Si bien en el pasado Zacarías Zaragoza Zamora, alias Za Za, consiguió amasar una importante suma de dinero con el narcotráfico, ahora vive retirado en Ibiza en la más absoluta tranquilidad. El pasado reaparece cuando surge la posibilidad de manejar un nuevo negocio. Zaza no tiene intención alguna de regresar, pero la aparición de una nueva droga legal, la cual proporciona una sensación de felicidad absoluta, le obligará a replanteárselo y será, contra todo pronóstico, el catalizador de una serie de disparatadas circunstancias que acabarán por convertirle en el emperador de Ibiza.
Jorge Loriga Torrenova, más conocido como Ray Loriga es un escritor, guionista y director de cine español.
Tras trabajar en diversos oficios y publicar relatos en diferentes publicaciones como Underground o El canto de la tripulación, debutó en 1992 con su novela Lo peor de todo. Ésta tuvo gran éxito de público y crítica y fue publicada en toda Europa, como ejemplo de la literatura de la llamada Generación X, término que al autor le ha resultado siempre más que dudoso.
Un recuento del absurdo, con dealers, en Ibiza, que me ha resultado más entretenida de lo que esperaba. Lo que más me ha gustado es la droga de la felicidad, es perfecta, y bueno, a quién no le gustaría.
Hace unos días, tuve, cosa inusual, la mañana para mí tras la cancelación de un trabajo. Decidí, en un rapto de inspiración, ir a fnac y leer la nueva novela de Ray Loriga, Za Za, emperador de Ibiza, que ha publicado Alfaguara. En otras circunstancias, la hubiese comprado sin dudarlo pero, para decirlo con suavidad, mis arcas no atraviesan su mejor momento y, además, hace años Ya sólo habla de amor me había decepcionado (aun reconociendo que es una obra muy bien escrita que desnuda la ruptura amorosa sufrida por el escritor) porque el motor de la novela, esto es, lo del baile en la embajada Suiza, era deficiente, una trama sin fuerza que no podía hacer andar nada. Pero regresemos a la mañana de hace unos días. Y ahí estoy yo, aparcando la moto, llegando a fnac, sentándome en una butaca blanca algo sucia con Za Za, emperador de Ibiza entre las manos, y con cierta prisa, lo reconozco, porque únicamente tenía unas cuatro horas para leerme la novela: eran, en ese momento, sobre las once de la mañana y debía recoger del colegio a mis dos hijas a las tres y media, y el colegio no estaba precisamente cerca de la fnac… Pues bien, me puse a leer sin demora y con el acelerador levemente presionado, una lectura que obviaba, en consecuencia, el detalle, una lectura que no podía detenerse lo que hubiese deseado en determinados párrafos…, lo cual ayudó a restarle profundidad a la novela, a considerarla mero entretenimiento: un suceso no circunstancial, relevante a todas luces, que Ray Loriga –intuyo– ha buscado y en mí, precipitado por la exigida velocidad de la lectura, conseguido. En otras palabras, me barrunto que Loriga ha querido engatusar al lector, incluso al crítico resultadista, con las capas superficiales de la novela, y que lo ha logrado en muchas ocasiones. Sin embargo, si se lee con atención, o si se relee (como yo estoy haciendo ahora mentalmente al escribir esta reseña), la profundidad es innegable: baste recalcar que la felicidad es el abismo que sustenta la novela.
Digámoslo ya, el escritor inventa, y hace muy bien –para qué amargarse– una droga perfecta que proporciona felicidad, una felicidad plena pues “no hay día de después” (cito de memoria), o sea, no hay salida, o final, de la felicidad creada con la droga. Una droga, un placebo…, ya puestos, da igual. Es cierto que también, como se ha dicho, quizás en demasía, Loriga ha querido divertirse y divertir con Za Za, emperador de Ibiza, cosa que en ocasiones logra, y un servidor no es de carcajada fácil. Es cierto que Loriga también proporciona otras cuantas profundidades aledañas, como la posible independencia de un territorio, la geopolítica del narcotráfico o la neuropsicología, pero no calan demasiado porque son necesarias únicamente para ocultar el abismo de la felicidad que sustenta la novela, es como si Ray hubiese ideado una serie de inhibidores que dificultasen el descenso al verdadero nivel desde el que se ha creado esta novela, el nivel de la desesperación, tan actual, por cierto; por eso el escritor nos engatusa con sexo, drogas, fiestas y lujo made in Ibiza, con los tópicos ibicencos, en definitiva, y que se agradecen, no vayan a equivocarse; por eso aparecen en la novela referencias a la DEA (Drug Enforcement Administration), a Obama, o al Dueño del Agua. Por eso se muestra todo el oropel en primer plano, tan obvio.
Pero hay que mirar más allá, o mejor dicho, con mayor atención, enfocando los detalles. Esto me recuerda al principio de la novela, cuando Zacarías Zaragoza, alias Za Za, el protagonista, por supuesto, en una de esas tiendas de ropa del puerto de Ibiza, duda qué camisa comprarse entre dos camisas a simple vista idénticas y para decidirse inspecciona cuidadosamente las costuras de ambas, percatándose de las sutiles diferencias en la calidad de estas. Así, ya con los ojos más abiertos, si releemos determinados pasajes (cosa que yo estoy haciendo ahora en mi cabeza), percibimos el minucioso trabajo del escritor para ir contando en imágenes dobles lo que en realidad ocurre, esto es, superponer felicidad y verdad, imaginación y realidad; y pienso ahora en la llegada del enorme yate al puerto de Ibiza, obviamente llamado ZaZa, como la droga perfecta de la novela, cuando comienza la acción, como también pienso ahora en el helicóptero que entrevé Za Za, despegando de ese lujoso barco, o Zulema, la simia, y Zulema, la hermosa Lolita con dotes adivinatorias, personaje que ve, o que ya ha probado, el futuro… Son estas, y muchas más, las distintas capas que van dando profundidad a una novela que, en principio, se nos antoja superficial, pero que, creo que a estas alturas queda claro, no lo es. El escritor de cuarenta y siete años recién cumplidos ha elegido este recurso para enfatizar ese descenso a la oscuridad de la felicidad, allí donde es posible confrontar verdad y felicidad, la máscara con su dueño.
Za Za, emperador de Ibiza nos incita a replantearnos qué es la felicidad, qué seríamos capaces de dar a cambio de una felicidad perfecta y a nuestra medida. Es entonces cuando Ray Loriga nos saca del sueño, de su sueño, con un manotazo de verdad, repentino, que me pareció lo mejor del libro. El escritor dinamita sin atisbo de duda el edificio construido bien que mal por las disparatadas aventuras de Za Za para que sea engullido hacia las profundidades en un santiamén, como aquel impactante agujero que se llevó algunas viviendas y dos vidas en Guatemala en 2010. De hecho, recuerdo todavía un par de segundos –impagables– en los que sentí cierto mareo tras esa desaparición súbita que precipita el final de la novela e imponía, en mi caso, el regreso exprés desde las páginas del libro hacia la realidad de las tres de la tarde, momento de encaminarme hacia el abismo de la felicidad de tener que recoger a mis dos hijas del colegio, y que, luego, estuviesen allí esperándome; esa felicidad imperfecta, pero de verdad, y frágil y fugaz porque se están peleando por una hebilla del pelo de color rojo, la misma hebilla que no les importaba nada ayer, la misma hebilla que mañana, y en un puñado de minutos, estará tirada sin que nadie le haga caso, una hebilla de repente muy especial e importante aunque tengan en casa cincuenta hebillas del pelo más, también algunas rojas, de todos los colores, en realidad.
2 días y 204 páginas después. El segundo libro de Loriga que leo. Por su escueta sinopsis (no me gusta leer cosas con trasfondo de narcotrafico, pero ya mucho está implícito en ello) me atrajo y quise animarme, sabía que el autor es ingenioso, y no me arrepentí.
Aunque el comienzo es muy lento, y hasta un poco confuso, todo se pone mejor, y aunque el ritmo es tiene sus altibajos, logro cautivarme enteramente. Probablemente lo mejor de este libro (y del autor) es la imaginación tan explosiva que tiene. En esta ocasión una nueva sustancia-droga es lo que mueve a todo el libro.
Los personajes están bien, pero hay uno que se lleva el libro, insisto que el grado de imaginación del autor me llega a encantar.
Y aunque la intercalación de capitulos no me encantó, le añade suspenso, y es una mezcla entre pelicula de sci fi, novela negra y thriller, así que esta combinación agrada bastante.
Creo que no es ni de cerca el mejor libro del autor, pero con pocas cosas, llega a lograr un libro ameno que se disfruta y devora rápidamente.
Sobre todo ese final (muy español creo yo) es lo que le da esas cuatro estrellas.
No habrá reseña, pero sí habrá mucho más del autor en el blog.
Después de conocer al autor en persona en la feria del libro de este año (todo un honor dicho sea de paso) me decidí a hacerme con su última novela. No podría haber estado más acertado porque Za Za es cojonuda, sin más.
Además, lo bueno que tiene Loriga es que no escribe dos novelas iguales nunca, así que es imposible catalogarlo. Por ahí leí que Za Za trataba sobre ser feliz. Yo al acabarla me sentí hecho una mierda, porque sí, efectivamente trataba sobre la felicidad, pero no del modo en el que cualquiera la puede sentir, es… Bueno, no quiero destripar nada y a poco que profundice tocaría hacerlo, solo añadir que lo último de Loriga me ha parecido una lectura totalmente recomendable.
A destacar: Observar el monumental y divertido enredo que puede formarse en tu vida solo porque tu nombre sea el mismo que el de un barco y una droga.
A pesar de que mantiene las referencias a la cultura pop y cierto detallismo en la prosa que sigue siendo encantador, esta muy lejos del Loriga de los inicios.
El final es de esos en los que el escritor parece que se ha cansado de escribir. Cuando parecía que me enganchaba la historia e iba a suceder algo, va y se acaba de la manera más ridícula.
No es de mis favoritos de Ray Loriga. Empieza muy bien, tiene buen ritmo, pero llega un punto en que no pasa nada... o muy poco... y entonces se acaba...
This book is a bit of a dark horse, but a lame one. Some lines are priceless, really extremely well written, corrosive in its humour. Then there are chapters that are sadly just off target. I would think the author has definitely huge potential. I mainly read it for the Ibiza connection. It is solid work, sometimes even much better, but due to above reasons and the end, I took off stars. Otherwise it would have been a five stars.
Debo reconocer que me encanta Ray Loriga pero este libro no lo recomendaría. Quizás fue el momento en que lo leí y debería darle una segunda oportunidad pero no me gustó
"...alrededor de un botón no muy bien hilvanado puede y quiere crecer una jungla. O una tormenta. O el fin del mundo."
"Son los charcos los que intuyen o confirman el diluvio, las verdaderas vísceras parlantes de dios sabe qué futuros. O dios sabe qué pasados."
" Así es como se unen siempre el detalle, la sorpresa, la desgracia y la historia. Hay quien lo llama destino."
"Hay un entusiasmo muy peculiar que sólo acompaña al final de todas las cosas..."
" La ciencia (...) no es más que el descubrimiento, o mejor dicho la recuperación de las viejas leyendas que los dioses han separado de nuestro conocimiento."
"Cualquiera que decide un buen día ignorar a los demás piensa que a cambio merece ser recordado. (...) un déspota del imperio ínfimo de lo propio. (...) el infierno no es más que el eterno segundo que uno pasa en el lugar que uno cree que no le corresponde. Y en ese lugar vivimos todos. "
"Fuera de la percepción individual, que fluctúa entre la ira y el desconsuelo y tiende a simplificarlo todo, hay al menos cuarenta y cinco pisos de relación entre cada asunto cotidiano, por pequeño que sea."
"La respuesta común al curso de la tiranía del pasado es la huída, pero no existe la huída infinita. No merece la pena intentarlo. "
"...a los niños y a los adultos les fascinan solo dos cosas: lo sorprendente y el abismo que se abre entre los detalles. (...) nuestra preocupación por el detalle y la tristeza infinita que tal preocupación nos depara nos atrapan en la infancia para no soltarnos jamás."
" ...persistimos en el matiz mucho más allá de la brutalidad de la muerte...precisamente lo inapelable de las formas lo que a la postre nos destruye."
"La tranquilidad conlleva inevitablemente cierto desprecio; en cambio, verse desposeído de lo más pequeño supone reconocer muchos errores previos a la hora de juzgar el tamaño de las cosas(...) mi pequeña paz, esa que se pegaba al hueso del hábito sin fricción."
"...si algo se opone a la felicidad es precisamente su inherente inutilidad y el prejuicio moral que por nuestra parte la sustenta."
"El silencio no reina, pensó Za Za, pero no por ello se detuvieron, ni el reino ni el silencio. "
"...eliminando la posibilidad misma del miedo, cuanto más azarosa es la vida que le ofrecemos más encantador resulta el viaje, con la tranquilidad que otorga el saber a ciencia cierta que el naufragio es del todo imposible."
¨Za Za estaba retirado en cuerpo y alma, y cada día se daba palmaditas en la espalda por haber llegado tan lejos y hasta aquí.
No había consumido drogas desde hace quince años, y lo más parecido a una relación sentimental que había conservado se llamaba Pamela y era una discreta viuda veneciana que regentaba una pizzería cerca de su casa, es el casco antiguo de la ciudad. Pamela y Za Za nunca habían sido novios ni nada parecido, pero de cuando en cuando (si se cansaban de mantener relaciones fugaces con adolescentes drogados) se hacían compañía.
No se querían desesperadamente ni de ninguna otra manera, pero encontraban refugio ocasional y sexo más que aceptable el uno en brazos del otro, sin buscar complicaciones, como otra mucha gente que ha decidido querer poco a cambio de no soportar demasiado o soportar lo justo sin querer mucho."
Za Za es el nombre de una poderosa droga, un producto que proporciona risa, euforia, felicidad y no provoca ningún tipo de resaca. Pero Za Za es también un antiguo dealer de poca monta y escasa ambición que vive retirado en Ibiza y dedica sus días a leer prensa deportiva y pasear tranquilamente por la isla. Su vida cambiará cuando un gigantesco malentendido le confunde con el creador de esta droga perfecta y le convierte en el centro de las disputas de las principales mafias que se enfrentan por gobernar su distribución.
Aunque tiene algún destello de ingenio, se queda muy escaso por las expectativas que genera la sinopsis.
Uno de esos libros para leer en la playa, con un ambiente distendido y que se termina en un par de horas, pero al mismo tiempo una novela que no recordaré dentro de 5 años, que no destaca especialmente ni por la historia en sí ni por el estilo.
A mitad de camino entre lo que sería una peli de Eloy de la Iglesia sobre el retiro de uno de sus personajes quinquis y un relato de Philip K. Dick. Sin duda alguna un relato corto que se le fue de las manos y se convirtió por si solo en largo. En todo caso, entretenido, mordaz y canalla... y lo mas importante: bien escrito. Ideal para pasar una tarde libre.
Gran decepción. Uno de los grandes, al menos hace años, venido a menos. Novlea sin sentido que espera que el golpe de efecto final consiga reconciliarnos con la historia y darle coherencia. Estilo "los Serrano" me temo....
No es la mejor historia que haya leído de Ray Loriga. Quizá sí la que más "sentido" tenga. Aunque "sentido", con Loriga, es una palabra demasiado relativa.