Más allá del rótulo "romántico" que la literatura le ha impuesto, María es la visión idealista, mas no escéptica, del amor. Es también una novela que toca de manera aguda la problemática social latinoamericana de su época, resultante del establecimiento, por parte de los terratenientes locales, del modus vivendi europeo de comienzos del siglo xix. A pesar del cambio que las formas eróticas, culturales y sociales han experimentado desde finales del siglo xix hasta nuestros días, el lector que acepte involucrarse en el mundo descrito por Isaacs, quedará gratamente asombrado al descubrir tanta sensualidad tan bellamente dispuesta capítulo tras capítulo.
La historia nacida en una chocolatina jet desde la sala de un aeropuerto. En lenguaje provincial, algo difícil de leer pero aún así con la capacidad de llevarte por el verde del Cauca, oliendo las flores que María guardaba para Efraín, oyendo el río feroz de fondo, decorado con tigres, guatines y martines pescadores, contando la historia familiar social de finales del siglo XIX en Colombia y el Caribe, con uno que otro leal esclavo y mucho olor a tierra mojada. Casi 130 años atrás del mundo de hoy, donde las distancias siguen siendo implacables entre las personas y donde siempre queda la posibilidad de guardar en el corazón las promesas mutuas realizadas, en especial, las que nunca se cumplirán. No pudo salir una lámina diferente esa noche.
“Podrás leer hasta lo que mis lágrimas han borrado”.