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The Palace of Justice: A Colombian Tragedy
A journalist and eyewitness investigates the 1985 guerilla insurgency and bloody military coup that ended Colombian democracy and marked a break with the country's previous history, through interviews with dozens of key participants. National ad/promo.
300 pages, Hardcover
First published November 1, 1993
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Displaying 1 - 4 of 4 reviews
November 9, 2019
El 6 y el 7 de noviembre de 1985 la guerrilla del M-19 se toma el Palacio de Justicia en pleno centro de Bogotá, en lo que conforma el cuadrilátero más emblemático para la ciudad y el país. Rodeando la Plaza de Bolívar se encuentran también el Palacio de Liévano (habitáculo de la alcaldía de Bogotá), la Catedral Primada y el Capitolio Nacional (sede del Congreso de la República). Como consecuencia, se da la retoma por parte del ejercito colombiano, dejando como resultados un edificio destruido por las llamas, por lo menos una docena de desaparecidos, más de cien muertos, entre los que se cuentan la llamada mejor generación de magistrados que ha tenido nuestro país y la certeza de una presencia invisible, oscura y aterradora que deja sin aire a la verdad, en silencio o exilio a muchos colombianos.
Empezaré diciendo que la versión que tengo es la segunda, la cual está en español y que se logra publicar en Colombia en el año 2009; 16 años después de la primera en Nueva York en idioma inglés.
En El Palacio de Justicia una tragedia colombiana, es uno de los mejores trabajos de investigación que se hayan hecho acerca del holocausto; también es una de las mejores formas de exponerlo. Cada capítulo está sustentado por diferentes ópticas (casi todas las perspectivas, la del estado, los familiares, los rehenes, los investigadores, los cuerpos…) y, al final se encuentran relacionadas las fuentes. Me ha llamado mucho la atención la forma concreta y simple en que Ana Carrigan contextualiza la situación en la que estaba el país antes de la toma y lo que lleva a la misma, y a la reacción demente del ejército. La autora logra darme momentos de claridad para entender (algo que por más vueltas que le he dado no me cabe en la cabeza) o imaginarme la variopinta ideología que guardaban las entrañas del M-19; así como en qué se sostenía la inverosímil posibilidad de dejar a los magistrados de la corte abandonados “a su suerte”. No porque Ana Carrigan muestre como no trascendió la versión oficial de la toma, donde detrás del asalto del M estaría el dinero y la orden de Pablo Escobar, acepta y justifica al grupo guerrillero; ella rechaza la acción del M-19 pero condena la respuesta del ejercito colombiano.
Después del 6 y 7 de noviembre del 85 ha pasado mucho silencio y han sucedido muchas cosas desde que se publicara la primera y segunda edición de este libro. Lo que yo siento, es que por cada verdad que sale a la luz, la verdad mayúscula a la que nos enfrentamos es que la verdad, la verdad verdadera, parece estar custodiada por algún espíritu sepulturero que por cada garlancha que se levanta, este mueve las profundidades de la tierra para que la verdad no pueda ser exhumada. Si, es alentador que Plazas Vega esté condenado, pero a mi parecer lo que hubo/hay detrás de la toma es mas turbio, él apenas es un esbirro.
Y leí este libro en medio de las protestas en Chile y en Ecuador, en las proximidades de las elecciones regionales en mí país, y en frente de noticias como las del asesinato de Flower Trompeta, las nuevas sobre el asesinato del Didier Torres y el bombardeo a un campamento de las disidencias del las Farc con más de 7 niños en Caquetá. Y viene esa pregunta retorica de ¿Por qué en Colombia pasa de todo y no se hace nada? Y me parece injusto, yo también he sido mala jueza, porque esa pregunta es una recriminación a nuestra propia pusilanimidad, aún cuando en Colombia sí hay movimiento social que adquiere cada vez más fuerza, no llegamos a alcanzar las dimensiones y las formas de Chile o Ecuador, y eso es porque hemos sido un país agotado y silenciado por la guerra. Yo marcho desde 1999, pero en la casa me formaron con la idea de no meterse en eso porque a la gente la policía la desaparece y la tortura, y a las mujeres las violan. La gente ya no quiere morir más, y si esto sucede no hay momento para el duelo porque toca pararse y seguir andando, andamos muy ocupados parándonos. Y desde luego hay miedo. El capitulo del palacio de justicia es la instauración de una política militar “autónoma” de represión, de ejecuciones extrajudiciales, porque eso es lo que hay cuando un ejercito está formado para las bajas y no para los derechos humanos. Y venía desde hace tiempo, alguien puede decir desde Lleras o desde Rojas Pinilla, pero queda fundado en esos días de noviembre del 1985, no solo porque más de 30 años después se mantenga el pacto de silencio y no sepamos la verdad, sino porque lo seguimos sufriendo, porque una mirada hacia atrás desde hoy, nos revela que no son eventualidades los falsos positivos de Soacha, el asesinato del Suboficial Raúl Antonio Carvajal en manos de sus compañeros, el asesinato del desmovilizado de las Farc Didier Torres y del líder campesino Flower Trompeta, así como el bombardeo al campamento de las disidencias de las Farc con 7 niños adentro, eso por recordar unos cuantos. Y digo gracias a Dios terminé este libro, porque si bien hay personas decentes dentro del ejercito nacional de Colombia, como las que empezaron a denunciar las torturas en las caballerías en el 85 y los militares que no aprueban las ejecuciones extrajudiciales hoy, es difícil no sentir tristeza y derrota.
Lo que sucedió en el palacio es una sucesión de fichas de un rompecabezas, empezando por lo que sabemos y no sabemos, y recordando que hay muertos anónimos, que no sabemos que estuvieron ahí, y otros, como el caso de algunos guerrilleros que al no ser tan nombrados no sabemos quienes eran y el estado no se ha preocupado por investigar quienes son, identificarlos o buscarlos.
Sí lo que sucedió en el palacio de justicia es un rompecabezas, El Palacio Sin Mascara y El Palacio de Justicia una tragedia colombiana, son dos fichas que encajan. Recomendadisimos. Ahora, espero encontrar el libro de Enrique Parejo, cosa difícil.
“…No es solo cuestión del escandalo de la toma; ese no es el único problema. Hay cosas más graves que surgen con esta tragedia. Lo ocurrido en Palacio de Justicia revela la verdadera naturaleza de la clase política de este país; también nos muestra el carácter de nuestras Fuerzas Armadas, y [también] quienes son los guerrilleros. Cuando el M-19 se apoderó del Palacio de Justicia puso claro que no sabe absolutamente nada de nuestra realidad nacional. Por desgracia, Colombia es un país que padece amnesia, sufre de olvido. Y hemos llegado a un punto tal de insensibilidad y dureza con respecto a la vida que a la gente ya no le interesa. Ese es el legado más grave que nos ha dejado el Palacio de Justicia. La vida no tiene ningún valor. Esa, en mi opinión, es la verdadera, la más devastadora consecuencia de lo que sucedió en el Palacio de Justicia".
Empezaré diciendo que la versión que tengo es la segunda, la cual está en español y que se logra publicar en Colombia en el año 2009; 16 años después de la primera en Nueva York en idioma inglés.
En El Palacio de Justicia una tragedia colombiana, es uno de los mejores trabajos de investigación que se hayan hecho acerca del holocausto; también es una de las mejores formas de exponerlo. Cada capítulo está sustentado por diferentes ópticas (casi todas las perspectivas, la del estado, los familiares, los rehenes, los investigadores, los cuerpos…) y, al final se encuentran relacionadas las fuentes. Me ha llamado mucho la atención la forma concreta y simple en que Ana Carrigan contextualiza la situación en la que estaba el país antes de la toma y lo que lleva a la misma, y a la reacción demente del ejército. La autora logra darme momentos de claridad para entender (algo que por más vueltas que le he dado no me cabe en la cabeza) o imaginarme la variopinta ideología que guardaban las entrañas del M-19; así como en qué se sostenía la inverosímil posibilidad de dejar a los magistrados de la corte abandonados “a su suerte”. No porque Ana Carrigan muestre como no trascendió la versión oficial de la toma, donde detrás del asalto del M estaría el dinero y la orden de Pablo Escobar, acepta y justifica al grupo guerrillero; ella rechaza la acción del M-19 pero condena la respuesta del ejercito colombiano.
Después del 6 y 7 de noviembre del 85 ha pasado mucho silencio y han sucedido muchas cosas desde que se publicara la primera y segunda edición de este libro. Lo que yo siento, es que por cada verdad que sale a la luz, la verdad mayúscula a la que nos enfrentamos es que la verdad, la verdad verdadera, parece estar custodiada por algún espíritu sepulturero que por cada garlancha que se levanta, este mueve las profundidades de la tierra para que la verdad no pueda ser exhumada. Si, es alentador que Plazas Vega esté condenado, pero a mi parecer lo que hubo/hay detrás de la toma es mas turbio, él apenas es un esbirro.
Y leí este libro en medio de las protestas en Chile y en Ecuador, en las proximidades de las elecciones regionales en mí país, y en frente de noticias como las del asesinato de Flower Trompeta, las nuevas sobre el asesinato del Didier Torres y el bombardeo a un campamento de las disidencias del las Farc con más de 7 niños en Caquetá. Y viene esa pregunta retorica de ¿Por qué en Colombia pasa de todo y no se hace nada? Y me parece injusto, yo también he sido mala jueza, porque esa pregunta es una recriminación a nuestra propia pusilanimidad, aún cuando en Colombia sí hay movimiento social que adquiere cada vez más fuerza, no llegamos a alcanzar las dimensiones y las formas de Chile o Ecuador, y eso es porque hemos sido un país agotado y silenciado por la guerra. Yo marcho desde 1999, pero en la casa me formaron con la idea de no meterse en eso porque a la gente la policía la desaparece y la tortura, y a las mujeres las violan. La gente ya no quiere morir más, y si esto sucede no hay momento para el duelo porque toca pararse y seguir andando, andamos muy ocupados parándonos. Y desde luego hay miedo. El capitulo del palacio de justicia es la instauración de una política militar “autónoma” de represión, de ejecuciones extrajudiciales, porque eso es lo que hay cuando un ejercito está formado para las bajas y no para los derechos humanos. Y venía desde hace tiempo, alguien puede decir desde Lleras o desde Rojas Pinilla, pero queda fundado en esos días de noviembre del 1985, no solo porque más de 30 años después se mantenga el pacto de silencio y no sepamos la verdad, sino porque lo seguimos sufriendo, porque una mirada hacia atrás desde hoy, nos revela que no son eventualidades los falsos positivos de Soacha, el asesinato del Suboficial Raúl Antonio Carvajal en manos de sus compañeros, el asesinato del desmovilizado de las Farc Didier Torres y del líder campesino Flower Trompeta, así como el bombardeo al campamento de las disidencias de las Farc con 7 niños adentro, eso por recordar unos cuantos. Y digo gracias a Dios terminé este libro, porque si bien hay personas decentes dentro del ejercito nacional de Colombia, como las que empezaron a denunciar las torturas en las caballerías en el 85 y los militares que no aprueban las ejecuciones extrajudiciales hoy, es difícil no sentir tristeza y derrota.
Lo que sucedió en el palacio es una sucesión de fichas de un rompecabezas, empezando por lo que sabemos y no sabemos, y recordando que hay muertos anónimos, que no sabemos que estuvieron ahí, y otros, como el caso de algunos guerrilleros que al no ser tan nombrados no sabemos quienes eran y el estado no se ha preocupado por investigar quienes son, identificarlos o buscarlos.
Sí lo que sucedió en el palacio de justicia es un rompecabezas, El Palacio Sin Mascara y El Palacio de Justicia una tragedia colombiana, son dos fichas que encajan. Recomendadisimos. Ahora, espero encontrar el libro de Enrique Parejo, cosa difícil.
“…No es solo cuestión del escandalo de la toma; ese no es el único problema. Hay cosas más graves que surgen con esta tragedia. Lo ocurrido en Palacio de Justicia revela la verdadera naturaleza de la clase política de este país; también nos muestra el carácter de nuestras Fuerzas Armadas, y [también] quienes son los guerrilleros. Cuando el M-19 se apoderó del Palacio de Justicia puso claro que no sabe absolutamente nada de nuestra realidad nacional. Por desgracia, Colombia es un país que padece amnesia, sufre de olvido. Y hemos llegado a un punto tal de insensibilidad y dureza con respecto a la vida que a la gente ya no le interesa. Ese es el legado más grave que nos ha dejado el Palacio de Justicia. La vida no tiene ningún valor. Esa, en mi opinión, es la verdadera, la más devastadora consecuencia de lo que sucedió en el Palacio de Justicia".
October 21, 2020
Resulta comprensible —pero también sorprendente— que este libro haya pasado casi desapercibido para los lectores colombianos durante más de una década, hasta que se tradujo por primera vez en 2009. Y lo digo, sobre todo, porque lo que cuenta contradice la versión oficial del gobierno, los medios y el Ejército que circuló desde el 7 de noviembre de 1985, un día después de que el M-19 se tomara el Palacio de Justicia. Esta investigación rigurosa de Ana Carrigan es, digámoslo así, una bofetada de realidad y al mismo tiempo un libro necesario para todos los colombianos. Y no es exagerado afirmarlo, aunque parezca: me pregunto qué pasaría, por ejemplo, si fuera un texto obligado en los colegios de ahora en adelante. Cuántas cosas cambiarían. En fin, gracias a Editorial Planeta por la reedición y por permitirnos a los lectores acercarnos a este libro impresionante. Háganse el favor, si pueden y quieren. No se arrepienten.
November 14, 2016
"Huye de todos los profetas, de todos los que están dispuestos a morir por la verdad, pues ellos también proporcionarán la muerte de muchos más, antes de la suya propia."
April 4, 2022
Lectura obligada si se quiere entender un poco el desastre que es la "democracia" colombiana.
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