Ele não tinha pátria nem rei, apenas um punhado de homens fiéis.Não tinham fome de glória, apenas fome.Assim nasceu um mito.Assim se conta uma lenda. Rodrigo Díaz de Vivar, o mítico herói espanhol também conhecido como El Cid - ou Sidi - é o protagonista deste romance. Um cavaleiro transformado em mercenário pelos acasos da vida, intrépido, fiel aos seus valores, venerado pelas suas hostes, temido pelos inimigos.Sidi é uma homenagem de Arturo Pérez-Reverte a um dos mitos fundadores do seu país. E é também um livro de aventuras no seu estado mais puro.
Arturo Pérez-Reverte Gutiérrez, is a Spanish novelist and ex-journalist. He worked as a war reporter for twenty-one years (1973 - 1994). He started his journalistic career writing for the now-defunct newspaper Pueblo. Then, he jumped to news reporter for TVE, Spanish national channel. As a war journalist he traveled to several countries, covering many conflicts. He put this experience into his book 'Territorio Comanche', focusing on the years of Bosnian massacres. That was in 1994, but his debut as a fiction writer started in 1983, with 'El húsar', a historical novella inspired in the Napoleonic era.
Although his debut was not quite successful, in 1988, with 'The Fencing Master', he put his name as a serious writer of historic novels. That was confirmed in 1996, when was published the first book of his Captain Alatriste saga, which has been his trademark. After this book, he could leave definitely journalism for focusing on his career as a fiction writer. This saga, that happens in the years of the Spanish golden age, has seen, for now, seven volumes, where Pérez-Reverte shows, from his particular point of view, historical events from Spanish history in the 16th century.
Apart from these, he also penned another successful works like Dumas Club and Flanders Panel, titles that, among others, made Pérez-Reverte one of the most famous and bestseller authors of Spanish fiction of our era.
8,75/10 Vaya por delante que ni idea de la realidad o mito que subyace en la novela. Mi valoración es exclusiva de los personajes y la novela en sí, no de si el Cid era así o “asao”. No sé en otras zonas de España, pero como burgalés la figura de El Cid siempre ha sido un mito cada vez que aparecía su nombre, en asignaturas o en dichos y diretes locales (supongo que fuera de España el Cid ni se conoce). Pues bueno, partiendo del mito –pero con algo de amueblado mental que no cree ya en los Reyes Magos- me arranco con esta nueva novela del Sr. Pérez-Reverte.
Y, claro, no hay mito pero sí un tío de carácter noble (aparte del nacimiento), carismático y preocupado por sus hombres. Duro, seco y guerreador. Un mercenario por obligación al ser expulsado de las tierras de su señor natural, Alfonso VI.
La novela nos da cuenta de dos de las campañas en las que anduvo el Cid (“Sidi”) y el tipo de trato que tenía con sus hombres, con sus enemigos y con el rey moro de Zaragoza que es su empleador en gran parte de la novela. Hay batallas, sí, pero Reverte no se explaya en ellas. El tema va más por el aspecto de psicología de personajes –fluida, con mucho diálogo, como va de serie en D. Arturo- que en intrigas palaciegas o en pontificar sobre la bondad o el carácter de mercenario a sueldo. Siendo burgalés y asiduo lector de Pérez-Reverte, esta novela era de obligada lectura. Y no me ha defraudado. Ágil, agradablemente breve y con personajes y acción fluidos e interesantes.
El propio título, “un relato de frontera” define la novela a la perfección. No es más, no pontifica. Cuenta este relato y ya. Que su visión del Cid la juzguen otros. Yo, sencillamente, la acepto como suya sin ser "palabra de Dios".
Pues me he quedado con la miel en los labios. Se me ha hecho corto, quizás porque la novela lo es. Supongo que el maestro Pérez-Reverte comienza aquí una serie, al estilo de su “Alatriste”. De hecho, si no fuera por la diferente ambientación, parece que estás leyendo a este último. Asistiremos a un breve episodio de su vida, al poco de su destierro por Alfonso VI tras la jura de Santa Gadea y su incorporación como mercenario al servicio del rey moro de Zaragoza. Todo muy bien reflejado en palabras que el autor sabe manejar a su antojo. Hay un par de batallas, y un intento de desmitificación de un personaje que ha sido explotado por el franquismo como el summum del carácter ibérico y machote. Todo leyenda.
Espero que la próxima entrega (pues doy por hecho que la habrá) incluya un poquito más de contenido, y que abarque la conquista de Valencia. También agradecería una entrega inicial, anterior a su destierro (sufrió varios, no sólo uno) y algunas escenas familiares con Ximena. Por lo demás, pocos peros le puedo poner a una novela más que correcta, y a tener en cuenta en la literatura histórica patria, salvo su brevedad.
Alucino al ver las notas tan altas de este libro que literalmente no trata de nada. Un tercio de él es una escaramuza del Cid siguiendo a los moros, otra parte el Cid charlando con el rey de Zaragoza y otra, otra batalla. El Cid habla como Falcó, algo más seco y cortante, como que es castellano recio y bregado (el autor se encarga cada dos por tres de recordarnos cuán machos y cuán sobrios y trabajados son estos hombres durisimos de la frontera). La única mujer que aparece... ¡adivinen! sí, está para que el Cid se la tire. Si hasta el Cantar del Mio Cid es más feminista y tiene más participación femenina. No ser feminista no es delito, por supuesto, pero es que el personaje femenino que aparece tiene mucho delito que solo sirva para una cosa cosa, y encima el autor, para no manchar la "honra" del Cid, ese gran héroe que piensa todo el rato en Jimena, nos escamotea con una oportuna elipsis la escena de sexo... la deja a la libre imaginación, y luego nunca más se supo. Otra cosa muy ridícula es como todos los personajes incluso los moros están todo el rato diciéndole al Cid lo bueno que es en lo suyo, y lo mítico y legendario. Madre mía, vaya Gary Stu de la estepa castellana. Los diálogos, en la línea del autor, quieren ser ingeniosos y se quedan en vacíos. Y no me explayo sobre la forma tan tonta de meter los flashbacks con personajes que dicen "¿te acuerdas cuando...?". Seguro que hay mejores maneras... Una novelita de aventuras que como mucho habría dado para un relato por contenido. Se lee rápido, eso sí. Lo peor, el final decepcionante augura continuación...
"Lejanas, frías en lo alto, las estrellas parpadeaban indiferentes. Estaban acostumbradas a que los hombres se mataran entre sí"
Soberbio joder, sencillamente soberbio, que manera más sublime de sumergir al lector con cada palabra, de vivir cada escena como si tu mismo estuvises ahí.
No tenía patria ni rey, sólo un puñado de hombres fieles. No tenían hambre de gloria, sólo hambre. Así nace un mito. Así se cuenta una leyenda.
Un libro con mayúsculas, hace que sea muy difícil detenerse en un solo aspecto positivo del libro o de la historia, pues cada línea muestra calidad, aquí una vez más no hay una sola palabra sobrante o un momento que nos "corte" la lectura o el ritmo, todo está integrado de una manera eficaz para contar con todo nuestro interés. Quizás si me parase a pensar, podría subrayar la complejidad de los personajes, el magnetismo de uno de ellos en particular, la ambientación, la trama, el propio periodo histórico es un tiempo de colisiones y ambiciones para leer sobre el. Difícil quedarse con una sola cosa. Se me hizo corto, me dejó con ganas de más, ojalá algún día el señor Reverte retome a su SIDI.
Casi finales del Siglo XI. Rodrigo Díaz de Vivar, el famoso Cid Campeador, obligó a Alfonso VI, actual y nuevo rey de León y de Castilla, a jurar en Santa Gadea, Burgos, que no había tomado parte en el asesinato de su hermano, el rey Sancho II, que cayó asesinado en el asedio a Zamora en el año 1072.
Pero como consecuencia de este acto un Alfonso enrojecido por la vergüenza y la ira espero su venganza, alimentado este fuego por el mayor enemigo del de Vivar, García Ordóñez. De Vivar fue condenado al destierro por un año, dos por su propio orgullo y decisión, él y hombres leales a la familia, incluso propios familiares y otros que le seguirían por el nombre de esta leyenda. Y sobreviven ocupándose de encargos, como el de perseguir en la frontera entre la Castilla cristiana y los reinos musulmanes a una partida de musulmanes, a los que sigue con sus hombres fieles como Minaya, Diego Ordóñez, Alvar Fáñez y el resto hasta un monasterio asediado. Aquí uno de los frailes se une al grupo, ya que conoce bien la zona. La tropa avanza lentamente, para evitar los estragos del agotamiento, y también como buenos cazadores esperan al cansancio de sus presas.
"—¡Soy Sidi Qambitur y vosotros sois mi gente!... ¡Que en Lérida y Barcelona lloren viudas y huérfanos al oír nuestro nombre!"
Reverte desmitifica la figura del famoso Cid ese héroe español, aquí nos lo muestra como un personaje motivado por la supervivencia de su destierro, el y sus hombres, en recaudar dinero, en conseguir encargos y así de una manera u otra, seguir engordando su leyenda. Sin duda se ha llevado al personaje a su terreno, uno sin escrúpulos, movido por sus propios intereses, una persona humana más, pero que en el fondo tiene ideales y virtudes.
La narración combina un lenguaje actual con muchas expresiones y formas de aquel tiempo esto aporta a su lenguaje que sea sencillo, duro y seco, dándole a la lectura mucho dinamismo. Se da su tiempo antes de anticiparse a batallas y acción en ese el clímax que tenemos en varias escenas, haciendo que su lectura se disfrute te va dando dosis antes de que la sangre riege el suelo. Con acepciones de mundo musulmán y sus costumbres. Con personajes con personalidades trabajadas que son a fin de cuentas muy, muy humanos. Y no pocas referencias a la falta de higiene dado las situaciones de estos hombres y la época. Sobre olores, deseos, instintos.
El libro está dividido en cuatro partes distintas Sin apenas tregua para el lector, alguna más liviana en la que no están en el campo de batalla, sino en la corte. Vemos también mucho contraste cultural.
Uno de los personajes más populares tanto de la Historia como de la Literatura española. Todos, o bueno casi todos, han leído sea en el colegio o por voluntad propia "El Cantar de Mío Cid" que ensalza su figura y atemporal leyenda. Pues si decides leer esto como si fuese ese Cid, estáis equivocados.
El personaje de Ruy Díaz de Vivar, es cínico, no es una persona compleja, pensativo y de pocas palabras pero cuando las dice surge el efecto del líder nato, el ordena y sus hombres ya sea por confianza o por la leyenda de su nombre lo siguen, hasta la muerte. Es una persona astuta, versado en el arte de la espada y con muchas campañas a su espalda por la que goza de gran respeto, incluso en situaciones que a otros no les obedecerian. Siempre se muestra duro como el hierro respecto al honor, sus creencias y su rey.
Demuestra tener conocimientos en teología y en el Corán tanto para hablar o ganar cierto respeto con los moros amigos o enemigos. Como para hacer que confiesen sin necesidad alguna de recurrir a torturas físicas. Con la palabra, pues como dije es de pocas pero cuando abre la boca.. Aquí nuestro Sidi es una persona más que busca sobrevivir, es un mercenario. No tiene claras las marcas que otros se graban a fuego entre cristianos y musulmanes, con dudas en lo que unos dicen que es malo otros que es bueno.
"¿Sabes qué es esto, Mahomé? Tocino de cerdo fijate bien. Hensir. —Voy a decirte lo que haré contigo antes de cortarte el cuello. Te voy a restregar esto por la cara y la boca, ¿sabes?.. Y cuando te degollemos te meteré un buen trozo por el culo, para que vayas con la boca y el objeto llenos al paraíso, en busca de de esas huríes que tenéis allí, y que cuando llames te den con la puerta en las narices"
Un libro que te deja con ganas de más, de que sea más largo o que se convierta en saga, es sublime, un toque realista y sincero, humano. Sin duda atrapará al lector haciendo que se adentre sin remedio en la lectura, sin ninguna floritura.
Como dijo el maestro, es su Cid, su versión, una reinterpretacion sin contaminar ni por unos ni por otros pero que está cerrado por desgracia como así ha confirmado, ojalá un día retome a tan interesante personaje. El Sidi "revertiano" .
Como dijo varias veces. "Ahora que el lector decida si merece la pena o no". Obra maestra.
Dejo abajo un comentario aparte, que nada tiene que ver con el libro. 🙋♂️
"Huir solo sirve para morir cansado y sin honra"
Como anotación y con vuestro permiso me gustaría comentar algo. Desde hace algún tiempo he ido descubriendo que dentro de la literatura y sus géneros, la novela histórica se posiciona como mi género favorito, más que la Fantasía, CF o Thriller. Poco a poco me he ido dando cuenta de lo que me satisface y me fascina la lectura de este género. Sus historias, sus momentos y personajes.
Historias que aún conociendolas siempre hay datos nuevos, historias que creía que conocía y otras que desconozco. Este género no sólo me aporta mucho, sino que me gusta por su realismo. Hablamos de historia, de personas de carne y hueso que existieron o la época en la que vivieron, de lo bueno y lo malo. Aquí estás personas no cuentan con, tecnología, magia o súper poderes, es algo que hace que la lectura sea más épica y muy instructiva. Desde que aterricé en la maravilla que es Goodreads he tenido muchísima suerte con todas mis amistades, amistades geniales con la que comento, amistades que nos leemos y descubrimos. Y en todo esto hay un pequeño grupo que tuve la inmensa suerte de dar y caer en el, que es de histórica, ya sabéis quienes sois, y para vosotros van estás palabras de agradecimiento, por cada libro descubierto y todos los que quedan por descubrir y comentar.
Teneros ahí es una alegría de muchas por estos lares. Mil gracias, y un fuerte abrazo.
Amado por unos y envidiado, temido y detestado por otros, había tomado como lema el de un emperador romano, sugerido por un abad amigo de la familia: "Oderint dum metuant". Que me odien, pero que me teman. Estaba escrito en su escudo, en latín.
Aunque pretendo hacer una reseña más amplia en unos días, adelantaré que he disfrutado muchísimo de esta novela. Me ha parecido un acierto el modo en que Arturo Pérez-Reverte presenta al héroe del Cantar de Mío Cid, pero haciéndolo más humano y cercano a lo que, en mi opinión, debió ser la realidad. En esta transformación, no se pierde nada del aura del guerrero y su hueste, sumergiéndonos en una fantástica aventura medieval.
Comprendo que no soy muy objetivo con este autor, del que tanto he leído y tan buenos ratos me ha proporcionado, pero si no temes encontrarte al Cid convertido en un guerrero de frontera, desterrado y ganándose la vida, y disfrutas las aventuras de corte medieval con sujeción a las fuentes clásicas, te recomiendo que lo leas sin dudarlo.
El genio literario de Pérez Reverte, nos ofrece un flash, un retazo, un ramalazo de como podría haber sido la vida en la frontera entre los reinos cristianos y las taifas andalusíes en plena reconquista. Para ello recrea un pequeño periodo de la vida de Rodrigo Díaz de Vivar, nuestro gran héroe patrio, el Cid Campeador, los años transcurridos entre su primer destierro y su primera campaña a las ordenes del rey de Zaragoza, al-Mutaman, que concluye con la toma de Monzón (1082) y la batalla de Almenar, donde cae prisionero del Cid el mismo Conde de Barcelona.
Y lo que reverte nos presenta, no es un héroe, es un JEFE (si con mayúsculas), un jefe guerrero excepcional, de esos de los que ha habido muy pocos en la historia, esos que aunaban el genio militar y la capacidad de ganarse la lealtad inquebrantable de su tropa, que los hacía casi invencibles. Y fue sobre esto, sobre lo que se forjó su leyenda. Como siempre es de destacar el excepcional uso de le lengua castellana del autor, adaptada a este momento histórico. Me llama la atención cómo en esta guerra interminable de la reconquista, cualquier escaramuza, como la que se nos narra en este libro, la guerra por un par de fortalezas en la frontera entre dos reinos de taifas, se convierte en una guerra casi a nivel peninsular, con los distintos reinos cristianos apoyando a uno u otro reino andalusí, y enfrentándose entre ellos. Esto nos presenta el periodo de la reconquista, como un periodo complejo de múltiples conflictos, en el que casi nunca los reinos cristianos se pusieron de acuerdo para combatir al enemigo común musulmán, más bien al contrario, se consideraban entre ellos tan enemigos, como los propios musulmanes. También me llama la atención la versión de la historia que ha escogido Reverte para llevar a las manos del Cid la espada Tizona o Tusona. Es verídico que esta espada pertenecía por herencia a la casa de los condes de Barcelona. Es cierto que el pobre Conde Berenguer Ramón II fue tres veces capturado en batalla por el Cid (menuda némesis tenía que ser para este conde), y pudiera ser factible que le entregara la espada en alguno de estos episodios a modo de rescate o compensación. También he leído que en siglos posteriores se sigue haciendo referencia a esta famosa espada en posesión de los reyes de Aragón.....A saberse cual fue la realidad y si la famosa espada que hoy conocemos como Tizona, lo es o no. Ahí siguen unos y otros dándole vueltas, que si del siglo XI, que si copia del XVI, en fin. En cualquier caso se trata de una gran lectura. Nos humaniza al héroe detrás de la leyenda. Muy recomendable
Reverte hace una recreación de un par de campañas en las que participó el Cid e imagina cómo pudo ser su caracter y el ambiente de la época basándose en los libros que hay escritos sobre el Cid. Vaya por delante que el oficio de Reverte es innegable y hace un esfuerzo por adaptar el lenguaje del relato a un tono castellano antiguo que me parece muy conseguido. Si lo comparas con otra obra del autor parecen escritos por distintas personas.
Pero el problema viene con lo que nos cuenta. Si te pones a escribir una recreación de la vida del Cid, hazla completa leñe, desde el principio hasta ese final tan épico. No te quedes a medio gas contándonos solamente un par de campañas militares sin explicarnos cómo ha llegado allí el personaje y su recorrido. Esto último me ha decepcionado bastante.
Слабичко, очаквах много повече от този нов приключенски роман на дон Артуро... 😕
Темата е благодатна и макар за Ел Сид да има множество творби през вековете, не е проблем за майстор на историческия роман като Реверте да добави своя принос към легендата.
Книгата е достатъчно увлекателна, но същевременно е и доста повърхностна. Фигурата на Ел Сид остава неопределена и безплътна, клишетата и повторенията додяват от един момент и като цяло, не се е получило твърде добре. Засегнат е момент от живота му, в който той е изгнанник на служба при емира на Севиля и води битки като водач на армията му.
Българското издание се отличава с грозната си корица, среден превод и липсата на редактор! Неприятно съм изненадан от работата на издателство "Еднорог"... 😕
Приятен акцент е предговорът посветен на героя от проф. Петър Моллов.
Tres estrellas y media - 7/10 Creo que esperaba otra cosa de esta novela. Se lee muy bien y nos narra a lo que se dedicó el Cid despues del destierro, pero me ha faltado algo... me ha parecido un poco descafeinado.
Cada nueva novela de Pérez-Reverte es un acontecimiento social y esta vez ha decidido agitar las librerías y las redes recuperando a un personaje histórico que, a pesar de sus múltiples versiones, no ha sido retratado hasta ahora con suficiente profundidad psicológica o social. Y es que Sidi, sin ser una novela trasgresora, desvincula al personaje de la visión ultra-patriótica con la que se nos lo venía retratando y nos muestra a un guerrero habituado a vivir, luchar y dispuesto a morir entre fronteras. Porque en aquella época no había una sola lucha entre moros y cristianos como nos vienen contando; había muchos reinos en disputa por intereses y territorios, de las dos religiones, y las alianzas políticas se hacían como en la actualidad, a conveniencia. España era una idea, una denominación geográfica y la mal llamada “Reconquista” no era el principal objetivo de aquellos reinos ni de aquellos guerreros bajo el mando del de Vivar.
Con su habitual maestría al retratar escenarios históricos tangibles y verosímiles, el autor nos hará sentir el calor del Sol en nuestras cabezas y el zumbido de las moscas alrededor de los cadáveres que trataremos de no pisar mientras seguimos a un personaje inteligente, carismático, humilde y algo tosco que sólo se preocupa de vivir de su espada sin traicionar sus ideales sobre el honor y la lealtad. Huyendo de fanatismos pero sin poder evitar crueldades propias de la guerra y de la época, es amado y temido por unos hombres que escapando de su propio pasado, le siguen allá donde vaya sabiendo que cada día pueden morir.
En cuanto al argumento, durante la primera mitad del libro el ritmo es pausado, pero el interés se mantiene debido a la expectativa de un enfrentamiento armado contra tipos a los que desearemos la muerte. En esta parte Pérez-Reverte dará a conocer su pasado, su destierro y su situación no demasiado favorable y nos impregnará de un sentido épico necesario para disfrutar de la obra. El último tercio es básicamente una sucesión de hazañas bélicas que, sin abandonar completamente lo que creemos que fue la vida del Cid, marca un camino que esperemos, sea ampliado en obras posteriores ya que esta, se nos hace corta.
Всеки народ си има своя Свети Георги, победил змея. Онзи легендарен воин от здрача на историята, който в решителен миг може да бъде призован отново, и ще се яви, било и като сянка, за да съсече неправдата.
Лошото на легендите е, че са лесно употребими за всякакво мракобесие и фанатизъм, та с тях трябва да се внимава.
Испанската Реконкиста е кърваво и смутно време, в което - ако днес се заслушам в патоса на някои модерни испанци - ще рече човек, че добрите и лошите са ясно отделени от религия и цвят на кожата. Бели и черни - буквално. И лесно се забравят приказните мюсюлмански градини на Гранада и Севиля, разцвета на философията и поезията под знака на полумесеца. Както и варварската, необразована, тесногръда и нетърпяща грам мисъл енергия на християнския север.
Хубавото е, че дон Артуро и неговият Сиди, познат още като Сид Компеадор, не са го забравили. Не твърде. Всички герои, освен герои, са и хора. Наред с дълбоко земната си мъдрост и стоицизъм съчетават и факта, че често са чисто и просто касапи. Кръвта на другите, ненужна, смазва колелото на съдбата им. Както и това на историята, която не е справедливо райско място.
3,5 звезди
*** “Не може да имаш доверие на човек, който никога не е правил грешка. Излага другите на опасността да ги въвлече в първата, която му предстои да направи.”
“Често поражението идва, когато човек е склонен да прави само това, което може.”
“Колкото повече пот се пролива преди битката, толкова по-малко кръв се губи в нея.”
4/5 Novela histórica sobre el personaje de El Cid que narra tan sólo una parte de su vida y arranca una vez ha sido éste ya desterrado por el rey de Castilla y cómo se ve casi obligado a buscar su contratación por el rey moro de Zaragoza. La figura de El Cid, aparece descrito poco menos que como un héroe, guerrero sin parangón con las armas, comandante sin igual en la estrategia en batalla, en fin, todo lo que la leyenda nos ha trasladado a nuestros días (ojo, que yo no soy historiador ni estuve allí, no discuto nada). Me ha resultado una lectura muy agradable y la he disfrutado, más cerca de la aventura que por ejemplo la crónica de la obra sobre el mismo personaje de José Luis Corral, muy buena también.
Un disfrute excepcional de principio a fin. Una interpretación de la figura del Cid Campeador muy revertiana, muy bien documentada y soberbiamente bien escrita. Me deja un gran dolor el hecho de que no vaya a continuar con la historia de este gran guerrero, pues aún quedaban muchas cosas en el tintero, pero éste, como los perfumes, ha de quedar en un frasco pequeño.
Los episodios narrados en la novela comprenden desde el período inmediatamente después a su destierro hasta la batalla al servicio del Rey de Zaragoza contra su hermano el Rey de Lérida y el Conde de Barcelona. La escaramuza contra la razia mora me ha gustado mucho por el hecho de cómo explica el desarrollo que estos encuentros que sucedían muy frecuentemente en las tierras limítrofes entre las regiones pertenecientes a ambas religiones.
El ritmo, si bien no vertiginoso, como era de esperar de las novelas de don Arturo, se deja cocer a fuego lento, mostrándonos el día a día de estas huestes de frontera que saqueaban aquí y allá trabajando para aquel que pagaba. Me gusta mucho que se haya alejado de la figura mitificada de Rui de Vivar y que haya construido un relato creíble, extremadamente bien documentado y ameno a partes iguales.
Por supuesto, tendremos una versión interpretada sobre cómo consigue a Tizona y la aparición de Babieca, quien no podía faltar. A nivel de personajes, la versión de Sidi y sus hombres me ha resultado muy acertada, al igual que sus homólogos andalusíes y sus enemigos, (con un conde Berenguer Ramón muy odiable, dicho sea de paso).
Una lectura muy recomendable a la que me hubiese gustado ver extendida la campaña de Valencia, pero qué se le va a hacer. Un 5 estrellas.
Cada vez que leo un nuevo libro de Pérez Reverte me gusta más que el anterior. Aunque he de decir que este me ha sabido a poco, ya que al final se queda en dos pequeñas batallas.
La redacción es increíble (varios capítulos los he leído en voz alta, para que mi hija escuchara una historia antes de dormir y, la verdad, suena precioso, mucho mejor que en mi cabeza) y los diálogos son brutales. Me encanta esa pizca de canalla que suelen tener los personajes de Reverte y que se refleja tanto en los diálogos.
Aunque bueno, yo no suelo ponerle muchas pegas a este autor, me encantan sus novelas, así que no soy muy objetiva 😊
Cuenta parte del destierro del Cid. Una breve persecución, su puesta al servicio del rey de Zaragoza y alguna batalla. La historia en sí es muy simple, pero está muy bien narrada, y la descripción de las batallas en sí me ha gustado.
Los personajes son poco complejos, bien se indica en la obra que son soldados, gente simple con una vida simple (guerrear) El personaje de Sidi recibe, como es lógico, casi toda la atención, aunque alguno de los secundarios me ha interesado mucho.
En resumen general, me ha parecido un Capitán Alatriste en la edad media, lo cual me parece bien puesto que me gustan tanto la época como el personaje. Eso sí, de seguir la serie me gustaría algo más de trama, no solo ver como hacían la guerra.
Ожидание, что это будет традиционное историческое повествование, стало источником моего некоторого разочарования этим романом. Он - динамичный, полный действия, напоминает боевое историческое фэнтэзи. Но упор повествования делается на батальные сцены, смакуются детали поражения противника – мавров с подробным описанием, какие части тела были повреждены. Убитые «валятся, как снопы». Это не в моем вкусе. Между тем, Сид Кампеадор – легендарный военный и политический деятель, национальный герой Испании, герой испанских народных преданий. Ему посвящены пьесы и даже написана опера. На мой взгляд, эти вещи каким-то образом ускользнули из акцентов романа. Что еще удивило - это совместные боевые учения между христианами и мусульманами, так же как и совместная молитва.
Pérez-Reverte, con Sidi, se ha escrito un novelón. Quizá pueda parecer un poco exagerado, pero a mí me ha gustado mucho. Es un libro Pérez-Reverte 100%. Se podrá decir que volvemos a tener el mismo personaje de siempre, Alatriste, Falcó..., y es verdad, volvemos a tener dignidad, lealtad, coraje, decencia, honradez... Por lo pronto se nos desviste esa idea tan arraigada del héroe cristiano que lucha contra los moros. El Cid no es ni más ni menos que un mercenario. Obligado por las circunstancias pero un mercenario a fin de cuentas. Ciertamente lo de mercenario no suena demasiado bien y posiblemente tiene un tinte despectivo, pero en ocasiones los mercenarios son más de fiar que algún que otro altruista a tiempo parcial. En la historia se nos presenta a un tipo duro, con carisma, preocupado por aquellos que le acompañan y dispuesto a todo por ellos. No se trata de ver lo bueno o lo menos bueno que es el Cid, Sidi nos trae la vida de un guerrero acostumbrado a luchar, a vivir entre fronteras, a tener un señor u otro dependiendo de las circunstancias, aquí lo importante era ganarse el pan. Pérez-Reverte es un maestro cuando se trata de describir esos escenarios históricos en los que se desarrolla la historia. Y así se sufre el peso de las arrobas de acero que llevaban encima los personajes, el calor del hierro de los yelmos calientes por el sol, el zumbido de las moscas que acuden a la sangre recién derramada. El Cid, Sidi, es un tipo carismático, sencillo, que solo sabe de lo suyo, de guerrear, de matar para que no le maten a él o a los suyos, es un tipo tosco que lo único que pretende es no traicionar unos ideales que están por encima de todo. No es poco. Desconozco los planes que tiene Pérez-Reverte para su Cid pero posiblemente una continuación no estaría nada mal, algunos lo agradeceríamos.
Средновековието не е черно и бяло, макар често да се гледа така към него – вековна и неумолима борба на кръста срещу полумесеца, а що се отнася до западния край на Европа, величава Реконкиста и бавно, но славно отвоюване на територия от маврите. Реверте с присъщото си майсторство е сглобил приключенски роман от един кратък отрязък от живота на прочутия рицар, в който той е изпратен в изгнание от ревнивия си сюзерен, но славата му е достатъчна, за да се събере около него прилична дружина калени воини и жадни за слава младоци, за които трябва да се намери хляб и плата. За Диас и тези около него единственият занаят е войната – и макар да предпочитат да проливат кръвта на иноверците, нищо не им пречи и да им предоставят услугите си срещу добра сума.
Hacía tiempo que no leía a Pérez-Reverte y me pareció que esta novela podría ser una buena oportunidad para volver a leerle. La temática me llamaba la atención y en este estilo narrativo Reverte me suele gustar.
Al final el resultado ha sido bastante satisfactorio, es sencillo empatizar con el personaje protagonista y la ambientación dentro de mis limitados conocimientos de la época, me ha parecido más que correcta. También destacaría el ritmo narrativo, bastante constante y sin grandes altibajos, así como una trama principal en la que siempre sucede algo, por lo que es complicado aburrirse.
Por ponerle algún pero, al menos en mi caso, me hubiera gustado que se le diera un poco más de importancia a la acción, aunque entiendo que el autor usa la acción como un medio secundario para darle lucimiento al protagonista y no como una parte primordial de la historia.
Resumiendo, lectura amena, fácil de seguir y que engancha.
Consultando mis lecturas en Goodreads compruebo, sorprendido, que llevaba casi cuatro años sin leer nada de Pérez-Reverte. Lo último que leí suyo, Falco, no fue santo de mi devoción, la encontré una novela deja vu, una de esas historias que te recuerdan, en todo, a otras escritas por el mismo autor cambiando el decorado. Afortunadamente, no he podido elegir mejor una lectura para acabar con tan largo ayuno revertiano.
Quién se acerque a esta novela esperando encontrar una biografía de Rodrigo Diaz de Vivar, legendaria figura de la Reconquista por todos conocido, se va a llevar la misma decepción igual que el que esperaba encontrar numerosas batallas a espadazo limpio y acción frenética. Lo digo como aviso porque no han sido pocas las reseñas que he encontrado sintiéndose poco menos que estafados. Entonces, al grano: ¿qué es Sidi? Sidi es una estampa del Cid, una clase magistral de liderazgo que podría haber tenido como protagonista a otros grandes generales de similares virtudes y fortalezas, a saber, la veneración que inspiraban en sus hombres sin perder su condición de iguales en el campo de batalla, sin dejar de ser otro soldado más. Es un relato de frontera, uno en el que los rifles y los sombreros son sustituidos por espadas y yelmos, los indios cambian sus tocados de plumas por turbantes y enemigo es aquel que carga hacia ti lanza en ristre, poco importa que lo haga gritando Santiago y cierra España que Allahu Akbar.
Como he dicho antes, Sidi no cubre, ni por asomo, toda la vida del Cid, sino sus años de exilio trabajando como mercenario para reyes cristianos o reyes moros, quién pagara, en resumen. Durante este periodo cabalgamos junto al Cid y su mesnada a lo largo de territorio disputado y cambiante combatiendo a los sarracenos que hostigan a los colonos. Eso, al menos, al principio, pues pronto pasará al servicio del rey de Zaragoza, necesitado de hombres duchos en la guerra y aguerridos como fieras currupias para luchar y vencer a su hermano, el rey moro de Lérida. Y hasta ahí debo leer, pues aunque la historia del Cid está, de momento, en el currículo de la ESO, no es necesario venir aquí a destriparla.
La gran fortaleza de esta novela es lo excelentemente cuidada que esta su documentación, como suele ser habitual en el autor. Pérez-Reverte conoce el oficio como pocos, y no es raro verle compartir su proceso de documentación, siempre laborioso y exhaustivo. Al final de la novela, incluso, se incluye una pequeña bibliografía, prueba de que aquí se han venido con los deberes hechos. Esta labor de documentación permite que la inversión sea total la mayor parte de la novela, y digo la mayor parte porque la prolijidad suele venir acompañada de un defecto, el querer introducir más de lo necesario. A lo largo de la lectura no es extraño encontrar nombres de objetos y armas que para el común de los mortales son desconocidas; muchas por el contexto se pueden deducir, o si el contexto no aporta más datos siempre puede recurrirse a un diccionario. Puedo entender que a la gente esto le canse, porque a nadie le gusta detener la lectura para buscar el significado de un término, pero prefiero mucho más esto a añadir artificiosamente frases aclaratorias constantes: eso si que me saca por completo de la narración. Al menos estas aclaraciones las realiza el narrador omnisciente, de juzgado de guardia sería que el Cid tuviera que explicar a su alférez en qué consiste su cargo o qué es una cimitarra. Obviamente, esto es pecata minuta, no es algo que destroce la experiencia lectora, pero si es algo que luego de leer a determinados autores como Gene Wolfe, que son implacables con el lector por su forma de narrar, empiezo a tener más en cuenta. Quizá la mención al gran autor de ciencia ficción está de más en esta reseña, pero no lo estaría, por ejemplo, la de Juan Eslava Galán, que en su novela En busca de el unicornio recrea el habla y la forma de narrar propias del siglo XVII. Quizá acercarse más a ese estilo arcaico y totalmente inmersivo hubiera dificultado la lectura, pero desde luego habría provocado una inmersión total en la misma.
Pero si por algo destaca esta novela es por el excelente retrato que hace de su protagonista. En este país, la figura del Cid ha sido una de las más manoseadas, con muy distintas intenciones y para abanderar según qué movimientos conocidos por todos en los que no nos vamos a detener. Baste decir que la mención del Cid cercana a la del Cantar, la más hagiográfica, a día de hoy, es como mínimo sospechosa, sinónimo de naftalina y caspa; en tanto que la deconstrucción y desmitificación están a la orden del día, y eso en este país significa coger y pasar a según qué personajes por el fango hasta el punto que no los reconozca ni la madre que los parió. Baste mencionar a modo de ejemplo esa exquisita representación hecha en El ministerio del tiempo, en la que Don Rodrigo era poco más de un cafre asilvestrado sin honor y brutal, un borrico con tabardo y cota de malla que más que hablar gruñía, y que si por algo teníamos esa imagen heroica del Cid del Cantar y obras similares era gracias a que un agente del ministerio se había hecho pasar por él ex profeso. Ante tal alarde de profesionalidad uno, que es un poco malpensado, tiende a pensar que lo más sospechoso no es la figura mitificada del Cid y sus implicaciones, sino las intenciones de unos guionistas que se han propuesto tarea de divulgar la historia de un país. Y de la serie mejor ni hablo.
Pero aquí hemos venido a hablar del Cid revertiano, a mi parecer, un retrato bastante acertado, que mantiene un equilibrio entre la desmitificación lógica del personaje y la merecida fama que cosechó por sus hazañas, amen de su documentada mesura en las formas y su conocimiento de la morisma a la que, y con la que, combatió durante tantos años. Don Rodrigo es un hombre sencillo y honorable, pues por honor se exilió, parco en palabras, no especialmente culto pero buen conocedor de la naturaleza de los hombres, implacable al impartir justicia pero también sanguinario con los enemigos y los prisioneros cuando tocaba. El retrato que nos ofrece Reverte se centra, sobre todo, en como Rodrigo Diaz de Vivar paso a ser Sidi, El Cid, es decir, cómo se transformó de guerrero a líder y los sacrificios que realizó campaña tras campaña para convertirse en esa figura admirada por la que sus hombres morían gustosos. Y no es bonito lo que hace, aunque sobra decir que la guerra nunca lo es, y menos en la frontera, lugar en la que la disciplina es frágil y las más bajas pasiones están a punto de ebullición. Son varios los episodios en los que Reverte nos relata cómo ocurre esta transformación, en algunos de ellos siendo su heroísmo, su compasión y su justicia las que sobresalen, pero en los más siendo protagonistas las despiadadas formas que tenia la guerra en ese entonces. El Cid fue un gran guerrero y un buen líder, pero no fue un santo, la espada no la tenía precisamente de adorno. Y sobre todo, y más importante, no fue ese paladín de la cristiandad, porque como mercenario tuvo que pasar a cuchillo a mahometanos y cristianos a partes iguales, y si había que saquear, se saqueaba, y si había que vender al personal como esclavo, se ponía la mano para recibir los maravedíes y a otra cosa mariposa. Perez-Reverte se esfuerza mucho en recordarnos todo esto: la humanidad del Cid, lo cruda que es la guerra y que la reconquista fue un periodo complejo que no puede resumirse en cristianos y moros atizándose por el control de la península. Quizá me atrevería a decir que el autor casi se esfuerza demasiado en que todo esto quede cristalino, porque hasta se puede detectar un inconsciente tono exculpatorio en según que episodios, o quizá esa sensación me ha transmitido por tantas repeticiones centradas en cómo la vida guerrera moldea la naturaleza del hombre y lo hace cometer actos tan desagradables. No me voy a quejar por esto, precisamente porque Reverte es de los pocos rebeldes a los que les importan un comino el qué dirán, pero no se, quizá el peso de los años ha logrado atemperar el beligerante tono del cartagenero. O muy seguramente haya sido una impresión mía. Sea como sea, el retrato que Reverte realiza del Cid es muy maduro, y la madurez se echa bastante en falta en el género histórico, ya sea en libros como en cine.
Pero si algo he disfrutado por encima de todo es de los diálogos y de la acción. A tono con esa violencia cruda, los personajes hablan como a espadazos. Son hombres de armas, habituados a las estocadas, los cortes y las heridas abiertas; la retorica no es su fuerte, pero cada vez que hablan no dan puntada sin hilo. He recordado mucho los diálogos secos y cortos del western, en que cada frase se dispara al contrario y siempre da en el blanco. Hay frases que suenan a sentencia de muerte, chistes que te hacen reír por lo salvajes que son y por la poca importancia que le dan los personajes. Recuerdo uno que va con una ristra de orejas cortadas a modo de collar para vengar la perdida de la propia en plena refriega, y va el tío tan campante y dice: busque muchas pero ninguna me hacía juego. De perlas así está salpicada toda la lectura, y es un verdadero disfrute encontrarlas.
Podría seguir y seguir hablando del libro, pero entonces ni Dios se molestaría en leer esta reseña. Espero que esta reseña que por su extensión ya debería de recibir otro nombre -coñazo, por ejemplo- anime a los escépticos y se decidan a leerla. Aunque, seamos sincero, es Arturo Pérez-Reverte de quién hablamos: a quienes le gusta ya la habrán leído y quienes lo detestan da igual que haya escrito el relato más hermoso del mundo, no lo leerán en la vida: el precio a pagar por tener una columna de opinión, supongo. Ellos se lo pierden.
“El Cantar de Mío Cid” es una obra clásica que muchos han tenido la oportunidad de leer, era ese tipo de textos obligados en la secundaria hace algunos años, tal vez hace más de los que podemos recordar. A don Arturo le tocó y por eso como buen consumidor de letras quiso rendir homenaje a esta obra, intentando pagar la deuda que tiene con el autor, que por cierto es anónimo.
Pero como es costumbre del autor cartaginés se tomó la libertad de hacer una mezcla entre la historia original y el tipo de personaje Revertiano, con una mezcla de Western, una cosa bien extraña pero lograda y entretenida.
Aquí no hay Cid, hay Sidi, Rodrigo Diaz de Vivar desterrado y obligado a establecer contratos ofreciendo sus servicios como mercenario. Una visión mucho más humana y real del idealizado personaje del “Cantar”.
Reverte tiene un notable interés por la lealtad, un valor que sin duda es transversal en la mayoría de sus novelas y esta no es la excepción.
Nuestro Sidi es leal, a la hueste de mercenarios con la que anda cazando moros como Dios manda o mandaba, a la memoria de un rey con quién lucho palmo a palmo en sangrientas batallas y es leal a sus ideales, su forma de ver la vida y del honor con que planea terminarla.
Aunque no es una novela cargada de datos históricos, maneja un lenguaje de época que a veces para quienes no estamos acostumbrados a leer o escuchar este tipo de formas y expresiones resulta algo incómodo o por lo menos retrasa un tanto el ritmo.
Me pareció seguir encontrando matices muy del corte de Alatriste o Falcó, algo normal ya que el autor a definido a lo largo de su trayectoria un tipo de personajes con características que resaltan y se identifican fácilmente en toda su obra.
No es un libro que recomendaría para quienes no han leído a Reverte, pero sin duda es un buen libro, más violento que histórico, intenso y que cumple con la función de unir personajes un poco olvidados, con un siglo XXI complejo.
Hacía mucho tiempo que no leía nada de Reverte. Me quedé en las novelas de Alatriste, que disfruté mucho pero que se me hacían cada vez más cargantes por el constante lamento del autor de lo malos que habían sido los gobernantes que, a lo largo de la historia, le habían tocado al pueblo español.
No me sorprende, pues, que Reverte haya acabado escribiendo una novela sobre el personaje histórico que dio lugar al dicho "qué buen vasallo, si tuviera buen señor". En esta ocasión, afortunadamente, el trato injusto del Rey Alfonso hacia El Cid no es proclamado cada pocos párrafos. Sí se repite hasta la saciedad, no obstante, el comentario de lo rudos, duros y buenos combatientes que eran aquellos fieles guerreros que lo acompañaron en su destierro, como si sus diálogos rezumantes de laconismo y hosquedad no fueran suficientes para demostrar que El Cid y su tropa de mercenarios eran los mejores en su trabajo, igual que Lobezno. Son, para mí, estos diálogos lo peor del libro: planos e inexpresivos, dignos de novela mala de vaqueros. Quizás ese aire pulp sea deliberado. La conversación con la mora seductora (en realidad, la escena entera) es especialmente sonrojante.
Otro punto flojo a mi juicio es el tratamiento hagiográfico que se da al protagonista, que nunca comete errores, ante cualquier obstáculo siempre sabe cuál es la forma de proceder óptima, y en ningún momento deja de ser objeto de la admiración y la lealtad ciega no sólo de sus seguidores sino de todos aquellos personajes con los que se va topando.
Donde el libro sí que brilla es en la narración de las escaramuzas y episodios bélicos, que transpiran sensación de autenticidad. La batalla final, en particular, es magistralmente contada con una emoción y suspense cinematográficos. Es una novela que va de menos a más, y su conclusión es muy satisfactoria.
Así que es un libro que, pese a todos sus defectos, disfruté bastante. Se lee con facilidad y rapidez, trata de un momento histórico y un personaje apasionante y, sobre todo, da una interpretación fabulosa de cómo era el combate medieval.
Visión muy personal del autor sobre el personaje del Cid Campeador, que retrata de forma absolutamente magistral su idea de cómo debían ser las cosas en aquel duro año de 1082, y de cómo veían a Ruy la gente que lo rodeaba, amigos o enemigos. Quizá un poco idealizado el personaje, pero me gusta pensar que pudiera existir gente así, eso es lo que hace grandes las novelas, que te transportan a sitios que te hacen soñar despierto. Venga, que me atonto. Pues eso. Época dura, gente curtida, polvo, sangre y calor en un mundo con unos códigos propios. Batallas realistas, narradas que te rilas de bien. Pudo ser así, o de otra manera. Pero esta manera que retrata Pérez-Reverte me ha encantado!
Nuevamente, un ejercicio de estilo à la Reverte. En Sidi, el maestro Reverte hace zoom en unos cuantos meses de 1082, durante los que se forja la leyenda del Cid. Antes de Babieca y de Tizona, antes de la conquista de Valencia. Reverte hace un estudio del mando, un esbozo del liderazgo, una anatomía de la autoridad. En varias conversaciones de Ruy con sus subordinados, con sus aliados, con sus señores, Reverte nos pinta lo que cree que otros vieron en Rodrigo. Nos lo pinta de manera bastante explícita y en conversaciones que a veces son un poco envaradas y que a veces se repiten, pero que dabn un cuadro bastante completo de qué podía hacer al Cid una leyenda viva de los ejércitos. También nos muestra el autor el peso del mando, la gravedad de ser responsable de vidas y almas. Y el olvido de todo lo que no sea el aquí y el ahora cuando se entra en combate. De nuevo el protagonista es un héroe cansado, de los que acostumbra a dibujar Reverte, aunque esta vez es, de verdad y literalmente, un héroe cansado. El libro se lee solo, es una delicia seguir la historia y sorprende el final por lo rápido que llega, a pesar de sus 369 páginas. Reverte domina completamente su oficio, aunque esto no son noticias, por supuesto.
El libro pretende contar la parte de la Historia que va desde que El Cid es enviado al destierro por el Rey Alfonso, tras la Jura de Santa Gadea, hasta que el de Vivar se convierte en mito, en el SIDI (Señor).
En realidad no cuenta la Historia, sino que Reverte crea una ficción en la que no pasa de dos o tres escaramuzas, en las que lucha unas veces contra los moros y otras a su lado, para justificar el SIDI SIDI SIDI que acuñan los invasores.
No deja de ser un libro de aventuras cuyo rigor histórico pongo en duda, si no fuera de Reverte el libro seguramente pasaría desapercibido.
Una pena, creo que se ha perdido una oportunidad de hacer un gran libro y se ha quedado en algo para hacer caja rápida aprovechando el tirón del nombre del autor.
La narrativa de Reverte es estupenda, y la historia, aunque parezca ya manida, no lo es en absoluto. He disfrutado de la lectura, pero me ha sabido a poco...
Vaya por delante que me declaro seguidor acérrimo de Arturo Pérez-Reverte desde aquel "Maestro de esgrima"... Enfrentarme a cualquiera de sus novelas es como reencontrarme con un viejo amigo, que se que me va a contar una historia cuanto menos interesante, con un estilo limpio y directo que va a engancharme desde el primer párrafo, y que me va a hacer disfrutar. Y este Sidi cumple con todas las expectativas. El personaje daba para lo narrado y más (pero para eso está el Cantar...), y en esta ocasión Pérez-Reverte muestra únicamente algunas escenas, pero suficientes para dibujar a trazo seco un personaje memorable. Así que una lectura más que recomendable.
En toda biblioteca familiar que se precie de tal no faltan nunca algunos libros. Si la biblioteca se vanagloria de ser algo completa, encontraremos siempre El Quijote de la Mancha, algo de Borges, quizá 100 años de soledad, una Biblia y un Cantar del Mío Cid. Por supuesto, que cualquiera de estos libros esté en la biblioteca no implica que nadie los lea y probablemente muchos de ellos se cuenten dentro de esa curiosa lista que podría llamarse “libros que tengo, que cito y que nunca he leído” una práctica cada día más abundante (que hoy día llega a incluir citas, muchas veces erradas, en redes sociales). Siendo, quizá, el menos conocido de los antes mencionados “El Cantar del Mío Cid”recoge las hazañas heroicas del caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar –también conocido como El Cid Campeador- en un cantar de gesta que se compone por 3735 versos de extensión variable –anisosilábicos, aclara wikipedia- de mano de un autor anónimo. La versión que se conserva hasta nuestros días data de alrededor del año 1200, mientras que las aventuras históricas del nacido en Burgos se ubican alló por el 1080, año más, año menos, y fueron muy probablemente bastante menos heroicas de lo que su gesta cantada narra. Si bien el relato lo ubica –como, de hecho, eventualmente fue- héroe de España (o Castilla) en vida sirvió a varios caudillos, sin importar si estos eran cristianos o musulmanes. Y, tal cual todos en esta época, fue capaz de actos de extrema crueldad o violencia. Y aquí es que entra en juego don Arturo Pérez Reverte. No es la primera vez que el Cid salta de su cantar de gesta a otros formatos o lenguajes. Acaso se deba a lo que decíamos antes –que en definitiva no es tan leído- pero la historia del Mio Cid ha sabido ser película –una versión hollywoodense que el tiempo ha vuelto hasta que ridícula, con Charlton Heston- historieta –una brillante adaptación, argentina, a cargo de Alejandro Farías y Antonio Acevedo- y hasta figurar en uno de los mejores episodios de la gran serie de TV española “El Ministerio del Tiempo”. Pero sin duda es aquí donde más y mejor se potencia su historia, aprovechando la experta pluma de Pérez Reverte, quien a la hora de escribir aventuras históricas cargada de emoción y violencia está ni que pintado (basta con leer su saga de Alastriste para constatarlo, más allá de la novela que toca hoy en suerte). Pérez Reverte no adapta todo el Cantar o toda la historia del Mío Cid –sería cosa extensa, de así hacerlo- sino que se concentra en un momento puntual de su historia (cuando acaba de ser desterrado por Alfonso VI) y narra unos dos años de la vida de este señor feudal y sus hombres, mientras vaga por ese turbulento territorio disputado por moros y cristianos que se llamaría España muchos años después. Rodrigo Díaz encarna su época –quizá algo idealizado, a pesar de ser capaz de la mayor violencia, Pérez Reverte lo presenta como hombre derecho y de principios- y la complejidad del espacio en el que se mueve. No hay buenos ni malos aquí. Hay gente con códigos, enemigos dignos y de los otros, además de aliados que bien pueden ser circunstanciales. Traiciones y lealtades componen este mundo gris que le compone Pérez Reverte al Cid, donde no importa el color de la piel o la creencia religiosa, hay hombres buenos y hombres malos no importa bajo que bandera acampen. Por momentos cruenta y difícil de tragar, Sidi –que así conocen los musulmanes al protagonista- es también una novela escrita con todo el oficio del que Pérez Reverte es capaz y eso es decir: las páginas vuelan, la emoción es permanente y es muy difícil parar de leerla hasta terminarla. Una vez más Arturo Pérez Reverte cuenta con entusiasmo y pasión una aventura que abreva de lo mejor de la literatura folletinesca pasado por el tamiz de su propia prosa, tensa y dinámica. Una gran novela histórica y de aventuras.