James Joyce da inicio a la modernidad de las letras irlandesas con la publicación de "Los muertos", cuento que abre esta exhaustiva compilación de veinticinco relatos editada por Sinéad Mac Aodha y Jorge Fondebrider. Traducida por Matías Battistón, Pedro Serrano, Inés Garland, Andrés Ehrenhaus, Jan de Jager y el mismo Jorge Fondebrider, esta antología —en palabras de sus editores— tiene como única ambición que los lectores "descubran una nueva constelación de autores, que sepan algo que antes no sabían y que de esa forma encuentren conocimiento, compañía y consuelo".
Jorge Fondebrider es un poeta, ensayista, traductor y periodista cultural argentino.
Ha colaborado con los principales diarios y revistas de su país, así como en un importante número de publicaciones del exterior.
Entre 1986 y 1992 fue secretario de redacción de la revista Diario de Poesía, cuyo consejo de dirección integró durante los primeros diez años de existencia de la publicación.
Desde el 2002 hasta 2006 se desempeñó como coordinador de eventos y publicaciones del Centro Cultural Ricardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires.
Entre 2006 y 2014 colaboró de manera permanente escribiendo una columna mensual para el Periódico de Poesía, de la Universidad Nacional Autónoma de México, integrando asimismo el consejo asesor de la publicación.
En 2003 recibió las Palmas Académicas del gobierno de Francia por servicios prestados a la cultura francesa.
En 2009, junto con Julia Benseñor, creó el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires, desde hace trece años en funcionamiento.
Muy difícil hacer una reseña de todo lo vivido con este libro. Diré, mejor, algunos detalles que me parecen transversales y relevantes. Esta antología consta de 25 historias cortas, cada una de un autor diferente. Esta compilación logra, de manera muy interesante, la acumulación de muchísimas voces, voces en el sentido literal. Desde la polifonía materializada en Ulises, desde Joyce y sus Dublinenses, toda la literatura irlandesa se encargó de capturar su ruido y su esencia: acaso cada relato es un chisme, una charla, un recuerdo del pasado que se entromete en el presente, una situación atravesada sin querer, un dolor, una tragicomedia. Irlanda suena y habla todo el tiempo. Excelente recopilación de cuentos que permite trazar un camino recorrido por las letras de Irlanda: el sometimiento a los códigos sociales, la herida separatista, la violencia del siglo XX, la identidad, el control por parte de la iglesia, el paisaje, la complejidad de las relaciones sociales, la herencia, entre otros. Celebro este nuevo grupo de escritores que ahora vive en mí, una nueva luz para seguir y vigilar.
La edición que leí es de la editorial chilena Lom, que reproduce la Argentina Eterna Cadencia. Es, por cierto, una gran experiencia, entre otras razones porque se trata de textos de distintas épocas y porque aquellos más nuevos tienen un sello de algo clásico. Es todo un descubrimiento; en este caso, la selección cumple el objetivo de abrir una ventana a una narración de enorme nivel. Lo pongo en mi cabecera.