Mi Querido Papá, publicado por la Editorial Sudamericana, es una extensa carta de Sebastián, un joven de clase acomodada que descubre, por las leves pistas que dan los medios de comunicación inicialmente, y luego por una investigación que corre por su propia cuenta, el matiz que adquiere el Gobierno de Pinochet, el carácter de las declaraciones de los colaboradores más cercanos, varios de ellos amigos de su padre, con respecto a las desapariciones y violaciones a los derechos humanos que dicen desconocer, pero sobre todo, del papel que jugó su papá en esta historia ajena, angustiante, pero sobre todo reveladora.
Periodista y escritora. Ha trabajado como reportera, entrevistadora, articulista y columnista en Cosas, Apsi, Master, Caras, El Sábado, La Nación, Cuadrenos Cervantes (Madrid), Diario Al Día (Philadelphia), Ocean Drive y Vanidades Continental (Maimi). Fue profesora de la Escuela de Pedriodismo de la Universidad de Chile. Ha sido corresponsal de la BBC de Londres y las revistas Semana (Colombia) y Crisis (Argentina). Es autora de libros periodísticos, de humor y literatura. Actualmente vive en Pennsylvenia, Estados Unidos
"-Tenme confianza, papá, te dije haciendo un último esfuerzo para que tuviéramos una conversación en serio. -En la confianza está la madre del delito, me dijiste y ahí entendí que entre tú y yo más que un abismo se estaba formando un agujero negro".
El libro se lee bastante rápido, es corto y directo, por lo que se digiere con facilidad, aunque el tema que trata (más allá de que es un libro de ficción) sea denso: la dictadura de Pinochet y el rol de los civiles en ella, especialmente de quienes actuaron detrás de las cortinas, como encubridores o financistas.
El libro narra la desesperanza del protagonista y el miedo a descubrir algo que puede marcar a fuego la relación con los padres. Pero además, hay un trasfondo, que es el cómo se comportan algunas personas (por extensión, ¿parte de nuestra sociedad?) cuando se habla de las violaciones a los Derechos Humanos ocurridos en dictadura, una suerte de "efecto secundario" de lo que era importante, según estos grupos: salvar el país de las "garras marxistas"... o la economía, nunca ha quedado clara la diferencia.
Ante las violaciones a los DD.HH., se calla, se desvía, nunca se afronta, "hay que dar vuelta la página". Muchas formas de no revisar seriamente lo sucedido en esa época y en cómo se puede llegar a una reparación ante el peregrinaje y la búsqueda de los desaparecidos por parte de sus familias.
Tremendo libro. De nuevo sentí que me agarró fuerte y que me dejó ese regusto amargo de la adolescencia. Nada como despertar a la consciencia de clase (vale decir, saber que una viene de donde viene, pues) y que tú familia viva en una realidad completamente diferente. Que crea cosas tan distintas de lo que miles de otras viven a diario. Buenas reflexiones sobre el poder y sobre la responsabilidad. Me gustó mucho Tía Alicia, una de las pocas centradas en esa familia. Me quedo con un final abierto, pero puedo vislumbrar cómo va a terminar. ¿Acaso es diferente con esa generación de padres?