Un accidente real en el País Vasco de los años ochenta, la vida devastada de una familia. Una historia emocionante, adictiva y conmovedora, como solo Aramburu sabe contar.
Nicasio, ya jubilado, acostumbra a subir los jueves al cementerio de Ortuella a visitar la tumba de su nieto. Es uno de los muchos niños fallecidos tras una explosión de gas en un colegio de aquella localidad, un accidente que sacudió al País Vasco y a toda España en 1980. Por las andanzas del abuelo, una figura que se agranda hasta hacerse inolvidable, por el testimonio de la madre muchos años después, por la crónica objetiva de lo que le ocurrió a la familia, descubriremos cómo aquella tragedia lacerante y devastadora les alteró, cómo sacó a relucir aspectos inesperados, cómo trastocó sus vidas. Con la maestría habitual de Aramburu, el lector se verá inmerso en una historia de emociones inesperadas, una exploración psicológica y literaria con afilado bisturí que nos mantiene pegados al devenir de los destinos de los protagonistas. Una novela que alberga una densidad emocional tan alta que exige una lectura atenta, hasta la última línea, para entender, comprender, emocionarnos con el destino de sus protagonistas. Nueva entrega del extraordinario friso de «Gentes Vascas», El niño es una historia desgarradora, inolvidable, un prodigio literario del mejor Aramburu. Por el tratamiento humanísimo de los protagonistas, y por los recursos literarios empleados, El niño vuelve a ser una novela memorable, llamada a convertirse en acontecimiento literario.
Fernando Aramburu Irigoyen nació el 4 de enero de 1959 en San Sebastián, Guipúzcoa, España. Es licenciado en filología hispánica por la Universidad de Zaragoza y desde 1985 reside en Alemania. Fue miembro del Grupo CLOC de Arte y Desarte. Considerado ya como uno de los narradores más destacados de su generación, es autor de tres libros de relatos: No ser no duele (1997), Los peces de la amargura (2006) y El vigilante del fiordo (2011), y de cinco novelas: Fuegos con limón (1996), Los ojos vacíos (2000), El trompetista del Utopía (2003), Bami sin sombra (2005) y Viaje con Clara por Alemania (2010), títulos que han sido distinguidos con el Premio Ramón Gómez de la Serna 1997, el Premio Euskadi 2001, el XI Premio Mario Vargas Llosa NH, el Dulce Chacón y el Premio Real Academia Española en 2008. Ha escrito también libros para niños, como Vida de un piojo llamado Matías (2004). Con Años lentos mereció el VII Premio Tusquets Editores de Novela.
El 23 de Octubre de 1980 en Ortuella, Vizcaya, una explosión de gas en el colegio se llevó la vida de 50 niños y 3 adultos. Este terrible suceso marcó y sigue marcando la vida de esta pequeña localidad vizcaína y de muchos otros vascos, como el propio autor, de tal forma que le ha impelido finalmente a escribir esta historia.
Para ello Aramburu ha elegido una familia de las que perdieron a su hijo de 6 años. Una familia ficticia, pero se supone a imagen y semejanza de las que sufrieron la desgracia. Una familia de hijos de aquellos españoles que emigraron al País Vasco al calor del desarrollo industrial de esta Comunidad en los años 60 y 70 del siglo pasado. Con escasos recursos, con escasa cultura, con escasos apoyos, asistimos a su desamparo, a su desolación, al desmoronamiento del edificio familiar que con tanto esfuerzo han construido. Lo único que han conseguido transmitirme estos personajes es pena, mucha pena, mucho patetismo y mucha tristeza . Igual es lo que pretendía el autor, transmitir la desesperación que afrontaron estas familias, el horror muchas veces confinado de puertas para adentro de sus modestas viviendas. Ni siquiera el bueno de Nicasio, el abuelo, que se aísla de su entorno y huye hacia adelante construyendo su realidad paralela, ha conseguido removerme por dentro como debería haberlo hecho una historia de este estilo.
Luego el estilo narrativo es espectacular, alternando continuamente la voz de un narrador en tercera persona, con saltos continuos a las voz de los distintos personajes, incluso con pasajes en segunda persona y otros en los que el libro se convierte en narrador (algo nunca visto).
Pero me ha faltado algo. Me ha faltado emotividad y me ha sobrado lástima. No es esto lo que esperaba encontrarme.
Genero drama, 272 paginas, 4 horas tiempo de lecturas, narrada en primera, segunda y tercera persona, capítulos cortos, 2 protagonistas, un único ámbito temporal.
Maravillosa novela de don Fernando Aramburu que relata con un respeto, amor, consideración y empatía la tragedia acaecida hace ya la friolera de 43 años, en una localidad de la geografía española, concretamente en un pueblo de Vizcaya, donde un 23 de octubre de 1980 una explosión de gas propano, en un colegio publico de la localidad de Ortuella sesgo la vida de 50 niños, de entre 5 y 6 años que se encontraban en sus aulas escolares tras regresar del recreo.
Como han cambiado los tiempos, hoy una noticia de esa trascendencia hubiera copado telediarios, periódicos, tertulias, conversaciones, … y sin embargo, yo que por aquellos tiempos no era mas que un adolescente (quizá ese sea el motivo) no lo tengo en mi memoria como uno de los momentos mas desgraciados de la historia reciente de nuestro país.
Hoy, sólo pensar que una explosión en un colegio pudiera provocar el fallecimiento de tan solo un niño me resultaría desgarrador e insufrible de soportar.
Pues bien, en este libro, el autor, presenta un relato conmovedor, sin ningún tipo de detalles técnicos innecesarios ni por supuesto morbosos; antes al contrario, a través de un madre y de un abuelo (dios mío, que figura del abuelo, Nicasio, su amor, pasión, entrega por ese niño al que adoraba en vida, sigue profesándola a pesar de su muerte) donde nos refiere el autor, a través de seudónimos, el dolor, la amargura, la tristeza que padecieron los numerosos padres, hermanos, familiares y amigos de las familias de aquellos pobres niños que perdieron la vida con una edad tan temprana.
En definitiva, el autor elabora un relato, que siendo trágico, enternecedor y dramático, nunca lacrimógeno, pretende, en sus propias palabras dar respuesta a lo que para el ha sido siempre una cicatriz toda su vida. No me extraña, yo reflexionando tras la conmovedora obra del Fernando no puedo mas que estar de acuerdo con él.
Para mi, después de Patria, sin duda, su mejor novela, he leído, Los vencejos e Hijos de la Fabula, esta ultima, me ha parecido brillante, emocionante y cautivadora. Os la recomiendo encarecidamente pues es una verdadera oda al amor incondicional, a la superación y a la aceptación de la muerte de la forma que cada uno sabemos o podemos digerirla.
No le doy las cinco estrellas porque sería ponerlo al nivel de '100 años de Soledad', 'El quijote' etc. Pero tentado he estado. El 23 de Octubre de 1980 una explosión de propano en el colegio público Marcelino Ugalde de Ortuella (Vizcaya) siega la vida a 50 niños de 5-6 años y 3 adultos. Esto es un hecho. Sucedió, aunque muchas personas no lo recuerden o directamente no lo sepan. Yo tenía 15 años cuando pasó y reconozco que no recordaba absolutamente nada de este suceso. Conscientemente al menos, me he enterado del suceso al leer este libro. A partir de aquí, Aramburu, nos relata los siguientes dos años en la vida de una de las familias -abuelo, padre y madre- que perdió a su único hijo en el accidente. Es imposible imaginar lo traumático que este hecho puede llegar a ser, pero Aramburu nos lo cuenta magistralmente. Como digo, el hecho en sí sucedió, es verídico. Supuestamente lo que el libro relata también es real y está basado en las conversaciones del escritor con la protagonista. Desde luego, si es así, nuestra protagonista, MariAje (nombre ficticio), demuestra un valor increíble al publicar su historia porque la cosa tiene enjundia. En mi opinión Fernando Aramburu es uno de nuestros mejores escritores. No sólo es un maestro de la prosa sino que, además, siempre tiene algo que contar, no escribe por escribir. Cada nueva obra del autor me impacta más.
A veces te encuentras con libros que no necesitan muchos adornos para calarte hondo. El niño es uno de esos. Es imposible no percibir desde el inicio que esta no es solo una historia de duelo personal, sino una exploración íntima de cómo las tragedias colectivas dejan marcas indelebles en quienes las sobreviven. Aramburu logra, desde la sencillez de su prosa, que te sientas como un espectador silencioso. La narrativa destaca por su contención, experimentas la crudeza de la historia no porque el autor la fuerce, sino porque cada palabra está cuidadosamente medida para resonar en lo más profundo de tu ser. En lugar de recurrir a descripciones dramáticas o diálogos desgarradores, la novela te envuelve con pequeños detalles que, precisamente por su sutileza, tienen un impacto devastador. A pesar de contar uno de los sucesos más tristes de la historia de nuestro país, ha sido sutil, ha sido comedido y ha sido bello. Ha conseguido emocionarme pero sin llegar a las lágrimas, que ya estaba esperando antes de empezar a leer, gracias a un dramatismo controlado y respetuoso. Por ejemplo, la rutina de Nicasio al visitar el cementerio —cómo limpia la lápida, cómo se sienta a hablar con su nieto fallecido— es tan sencilla como desgarradora. Mientras lees, no puedes evitar sentir un nudo en la garganta al imaginar esas visitas silenciosas, cada una cargada de un amor que trasciende la muerte. Los silencios de los personajes, lejos de ser vacíos, están llenos de significado. Entre las paginas te encuentras escuchando lo que no se dice: la rabia contenida, las preguntas sin respuesta y las lágrimas que no se derraman. Al cerrar el libro, la experiencia no se olvida fácilmente; la rutina de Nicasio, la lucha interna de Mariaje y la sombra omnipresente del Nuco permanecen contigo, recordándote la fragilidad de la vida y la fuerza del amor. Me ha resultado gratificante que Aramburu eligiera la historia de esta familia entre las casi 50 que, por desgracia, podía haber elegido, por su forma de vivir la pérdida del niño. Gracias a esta madre por ser tan valiente y contar su historia, gracias al escritor por contarla tal y como ella quería.
Esta sí, esta no… cantaba no recuerdo quién a principios de los noventa.
Patria para mí fue un “esta sí” rotundo y cuando hace unos días me cayeron 47 años y mi padre me regaló El niño, enseguida me lancé a leerlo con las expectativas bien arriba, pero muy a mi pesar, El niño ha sido un “esta no”.
La novela se lee muy rápido y está muy bien escrita, la historia está basado en una tragedia sucedida en 1980, la originalidad de utilizar al libro como narrador y las distintas formas de afrontar la pérdida de un ser querido deberían haberme tocado de lleno, pero lo cierto es que solo me han llegado de refilón.
Un libro que recuerda una historia dura de Bizkaia. Una familia que pierde un hijo de manera tan tragica, con una manera de afrontar la situación muy diferente. Empatizas con el dolor y vivencia de los personajes sin entrar en el dolor y morbo. Historia corta pero con mucho sentimiento
Una novela sobre la muerte, el duelo y la reconstrucción de vida. Pellizca hasta doler.
Después de leer *Patria* quise leer más del autor y llegó este libro a mí y tuve suerte de ir a una presentación del autor y empaparme de todo.
Me preparé y supe a lo que me enfrentaba. Aramburu tiene una manera de contar historias únicas. Al ser un tema delicado, te lo cuenta de una manera eficaz, muy apta para todos, te hace partícipe en todo momento y remueve un sinfín de emociones.
Inspirada en un hecho real de un colegio de Ortuella en el que murieron 50 niñxs y 3 adultos por una explosión de gas. El autor escogió a una familia afectada con la desgracia de la muerte de *El niño* Verás que entre medias de los capítulos hay notas del autor explicando el proceso muy detalladamente, pero sin extenderse.
Deja claro que por respeto a esta familia se les cambió los nombres a los protagonistas de esta tragedia familiar. Vas a ver muy de cerca lo que se siente al perder un nieto o un hijx porque lo que sintieron en cada momento lo trasmite sin duda.
El cómo empezó todo y lo que conlleva ser el afectadx de ello. Además no crea morbo del tema porque, al ser un hecho real, el camino de la historia transciende a la superación y reconstrucción personal. Caso curioso de cómo una tragedia como esta deja de ser normal y a veces la sociedad no sabe cómo actuar en estos casos y aquí aprendes una lección importante. Escenas emotivas, momentos de humor por parte de Nicasio (El abuelo) por su manera de ser y por sus comentarios. Mariaje y José Miguel (padres del niño), en cada unx de ellxs verás unos giros, una trama que te despertará unos sentimientos encontrados que tendrás que verlo con la visión de la época y te dará respuestas para tu día. Ha habido momentos que se me caían las lágrimas por ver las diferentes maneras que llevaban sus duelos.
Os puedo asegurar que el final del libro te deja lleno de luz y con una sonrisa llena de lágrimas en los ojos por haber pasado un viaje tan intenso y a la vez tan corto.
Me ha gustado muchísimo, al nivel de mis favoritos de Aramburu (cosa que no me había ocurrido con sus últimas novelas). Una narración al mismo tiempo cruda y sutil, en la que juega con el lenguaje para traernos una historia íntima, familiar, de un hecho histórico muy concreto, pero al mismo tiempo con unas implicaciones universales. Lo recomiendo 100%.
“Mariaje conserva un vivo ricordo della mattina del 23 ottobre. Se avesse potuto, avrebbe passato una gomma per cancellare sulla parte del cervello in cui ospita le immagini di quella giornata, che ancora, molto tempo dopo, non esita a definire orribile; ma sappiamo, aggiunge, che la memoria funziona per conto suo. Subito dopo afferma, in aperta contraddizione, che sarebbe ingiusto dimenticarsi del tutto di Nuco. Oscilla, quindi, tra dimenticare e ricordare, e in fondo è contenta di non avere un controllo diretto sui propri ricordi. Imparare a conviverci è stata per lei in tutti questi anni una delle sfide più grandi.”
Fernando Aramburu, ne “Il bambino”, torna a parlare della Storia, come ha fatto nei suoi precedenti romanzi, attraverso le storie delle vittime degli attentati dell’ETA e dei sopravvissuti delle vittime. Nuco è uno dei bambini che perse la vita in quell’esplosione. Nuco non morirà del tutto quel 23 ottobre, ma continuerà a vivere grazie alla memoria del nonno.
Una storia dolorosa, tra le pieghe del dolore, sulla perdita di un figlio in seguito a degli attentati. Una storia di sopravvivenza e di tenerezza.
“Parlavo con Nuco e parlavo con me stessa, che importa. E infine gli ho detto, mi sono detta: Quando morirà il nonno, morirai anche tu, allora sì del tutto. Non farti illusioni. L’unica vita che ti è rimasta dopo l’esplosione è stata quella che ti ha dato tuo nonno. Su di me non contare, figlio mio. Su di me hanno la meglio il buon senso e la realtà. Mi dispiace.”
Aramburu si conferma il grandissimo scrittore che è.
Independientemente de la historia que tenga entre manos, es un gusto volver a Fernando Aramburu.
Te obliga a leer con los ojos bien abiertos, frase a frase, capítulo a capítulo, con la pausa que tantas veces echamos en falta en los bestsellers del momento. En definitiva, a leer por el simple hecho del placer de leer.
El niño es una historia muy dura sobre el episodio real en el que murieron 50 niños por una explosión de gas, hace ya más de 40 años.
Con estos mimbres, Aramburu tiene material de sobra para hacer lo que mejor sabe: plasmar sentimientos en papel. Todo lo demás es literatura.
"Al abrir la puerta, vino a mi encuentro un silencio raro. A ver si me explico. No se trataba del silencio normal de un lugar donde en esos momentos no hubiera nadie. Me pareció que las cosas, al percatarse de mi llegada, se callaban de repente, cómplices en un secreto seguramente doloroso que ninguna de ellas se atrevía revelarme. Sentí de pronto que a mis espaldas los muebles, los adornos, en fin, los objetos de la casa se miraban entre sí instándose los unos a los otros a guardar silencio."
Η γνωριμία μου με τον Αραμπουρου έγινε -οπως και για πολύ κόσμο - με την εκπληκτική "πατρίδα",χρόνια πριν . Διάβασα τότε ένα βιβλίο που με γοήτευσε ,με συγκίνησε ,με ώθησε να μελετήσω ,να διαβάσω περαιτέρω πράγματα ,με καθήλωσε με τη σοβαρότητα και την τρυφερότητα που πηγάζει από τις σελίδες του . Μετά ακολούθησαν τα "πετροχελιδονα ",που ήταν μια τελειως διαφορετικη ιστορία ,καθώς δε μου άρεσε καθόλου και τέλος υπήρχε το στοίχημα να δω τι γεύση θα μου άφηνε τούτο εδώ το βιβλίο που το περίμενα εναγωνίως . Η ιστορία είναι πολύ βαριά ,καθώς αφορά σε ένα δυστύχημα με 50 παιδιά 6 ετών που ύστερα από ένα τραγικό λάθος σκοτώνονται μέσα στο ίδιο τους το σχολείο .εμείς λοιπόν ακολουθούμε την ιστορία της οικογένειας ενος από αυτά τα παιδιά και πώς αυτοί διαχειρίζονται αυτή την ανείπωτη τραγωδία . Συγκεκριμένα έχουμε μια πολύ πρωτότυπη αντίδραση από τη μεριά της μητέρας ,η οποία δείχνει να διαχειρίζεται το πένθος μέσω δράσης και άλλων στοιχείων για τα οποία δε μπορώ να μιλήσω για να μη κάνω σποιλερ και την αντίδραση του παππού ο οποίος δείχνει να φτιάχνει ένα δικό του σύμπαν στο οποίο ο μικρός ζει ακόμη . Κατά τη γνώμη μου ,όταν διαλέγει ένας συγγραφέας ένα τόσο βαρύ και ασηκωτο θέμα,έχει μια βαθιά ευθύνη να το προσεγγίσει όπως του αξίζει σεβόμενος από τη μια τον αναγνώστη ώστε να μη τον "βουλιάξει " ψυχολογικά σε ακραίο σημείο,αλλά και σεβόμενος όσους πιθανόν έχουν περάσει κάτι τέτοιο . Θυμήθηκα διαβάζοντας το βιβλίο "μια μέρα της ζωής του Αμπέντ Σαλαμα" ,το οποίο ήταν παρόμοιας θεματικης και παρόλα αυτά έκανε εξαιρετική δουλειά σε αυτή την λεπτή ισορροπία .είναι ένα πανδυσκολο τασκ το οποίο θεωρώ ότι ο συγγραφέας ΔΕΝ έφερε εις πέρας εδώ ,μιας και εκεί που πήγαμε να συνηθίσουμε την τραγωδία ,κόλλησε δίπλα κάτι άλλο ,εξίσου στενάχωρο και μετά κάτι ακόμη και τελικά μπουκωσαμε ,κύριε . Επίσης σε ο,τι αφορά στα συναισθήματα πιστεύω ότι και στα πετροχελιδονα και εδώ ο Αραμπουρου πέρασε σε αυτό που δυστυχώς ονομάζουμε μελό και όχι στην βαθιά ,αληθινή συγκίνηση που σου προκαλεί μια ιστορία . Ήταν λίγο αυτό το "έλα κλάψε μου λίγο ,αφού τα λέω συγκινητικά". Επίσης κάποιες αντιδράσεις , συγκεκριμένα της μητέρας ,παρόλο που ήθελα να διατηρήσω μια ανοικτή ματιά και οπτική ,μου φάνηκαν εντελώς ξένες και αφύσικες σε σημείο που δε μπόρεσα να ταυτιστώ . Συνολικά,θα έλεγα ότι μάλλον κάπου εδώ είναι καιρός να παραδεχτώ ,κυρίως στον εαυτό μοου ,ότι ο Αραμπουρου τελικά δεν είναι ο σημαντικός συγγραφέας που πίστευα ότι είναι ή θα εξελιχθεί και να χαλαρώσω λίγο στις σκέψεις μου και ότι μάλλον η πατρίδα ήταν μια εξαίρεση στην οποία συναντήθηκαν τα γούστα μας ,αλλά πέραν αυτού ...μάλλον όχι ... 🌟🌟💫/5 αστέρια .
"όταν πεθάνει ο παππούς θα πεθάνεις κι εσύ ,τώρα πια τελείωσε. Μην τρέφεις αυταπάτες . Η μόνη ζωή που σου έχει απομείνει μετά την έκρηξη ,είναι αυτή που σου έδινε ο παππούς σου . Μην υπολογίζεις σε εμένα γιε μου . Εμένα με νικάει η λογική και η πραγματικότητα. Λυπάμαι."
Leer a Aramburu es un ejercicio de literatura viva, cargado de inteligencia y con un poder cautivador que hace las delicias de quien se adentra en su lectura. Termino de cerrar su última novela "El Niño" y os la recomiendo, sin duda alguna.
En esta historia conocemos el drama de una familia trabajadora de un pequeño pueblo llamado Ortuella. Así descubrimos a Nicasio, un hombre ya jubilado y viudo que pasa el tiempo visitando la tumba del Nuco, su nieto que ha fallecido por un escape de gas en la escuela. Mariaje, hija de Nicasio, tendrá que luchar con la realidad, con el miedo de aceptar lo ocurrido y perder la memoria de su pequeño. Su marido, José Miguel deberá aceptar su destino y procurará por todos los medios que la realidad no les supere y puedan seguir con sus vidas pese a la tragedia que han sufrido.
Una novela conceptuada como si el texto fuese un personaje más, y en la que el autor nos ofrece la posibilidad de acompañar a la superación de un duelo; un momento de terremoto emocional por cuyas grietas se cuelan el dolor, el miedo, el valor, el humor y el amor.
Una lectura que denota la magistral pluma de Fernando Aramburu, la frescura del planteamiento y la inteligencia emocional que sin instalarse en la emotividad lacrimógena de la pérdida, nos disecciona los instantes de repentino dolor, de falso bienestar, de reproches y cotidiano enfrentamiento con una realidad que ha sacudido los planes de una familia que giraba alrededor de la alegría de ver crecer a un pequeño y que se ve alterada tras la pérdida de #ElNiño
Fernando Aramburu begint met een disclaimer: naar zijn zeggen bevat het boek een tiental passages waarin de roman zichzelf van commentaar wenst te voorzien.
Degene die zich daar uitdrukt, is de tekst zelf.
Soms maakt die verzameling woorden zelfs bemoeizuchtige aanmerkingen op de schrijver, wat hij niet prettig vindt.
Bijzonder is dat.
Bijzonder inventief.
Want op de een of andere manier zorgen net die tien cursief gedrukte interventies voor de lucht die nodig is om dit aangrijpende verhaal over het verlies van en de rouw om een enig (klein)kind te kunnen behappen.
Ik ben niet bang voor een ongunstig oordeel van de mensen die er zich op een dag toe zetten om mijn inhoud tot zich te nemen, maar ik zou liegen als ik beweer dat hun mening me koud laat. Welaan dan, beste roman: je was niet altijd even meegaand, soms vond ik je enigszins verwarrend of onnodig traag, maar je liet me zeker niet koud.
Die kleine kras in mijn bewustzijn moet ik je geven.
Me ha gustado todavía más que “Patria”, y eso que me gustó mucho también y no descarto volver a leerlo.
Este libro es un dramón, sí. Pero también es tierno de algún modo. Está muy bien contado porque, aunque la tragedia acontecida fue devastadora (está basado en un suceso real, nada inventado por parte del autor), para mí está bien escrito porque no “se pasa de tuerca” y no busca hacer llorar al lector. No obstante, dicho todo esto, es imposible que no se te encoja el corazón leyendo esta historia en algún momento.
100% recomendable, me ha encantado. Seguiré leyendo a Aramburu porque su estilo, muy personal, todo sea dicho, a mi me cautiva.
3,5 casi 4 … pero por la prosa del autor es aye aumenta el puntaje. Una tragedia de los años 80 y una familia que duela cada uno a su manera. Doloroso, por saber que fue un hecho real, por ese abuelo que no suelta al nieto y lo retiene para mantener su cordura también. Pero no pude empatizar con la madre y su historia, quizá la forma de contarla, no se … hubo algo que no me cerró. De todas formas creo que es un gran libro que recomiendo si te gustan las historias basadas en hechos reales. Veremos después del club de lectura si cambio de opinión o mejora mi visión.
Una vez más el bueno de Fernando Aramburu me deja sin palabras. "El Niño" es una historia real de los 80's, basada en la explosión de gas y la muerte de 50 niños en un colegio de Vizcaya. El drama y el dolor es algo muy característico en las obras del escritor: reflejar con nostalgia y delicadeza situaciones reales y crueles de la vida.
Es un libro fácil de leer por su brevedad, pero, a su vez, es un libro repleto de profundidad, llegando a lo más hondo en cada una de las heridas, en el pensamiento y en el dolor físico y emocional de los familiares de las víctimas. Todo ello desde el prisma de una familia destrozada en la que el dolor martiriza y marca todos los aspectos y momentos de sus vidas, desde su pasado hasta su presente. Un libro que desprende ausencia por los cuatro costados, de esas irreparables y que tiñen de un color oscuro y clamoroso el resto de los días que queden por vivir.
En especial me ha gustado mucho el personaje del abuelo Nicasio. Un personaje espectacular y que te mantiene, a pesar de lo duro del relato, en una constante emoción y sonrisa. También a destacar la narración innovadora del escritor, invitando al lector a formar parte de ella.
Ξεκινώντας την ανάγνωση του βιβλίου, ήξερα ότι ο συγγραφέας θα με συγκινήσει χωρίς να γίνει μελοδραματικός. Η ιστορία που αποφασίζει να διηγηθεί με τον δικό του μοναδικό τρόπο, αφορά την έκρηξη αερίου στην πόλη Ορτουέγια, που στοίχισε τη ζωή σε σχεδόν 50 μαθητές του δημοτικού σχολείου. Κύριοι αφηγητές ο παππούς Νικασιο, που επισκέπτεται τον τάφο του εγγονού του κι έχει φτιάξει ένα δωμάτιο-μαυσωλείο που του ανήκει στο σπίτι του. Η μητέρα του μικρού, προσπαθεί να ισορροπήσει τη ζωή της και απέχει από την τραγική φιγούρα που θα περίμενε κανείς - χωρίς αυτό να σημαίνει ότι είναι κακό.
Ο μεγάλος Ισπανός συγγραφέας, αποφεύγοντας τις δραματικές περιγραφές μας μεταφέρει με μετρημένη ωμότητα ένα από τα πιο θλιβερά γεγονότα της χώρας των Βάσκων. Καταφέρνει να κρατήσει τις ισορροπίες και να αποφύγει περιττούς μελοδραματισμούς. Ένα τέτοιο τραγικό συμβάν επηρεάζει τις ζωές των ανθρώπων ιδιαίτερα στις μικρές κοινωνίες.
Καθένας μας αντιμετωπίζει τον πόνο , τη θλίψη, την απώλεια διαφορετικά….ας μην το ξεχνάμε αυτό.
¡Ah, alegría! 'El niño' me reconcilia con Aramburu después de la desazón que me dejó 'Los vencejos'. Regresa el Aramburu especialista en mostrar (noveladamente, claro) las vidas tras la tragedia. En este caso tiene como epicentro la desgracia de Ortuella (explosión de gas en un colegio que mató a 50 niños y 3 adultos en los años 80) y nos ahonda en el sufrimiento de una de aquellas familias que perdieron a uno de esos críos. Aramburu mezcla eso con la cotidianidad y le quita la heroicidad a los que sufren la desgracia. Creo que en ese punto, en el de no convertir en héroes a personas por el mero hecho de haber sufrido una desgracia, es donde don Fernando es un maestro. Sería muy fácil caer en esa tentación y en escribir sobre una familia que se desfragmenta o que naufraga como consecuencia de la tragedia cargando cada uno de sus actos como algo digno de admiración, pero este escritor no tira de este recurso. Lo más interesante es que 'El niño' cuenta precisamente eso; como se descompone una familia a partir de ese hecho, de cómo el abuelo se ancla en una fantasía en la que su nieto sigue viviendo con él (se intuye que se le ha ido la hoya, pero cabe la posibilidad de que el abuelo tire de esa ilusión conscientemente para sobrevivir), en como Mariaje (la madre) se apiada de su marido al verlo querer remontar el vuelo y en la que ella misma tiene sus secretos ocultos que la despojan de cualquier 'santidad' y que por eso mismo la hace más creíble. Esta obra, como las que me gustan de Aramburu, tiene su ambiente deprimente y su barniz de sarcasmo donde el autor (cree este trastornado) brilla. Pues eso. Pues hala. Pues que me quedo contento con mi reconciliación con don Fernando.
Centrada numa única família, esta história é baseada numa tragédia que representou um golpe atroz na vida de numerosas famílias em outubro de 1980 no País Basco. Nicaso e Mariaje, avô e mãe, do menino, narram como prosseguiram as suas vidas e ainda há uns apontamentos inesperados, em itálico que, acrescentam aspetos importantes. Surpreendeu-me que, uma leitura que podia ser muito angustiante seja em contrapartida comovente e terna, mas Aramburu consegue criar histórias com uma tal carga emocional e psicológica que, as personagens ganham vida e são tão bem compreendidas que, mudam a nossa perspectiva sobre a natureza de muitos comportamentos. O mesmo feito que, conseguiu com “Pátria” repete com este romance. Extraordinário.
Ο Fernando Aramburu δεν γράφει απλώς βιβλία, γράφει πληγές που δεν κλείνουν. Με το "Το Παιδί" επιβεβαιώνει πως είναι ένας από τους σημαντικότερους Ευρωπαίους λογοτέχνες της εποχής μας, ικανός να μετατρέψει την πιο φριχτή πραγματικότητα σε τέχνη που σε συγκλονίζει και σε ανυψώνει ταυτόχρονα.
Από την πρώτη σελίδα, η έκρηξη που στοιχίζει τη ζωή ενός παιδιού γίνεται η σπίθα που ανάβει ολόκληρο το μυθιστόρημα. Κι όμως, ο Aramburu δεν σταματά στον εύκολο δρόμο της καταγγελίας. Βυθίζεται στο μετά, στην οδύνη της μητέρας, στη σιωπή του παππού, στον κενό χώρο που αφήνει ένα παιδί που δεν θα μεγαλώσει ποτέ. Το βιβλίο είναι ένας σπαραχτικός ύμνος στη μνήμη και στην απουσία, δοσμένος με μια πρόζα τόσο καθαρή, τόσο λιτή, που μοιάζει με σφυρί που χτυπάει αλύπητα στο στήθος σου.
Η δύναμη του Aramburu βρίσκεται στο ότι δεν κραυγάζει. Αφήνει τις λέξεις να υπονοούν, να ψιθυρίζουν, να βαραίνουν. Κάθε μικρή παράγραφος είναι μια αναπνοή που παγώνει, κάθε εικόνα μια πληγή που δεν χρειάζεται περιγραφή για να σε ματώσει. Αυτή η σιωπηλή ένταση είναι που κάνει το βιβλίο αριστούργημα.
Μετά το εμβληματικό "Πατρίδα", "Το Παιδί" αποδεικνύει ότι ο Aramburu δεν είναι συγγραφέας μιας μόνο επιτυχίας, αλλά δημιουργός που ξέρει να μεταμορφώνει το τραύμα της συλλογικής εμπειρίας σε λογοτεχνία υψηλής δύναμης. Εδώ δεν γράφει για την πολιτική βία, αλλά για την καθημερινή, τυχαία καταστροφή που ισοπεδώνει ζωές και αφήνει τους ανθρώπους γυμνούς μπροστά στο αναπόφευκτο.
Είναι ένα βιβλίο που διαβάζεται με κόμπο στον λαιμό, που δεν σε αφήνει ούτε λεπτό αδιάφορο. Και όταν το κλείσεις, δεν είσαι ο ίδιος. Αυτό είναι ΛΟΓΟΤΕΧΝΙΑ με όλα τα γράμματα κεφαλαία. Κάνετε τη χάρη στον εαυτό σας και διαβάστε το!
El Sr. Aramburu es un sastre de esos a los que la habilidad les viene natural. Corta las piezas y nos muestra cómo las cose. Con movimientos que parecen más de ilusionista que de artesano.
Pero es que a medida que él arma la historia, yo me voy desarmando. Abrumado en un pecho oprimido, en una historia significativa que hace sentido para algunas almas.
7.25/10 Mocny początek, sama tragedia i jej dosadne, suche, a jednocześnie naładowane wielkim bólem przedstawienie bardzo mnie poruszyło. Tak samo podobały mi się ukazane różne twarze żałoby. Chciałabym, żeby cała książka skupiła się na tym, co powyżej, bo gdy temat skręcił na inne tory, to samo niestety zadziało się z moim zaangażowaniem.
Tengo claro que llorar es lo mismo que “sollozar” y es lo que me ha pasado con esta preciosidad. La verdad que me encontré este libro en mi lista infinita de pendientes y me lo puse a leer y acerté otra vez de lleno. Un relato breve y conciso sobre la vida de unos personajes tan reales que parece que conoces de tu vida anterior o tal vez en tu día a día. En si, su narrativa hace vivir cualquier situación acaecida a otros como si fuera propia. Se lee de un tirón y es de gran calidad literaria.
Czy można dalej żyć po niewyobrażalnej tragedii? Pogodzić się z wieczną pustką? Mieszkać w mieście, które pamięta? Czy można uciec przed współczującymi spojrzeniami i nauczyć się znowu oddychać, kiedy wszystko przypomina o stracie?
Gdy normalność zwykłych dni przerywa tragedia, nic już nie jest takie samo. Czas dzieli się na „przed” i „po”. I właśnie temu, co zazwyczaj pozostaje niewypowiedziane – codzienności po końcu świata – poświęcony jest „Chłopiec” Fernanda Aramburu. Inspiracją dla tej powieści jest prawdziwa tragedia z baskijskiego miasteczka, gdzie w wyniku wybuchu gazu zginęło pięćdziesięcioro dzieci i ich nauczyciele, zmieniając życie miasta na zawsze i wybrzmiewając do dziś echem bólu w lokalnej pamięci.
Sześcioletni Nuco, który nigdy nie wrócił ze szkoły, jest wielkim nieobecnym bohaterem tej historii. Zostawił po sobie pusty pokój, nagrobek, ciszę w domu i rozpacz, której nie da się oswoić. Żyje jednak w pamięci swych bliskich. Dziadka Nicasia, który odmawia pogrzebania wspomnień wraz ze swoim wnukiem i coraz bardziej pogrąża się w iluzji. Matki, która chroniąc swą tajemnicę, żyje przeszłością i rozpacza w ukryciu, wypełniając pustkę jedzeniem. Ojca, zdającego się widzieć nadzieję w przyszłości, w myśli o nowym dziecku.
Autor w krótkich, celnych rozdziałach, przeskakując między perspektywami i zmieniając narrację, tka fabułę wstrząsającą, ale delikatną i szczerą. Co kilka rozdziałów przerywa ją głos samego tekstu. To on, w pierwszej osobie, zwraca się do autora, błagając: nie trywializuj, nie karm żądnych sensacji. Ten niepowtarzalny, głęboko poruszający zabieg literacki przypomina, że obcujemy z czymś więcej niż fikcją – z hołdem dla cierpienia. I autor wypełnia swe słowa empatią, szacunkiem i miłością, daleki od grania na sensacji i taniej emocji. Nie liczy na nasze łzy, a na zrozumienie.
Opowieści o stracie nie są łatwe. I ta taka nie jest. Bo żałoba to jedna z najbardziej intymnych emocji, której nie chcemy wystawiać na widok publiczny i każdy przeżywa ją inaczej. Podobnie jest z tą powieścią. Nie uciekniemy w niej od bólu, ale doświadczymy też przedziwnej akceptacji i czułości wobec ludzkiego cierpienia. Tak jak bohaterowie tej historii, pozostaniemy z pytaniami bez odpowiedzi, z tłumioną złością, niewylanymi łzami i świadomością kruchości życia. A jednak w tej opowieści, mimo bólu, tli się cicha nadzieja, że miłość może przetrwać nawet największą stratę.
Με αυτό το βιβλίο σκέφτηκα τα εξής συνηθισμένα αλλά σημαντικά: 1.πως μπορεί να αλλάξει η ζωή σου από τη μια στιγμή στην άλλη 2.πώς συνεχίζεται η ζωή μετά από μια τέτοια απώλεια 3. πως ένα κακό ακολουθεί άλλο ένα "ενός κακού μυρια έπονται" 4. πως ίσως να υπάρχουν σημάδια που να μας δείχνουν ότι κάτι κακό θα συμβεί ή και να μην υπάρχουν αλλά εμείς να τα ερμηνεύουμε έτσι
Ο Αραμπουρου συνεχίζει να μου αρέσει. Έχει έναν ωραίο τρόπο γραφής καθόλου κουραστικό, βοηθάει σ αυτό και τα κεφάλαια δυο με τρεις σελίδες. Στο συγκεκριμένο βιβλίο το εύρημα του να μιλάει το κείμενο μου έδωσε την αίσθηση ότι λίγο ήθελε να καλύψει τον εαυτό του από την αντεπίθεση -αν θα υπήρχε- μιας αντίθετης πλευράς στο επιχείρημα του να "εκμεταλλευτεί" ένα τραγικό γεγονός.
El dolor de un pueblo le sirve de base a este autor para elaborar este libro...y venderlo. No me han gustado esos pasajes donde describe con minuciosidad las escenas de la tragedia, y que son una copia exacta de las fotografías que en su día publicaron los diarios. La diferencia es que eso fue hace más de 40 años y el sensacionalismo no estaba mal visto. Que lo aproveche el autor para sacar de ahí esta especie de libro, me parece bastante feo. Por otro lado me reafirmo en que no me gusta cómo escribe, es el tercero que leo de él y definitivamente tiro ya la toalla. La novela no me ha removido, no la veo desgarradora una vez sale de ese "morbo" que produce lo de la explosión. Me parece todo demasiado artificioso. Y el recurso del propio libro como narrador, al principio agrada por sorpresivo y después cansa. Ah, y por no hablar del cúmulo de desdichas que les ha puesto a los protagonistas en tan poco lapso de tiempo. Parece una telenovela turca. En fin, Don Fernando... nuestra colaboración como escritor y lectora ha acabado aquí.
Que temas tan difíciles elige este hombre para escribir!
Le he dado muchas vueltas a la hora de puntuar la novela porque mi criterio parte sobre todo del disfrute de un libro. Y este no se disfruta en absoluto.
No soy de dramas y esta historia es más que un drama. No es sólo la tragedia de enfrentarse al trauma de la perdida de un hijo sino el efecto bola de nieve que acarrea y el impacto que tiene en la vida después.
En mi opinión el autor busca centrarse en cómo cada uno afronta como puede el duelo a un hecho tan traumático para seguir adelante: La madre, de forma directa, realista, de frente aunque no siempre acompañada de decisiones "acertadas"; el abuelo abraza una cierta locura como mecanismo de defensa para no volverse loco por el dolor. Nada es censurable; cada uno lo lleva como puede para seguir sobreviviendo.
Pero en ambas está presente la soledad y el poco acompañamiento para sobrellevar su penalidad.
Το Παιδί - Πώς να θάψεις το αβάσταχτο χωρίς να σε καταπιεί το χώμα μαζί με το φτυάρι
Δεν είναι εύκολο να γράψεις για τον θάνατο ενός παιδιού χωρίς να ακουμπήσεις το μελό. Και είναι ακόμη πιο δύσκολο να μιλήσεις για την επιβίωση των ζωντανών – αυτών που έμειναν πίσω με ένα παιδικό δωμάτιο γεμάτο παιχνίδια και μια ζωή που αρνείται να συνεχίσει, αλλά κατά βάθος το κάνει από συνήθεια. Ο Φερνάντο Αραμπούρου στο Παιδί κάνει μια περίεργη ακροβασία: περπατάει ξυπόλητος στο λεπτό σκοινί ανάμεσα στη συγκίνηση και την αφήγηση, στην αναπαράσταση και την αποστασιοποίηση, στην τραγωδία και το σχόλιο για την ίδια την τραγωδία. Η ιστορία είναι απλή μόνο στην εξωτερική της δομή: μια έκρηξη στο σχολείο σκοτώνει τον μικρό Νούκο και σακατεύει τρεις ζωές, ίσως και περισσότερες. Παππούς, μάνα και αφήγηση. Αυτοί οι τρεις "αφηγήθηκαν" το πένθος. Ο παππούς –ένας Νικάσιο με τα μούτρα στο παρελθόν και τα παπούτσια στο χώμα του νεκροταφείου– αρνείται πεισματικά την πραγματικότητα. Δεν είναι παράλογος: είναι απλώς πιο πιστός από τον Θεό. Η Μαριάχε, πάλι, η μητέρα, κάνει αυτό που κάνουν όλες οι τραγικές ηρωίδες της (λατινο)ευρωπαϊκής λογοτεχνίας όταν δεν βρίσκουν πλοίο να ναυαγήσουν: προσπαθεί να γεννήσει από την απώλεια. Να αντικαταστήσει τον θάνατο με ζωή, με την αναπαραγωγή, έστω και σαν ένα ελπιδοφόρο λάθος. Και εκεί, στο μεταίχμιο του υπαρξιακού ρήγματος, ο Αραμπούρου κάνει κάτι περίεργο: αφήνει το ίδιο το κείμενο να μιλήσει. Όχι με την παραδοσιακή έννοια του αφηγητή-παντογνώστη, αλλά με μια σχεδόν μεταφυσική φωνή, σαν ο ίδιος ο λόγος να απέκτησε συνείδηση και ενοχές. Το βιβλίο σχολιάζει τον εαυτό του, μας εξηγεί γιατί απέφυγε τις λεπτομέρειες, γιατί "σώπασε" εκεί που μπορούσε να κραυγάσει. Είναι μια λογοτεχνική απόπειρα αυτολογοκρισίας – ή μήπως μια (ψευτο)μεταμοντέρνα άμυνα μπροστά στον ηθικό τρόμο του να μιλάς για ξένους θανάτους; Υπάρχουν στιγμές που αυτό το εύρημα λειτουργεί θαυμάσια, σαν ο ήρωας μιας αρχαίας τραγωδίας να βγαίνει από τη σκηνή για να σχολιάσει το πεπρωμένο του. Άλλες φορές, μοιάζει με εκείνους τους θεατρικούς σκηνοθέτες που φοβούνται να πουν "συγκινήθηκα" και προτιμούν να βάλουν μια πινακίδα με τη λέξη συγκίνηση αντί για συναίσθημα. Δεν είμαι σίγουρος αν η φωνή του ίδιου του βιβλίου είναι ένα φιλοσοφικό σχόλιο για τα όρια της αφήγησης ή μια δειλή απόπειρα να προλάβει τις αντιδράσεις των κυνικών αναγνωστών. Ίσως και τα δύο. Η Πατρίδα ήταν ένα πολιτικό έπος. Τα πετροχελίδονα ένα ημερολογιακό ψυχογράφημα. Το Παιδί είναι κάτι πιο λιτό. Μοιάζει σαν να γράφτηκε όχι για να υψώσει τη φωνή του συγγραφέα, αλλά για να διασώσει τη σιωπή των ηρώων. Και εδώ είναι η δύναμή του – και ίσως και το όριό του. Σαν εκείνα τα ποιήματα που δεν θυμάσαι ακριβώς τι έλεγαν, αλλά θυμάσαι την παύση πριν από τον τελευταίο στίχο. Ένας φίλος θα το έλεγε «βαρύ». Ένας καθηγητής «συγκρατημένα δραματικό». Ο Σαρτρ «προσωπικό». Εγώ λέω: είναι ένα βιβλίο που διαβάζεται σαν τελετουργία πένθους. Και η λογοτεχνία, όταν δεν μπορεί να μας παρηγορήσει, τουλάχιστον μπορεί να μας θυμίσει πως ο πόνος, όταν ειπωθεί καλά, γίνεται κοινός τόπος.