: la culpa siempre es indudable.
LA CONDENA
La condena de Kafka es un relato corto que se lee rápido, pero que esta cargado de una angustia existencial, trauma familiar y conflicto psicológico muy desesperanzador. La historia comienza como una interacción entre dos amigos que al vivir lejos llevan correspondencia y al pasar 3 años de distancia, Georg el protagonista, decide casarse y se sumerge en su inseguridad sobre que debería hacer. Georg se debate entre hacer lo correcto, llevar el negocio familiar, casarse, ser honesto con su amigo y cuidar a su padre después de que su madre muriera y esa profunda inseguridad y sentido de insuficiencia que es alimentada con brutalidad por todo su entorno, llevándolo a sentir una culpa absurda que le hace tomar, sin dudar, una condena llena de angustia, brutalidad y tristeza.
P. D. Así soy yo, y así debería aceptarme, se decía, no puedo convertirme en un hombre hecho a medida que quizá fuera más adecuado para la amistad de lo que yo lo soy.
Franz Kafka es un escritor único, sus relatos siempre están llenos de misterio, pero también se nota la vida dura que llevó. Otro sello indiscutible es la mala relación con su padre, sus abusos, su dolor.
El primer relato La Condena fue escrito en época de guerra. En el mismo se describe la crueldad e indiferencia humana, una máquina muy compleja cuyo único fin es torturar a personas. La sentencia de la tortura no es cuestionable, no hay juicio. Nos presenta una visión cruel del humano. Un explorador extranjero, analiza con cierta indiferencia todo el proceso de ejecución, y decide poner fin a tanta crueldad.
La Condena: es un relato corto sobre un tipo llamado George que escribe cartas a otro amigo que se encuentra en Rusia. Pero decide no contarle sus éxitos de haberse casado con una mujer guapa y adinerada, para que éste no se sienta mal. Nuevamente el personaje en discordia del relato es el padre, y en cada párrafo leemos el dolor y discordancia que se produce entre los dos personajes.
Dos historias que destacan por su giro sorprendente pero también por lo kafkiano del planteamiento. En "La condena", la redacción de una carta a un supuesto amigo y bajo influencia de un padre decrépito y dominante a la vez. En "La colonia penitenciaria", las explicaciones exhaustivas de un sádico colono a un viajero para que éste avale las excelencias de una máquina de tortura. Recomendables relatos, especialmente éste último.
A esto vine yo: a encontrar un texto que no brilla por su extensión, sino por el genio que un pequeño relato puede develar. El término “kafkiano” cada vez toma más sentido y cuando entras más y más a la obra de Kafka lo único que puedes concluir es “que kafkiano se puso esto”. Te quiero mucho, Kafka 🫶
El texto de la colonia penitenciaria es cruel, avasallador y revelador. Narra los choques violentos entre culturas, generaciones y del mismo individuo contra lo que le rodea. El texto es macabro e inquietante, en especial el final.
Siempre es bueno pasarse a saludar a mi viejo amigo Francisco y ver que sigue igual de raruno que de costumbre.
¡Qué atosigante y repulsiva En la colonia penitenciaria! Ninguno de los dos relatos es de mis cosas favoritas de él pero seguro que volveré a La condena de tanto en tanto.
Valoro los giros de trama que tienen ambos relatos puesto que no me esperaba ninguno. Además, me ha dejado reflexivo sobre como las leyes se aplican en distintas culturas.
No obstante, no he logrado conectar con la obra y a pesar de las pocas páginas que tiene, la lectura no fluye con facilidad.
Un clásico que no se despinta con el tiempo. El terror de la mentalidad fascista aún antes de la 2ª Guerra Mundial. Una premonición de mucho de lo que se vendría.
Terrible y descarnada historia. De no haber sido tan breve la hubiera abandonado en las primeras páginas. Como no tenía a mano algo para leer continué. No me gustó para nada.
por alguna razón cuando terminé ambos relatos sólo pude pensar que Mariana Enríquez escribe como Kafka (o que Kafka escribe como Mariana Enríquez).
En la Colonia Penitenciaria es un cuento que logra abrumarte y sentirte acorraladx como el viajero ante el oficial de la historia, y en el que puedes reconstruir de una manera curiosa la personalidad de un personaje que nunca aparece directame en la historia, que es el general. la relación del prisionero con el soldado también es un comic relief bastante trágico, por no decir menos. así se sintió ver Argentina, 1985.
La Condena sólo se siente como la experiencia de presenciar un ataque de esquizofrenia en el hogar luego de haber gozado de un minuto de reflexión y tranquilidad en el cuarto de unx.