Daria Petrova ottiene la cittadinanza spagnola a ventisette anni, venti dal suo arrivo nel Paese. Il romanzo descrive la crisi di identità innescata dalla nuova nazionalità, che porta Daria a rivalutare le relazioni, le circostanze e il suo legame con i due Paesi che ha chiamato casa. Il racconto della sua vita è intervallato dalla storia della migrazione della sua famiglia dalla città ucraina di Mariupol alla Spagna di un tempo, e le loro lotte per adattarsi. Un resoconto franco della solitudine e dell’allontanamento di chi si sente fuori luogo nel Paese di nascita e nel Paese in cui è cresciuto, un romanzo che rifiuta di offrire una risposta semplice a come dovrebbero sentirsi le persone immigrate rispetto alle diverse parti della loro identità.
«Siamo in milioni a vagare di paese in paese, attraversando le frontiere, credendo di essere arrivati nel posto in cui avevamo progettato di andare. Ma all’arrivo ci rendiamo conto che quella destinazione non esiste. All’arrivo ci rendiamo conto che ormai non possiamo tornare. Il posto dal quale te ne vai e quello in cui credi di tornare non sono mai lo stesso. La nostalgia consiste nell’idealizzare nella tua memoria quello che non esiste più e che può essere solo un’aspirazione, perché sai perfettamente che non potrai raggiungerlo mai più. Il fiume non è mai lo stesso. Quando noi migranti diciamo casa, a cosa ci riferiamo con precisione? Alla casa che avevamo nel paese in cui siamo nati e che poi abbiamo abbandonato? Alla casa in cui siamo migrati e in cui siamo cresciuti? Alla casa che più tardi abbiamo affittato per noi? È necessario avere coraggio per accettare il fatto di non tornare.»
Margaryta Yakovenko nació en Tokmak, Ucrania, en 1992, pero se trasladó a un pueblecito de la costa de Murcia a los siete años. Es periodista especializada en Política Internacional. Ha sido redactora y editora en PlayGround y actualmente trabaja en El País.
La joven autora española de origen ucraniano Margaryta Yakovenko (1992-) debuta en la novela con Desencajada (2020). Una historia personal sobre la emigración y las incurables heridas que provoca en las personas que se ven arrancadas de su tierra y arrojadas en otra tierra “prometida” que muchas veces no resulta ser tan espléndida como se imaginaban.
“Al igual que la pérdida de un ser querido, la migración es un duelo. Pierdes la lengua. Pierdes la cultura. Tu identidad. Tus amigos y tu familia. Tu estatus e incluso sufres la pérdida de la tierra. Lloras los paisaje y el clima.
La novela parece la propia historia novelada de la autora. Autoficción tan de moda en la actualidad, aunque con un gran componente trágico. Todo en Desencajada es pesimismo extremo, la protagonista no logra en ningún momento superar las carencias provocadas por dicha emigración: desarraigo, falta de identidad, necesidad constante de huida (el viaje inacabable), incapacidad de relacionarse, rechazo hacia su familia, problemas físicos, etc., etc. Nos golpea sin descanso con todos los sentimientos a los que se enfrenta: cansancio, hastío, nostalgia, rabia, soledad, tristeza, desamparo, desesperanza, frustración, derrota, trauma…
“Me siento con la obligación de encontrar aquello que llevo años buscando, desentrañar la nostalgia. Ir al origen de la pérdida, buscar el núcleo del dolor y despiezarlo para analizar cada una de las partes que lo contienen. Para así poder entenderlo. Para dejar de sentirlo.”
Entiendo quizás el mensaje desolador que pretende transmitir: nadie debería verse obligado a abandonar su tierra de manera involuntaria. Pero el horizonte dibujado en el texto en tan oscuro (más si cabe cuando la protagonista ha alcanzado el estatus que su familia deseaba) que quizá se comprendería mejor contraponiendo algún rayo de luz esperanzador.
“Hace tiempo que leí que un migrante no se integra plenamente hasta que se enamora de alguien que ha nacido allí donde llegó. Es mentira.”
Por otra parte, la prosa de Margaryta Yakovenko se lee con agrado. Se aprecia su doble condición de poeta y periodista en ese estilo fresco y directo, de frases cortas y certeras, con sutiles descripciones de lo cotidiano que te pone fácilmente en situación, en un conseguido juego de voces y en un uso original de recursos literarios que logran imprimir un buen ritmo a la novela.
Niezwykle przejmująca, ale i pełna błyskotliwych obserwacji książka o życiu na emigracji, poczuciu utraconej tożsamości narodowej i braku przynależności. Dla bohaterki, jedynym domem jaki zna, jest droga.
Uderza prosto w punkt. Pięknie i czule o nostalgii i tęsknocie, potrzebie przynależności oraz o odkrywaniu własnej utraconej tożsamości. Książka skupia się na jednostkowym przypadku głównej bohaterki, ale odnosi się do znacznie szerszego grona imigrantów, wygnańców, ludzi, którzy pozostają w drodze przez całe życie oraz ukazuje jak może to wpływać na emocje i relacje. Krótkie, ale przejmujące. 4,5
La primera vez que leí la literatura de Margaryta Yakovenko fue en ‘Cuadernos de Medusa II’. Mi mayor recuerdo de ese texto eran los olores, la sensación de tener las manos mojadas y llenas de jabón como su protagonista. La literatura de Margaryta Yakovenko era algo que podía tocarse, algo que te calaba. Cuando tuvimos la suerte de ser los editores de su primera novela para Caballo de Troya y después de varias reuniones nos propuso lanzarse a una historia centrada en el viaje de Ucrania a España por parte de los distintos miembros de su familia, imaginé por un momento que Yakovenko nos entregaría la novela de una periodista, pero conforme las versiones se corregían, se ampliaban y se trabajaban se acabó convirtiendo en la novela de esa misma poeta que meses atrás nos mojó las manos con jabón y con sangre. Me tocó escribir el texto de contracubierta de esta novela, y no mentí cuando dije que en ella hay algo de la mejor narrativa de Smith, de la mejor poesía de Carson —atentos a los finales, pues siempre son una daga en el pecho— y de la mejor observación atenta, cuidadosa y política de Alexievich. Además, su libro narra una experiencia única, pocas veces contada en la literatura española. Y además guarda un vínculo muy delicado con otras novelas de Caballo de Troya, lo cual, para mí, es un orgullo y una belleza. Leed a Margaryta, por favor.
Ta krótka książeczka miała w sobie wszystko, co lubię. Trafne obserwacje, piękny język, prostotę, zwięzłą treść i wzbudziła we mnie emocje. Jako osoba, która doświadczyła emigracji, nie mogłam się nie zgodzić z wnioskami głównej bohaterki. Po raz pierwszy, poczułam się zrozumiana w tej sferze mojego życia.
Bardzo polecam, nawet osobom, które na emigracji nigdy nie były. Pomoże ona wam lepiej zrozumieć bolączki osób, które opuściły swój kraj - przyczyny mogą być różne, natomiast odczucia w większości będą takie same💔
Me sentí un poco estafada cuando me di cuenta de que no era realmente una autobiografía, sino que una novela, pero después se me quitó cuando me di cuenta de que probablemente era una novela basada en datos reales - los suyos - y que esa distancia quizá fue solamente una manera de tratar de distanciarse de la parte amarga de lo sucedido. O de la alegre. Para poder escribirla. La historia de una niña que emigra con sus padres a España desde Ucrania a los siete años y que luego veinte años después se nacionaliza.
De todas formas, me pareció un libro PRECIOSO, con una pluma realmente impresionante, una cosa casi poética, muy sentimental, muy bien escrita, muy valiosa de leer, más encima en algo tan actual - y a la vez tan universal y constante en el tiempo- como son las migraciones y escrita, me da la impresión, con mucha sinceridad.
Cuatro estrellas y no cinco solamente porque no me gustó el final. No lo entendí o simplemente no me gustó, pero no puedo ponerme a pelear con él aquí por el tema spoilers.
Citas que destaqué:
1. Cuando el amor empieza a agotarse, tu vida en común entra en una nueva etapa en la que solo hay silencios contenidos. Sabes que tienes que tomar una decisión pero sigues escribiendo la lista semanal de la compra. Pueden pasar meses, a veces años. Puedes terminar de ver todos los capítulos de vuestra serie favorita y pensar que se lo dirás entonces. Pero os vais a dormir, no encendéis las luces del cabecero y al día siguiente empezáis a ver una nueva serie juntos. Se lo dirás después de esta, te dices. Después de vuestro aniversario. Después de su cumpleaños. Después de Navidad, pues ya habéis comprado el viaje sin seguro y no quieres tirar el dinero ni perderte la visita a Laos.
Luego vienen la sorpresa fingida y los reproches. "¿Esto ya lo pensabas cuando nos hicimos aquellas fotos con macacos en la selva?". Y sigues alargando el final. Lo alargas hasta que ir al supermercado y echar sus yogures favoritos en la cesta de la compra empieza a darte naúseas. Pero incluso en ese momento puedes seguir evitando dar el paso. Pides la compra por internet. Te descargas una app que te trae lo que quieras a domicilio. Hemos inventado mil formas diferentes de evitar afrontar la realidad.
2. En mis primeros verdaderos recuerdos ya nos hemos mudado al piso soviético del centro y tengo cinco años. Sé que tengo cinco años porque fue a esa edad cuando nos mudamos. Mi madre tiene veinticinco. Mi padre tiene veintinueve. En el paso hay agua caliente y calefacción pero ya no tenemos huerto ni jardín ni flores ni perro ni gato. Todas nuestras pertenencias caben en un piso de cuarenta metros cuadrados y un solo dormitorio en el que dormimos los tres, mis padres en una cama de matrimonio y yo en un sofá verde. En los armarios nos sobran perchas.
A mis padres les falta el sueldo para llegar a fin de mes. Hace tres años dejaron de pagarles. Mis padres son funcionarios, no pueden demandar a nadie por impago, no pueden querellarse contra el Gobierno. Mi madre es enfermera y cobra menos que una amiga suya que vende zapatos en el mercado. Pero mi madre está convencida de que debe seguir haciendo su trabajo aunque no le paguen hace años. Porque es su deber.
Mis padres han perdido todos sus ahorros porque el dinero se ha devaluado y ahora lo que guardaban en el banco son solo papeles con dibujos. Mis padres no van a votar aunque de pronto es un nuevo derecho que tienen. Mi padres no creen que la democracia llene neveras.
3. En casa me hago un bocadillo de salami, pan y mantequilla para cenar. Estoy cenando exactamente lo mismo que cenaría hace veinte años. Sentada en la misma cocina. Iluminada por la misma luz amarillenta. Afuera ya es de noche y las farolas no están encendidas. Tampoco lo estaban en mis recuerdos. El ahorro en la iluminación callejera siempre ha sido una medida clave en todos los gobiernos de este país. También las carreteras llenas de baches. La pintura desconchada de la fachada de Ayuntamiento y la sensación general de que todo necesita ser arreglado.
Pasear por estas calles es como volver atrás en el tiempo. No a la época en la que yo era niña, sino probablemente mucho más atrás. A la infancia de mis padres en la época de Brezhnev. A la infancia de mis abuelos en la época de Jrushev. A la infancia estalinista de mis bisabuelos. Las mismas casas grises. Las mismas personas de malhumor. El abandono. El abandono que agrieta las fachas y raja las aceras de cemento por donde crece la hierba en verano.
Margaryta Jakowenko urodziła się w 1992 roku w Mariupolu, w najmłodszym kraju ówczesnego świata. Życie w Ukrainie było trudne i biedne, więc rodzice autorki postanowili emigrować. Kiedy Margaryta miała 7 lat wyruszyli do hiszpańskiej Murcji. Po 20 latach od tego momentu Jakowenko, dziś dziennikarka El Pais, postanowiła ukryć się za Darią Kowalenko Petrową, bohaterką swojej debiutanckiej powieści, aby opowiedzieć o swoim doświadczeniu migracyjnym. „Przemieszczenie” to kolejna życiówka napisana przez debiutującą autorkę w katalogu wydawnictwa Art Rage. Tym razem jest to opowieść, która nie boi się emocji. Autorka obnaża się przed czytelnikiem i opisuje swój brak prosto z trzewi. Jednocześnie historia jest spójna, zaplanowana i ma punkt, do którego bohaterka ma dotrzeć, a czytelnik wraz z nią. Nie jakieś konkretne miejsce, ani wydarzenie. Tym punktem jest zrozumienie.
Czy po 20 latach życia w jakimś kraju, kiedy jego język staje się twoim pierwszym językiem i w końcu zasługujesz żeby stać się jego pełnoprawną obywatelką, możesz nazwać miejsce, w którym żyjesz domem? Daria zamieszkała w Hiszpanii jako dziecko, tam przeszła cały proces edukacji, tam miała pierwszą pracę i pierwszy pocałunek, ale nadal nie czuje, że jest we właściwym miejscu. Doświadczenie migracyjne to trauma, która ciągle żyje w jej ciele i umyśle - stąd problemy ze zdrowiem. Chociaż ma stabilną przyszłość, nie ma spokoju w sobie. Cały czas próbuje odnaleźć swoją tożsamość, chce gdzieś przynależeć, skądś być. Próbuje nawet cofnąć czas i wrócić na start, ale tam również przestała pasować. Jedynym wyjściem jest zaakceptowanie tego niedopasowania, tej wiecznej pogoni za horyzontem, piętna syndromu Ulissesa, który zostanie z nią na zawsze.
Nie mam żadnych doświadczeń migracyjnych, ale podejrzewam, że część przeżyć Darii/Margeryty jest uniwersalna dla wszystkich osób poszukujących szczęścia za granicą, szczególnie z krajów bloku wschodniego w tamtym okresie. Rodzice pracujący poniżej swoich kwalifikacji, wiecznie nieobecni, zaharowujący się na kilku etatach żeby zapewnić swojemu dziecku najlepszą przyszłość. Samotne i zagubione dziecko, które żyje pod presją bycia najlepszym we wszystkim, żeby nie zmarnować wysiłków rodziców i ich nie rozczarować, tak jak rozczarowujące jest nowe, wymarzone życie. Wieczne ciułanie i aspirowanie, które i tak nie pozwala osiągnąć wymarzonego statusu. Przechodzenie kolejnych etapów legalizacyjnych, mierzenie się z biurokracją i faktem, że stare systemy demokratyczne nie są wolne od patologii, wszędzie liczy się pieniądz. Wieczne ocenianie przez pryzmat pochodzenia, nawet kiedy zaczyna się odnosić sukcesy. Mówi się o tym, że dzieci szybko się adaptują, że dla nich taki wyjazd to chleb z masłem, że bez problemu przyjmą tożsamość, w której wzrastają. Margaryta Jakowenko kwestionuje te założenia i pokazuje, że w psychice dziecka migrantów może powstać wyrwa, której nie da się zalepić.
„Przemieszczenie”, jak to debiut, nie jest doskonałe. Warstwa literacka, choć widać, że autorka sprawnie posługuje się językiem, mogłaby być trochę bardziej doszlifowana, wykreśliłabym kilka porównań, które kojarzą mi się z rosyjską duszą. Ale jest tu wiele fragmentów, które poruszają, bardzo osobistych i pozwalających poczuć jak to jest żyć w skórze bohaterki. Nawet jeśli ktoś sam nie wyjeżdżał za chlebem, na pewno zna wiele takich osób, książka Jakowenko będzie ciekawym wglądem do środka migracyjnej rzeczywistości.
Podobała mi się równie mocno, jak te dwa i pół roku temu, gdy czytałam ją po raz pierwszy. Chociaż chyba nie przygotowałam się na taką dawkę nostalgii i smutku. Welcome 2025
Pertenece a ese género de los dos últimos años de mujer post-adolescente habla en primera persona de sus problemas del primer mundo y de su poco substancial trayectoria vital: Vozdevieja - post adolescente mujer andaluza . Listas, guapa, limpias - post adolescente mujer charnega. Panza de burro - post adolescente mujer canaria. Reina - post adolescente mujer transexual. Game boy - post adolescente hombre que quiere ser mujer. Desencajada - post adolescente mujer inmigrante. El género una mina para los editoriales de sesgo indie. Sin embargo, el libro no está mal y tiene algún hallazgo. Le hubiera faltado, en realidad, contar una historia y no simplemente regodearse en las circunstancias de la voz que lo narra. Le faltan horas de cocción. Post: le hubiera puesto 2 ó 3 estrellas, pero puesto que sus editores lo califican con 5 decido contrarrestar un poco.
«Somos millones los que vagamos por países, cruzando fronteras, creyendo que hemos llegado al lugar al que planeábamos ir. Pero al llegar nos damos cuenta de que no existe tal destino. Al llegar nos damos cuenta de que ya no podemos volver. El lugar del que te vas y al que crees que vuelves nunca es el mismo lugar. La nostalgia consiste en idealizar en tu memoria aquello que ya no existe y que solo puede ser ideal porque sabes perfectamente que nunca podrás volver a alcanzarlo».
Volví a leer ‘Desencajada’ y subrayé esto: «Mis padres están gritándose en voz baja. Creo que solo mis padres han desarrollado esa habilidad: gritar en susurros que rasgan el aire como latigazos.» Solo son dos frases, pero excepcionalmente inteligentes. El pasaje expone en primer lugar un conflicto dentro de otro conflicto: el rompecabezas afectivo silenciado e irresoluble, en el marco del trauma político de la migración: una pareja migrante que debería sumar fuerzas contra el enemigo común, y, sin embargo, ‘no habla el mismo idioma’. A su vez, esas líneas ilustran el, para mí, infalible estilo de su autora: narrativo y austero, pero lírico y exuberante, lo que consigue que cada frase abra en canal esta historia, como un rompehielos. ‘Avanti’. Aunque identificamos el destino con el panteón de los dioses antiguos, a menudo no somos más que una expectativa pendiente de ser cumplida. ‘Desencajada’ es, a este respecto, el relato que el destino reserva a Daria Kovalenko, quien, colapsada la Unión Soviética, abandona de niña Ucrania, y a su llegada a España debe cumplir con el rol que la Historia le ha reservado: mejorar la vida de sus padres, evitarles una decepción, prosperar desde abajo… y hacerlo con el viento en contra. Hay en ‘Desencajada’ momentos muy dolorosos y muy tristes (la piscina, el robo del vehículo, la ruptura…) y otros de una impagable hilaridad ácida (la nueva nacionalidad…). De fondo, esa batalla ‘por y contra’ el destino. Históricamente, los hombres han guerreado por una patria, por una mujer o por un patrimonio, pero la lucha de ‘Desencajada’ es, en cambio, la lucha de una amazona: la lucha por el destino de una misma. «Es hora de dejar atrás la autocompasión — leemos al final del libro — . Es hora de librarme de la culpa.» Escribir es seguir una flecha; la vida, a veces, también… Tenéis aquí la primera gran obra de una gran escritora. No os la perdáis.
„Przemieszczenie” Margaryty Yakovenko zachwyciło mnie już samym wydaniem. Piękna okładka, mniejszy format – to serio wygląda jak paszport!!
Natomiast sama książka skrywa w sobie historię Darii Kowalenko Petrowej, która w 1999 roku razem z rodzicami wyemigrowała z Mariupola w Ukrainie do Hiszpanii, a po dwudziestu latach odbiera hiszpański paszport. Obserwujemy jej rozdarcie między dwiema kulturami, brak przynależności, osamotnienie.
To przejmująca lektura o wykluczeniu społecznym i trudnościach życia w obcym i zupełnie innym kulturowo kraju. O emigracji, tęsknocie, samotności. Nostalgiczna proza, ważna i niezwykle aktualna!
,,Na płaszczyźnie prawnej moja przeszłość została wymazana. Nie miałam aktu urodzenia. Z osoby, która przyszła na świat w Ukrainie, zostały tylko resztki rozrzucone bezładnie w mojej pamięci, strzępy wspomnień. Całe moje dotychczasowe życie rozpuściło się jak kostka cukru w gorącej herbacie. Z punktu widzenia prawa jeszcze dwa tygodnie temu po prostu nie istniałam. A wszystko, co o sobie pamiętałam, też równie dobrze mogłoby nie istnieć".
„Migracja też może być chorobą. Towarzyszy jej żałoba, tak jak utracie ukochanej osoby. Tracisz język. Tracisz kulturę. Swoją tożsamość. Przyjaciół i rodzinę. Tracisz pozycję społeczną, a nawet ziemię. Opłakujesz krajobrazy i klimat. Mój ojciec jest inżynierem mechanikiem, ale także pracownikiem tymczasowym, kelnerem, murarzem i ochroniarzem. Moja matka jest pielęgniarką i pakuje cytryny, sprząta po domach i sprzedaje lody.“
5/5 ⭐️ „Migracja też może być chorobą. Towarzyszy jej żałoba, tak jak utracie ukochanej osoby. Tracisz język. Tracisz kulturę. Swoją tożsamość. Przyjaciół i rodzinę. Tracisz pozycję społeczną, a nawet ziemię. Opłakujesz krajobrazy i klimat.”
„Przemieszczenie” opowiada historię dwudziestosiedmioletniej Darii, która dwadzieścia lat wcześniej wyemigrowała z rodzicami z Ukrainy do Hiszpanii. Próbuje odnaleźć się w świecie, zrozumieć, kim jest. Wspomina swoje dotychczasowe doświadczenia, zarówno te przed jak i po wyjeździe z ojczyzny.
Przeczytałam tę książkę w trakcie podróży pociągiem. Czułam się trochę tak jakby Daria (lub autorka – Margaryta Jakowenko) siedziała na miejscu obok mnie i opowiadała mi swoją historię. Byłam cały czas zaangażowana, chciałam dowiedzieć się, czym jeszcze się ze mną podzieli. To była bardzo osobista, intymna opowieść, która momentami sprawiała, że naprawdę chciałam, żeby jej bohaterka siedziała obok mnie, abym mogła ją przytulić i w jakiś sposób pocieszyć.
Książka jest bardzo krótka, ma niecałe 130 stron. Przeczytałam ją praktycznie na raz, ale głowę mam pełną przemyśleń. Mimo że nie zajęła wiele mojego czasu, jestem pewna, że zajmie mi jeszcze wiele myśli.
Mimo że nigdy nie miałam nic wspólnego z emigracją to od jakiegoś czasu fascynuje mnie to zjawisko. Łączenie dwóch kultur, próby odnalezienia się w innej rzeczywistości, problemy z przynależnością, bo już ani jedna, ani druga kultura nie jest w pełni twoja. Ale też ciężka praca, żeby wyrabiać dobrą opinię wszystkim imigrantom. W przypadku dzieci (czyli też Darii) ta dziwna zamiana ról, kiedy dziecko, które znacznie szybciej uczy się języka niż rodzice, staje się przewodnikiem w obcym kraju, obarczone odpowiedzialnością tłumaczenia rodzicom dokumentów i załatwiania dorosłych spraw. Presja, żeby uczyć się jak najlepiej, żeby dużo w życiu osiągnąć, aby nie rozczarować rodziców, którzy harowali i zrobili wszystko, żeby ich dziecko miało lepiej niż oni. Bo przecież ich wyjazd i poświęcenie nie może pójść na marne.
Inne dzieła kultury (o bardzo rożnym charakterze), w których bardzo do mnie przemówił temat imigracji to książki „Lost In Translation” Evy Hoffman i „Clap When You Land” Elizabeth Acevedo i musical „In the Heights”.
”Przemieszczenie” to opowieść o Darii, która w wieku dziecięcym zostawia ojczystą Ukrainę, by wraz z matką dołączyć do mieszkającego już w Hiszpanii ojca. Wyjazd na “parę miesięcy, góra rok” zamienia się w stałą emigrację, czego kulminacją jest odebranie przez Darię hiszpańskiego paszportu, przyznanego po 20 latach pobytu. Przyjęcie nowego obywatelstwa kosztem ukraińskiego stanowi dla głównej bohaterki punkt wyjścia do rozważań nad tym, kim tak naprawdę jest.
Kwestia definicji własnej tożsamości przewija się przez całą książkę. Przypadek Darii to przerwane dzieciństwo wskutek emigracji rodziców, zaprzepaszczone znajomości, przyjaźnie, miłości z podwórka, skazanie na tożsamościowy niebyt, bo gdy już zaczyna zapuszczać korzenie w starym kraju, nagle musi zaczynać od zera, w obcym miejscu, obcej kulturze.
To również opowieść o tragicznym losie jej rodziców, którzy z konieczności, nie z kaprysu, decydują się na emigrację, gdyż nie widzą perspektyw w ojczyźnie ani dla siebie, ani dla swojej córki, co z kolei nakłada presję na dziecko, by odniosło, w rozumieniu rodziców, życiowy sukces. Nowa, postsowiecka rzeczywistość na wschodzie Europy wymogła na ówczesnych młodych dorosłych trudne decyzje, konsekwencjami których obarczone zostało nowe pokolenie. Sukces oznaczał pełną integrację w nowym kraju, pracę wykwalifikowaną, umysłową. Pójście w ślady rodziców oznaczałoby porażkę, co z kolei automatycznie przekreśla szanse na zachowanie pokoleniowej ciągłości.
Daria to postać, z którą, ze względu na jej przeszłość, łatwo było mi nawiązać więź, mimo że nigdy nie dane mi było doświadczyć trudów dorastania na emigracji. Pomaga w tym prowadzona z perspektywy głównej bohaterki, pierwszoosobowa narracja. Przez całą książkę przewija się wschodnioeuropejski pesymizm i poczucie beznadziei, na które jestem szczególnie wrażliwy. Koneserzy i koneserki “słowiańskiej smutnej duszy” będą zadowoleni.
Choć książkę oceniam wysoko, uważam, że autorka mogła rozpisać się ciut więcej. Szczególnie zakończenie i puenta wydają się być zbyt nagłe i oderwane od reszty. Mimo to polecam i z niecierpliwością czekam na kolejne utwory Jakowenko.
Przeczytana na raz, historia wielowymiarowa, budzącą cały wachlarz emocji. Skupiająca się na tęsknocie za ojczyzną, braku poczucia przynależności, ale też ukazująca różnice w wychowaniu w zależności od pochodzenia, czy statusu społecznoekonomicznego. Bardzo krótka, ale naprawdę wielowątkowa!
Ból wyrwania z korzeni i niechcianej emigracji, która może daje lepsze warunki do życia, ale odbiera to, co najważniejsze - poczucie bycia w domu. I ten ból bardzo było czuć przez całą książkę. Świetnie napisana.
«La migración también puede ser una enfermedad. Al igual que la pérdida de un ser querido, la migración es un duelo. Pierdes la lengua. Pierdes la cultura. Tu identidad. Tus amigos y tu familia. Tu estatus e incluso sufres la pérdida de la tierra. Lloras los paisajes y el clima.»
“Desencajada” ha sido toda una sorpresa. Empecé a leerlo sin saber qué me iba a encontrar, y a la décima página sabía que tenía entre mis manos un libro especial, diferente y memorable. Margaryta escribe, en poco más de ciento veinte páginas, una novela que se te va evaporando desde las manos a la nariz, como cuando llega la primavera y el perfume de las lilas inunda las calles. Lees y acaricias las frases que más te gustan con el dedo indice, quizá pretendiendo que la memoria táctil encapsule los escalofríos que sientes al leer esos versos tan especiales. A veces las obras nos envuelven, porque aunque sean palabras impresas en un papel, albergan vida; la que insuflas cada vez que te zambulles en la narración.
Entre estas páginas hay mucha carga política y mucho dolor, pero también hay belleza en esa forma tan poética de narrar. Y los finales, los finales son dagas que se te van clavando en el pecho. “Desencajada” es un libro que narra la vida de una familia de emigrantes ucranianos que se instalan en España. Daria Kovalenco, poseedora de la nacionalidad española después de pasar veinte años en el país, nos sumerge en el viaje de esos años. La precariedad laboral a la que se tuvo que enfrentar su familia, el sentimiento de desarraigo al no sentir como propio ningún hogar. Y, lo mejor de todo, es que en muchos momentos Daria nos interpela directamente, para darnos un curso acelerado de lo que significa ser una ucraniana que habla en ruso y castellano en una España que puede parecernos cercana y lejana a partes iguales.
Hay libros que te invitan a reflexionar, que te muestran otras realidades. Libros que están llenos de belleza y dolor. Libros, en definitiva, que merece la pena descubrir. Os invito a que leáis a Margaryta, solo pueden salir cosas buenas de esta lectura. Yo me quedo con ganas de más.
“La enfermedad que se contrae durante o después de la migración se llama síndrome de Ulises y consiste en un sentimiento profundo de desesperanza y frustración por el fracaso del proyecto migratorio o por la percepción de que por muy integrado que estes en un país, siempre serás extranjero “
El viaje hacia ninguna parte del que no se siente perteneciente a ningún lugar, quién quiere recuperar unas raíces que ya no existen y construir un futuro en un lugar que no puede llamar hogar.
Me ha encantado la escritura de Margaryta Yakovenko: a bocajarro y con un personaje que va con el corazón abierto. Desde la primera página te sumerge en la lectura donde se entrecruza la identidad, la idea de patria, la precariedad y la ansiedad, todo temas actuales. Las reflexiones que tiene sobre migración son brillantes. "El hogar del que te vas y al que vuelves nunca es el mismo".
Apasionante primer libro de Margaryta Yakovenko que supone un bofetón de soledad y nostalgia en plena cara. Con la mano abierta. Sin anestesia. El relato de la migración de una joven ucraniana con tintes autobiográficos supone el relato de una vida llena de esperanza pero con demasiadas cicatrices sangrantes. Puede que no exista la sanación, pero sí existen los refugios seguros en uno mismo y sí existe la literatura. Existe la tierra, el camino y el corazón. Y en este libro está todo.
"Una vez que te vas, ya no regresas entero. La migración te cercena el cuerpo y la mente. No puedes estar dentro y fuera pero el hecho es que estás dentro y fuera constantemente. Desgarro y desarraigo son dos palabras demasiado parecidas. Ulises tardó veinte años en volver a su patria pero el fallo del relato es que su patria continuaba impertérrita al igual que él. El fallo del relato es que nadie te dice que Ulises vuelve mutilado por el viaje tras pasar diez años en una guerra y otros diez en un barco. Nadie te dice que Ulises ya no sabe volver a casa porque ya no existe ningún lugar en el mundo que pueda sentir como casa. El final que todos merecíamos era uno en el que nos contaran que la verdadera condena de Ulises es la errancia porque él ya no sabe cómo vivir en tierra firme. Porque echa de menos el mar como yo echo de menos los aviones. Porque si el lugar en el que creces y te crías te forjan, a nosotros nos forjó el camino. Y nos hemos vuelto adictos al horizonte."
Un muy melancólico libro sobre migrar, sobre la búsqueda del hogar, el resquebrajamiento de la identidad, la soledad, la culpa. Me gustó mucho y me entristeció demasiado, el tono. De lectura fácil, ligero, corto, sobre un suceso nada sencillo. La portada, genial metáfora de lo doméstico, de lo que se rompe, de lo que no puede recuperar su forma, de lo que se expone y se desborda, y quizá, cae en el lugar equivocado. Recomiendo.
¿Qué es el hogar? Esta historia sobre desarraigo, identidad y nostalgia contesta esa pregunta. ¡Un libro estupendo! Me quedo con ganas de leer más a Margaryta Yakovenko.
Malutka książeczka. 150 stron. Ale gdy 150 stron dotyka doświadczeń czytelnika, gdy opisuje i jego życie, jego myśli, jego doświadczenia, wtedy 150 stron może złamać i rozbroić człowieka. Tak ze mną postąpiła książka "Przemieszczenie" - debiut Margaryty Jakowenko, młodej, mieszkającej w Hiszpanii, a urodzonej w Ukrainie, dziennikarki i pisarki. . Daria Kowalenko Petrowa. 27 letnia dziewczyna, urodzona w Mariupolu w Ukrainie. Pod koniec XX wieku, jako mała dziewczynka, wraz z matką, podąża za ojcem, który wyjechał za chlebem na zachód, do Hiszpanii. 20 lat później Darię, która właśnie uzyskała hiszpańskie obywatelstwo, dręczą wspomnienia i pytania o to, kim jest, i gdzie jest jej DOM. . Emigracja. Imigracja. Reemigracja. Uchodźstwo. Strumienie migracyjne. Emigrant. Imigrant. Integracja. Asymilacja. Migracja ekonomiczna. Łączenie rodzin, itd. itp... Te wyrażenia zaprzątały mi głowę jakieś 15 lat tamu, na studiach. A po studiach przyszło życie. I praktyka. Praktyka z migracji. To wszystko, co było kiedyś teorią, nagle stało się rzeczywistością. Uderzył mnie nagle fakt, że za teoriami, hasłami, wywodami, stoi człowiek. Człowiek wykorzeniony, człowiek walczący o tożsamość, o odnalezienie miejsca na świecie, człowiek, który jest najczęściej zawieszony gdzieś pomiędzy tym, co było, a tym, co jest, człowiek tęskniący zs krajem pochodzenia, ale przyzwyczajony do realiów kraju osiedlenia, człowiek zmęczony, romantyzujący mit ojczyzny... Takim człowiekiem jestem ja, jest nim też bohaterka książki Margaryty Jakowenko. Daria to kobieta zagubiona gdzieś pomiędzy tym, co było, a tym, co jest. Z nowym paszportem i starym, ukraińskim nazwiskiem, zaczyna poszukiwania własnej tożsamości, własnego ja. Rozbita po zakończeniu związku, który jej zagubionej duszy nie dawał spełnienia, szuka odpowiedzi na pytania o to, gdzie jest jej dom, czym jest miłość, i czego pragnie w życiu. "Przemieszczenie" to celna, dobra analiza uczuć i losu migrantów, ale to także książka o poszukiwaniu miłości, tożsamości, to książka o rodzinie, o rodzącym się kraju, o ucieczce i o rozczarowaniu. I nie, nie powiem Wam, że to książka wybitna. Jest to jednak bardzo solidna, bardzo dobra powieść, pełna świetnych, mądrych myśli, szczególnie na temat migracji. Ostatnim razem podobne odczucia wzbudziła we mnie powieść Milana Kundery "Niewiedza". Dla mnie to książka ważna i szczególna, polecam z całego serca. . "Dla wygnańców, emigrantów i pielgrzymów ojczyzną zawsze będzie droga. Dwiżenije to po rosyjsku ruch."