Vencedor do prêmio de não ficção Latinoamerica Independiente de 2022, Sumário de plantas oficiosas: um ensaio sobre a memória da flora será editado em nove países da América Latina e chega ao Brasil com tradução de Silvia Massimini Felix. Nele, o escritor e crítico colombiano Efrén Giraldo combina uma rica iconografia a memórias pessoais, comentários literários e análise social para dar à luz um ensaio multifacetado sobre o papel das plantas em nossa vida e seu poder curativo. A um tempo erudito e irreverente, Giraldo é capaz de evocar num mesmo parágrafo Paracelso e Harry Potter, espécies raras e inventadas, uma lembrança de infância e o conceito de necropolítica de Achille Mbembe associado ao uso de agrotóxicos. O resultado é uma mescla inusitada de registros, saberes e emoções que procura dar conta da onipresença das plantas em nossa existência e mostra como elas têm muito a nos ensinar sobre a superação de traumas coletivos, inclusive o da pandemia de covid-19, período em que o livro foi escrito. Se a natureza sobrevive à ação humana é porque é mais forte e resiliente que nós e, apesar de nossas tentativas diárias de aniquilá-la, continua aí, nos provendo alimento e ar respirável. Sumário de plantas oficiosas nos faz repensar nossas ações, ao mesmo tempo em que permite imaginar uma saída, por meio da flora, para os casos em que é preciso repensar a humanidade.
Un herbario de memorias e intereses particulares. Giraldo escribe un ensayo personal que explora aspectos de las plantas y su relación con el hombre, con el arte y con él mismo como autor. Especies que viajaron y las consecuencias (a veces problemáticas) de esos desplazamientos, el herbario de Emily Dickinson como precursor de su poesía, la flora fantástica del Manuscrito Voynich y del Codex Seraphinianus, la carga política de lo vegetal en el arte conceptual, etc. son algunos de los temas de los que se ocupa.
Es uno de esos libros que son hermosos porque están escritos desde el asombro y el cariño, pero también desde una reflexión crítica. Cada tanto invita a mirar con más atención el mundo que nos rodea y, de paso, a investigar las plantas que menciona. Gracias a Giraldo, descubrí especies maravillosas como la Codariocalyx motorius, que se mueve al compás de la música, o la Hippomane mancinella, con frutos parecidos a la manzana pero que pueden ser mortales para el hombre.
Por momentos es un poco digresivo, pero eso es parte de su encanto porque cada texto crece con la libertad de las plantas silvestres, abriéndose camino según su propio criterio y alimentándose de aquello que tiene cerca.
Uno de los más bellos libros de ensayo que haya leído. La inteligencia, delicadeza y paciencia con la que Efrén zurce cada capítulo cautiva por su contenido erudito, su estilo reflexivo y por el efecto de paz y de lentitud que provoca. No es únicamente un ensayo sobre el pensamiento vegetal y nuestras relaciones con la flora y la naturaleza sino también una escritura de resistencia y raigambre semejante a la pirófita, cuya profusión se da con base en las llamas. En un texto así el cuerpo-pensamiento florece y se cultiva de maneras insospechadas.
Es sin duda uno de los libros que recopila muy bien una leve historia de la observación de la naturaleza por varias disciplinas, desde la poesía, la biología, el arte, la pintura, entre otras. No deja de sorprenderme como es que se pueden conectar tantas cosas como preguntarse ¿De dónde viene el árbol que estoy observando?
Bellísimo. Después de escuchar a Efrén en varias charlas en ferias del libro, supe que tenía que leerlo. Tiene una sensibilidad profunda sobre la mirada, el tacto, en general sobre los sentidos sutiles de las plantas y la convivencia con ellas y enlaza ese sentir con diferentes temas de interés o episodios de su vida, muy a lo nervio óptico.
a capa da edição brasileira é linda. mas não achei aqui. o livro te leva pelo mundo botânico integrado ao mundo humano, as artes, as pessoas. uma delícia de leitura. terminei e resolvi fazer um herbário.
Si bien la premisa del libro es muy interesante, considero que Efren divaga con frecuencia y no aborda tanto el tema como podría hacerlo, sin embargo si tiene una manera muy simple de transmitir sus ideas y hace llevadera la lectura.
Hemos subestimado el comportamiento de las plantas. Encerrados en nuestras conductas animales es difícil para nosotros reconocer su forma de moverse, de ser conscientes de su entorno, de su capacidad de sentir y pensar, de asociarse y crear estrategias para resistir, sobrevivir y reproducirse. Aunque somos nosotros los que dependemos de la flora. Inclusive tenemos una expresión: decimos estado vegetativo para referirnos a la ausencia de consciencia y reactividad de un ser vivo. Sin embargo, a través de la hibridación y la seducción, la flora es capaz de atravesar continentes. Sin embargo llamamos especie invasora a una planta que viene de lejos y se instala en un nuevo lugar y crece con efectos difíciles de controlar para nosotros, difíciles de predecir. En el Oriente antioqueño tenemos al ojo de poeta (Thunbergia alata). Una planta traída de África a Europa y de ahí a América por su atractivo ornamental, que ahora produce daños incalculables en el ecosistema a causa de su acelerado crecimiento, y nos sorprende en esa inesperada «Invasión de la belleza», porque estamos acostumbrados a relacionarnos con las plantas a través de su utilidad o su estética, y no a verlas como el organismo inteligente que son.
Tan móviles, tan profundas son las plantas que echan también raíz en la ficción, y cultivan a los jardineros que creen alimentar la flor. Así sucede en estos dos ejemplos: en el herbario de Emily Dickinson, quien se dedicó desde los nueve años a secar entre las hojas de sus libros centenares de flores nativas y aclimatadas, y después a pegarlas en patrones dictados por su intuición. Ese ejercicio de análisis y observación fue la semilla de muchos de los poemas que brotarían después. También en «La mata», un cuento de Tomás Carrasquilla, un mujer llamada María Engracia lo pierde todo, y abandonada hasta de las ganas de vivir recoge una planta medio muerta que cae de un carro de mudanzas, María Engracia se dedica a cuidar esa planta que crece hasta llenar su entorno y vida de esplendor. Cuando a la mujer le ofrecen venderla, ella se rehúsa, porque eso es lo que le ha devuelto a su vida una segunda oportunidad: no es ella la que posee a la planta, es la jardinera la que cultiva con cariño a la mujer.
Y esa flora que nos cultiva este ensayo se multiplica a su vez de manera fantástica: para la muestra el autor señala el Voynich (un manuscrito ilustrado, anónimo, de alrededor del siglo XV, en el que las representaciones son sobre todo de plantas y hierbas sin registro real), y el Codex Seraphinianus (una enciclopedia ilustrada de un mundo imaginario creado por el arquitecto, industrial y diseñador italiano Luigi Serafini entre 1976 y 1978, del cual el primer capítulo es todo sobre flora extraña). Dentro de esa fantasía se dan varios ejemplos más, entre ellos el de Harry Potter y la relevancia de la Herbología para el saber de los magos, y creo que pasa por alto el mundo de los Ents (esas criaturas con forma arbórea, pastores de árboles, lentos conversadores, capaces de hacer ejércitos y marchar hasta la guerra) en El señor de los anillos. También en la nota de Coleridge la prueba de la existencia de otra realidad que confundimos con los sueños es un flor [«si un hombre atravesara el Paraíso en un sueño, y le dieran una flor como prueba de que había estado allí, y si al despertar encontrara esa flor en su mano… ¿entonces, qué?»].
El árbol que abre y cierra el ensayo es un sobreviviente de Hiroshima, un alcanforero donado a la universidad EAFIT como símbolo de la paz y la reconciliación, que pasa desapercibido en el campus. Pero adentro del bosque que es este libro hay también un recorrido por la Real Expedición Botánica, la Comisión Corográfica, la orquideomanía europea, la lucha contra las drogas, por una botánica literaria a través de plantas narradas y ensayadas, entre una gran cantidad de anécdotas, recuerdos y datos más. Este ensayo es un gran bosque lleno de hojas con información frondosa que constituyen un diario alrededor de la flora para el autor; y que (con el fin de proponernos una relación más ética, amable e inteligente con las plantas) termina por sembrar y cultivar una vegetación espesa en cada lector.
me tardé años porque lo empecé a leer en pdf y se sabe que eso es lo mismo que tortura.
me gustaron mucho algunos ensayos, no todos. siento que hay muchos que empiezan con una idea y terminan con otra, y otros que son precisamente lo que él menciona: notas. sobre todo cuando habla sobre arte contemporáneo me pareció que sólo enlistaba piezas de arte colombiano que hablan sobre plantas pero no había reflexión en torno a por qué esas piezas, qué las une además del tema que tocan, o sea mejor poner las imágenes sin el texto porque a fin de cuentas en el texto no hay absolutamente nada que no pueda una pensar al ver las piezas (me pongo picky con la escritura sobre arte porque a eso me dedico lol y demasiada gente cree que escribir sobre arte = describir piezas y me dan ganas de sacarme los ojos).
otra cosa que no me gustó: yo soy una purista de los párrafos y mi humble opinión es que debieron meterle más saltos de línea a aproximadamente 50% del libro. párrafos de varias páginas que en realidad son varios en uno solo.
empieza muy bien, el ensayo de emily dickinson es lo mejor, igual cuando habla de las plantas de su familia, unos pasajes sobre su prima enferma y "lo vegetal". por lo demás 100% hicieron falta unas dos editaditas más
¿El viaje lo elegimos o nos elige? Pienso esto pues el pasado 31 de octubre del año pasado en el marco de la Catedra Nelson Mandela unam se realizó la presentación de un libro a la que llegue más por curiosidad que por realmente saber que esperar. Sumario de plantas oficiosas: un ensayo sobre la memoria de la flora, es el título que Efren Giraldo decidió para dicho libro y que en México se distribuye mediante Elefanta Editorial
En parte pensé que seria una suerte de recopilación botánica de algún tipo, pero no. El libro surge buscando un árbol durante la pandemia y se vuelve una suerte de reflexión entre algunos conceptos que giran alrededor de lo que es la flora, de manera muy libre pero interesante. Por ejemplo, cultura y medio como formas de entender la flora, no solo como entidades biologicas, también como entidades arraigadas a sentimientos e imagineria local.
Si tienen la oportunidad, léanlo, no es un libro de difícil lectura y si un caleidoscopio de ideas. Me quedo con algunas frases, como la siguiente: «Quizas toda flora, aún la que vive en nuestra cabeza, merece nuestro cuidado».
Creo que no tener expectativas de mis lecturas (es decir, simplemente lanzarme a leer) hace que disfrute mucho de leer. Este ensayo fue casualidad, lo encontré en Xalapa. El autor expone muchos temas políticos, sociales, literarios y artísticos a través de un centro: las plantas. Bajo una amplia perspectiva simbólica comienza a lanzar reflexiones y datos que giran entorno al mundo vegetal. Es una prosa muy bonita y cuidada, creo que hay cosas muy dispersas que obedecen a lo que menciona en la lectura: esto son notas, es un diario, un ensayo… y la verdad es que disfrute casi todo por igual. Siento que más que profundizar en cada cosa, muestra una reflexión personal que busca impulsar interés en el lector por aspectos que no se separan del mundo vegetal. Las drogas, el mercado, el lenguaje, la ciencia ficciones, la colonización, la invasión, la imitación… etc. En fin, me gustó. Hay muchas cosas que puede detonar la lectura.
Es un libro de apuntes y reflexiones sobre las plantas, un diario durante la pandemia de covid. Lo mejor del libro es la edicion de Elefanta, bellas ilustraciones. Personalmente por momentos me costaba seguir con la lectura, tal vez por la divagacion del autor, pero no deja de ser un buen libro, tal vez en una relectura conecte mas.
O livro é incrível, cheio de referências sobre o mundo vegetal, trazendo diversas perspectivas, arte, literatura, familiar, política, científica... Os capítulos são longos, então às vezes se não tiver atento a narrativa pode se perder um pouco, mas mesmo assim é uma leitura incrível.
un gran recuento vegetal de como las plantas habitan nuestro cotidiano, nuestro pasado y nuestra imaginación. muy ensayístico, quería algunos finales de vez en cuando, je