«Este libro es una crucifixión y un inri», reza el epígrafe de El occiso. De este modo, la autora nos adelanta lo que vamos a una lectura descarnada que se desgarra a través de tres narraciones brevísimas, salvajes y pasionales. Se trata de un conjunto dedicado a su esposo fallecido, Enrique Ruiz Barragán; un alarido escalofriante que nos transporta desde los planos más oníricos y sombríos hasta la realidad material, la culpa que perseguía a las mujeres que decidían sobre su cuerpo. Con una escritura violenta y casi caníbal, Estenssoro atraviesa al lector como un fino estilete que, mientras nos desangra, nos cauteriza la herida de los siglos de mujeres sin voz. Como destaca Andrés Cusicanqui en el epílogo -quien era en ese momento el marido de la autora- «María Virginia llora sin gritos, sin lágrimas, sin ojos, llora destilando alma e inquietud en sus cuentos».
Tengo el orgullo (y un poco de miedo) de presentarles a la boliviana María Virginia Estenssoro con su libro El Occiso.
Digo miedo porque siento que no hay forma de hacerle justicia a su escritura que es más como un canto. Un canto que incomoda y, al mismo tiempo, emociona.
Publicado en 1937, es el único libro que Estenssoro publicó en vida, pues luego de su publicación fue censurada por la sociedad de ese entonces. La censura se debió a la mención de relaciones fuera del matrimonio y el aborto.
Luego de leerla como cinco veces (porque este libro necesita por lo menos tres lecturas) me animo a decir que el hilo conductor de los tres relatos cortos (El occiso, El cascote y El hijo que nunca fue…) es la muerte, ya sea la belleza de la muerte, el dolor de la muerte o la incomprensión de la misma. Pero así como encontramos muerte, también encontramos mucho amor en sus relatos.
Para mí, Estenssoro escribe El Occiso como una redención y una forma de procesar el duelo de una pérdida para volver a encontrarse con ella misma. Al mismo tiempo, hace revolución.
Nació en La Paz, Bolivia el 2 de julio de 1903 y falleció en Sao Paulo, Brasil el 28 de septiembre de 1970. Su vida estuvo siempre llena de viajes y escritura. Se casó con un aristocrático europeo, lo que le permitió conocer y vivir en varios países de Europa.
Vuelve a Bolivia en 1932 “sin su marido y con un hijo pequeño”. En ese tiempo, empieza a escribir columnas con el seudónimo Maud D’Avril las cuales tocaban temas para “que la mujer boliviana tome conciencia de su papel histórico, [y] conciencia de sí misma”. En 1937 publica El Occiso y, como dijimos en el anterior post, fue censurada.
El impacto de la censura hizo que no volviera a publicar ningún otro libro, lo que, no significaba que había dejado de escribir. Ella continuó escribiendo para sí misma. Esto lo vemos pues luego de su muerte sus hijos se dedicaron a recopilar, editar y publicar sus escritos como obra póstuma, con el fin de darle (a ella y a su escritura) una liberación. Lograron entonces publicar cinco volúmenes que recopilan toda la obra de Estenssoro, que va desde la narrativa hasta la poesía y el teatro.
Sobre El Occiso, Eduardo Mitre opina que esta obra debería pertenecer a los clásicos de la literatura hispanoamericana y que también es uno de los mayores aportes a la poesía boliviana. Mary Carmen Ergueta, por su parte, opina que Estenssoro “ha enseñado, a lo largo de la vida, a reconocer lo bueno de lo malo, lo bello de lo grotesco, lo trivial de lo humano. […] Un pueblo se mide por la estatura de sus exponentes ilustres y, María Virginia Estenssoro fue y será permanentemente uno de los productos más nobles y genuinos del pueblo boliviano.”
me gustó pero creo que o me confundí de libro o la profe jafte me lo contó mal porque no era para nada lo que esperaba. el último cuento es el más brutal y hace que valga 10000% la pena tener el contexto de los dos cuentos anteriores
maravilloso pero muy corto. y mucho texto desde la perspectiva masculina, que resulta ser la menos interesante (aunque la más poética)
“Tener él un prestigio de cínico, tener ella una aureola de maldad…”
Ho letto questi tre racconti per il mio esame di letteratura ispano-americana e adesso non ho parole. Dai temi trattati (relazioni extraconiugali, aborto, morte fisica e sensoriale) alla scrittura cruda, a tratti disgustosa, poi disperata, nostalgica, arrendevole e conciliante, infine onirica e inquietante, al fatto che poi l'autrice non pubblicò più nulla in vita sua a causa dello scandalo scoppiato dopo la pubblicazione dei racconti nella Bolivia conservatrice degli anni '40, tutto mi ha sconvolto, impressionato, ammutolito.
La letteratura boliviana è ricca di grandissime perle e María Virginia Estenssoro ed “El occiso” sono due preziosissime gemme.
3.75⭐️ no sabía qué esperar y me sorprendí, para bien... palabras crudas, simples, pero... ¿ciertas? pues, quién sabe (me refiero a el occiso, específicamente, porque... cómo será...). especial mención por la importancia social del texto en la época en la que fue escrito, en la sociedad en la que fue escrito. qué tales ovarios los de maría virginia! y, leyendo un poco su biografía, creo que los textos del libro cobran otro matiz... no me queda claro si son 3 historias que se siguen una a la otra o si son independientes. tampoco me queda claro si solo el occiso se publicó inicialmente y las otras dos en ediciones posteriores o si desde el inicio fueron los 3 relatos... si saben, me cuentan.
Escribo esta reseña sin haber dejado reposar la lectura. El tacto y el amor como temas comunes a los tres relatos que, además, se imponen como un hilo conductor de la obra. La termino ahora mismo, rotita.
Los relatos son muy interesantes, pero, desafortunadamente, la edición que yo leí tenía numerosos errores que me distraían de la lectura y mucha información innecesaria.