Adam Zagajewski es un poeta de la claridad. En sus versos asoman inviernos infinitos, sabor de hojas, arboledas y sonidos, casas como un bolsillo en un abrigo, violonchelos, aeropuertos, los vivos y los muertos, un anhelo, la memoria y, a veces, el tiempo circular. Zagajewski es asimismo un poeta visual, de palabras que son celebración del mundo y sus imágenes. Es el canto de un instante que se expande, que involucra, y en el que converge la realidad toda, epifánica y plural, siempre presente. Poeta exiliado, la suya no es, sin embargo, una poesía del exilio. Se le considera una de las figuras más relevantes y con más repercusión internacional de la nueva generación de poetas polacos y, con el libro que hoy presentamos, Acantilado empieza la publicación de su obra poética.
Adam Zagajewski was a Polish poet, novelist, translator and essayist. He was awarded the 2004 Neustadt International Prize for Literature.
The Zagajeski family was expelled from Lwów by the Ukrainians to central Poland in 1945. In 1982 he emigrated to Paris, but in 2002 he returned to Poland, and now resides in Kraków. His poem "Try To Praise The Mutilated World", printed in The New Yorker, became famous after the 9/11 attacks.
He is considered a leading poet of the Generation of '68, or Polish New Wave (Polish: Nowa fala), and one of Poland's most prominent contemporary poets.
O certo é que non me dixo moito. Aprezo do libro especialmente a claridade, cercana ao confesional, sen ser sobre o sentimento amoroso (gracias!). Pola contra, pareceume moi irregular, con poemas moi bos e outros mediocres e vacíos.
Tierra del Fuego es un libro de viaje, no un cuaderno de un viaje específico sino uno en el que cada poema capta la mirada de la voz poética, una voz que está atenta a la luz, a los espacios, a la claridad, a la historia, pero también al dolor, sobre todo el dolor ajeno. Todo lo cual Zagajewski lo hace con profunda belleza.
Un verdadero descubrimiento esta voz poética: honda, sensible, reflexiva y llena de una melancolía que conmueve también. Hay versos memorables, poemas intrigantes y metáforas que son para enmarcar. Un poeta que te llama de inmediato a sus otros poemas.
“Nuestros breves amores, durando mucho tiempo, nuestras enormes risas, ironías, triunfos, quizás en el cuartel se apaguen, en el margen del mapa, en la frontera de la imaginación. Esto son voces, cabellos de muertos. Esto eran los cronómetros de nuestro gran deseo, esto era el tiempo lleno de vacío.”
Alguien, no recuerdo quién, me recomendo a este poeta. Y rescaté esta antología en una librería de libro viejo. Son poemas llenos de melancolía y rabia. Tristeza y resignación. Solo por la pieza 'Refugiados' ya merece la pena el viaje.