Alejandra Pizarnik inició una terapia psicoanalítica con León Ostrov a los 18 años. El tratamiento se interrumpió transcurrido poco más de un año, pero el profundo interés de ambos por la filosofía y la literatura derivó en una relación de amistad que se afianza durante los años en que Alejandra residió en Francia (1960-1964). De este período data la mayor parte de las cartas reunidas en este libro, hasta el momento inéditas. En ellas, la poeta relata su experiencia de vida parisina, las nuevas relaciones que establece (con Simone de Beauvoir, Julio Cortázar, Marguerite Duras, Octavio Paz, André Pieyre de Mandiargues, Eduardo Jonquières), la precariedad económica de los primeros tiempos, el vínculo ambivalente con su familia, los desafíos, logros y dificultades de su proceso creador, pero fundamentalmente los profundos terrores y angustias que la atraviesan en los momentos de depresión más devastadores. La confianza depositada en su ex-analista y el esfuerzo de éste por sostenerla a pesar de la distancia otorgan a estas cartas una particularidad que las distingue de muchas de las dirigidas a otros destinatarios. La presente edición incluye un Estudio Preliminar de Andrea Ostrov y un Dossier con reproducciones facsimilares de los originales de esta correspondencia.
Born in Buenos Aires to Russian parents who had fled Europe and the Nazi Holocaust, Alejandra Pizarnik was destined for literary greatness as well as an early death. She died from an ostensibly self-administered overdose of barbiturates on 25 September 1972. A few words scribbled on a slate that same month, reiterating her desire to go nowhere "but to the bottom," sum up her lifelong aspiration as a human being and as a writer. The compulsion to head for the "bottom" or "abyss" points to her desire to surrender to nothingness in an ultimate experience of ecstasy and poetic fulfillment in which life and art would be fused, albeit at her own risk. "Ojalá pudiera vivir solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo" (If I could only live in nothing but ecstasy, making the body of the poem with my body).
“Una noche se romperán los espejos, arderán las que fui y cuando despierte seré la heredera de mi cadáver.”
Alejandra Pizarnik, fundamentalmente conocida como poetiza, exploró también el universo de las letras mediante la continuidad de un diario y de correspondencia con distintos intelectuales. En este caso se nos desvelan algunos exponentes de lo segundo. Cartas es una recopilación del intercambio sostenido por la autora, mientras ésta residía en Paris, con el psicoanalista León Ostrov de Buenos Aires. Ostrov, además de terapeuta de Alejandra, fue uno de sus grandes amigos. Si bien las cartas expuestas acá finalizan en 1964, la amistad de ambos se extendió hasta el final de la vida de la escritora.
Pero hablemos de las cartas, de su contenido, de la Pizarnik que atestiguamos en ellas. París, ciudad idílica para muchos, representa para la autora un cambio de escenario en el que conoce a nuevas personas, explora nuevos lugares, se enfrenta a un trabajo rutinario y mecánico, a la experiencia de ser económicamente independiente incluso al costo de pasar ciertas penurias pero es, ante todo, un sitio en el que se perpetúa la lucha de Alejandra por encontrar un significado, por sostener la vida, por creer en ella a veces con ímpetu y por temerle a cada recoveco de ésta con igual brío.
Depresión, inseguridades, terrores, dudas. Estos son quizá cuatro de los pilares sobre los que se irgue la correspondencia de Pizarnik en estas bellamente escritas confesiones a Ostrov. Su proceso creativo nos es desvelado como periodos de intenso trabajo y rachas de incapacidad tanto de escribir como de leer, y aún así, en el sumo esfuerzo que le conllevaban incluso las letras escritas a su amigo, queda en cada una de ellas un exponente irrefutable del espíritu extraordinario de una escritora inolvidable cuya lucha por la comprensión del mundo o la mera supervivencia en éste nos maravilla y estremece. Nada puede decirse para honrar auténticamente los alcances de su alma ni la forma en que se plasmaba a sí misma a través de la pluma porque cualquier intento fallaría en reflejar su grandeza.
El género epistolar es un formato que no abordo demasiado a la hora de elegir una lectura, pero que es muy interesante para conocer a los autores en su intimidad, en la profundidad de sus sentimientos, emociones y pensamientos. En este caso, las cartas de Pizarnik desde Paris a su psicoanalista en Bs.As., un texto breve con no mucha información, pero que permite saber un poco más de la gran poeta argentina.
يتضمن الكتاب 21 رسالة من أليخاندرا بيثارنيك موجهة إلى معالجها النفسي ليون أوستروف، كما يتضمن خمسة جوابات من الأخير موجهة إلى أليخاندرا ردًا منه على بعض رسائلها.
يغلب على هذه الرسائل الطابع الأدبي والشعري، بشكل يعبر عن رغبة الكاتبة في تعميق حضورها فيما تكتبه، وكذلك يعبر عن معاناتها الداخلية، فهي تخاطب معالجها النفسي بوصفها شاعرة، وكذلك بصفتها شخص يعاني من قلق دائم من السقوط في الجنون والخوف من الموت، يقابله أمل في التشبث بالحياة عن طريق الشعر، حيث تكتب في رسالتها العاشرة ما يلي: "تستمر حياتي جيئة وذهابًا، في تيار دائم، أمل ويأس. رغبة في الموت وفي الحياة. يلتهمني النظام أحيانًا، وأحيانًا تلتهمني الفوضى. أظنني في هذه اللحظات أميل نحو الثانية. ولهذا أكتب إليك ربما."
الملاحظ في هذه الرسائل أنها تحيل في أكثر من موضع إلى يوميات الكاتبة، وذلك في لغة شعرية واحدة تسم كل كتاباتها بما فيها اليوميات التي تصفها بأنها تحولت إلى مايشبه قصيدة نثر عبثية طويلة.
الشكر للمترجمة ولدار المدى على ترجمة وتقديم كاتبة تكتب بهذه اللغة الشعرية العميقة الواحدة والمركبة، على أمل أن يتم ترجمة يومياتها قريبًا.
"Yo creo que hay algo muy complejo y difícil y terrible en la gente como yo: los que no quieren curarse y demandan ayuda: ayúdame pues no quiero que me ayuden."
"Lo que sucede es que no deja de parecerme irrisorio y sorprendente donar siete horas de mi día, donarlas así, sabiendo que la muerte existe, y muchas cosas hermosas existen, y muchas cosas terribles, y trabajar así, como si no pasara nada, como si uno no viniera a la tierra por un tiempo breve."
un acercamiento mucho más directo -aunque corto- a la cotidianidad de su vida, de sus emociones y sus pensamientos. muy lírico -porque siempre lo era, incluso escribiendo cartas- pero con con mucho menos personaje de por medio -a diferencia de los diarios, que estuvieron pulidos-
está genial para echar un vistazo -breve- al conflicto que tenía con saber que "debía" trabajar y cómo ello chocaba con su -con la de cualquiera- vocación artística, entre otros conflictos, claro.
"Una noche se romperán los espejos, arderán las que fui y cuando despierte seré la heredera de mi cadáver"
pd: hiper interesante lo que cuenta la editora, Andrea Ostrov -hija de Ostrov, con quien conversa Alejandra aquí- al inicio del libro.
Una de las mejores experiencias de mi vida. Simplemente Alejandra...
"No tengo miedo de morir, tengo miedo de esta tierra ajena, agresiva, tengo miedo del viento, tengo miedo de los árboles salvajes, nacidos porque sí y para nada. Ahora comprendo que no es posible volver a la era en que se hacía fuego con madera y piedras porque tal vez la naturaleza esté agraviada de nuestra huida y cada uno que retoma a ella se ve objeto de su odio causado por el desamparo en que la hemos dejado"
Este librito recoge las cartas parisinas entre la poeta Alejandra Pizarnik y su psicoanalista León Ostrov. Están fechadas entre 1960 y 1962 aproximadamente. Es una forma maravillosa de conocer un poco más los pensamientos de Alejandra, lo que supuso para ella cambiar de país y sus pensamientos más puros. Quizás no sean una joya de la literatura (aunque ella se afanaba en crear cartas-poemas) pero para mí ha significado mucho identificarme con ella en algunas cosas, el ver como trabajaba tanto en sus poemas y lo importante que eran para ella, en ver la relación con su familia. Es como si te hablara al oído para contarte como está. Así lo he sentido yo.
"He preguntado a mi sangre si mi vida tiene posibilidades. Y se me ha dicho que sí. Y la palabra libertad tiene sentido. Esto es lo que sentí entre las rocas, junto al mar. He meditado en mi manía de negar la vida, en ese pesimismo mezquino del que quiero salir. No hay duda: lo difícil es aceptar la vida. De allí mis aullidos, mis horribles defensas para execrarla. Pero es solo por comodidad"
يَجتاحُني الفزع مِرارًا وتكرارًا عندَ قِراءة رسائل أو مُذكرات لشخصيات تَخلت عن حياتها وذهبتْ إلىٰ موتها طواعية لأصدم برهبة الحقيقة : يفكرون مثلي تمامًا ! تجتاح أرواحهم نوبات القلق والفزع وإنعدام الجدوىٰ ذاتها ! بالطبع النفس البشرية التي أحملها تتخبط لتُنسيني ذلك بتشريحها لألمهم ومحاولاتها إكتشاف إختلافها عنهم لتَرسُم لي أمل زائف ببلوغ نهاية رائعة لن تحدث يومًا .. ولكن في العمق في العمق جدًا أنا مدركة لتلك الحقيقة .. إلخاندرا التي عرفتها من خلال هذهِ المراسلات عميقة ورقيقة وغريبة غريبة جدًا أحببتها و وجدتها تَصف بكلماتها إختلاجات ومشاعر كانت تجتاح روحي أحيانًا لم أعرف كُنهها قبل قِراءة هذا الكتاب .. ُأحب أن أقرأ يومياتها كذلك لعلي أفهمها قليلاً مُراسلات أدبية عميقة تستحق القراءة في رأي ..
¡…si a cada instante mi yo se alimenta de las cenizas de un yo anterior!
Las alucinaciones se multiplican, ahora con miedo: qué haré cuando me sumerja en mis mundos fantásticos y no pueda ascender. Porque alguna vez va a tener que suceder. Me iré y no sabré volver. Es más, no sabré, siquiera, que hay un «saber volver».
Cartas entre a poeta e escritora Argentina Alejandra Pizarnik e seu psiquiatra Leon Ostrov.As correspondências foram enviadas a maioria de Paris entre 1960 a 1964 para Buenos Aires onde residia Ostrov. Alejandra começou seu tratamento com Ostrov quando tinha 18 anos e durou apenas um ano.Mas o interesse de ambos por filosofia e literatura fizeram com que mantivessem contato quando ela se mudou para Paris com 25 anos. Continuaram se correspondendo por cartas. Nessas cartas ela fala sobre morte, fala também sobre o suicídio, sua solidão ,seus medos e temores, seus desejos por outras mulheres, seus terrores , suas angústias .Alejandra nos transmite a idéia de ser uma pessoa inquieta, mudava muitas vezes de apartamento, estava sempre sem dinheiro e quase sempre insatisfeita com seu emprego e com a maioria dos poemas que escrevia. Não se dava muito bem com sua família e principalmente com sua mãe e irmã. Apesar dos seus "defeitos" era uma pessoa diferenciada , um gênio. Lia muito, esteve em contatos com pessoas importantes da época como Italo Calvino,Marguerite Duras,Júlio Cortazar ,Rosa Chacel, Simone de Beauvoir e Octavio Paz. No campo da saúde podemos dizer usando a linguagem de hoje que ela tinha tipo uma depressão muito forte, falava sempre de morte, suicídio, tinha palpitações constantes. Nessas cartas que envia a Ostrov sempre pedia conselhos. Ostrov se esforçava para ajuda-la apesar da distância; aconselhava , motivava a sempre depressiva Alejandra. Eu adorei esse livro é bem curto mas muito envolvente porque é impressionante a confiança que ela depositava em seu ex analista.Isso faz com que essas cartas sejam únicas , preciosas. Escreveu seu primeiro livro antes dos 20 anos, e quando se suicidou aos 36 anos já tinha 7 livros publicados. "Não sei sobre pássaros, não conheço a história do fogo. Mas creio que minha solidão deveria ter asas." Alejandra Pizarnik
الرسائل أظن بتقول شيء مختلف عن اللي بتقوله الأنواع التانية من الكتابات الإبداعية وفي حالة أليخاندرا كمان وفي فترة كتابتها عن اليومي وعن حياتها في باريس وحاجتها للعمل وإحساسها بيه كان لطيف جدا وردود طبيبيها ورسايله القليلة كانت من أرق ما يكون .. من ردوده مثلا اللي مخططة عليها: «لكنكِ كتبت قصة جيدة وأنا واثق من جودة ما كتبتِ. أليخاندرا: لا أرى أنّني أفضل محلل نفسي في بوينوس آيرس. أظن أنّ محللاً نفسياً آخر ربّما يستطيع أن يخرجك من مخاوفك ومشكلاتك. لأسباب مجهولة تصطدمين بصعوبات تعكس في النهاية مشكلتك في تقبّل نفسك. وماذا يهم إن "لم تكتبي غداً أو أنفقتِ شهوراً في قراءة كتاب واحد". ليس في هذا إضاعة للوقت، هذا "عمل" وتحضير وإبداع، وإن لم يكن كذلك في الظاهر. أنتِ من أولئك الذين يعملون دائماً لأن الخلوة لا تعرف الراحة. وإذا أصبحتْ مخاوفك ومعاناتك فيما بعد كلمات جميلة، فعليك أن تفرحي، لأن الكلمات الجميلة لا تُولد إلا حين يدفعها شيءٌ في داخلنا، جميل أو رهيب. دعيكِ من الامتحانات والتقاليد المَرعيّة: أنت تعملين وتستفيدين حين تقرئين جونجورا من أجل نفسك، وأكاد أجزم بأنك تضيّعين وقتك حين تقرئينه للتحضير لامتحان». ... في النهاية كانت رحلة ممتعة أشكر عليها المترجمة والمراجعة ودار النشر
كتاب جميل وحميمي، ويمكن التقاطع بسهولة مع الافكار التي عبرت عنها الشاعرة اليخاندرا في رسائلها. تبث فيها افكارها ومشاعرها وصراعها اليومي مع الحياة وتوزعها بين الحاجة الى كسب العيش والاحتفاظ بالوقت للعمل على ما تحب وتهتم به أي الكتابة. تكتب ايضا عن تمزقها بين جدوى بقائها في باريس بما تقدمه لها من فرص وتجربة، وحنينها الذي يختلط بالخوف من فكرة العودة الى البيت في بوينس ايرس.
اشكر للمدى وللمترجمة فرصة تعريفي بهذه الكاتبة، ويضيف قيمة للكتاب المقدمة والملحق الذي ضم قراءة في هذه الرسائل وربطها بشعر ويوميات اليخاندرا. أتطلع لقراءة المزيد من أعمالها لو ترجمت.
“Lo que sucede es que no deja de parecerme irrisorio y sorprendente donar siete horas de mi día, donarlas así, sabiendo que la muerte existe, y muchas cosas hermosas existen, y muchas cosas terribles, y trabajar así, como si no pasara nada, como si uno no viniera a la tierra por un tiempo breve. Todo esto me asombra profundamente, pero considerando racionalmente que hace un mes yo me quería suicidar, considerando que la imagen de mi vida era un golpearse la cabeza en la pared, y que ahora, cuando salgo de aquí, sólo tengo sed de cosas bellas, considerando todo esto, creo, en fin, que todo irá mejor”.
Este libro recopila correspondencia entre la poeta Alejandra Pizarnik y, su psiquiatra y amigo León Ostrov. Las cartas de ella, como dice la canción, están escritas 𝒄𝒐𝒏 𝒔𝒂𝒏𝒈𝒓𝒆, 𝒄𝒐𝒏 𝒕𝒊𝒏𝒕𝒂 𝒔𝒂𝒏𝒈𝒓𝒆 𝒅𝒆𝒍 𝒄𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐́𝒏 (así las siento yo). Y me encantan las respuestas de él, como la sostiene, la escucha, sin imponer su opinión. Todo lo contrario, tratando de que ella encuentre su camino.
Desconocía a la autora. Pero sin duda leeré más de ella. Cualquier sugerencia en éste sentido es muy bienvenida 🤎
Desde hace algún tiempo he querido leer a Pizarnik y este fue el comienzo. De sentirme identificada con pequeños extractos de su obra, a llegar a verme entre sus cartas y palabras. En partes sentí que ella hablaba por mi, que le presentaba las mismas inquietudes a las que me enfrento a diario a Ostrov. Y en consecuencia, las respuestas de Ostrov también las sentí para mi (mi única queja es que fueron cinco y ciertamente necesitaba más).
En esta intercambio de correspondencias, yo no era más que una intrusa, una tercera que se asoma entre sus letras para encontrar alguna respuesta que nadie más me ha dado, para saber si es suficiente subrayar un par de frases para integrarme a la conversación y que me escuchen. Ostrov mencionaba un posible pensamiento «negativo» de Pizarnik y yo me reía, porque también lo pensaba, porque tenía la respuesta perfecta para desmeritar su buen consejo. Así que me callé y escuché.
Hablar más allá de los sentimientos evocados en este libro, como, por ejemplo, la prosa y las imágenes, no me corresponde (o más bien, no me interesa). Aunque sí puedo decir que hay una evolución en Alejandra como «personaje». Se nota el crecimiento que tuvo a través de los años y cómo logró sobrellevar la vida durante esa época, a base de lectura y escritura como si del último vaso de agua se tratara.
Como bien mencionan en el prólogo, en estas cartas se ve a una Pizarnik más «real», más «cruda», que no siente la necesidad de esconderse detrás de sus versos y su prosa, sino la que necesita «vivir» en cuerpo y alma el poema para mantenerse «cuerda», la que descubrió la belleza y la felicidad en las cosas simples, debajo de toda la sombra que siempre le hizo compañía. A ella estaba buscando y qué satisfacción haberla encontrado.
Éste libro reúne las 21 cartas que envió Pizarnik a su Psicoanalítico León Ostrov —quién atendió a Alejandra a sus 18 años y que el tratamiento se interrumpió poco más de un año—, cuyas cartas son enviadas desde 1955 a 1966, enviadas desde Francia a Buenos Aires.
En éstas cartas conocemos un poco más de las inquietudes que afectaban a Pizarnik durante su vida y la mala relación que tuvo con su madre y con Buenos Aires. Esa falta de motivación de volver a su hogar —y más en época de golpes de estados que estuvo sumergida la Argentina— como también de trabajar en algo que no tanto le gustaba. También obtenemos algunas respuestas de León Ostrov, pero a mitad del libro éstas respuestas desaparecen.
Las cartas de Alejandra se interrumpen en grandes intervalos de tiempos, no son continuas, es por ello que en un transcurso de 1955 al 1966 solo posee veintiún cartas de la poetisa.
"Si cierro los ojos no tengo adónde huir. Por eso estoy tan triste: tal vez las fantasías absurdas de mi adolescencia y los amores inventados eran los que me conducían a la «realidad». Ahora hay como ausencias palpables en donde hubo presencias invisibles".
«Pero si me tuviera que llevar algo sería la fachada de una casa desmoronada de un pueblito llamado Fontenay-Aux-Roses, cuya estación de ferrocarril está llena de rosas. Las ventanas de esa casa tienen los vidrios de color lila, pero de un lila tan mágico, tan como los sueños hermosos, que me pregunto si no terminaré penetrando en la casa. Tal vez, si entro, me reciba una voz: "Hace tanto que te esperaba". Y yo ya no tendré que buscar más.»
Cada una de las cartas de Pizarnik que se recogen en este librito [podría ser] es una historia; delicadas —y en gran parte dolorosas— narraciones o poemas en prosa, o ambas al mismo tiempo. Buena introducción de A. Ostrov, incluyendo una más que necesaria crítica a Malinow. Y bonito texto del propio L. Ostrov, previamente publicado en una revista y que aquí se presenta a modo de prólogo. No hay una sola página de este libro que no volvería a leer deteniéndome en sus palabras.
En cierto modo me sentí un poco identificada con las cartas de Alejandra. Cómo expresaba sus sentimientos de abandono estando en París, cuando lo único que quería era leer y escribir aunque muchas veces no se le venían ideas a la cabeza o pensaba que los poemas que escribía eran malos. Es extrañamente increíble cómo describe su soledad en los 4 años que estuvo en París, se comunicaba con la gente pero no lograba entablar con ella otra conversación más además de el saludo y cómo está el clima. Es el primer libro que leo de Alejandra y a decir verdad me deja maravillada la forma poética que tiene para escribir hasta la más básica situación.
This entire review has been hidden because of spoilers.
Qué mágico leer Alejandra en un tono cotidiano y profundo..me gustó mucho conocer esta faceta suya en la que aún en sus letras cotidianas se le derramaba la poesía.. Siempre me ha parecido un personaje muy interesante. Buen libro.
«Esta carta parece la de un espíritu. No hay sangre en ella. No encarna en actos, en sucesos, en nombres propios. Pero se acerca, en parte, a la verdad. Y la envío antes de releerla y romperla. Hasta muy pronto. Abrazos para usted y Aglae.» Carta N. 3 – Alejandra, 8, Av. Chastenaye , Chatenay—Malabry Seine
«Numero las cartas para nuestros futuros biógrafos», escribe Alejandra, y comprendo la axiología de esa lingüística–prosística, que tanto narraban en clases de lengua y literatura cuando estudiar periodismo era carismático, real y consentido para mí. Esta lectura no debió ser publicada en 2012, si no mucho antes. Pero el vetusto tiempo es una superficialidad atemporal: el anacronismo y sus quehaceres por la vida. El tiempo es innato a la mente; las ideas son inmortales.
¿Qué más podría contarles de la epistolar de Alejandra que ustedes no hayan palpado y sentido? Esta lectura es llama viva, desde la perspectiva que la veas: Alejandra encarna la furia y fuerza del lenguaje claro que tiene vida. Sí, sus palabras contienen la vida propia.
__ Para mayor contenido sobre Arte, Literatura, Feminismo, Mujeres visita @lecturasdelabruja en Instagram y www.ladonnabohemien.wordpress.com 🔮
This entire review has been hidden because of spoilers.
"Pero ahora no quisiera otra cosa que llorar y que usted me pregunte por qué"
"He preguntado a mi sangre si mi vida tiene posibilidades. Y se me ha dicho que sí. Y la palabra libertad tiene sentido."
"Escríbame Alejandra, sin romper las cartas; déjese llevar por lo que espontáneamente le surja. No importa que al rato o al día siguiente no se reconozca en lo que escribió. Pese a Ud., Ud. es siempre Alejandra."
Si tuviera que describir a Alejandra en una palabra, sería POESÍA. Ella era un poema. Uno que ni ella misma podía terminar del todo.
Estas cartas, me hacen pensar en la melancolía, las contradicciones y el vértigo, que ella sentía. Hubieron cartas que realmente sentí tan cerca y la honestidad que te producen, es brutal. No me gustaría calificarlo justamente por eso, pero creo que es una buena lectura, al saber que son tesoros reales.
"Comenzó el día del encuentro: despertar y sentir que el corazón me lleva y me trae. Horribles sacudidas. Taquicardia. Esto fue nuevo. No era mi viejo miedo" espiritual" posible de traducir en metáforas. Un nuevo miedo: cuerpo y alma encontrados por vez primera, reunidos, celebrando nupcias horribles".
"Yo le hacía experimentar un abismo entre la verdadera poesía y esa acumulación de datos en informes".
"Y si los poderes oscuros, algunas veces, parecían ganar terreno, no era más que el trámite inevitable para que, después, lo terrible entrevisto se convirtiera en condición de crecimiento y de mayor lucidez".
“Lo cierto es que estoy absolutamente exilada de la sociedad y recién ahora compruebo que no es una expresión vacía de sentido. Simplemente no tengo de qué hablar con ellos, no hay nada en común. Pero soy yo la que comprende, soy yo la que sabe. Esto es tan difícil de decir. Pero además no quiero hablar. Con nadie. Quiero ver claro en mí." Llore en casi todos los capítulos. Nunca me sentí tan vista, tan comprendida y encantada con una escritora. Sin dudas me convertí en una fan y me voy a leer todas sus publicaciones. Lo
Me encantó, desde hace mucho quiero leer a Alejandra y al fin tuve la oportunidad. Leer cartas es una experiencia muy interesante, puedes conocer un poquito de su vida en París, lo que sentía y los problemas que tenía. Creo que es un muy buen acercamiento a su escritura.