La nueva novela de Mario Mendoza después de seis años
Adán Santana, un novelista con el cuerpo desbaratado y maltrecho por varios accidentes sucesivos, con un precario estado mental, que menguó sus fuerzas y su espíritu, sobrevivió como pudo al encierro de la pandemia y ahora es un náufrago inmóvil. La humanidad no cambió un ápice tras la prueba extrema que experimentó y él, en medio de ese caos, no sabe cómo retomar el rumbo, si es que aún existe alguno, después de todo lo que ha pasado.
De manera misteriosa comienzan a llegarle señales de que debe volver al corazón oscuro de la ciudad que ha alimentado sus obras. La intempestiva aparición de un viejo amigo, un bohemio músico de jazz, lo pone en marcha al recomendarlo con una joven artista que recordó en terapia, por medio de la hipnosis, su propósito al conectarse con sus vidas pasadas.
Al abismarse de nuevo, el escritor descubre que la realidad pierde su forma y que lo que cree sólido se desvanece. Sumergido en el Kairós, el tiempo sagrado, su cordura y templanza serán puestas a prueba por militares que experimentaron el horror, creyentes que esperan con fervor al nuevo Avatar, guerreros espirituales forjados tras las rejas de la cárcel, sádicos torturadores profesionales, víctimas escaldadas por un dolor que las consume y alimenta un odio atroz.
Comprenderá que "sin muerte no hay renacimiento", que "si no hay un final no podremos tener un nuevo comienzo" y que al dejar "esa pose de escritor pulcro y cuidadoso, que calcula cada paso que da como si temiera hundirse en el abismo. Cuando quizás de lo que se trataba era, justamente, de dejarse caer en el vacío y de disfrutar el viaje por el precipicio".
Escritor colombiano nacido en Bogotá en 1964, Mario Mendoza es uno de los autores latinoamericanos más influyentes de la actualidad.
Tras licenciarse en Letras, graduarse en Literatura Hispanoamericana y trabajar como pedagogo, Mendoza decidió iniciar su carrera literaria a partir de 1980, combinando la escritura con la docencia en literatura y la colaboración con diversos medios culturales.
Su primera novela, La ciudad de los umbrales, fue publicada en 1992. Tan sólo dos años más tarde fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura de Colombia por La travesía del vidente. Con otra de sus obras, Satanás, se hizo con el Premio Biblioteca Breve de la editorial Seix Barral en 2002.
También destacan en su obra los libros dedicados al público infantil, en especial la saga El mensajero de Agartha.
Flojo libro de Mario Mendoza. Está vez, aunque su estilo se hace presente nuevamente, no pude conectarme con ninguno de los personajes que crea. Tiene historias aleatorias en las que su hilo de conducción me parece muy rebuscado. Quizás algunas frases sobresalgan pero la expectativa era mucho más alta. Si van a leer a Mario Mendoza, no prioricen este libro.
Realmente amo los libros de Mario, Pero lastimosamente no pude amar este, Su narrativa se me hizo caótica y quería abarcar muchas cosas pero no pudo con una. Los personajes se me hicieron unos idiotas revoltosos. Su lucha se me hacia muy floja porque no tenían argumentos fuerte como para convencerme. El uso de la historia de Jesús y sus símbolismos junto a la mentalidad de esos idiotas se me hizo detestable, fue una pésima combinación. Pero bueno, no por eso voy a dejar de disfrutar sus otras historias, algunos de sus libros son mis favoritos, solo que no tuve suerte con este.
Los vagabundos de dios, es una novela que trata sobre un escritor reconocido que termina siendo parte de una secta que argumenta seguir la palabra del dios católico de la manera correcta se dedica a combatir la desigualdad y la indiferencia social, dicha secta está conformada por personas que han sido violentadas y rechazadas por el estado colombiano, madres de falsos positivos, inválidos por una persona rica que quedó impune, encarcelados injustamente, entre otros.
En ella se encuentran muchos matices de la humanidad y se da una clara muestra de cómo funciona la corrupción en el gobierno colombiano que se termina reflejando en la sociedad. En la novela se ven investigaciones, muertes, armas y todo lo que hace una novela negra un género interesante agregando a esto el dramatismo del dolor de sentirse una escoria social olvidada por el estado.
Decidí leer este libro ya que es de un gran escritor de mi país y su lanzamiento tuvo una gran acogida además todo hay que decirlo la portada me pareció muy bella y el tema que trata me llamó la atención de inmediato.
La trama me parece conmovedora ya que es un reflejo de lo que se vive día a día en Colombia y como está gente olvidada busca seguir luchando por sobrevivir y hacer valer sus derechos. Los personajes me parecen maravillosamente creados cada uno con un fondo bien construido y con muy buenos argumentos para que tomen las decisiones que van desarrollando la historia, en especial me gustó Adán por su inteligencia, espíritu analítico, tranquilo y su amor a escribir pues a pesar de todo lo que pasa nunca deja de pensar en hacerlo.
Me causo un poco de tedio el final sentí un poco forzado hablar tanto de religión y encuentro consigo mismo (me sentí leyendo autoayuda) ya que son muchas páginas hablando de lo mismo sin que aporté mucho a la historia.
Le doy una calificación de tres estrellas ya que aunque es un buen libro el final me desconecto totalmente de lo que llevaba leído, es un buen libro para pasar el rato y repensar la política y las personas que la conforman en Colombia.
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Una obra que nos aproxima, con una narrativa cautivante, a lo que somos, a esa condición humana que se manifiesta en su máxima expresión cuando nos enfrentamos a situaciones extremas. Cada personaje descrito representa nuestros abismos, nuestras luces y nuestras sombras, nuestra vocación universal a ponernos en camino.
Aunque es una obra de ficción y aunque hay relatos que no dejan de parecer paranoicos y conspiraciones de un demente , pueden ser completamente reales en una sociedad podrida hasta los huesos como la nuestra. Historias con finales agridulces , nada color de rosa , eso siempre me ha gustado en las historias de Mario. Seres en busca de redención , de luz, de justicia , que en el mundo real son ideales casi utópicos.
Mal libro. Un autor ya desgastado. No pude conectar con los personajes. Su estilo narrativo no evoca nada. Combina un montón de temas que finalmente no desarrolla ninguno. Mario tiene buenos libros, pero este entra entre sus más malos, junto con Bitácora de un naufragio.
Luego de haber leído varios libros de MM puedo decir que la fórmula parece haberse agotado; una pena porque hay algunos momentos interesantes, que brillan. Sin embargo, esto acabó siendo un sermón caótico donde convergen un montón de líneas narrativas que no llevan a ningún lugar. Parece que en esta entrega el interés principal fue usar a los personajes como vehículos de quejas.
"Los vagabundos de Dios, cuya premisa única y central era el desplazamiento: no te dejes alcanzar por ti mismo, escápate, que cuando tu ego intente atraparte tú ya estés en otro lugar"
Este libro nos enseña la importancia de no dejarnos llevar por el victimismo, a veces, como ser humanos, creemos firmemente que solo a nosotros nos pasan cosas malas. Ignoramos la realidad ajena, concentrándonos tanto en nosotros mismos que nos olvidamos de la existencia de los demás.
Se nos muestran dos formas muy interesantes de enfrentar los problemas. Por un lado, se nos dice que podemos escapar de ellos y, por el otro, se nos dice que podemos seguir del mismo modo, en el mismo lugar; pero concentrándonos en perspectivas diferentes a la nuestra.
"Tendemos a mirar el caos como si fuera algo negativo, como si estuviera mal, cuando podemos entenderlo como el paso necesario para que surja un nuevo mundo"
- La premisa del grupo de oración me pareció demasiado interesante, cómo personas que en principio parecen buenas, pero que por la circunstancias de la vida, terminan justificando malas acciones y comparándose al villano que tanto desean vencer.
"El dolor es parte constitutivo del aprendizaje"
- Por último, la actitud del protagonista me parece lo mejor de este libro, simplemente porque relaciono su personalidad con la mía. Es una persona que se dedica a ser un espectador, intentando no juzgar a las demás personas que lo rodean, siempre intentando ayudar y aprendiendo poco a poco de los errores que comete. Su perspectiva del pacifismo y el ideal heroico es simplemente maravillosa.
"Nunca he sentido admiración por ese comportamiento cuya base principal es la agresión, lo cual no significa que sea un sujeto que considere la debilidad como un ideal o una conducta loable. Creemos que el que se impone a las malas es el vencedor. Y es al revés: los que acuden a la fuerza es porque su fragilidad es evidente. "Alejarnos de la agresividad sería alcanzar realmente nuestra humanidad".
Lo clasificaría como ficción biográfica contemporánea y cuenta la historia de Adan Santana, un escritor entrado en sus años de madures que pierde a su madre durante la pandemia y en su proceso de duelo se pierde un poco a si mismo.
Su historia se desarrolla en el marco de una serie de eventos politicos conspiratorios que te llevan a reflexionar sobre diferentes aspectos de la corrupción política y militar, y de los alcances de la maldad y de la fe del hombre.
Es una historia interesante y un poco controversial, aunque reconozco que algunos eventos se sintieron algo forzados. Sin embargo, estuvo muy entretenido y el mensaje que deja es poderoso y vale la pena.
"Debes vencer a tu adversario. Sabemos que entiendes de qué hablamos: el enemigo que habita en ti. Me incline y dije con convicción: -Me opondré a él con todas mis fuerzas. -Y aprende a dar gracias. -Lo haré. Lo prometo."
La obra de Mario Mendoza suele ser criticada por su repetitiva narrativa, sobre una Bogotá lúgubre, gris, melancólica, con personajes oscuros, con una dualidad pronunciada y con un descenso al infierno para en algunos casos resurgir forjados hacia un nuevo porvenir, dónde la liberación de la importancia personal resulta el gran viacrucis de los personajes y el mensaje de la obra.
Por otro lado, y porsupuesto en lo personal, este libro me pareció más un libro de cuentos, en un escenario de pandemia y post pandemia, diferentes personajes con historias de rebelión hacia un sistema racista y mafioso, algunas bastantes rebuscadas, diálogos parcos, planos sin gracia alguna. Se entiende el mensaje del libro, pero los personajes, la historia como tal, el escenario y esa Bogotá nuevamente lúgubre, extraña y secreta mmmm ya esta... 😪 nada más que añadir. Le puse tres estrellas y no dos por el capítulo final, con frases profundas y un punto de reflexión muy interesante.
El descenso a los infiernos, a la oscuridad, la aceptación del sufrimiento, forjar el carácter en medio de las trampas y podredumbre de una humanidad con todo menos humanidad y, el renacer de un vagabundo, un errante, que aprende en el movimiento del cuerpo, de la materia, a desplazarse continuamente para no dejarse alcanzar de las sombras más bestiales que llevamos dentro.
Adan Santana, un escritor que en medio de las peripecias, encierro y muerte que genero la pandemia del Covid-19, empieza su descenso a sus infiernos. Su madre con quién mantenía una relación fraternal y leal muere en un geriátrico, y apartir de ese momento inicia un duelo a muerte consigo mismo para alcanzar la liberación de ese personaje que ya no puede cargar más.
Luego de la muerte de su madre, Adan Santana se enfrenta a una seguidilla de accidentes que dejaran su cuerpo magullado, abolido y debilitado, y su mente en medio del encierro de las cuarentenas descenderá cada vez más a los socavones de su oscuridad.
En medio de su encierro, conocerá un mensaje suicida y atormentado de uno de sus lectores y empezará a inmiscuirse en una historia inverosímil sobre actuaciones del ejército nacional cerca de la frontera con Venezuela para desmantelar laboratorios supuestamente donde fabrican armas bioquímicas para acabar con la sobrepoblación del planeta. Así mismo, bajo estos telones de historias secretas y del bajo mundo estatal, llega a su apartamento un viejo amigo hippie que lo llevará a conocer a una mujer que en medio de terapias de hipnosis, descubre que en vidas pasadas a seguido la palabra del cristianismo primitivo, y que gracias a ello, entiende que tiene una misión de fe en su vida presente y crea el grupo Cruz y Resistencia, del cual se desprenden diferentes colectivos de rebelión y lucha en contra de un estado ausente, que gobierna para la élite, que segrega a los desamparados, a los vagabundos de un sistema mafioso, corrupto y regalado a los mejores postores del poder.
Adan Santana se reuniría secretamente con estos colectivos, conocerá sus diferentes historias, se solidariza con la injusticia que han sufrido, pero deja claro que no actuará bajo violencia, no se volverá aquello que tanto detesta: un violento más que soluciona las grandes injusticias del mundo con más violencia. Recorra nuevamente una Bogotá sombría y secreta, los colectivos lo acogerán y contarán sus motivaciones para pasar a la acción y defenderse de aquellos que quieren silenciarlos.
Santana, ayudará en lo que puede, se ocupará de salvar a algunos miembros del grupo, será un integrante desde la distancia, apoyando a los heridos, un enfermero que entiende el llamado a la acción, pero no comparte los métodos y la forma. Así en medio de su hundimiento, avanza en su lucha contra la liberación de su importancia personal; el grupo será desmantelado por grupos parapoliciales, en actuaciones extrajudiciales todo se vuelve muerte y desaparición y Adan nuevamente a la deriva, desorientado conocerá un último colectivo: Los vagabundos de Dios, allí conocerá el poder del movimiento, de la entrega del cuerpo, de sus piernas al nomadismo, y después de vencerse a si mismo, de ganar el duelo, llegara el momento de ponerse frente a frente contra la tenebrosa hoja en blanco.
"No te dejes alcanzar por ti mismo, escápate, que cuando tu ego intente atraparte tú ya estés en otro lugar".
Debo decir que desde un principio tuve reticencia por explorar el mundo literario de Mario Mendoza. Pero, al comenzar el libro me llevé una grata sorpresa. Sorpresa que rápidamente se desvaneció… Honestamente, no tenía muchas expectativas, especialmente porque sabía que Mario Mendoza es de tendencia política de izquierda. Muy activista. y ese es uno de mis motivos suficientes para permitirme prescindir la lectura de cualquier autor literario. Sin embargo, decidí darme la oportunidad de conocer su obra y juzgar bajo hechos y no bajo prejuicios. Los primeros 3 capítulos fueron fascinantes. Realmente me sorprendió encontrarme con una historia mística, espiritual y contemporánea. Esa primera parte me encantó. Sentí que estaba leyendo a un autor que, más allá de lo ideológico, tenía una sensibilidad muy especial.
Sin embargo, llegó un punto en el libro en el que todo cambió. Empezó a hablar del estallido social del 2021 en Colombia, con una carga política muy marcada, que para mí fue totalmente innecesaria. Ahí entendí por qué había dudado tanto en leerlo. Si hubiese sabido que iba a girar hacia allá, probablemente no lo habría comprado.
Después tuve que detener la lectura por momentos pues hacía críticas que me resultaban innecesarias e irrespetuosas. Por mucho que se escudase en que era una novela. Además, algunas escenas se volvieron muy gráficas, especialmente hacia el final, con descripciones de tortura que no quise leer y omití por completo!!
Eso sí, ya cerca del final, sentí que volvía a encontrarme con el Mario Mendoza del principio. Ese que logra tocar temas profundos, espirituales, sin necesidad de forzar nada. En resumen, sentí que había dos escritores dentro del mismo libro: uno que me tocó el alma, y otro que me generó rechazo.
No me arrepiento de haberlo leído, pero no contemplo bajo ninguna circunstancia volver a leer a Mario Mendoza. De 389 páginas me quedo con poco menos de 55 pasajes que realmente me impactaron.
4.5/5 ⭐ es el primer libro que leo de este autor y tuve la fortuna de conocerlo en persona, que me firmara su libro y que nos hablara acerca de los elementos de la vida real que había tomado para incorporar en su libro. la prosa de mendoza te envuelve y no t suelta más !! así fue como pasé 4 días leyendo sin parar sumergida en tremenda historia que, aunque puede llegar a ser un poco conspiranoica y surreal, está llena de la realidad de un país con un pasado reciente un poco complicado
no me llegó a aburrir en ningún momento ni siento que el libro flaquee por ningun lado, creí que le faltaba un pedazo al final pero el epílogo me satisfizo. le doy 4.5 porque me queda faltando algo que aún no sé qué es, pero que sé que encontraré leyendo sus demás libros. lo quiero mucho señor mario adopteme plis
Los vagabundos de Dios es mi primer acercamiento a la obra de Mario Mendoza, y debo decir que su narrativa me ha cautivado profundamente. A través de un hilo conductor ingenioso, Mendoza presenta diversas historias que revelan las duras realidades que enfrentan muchas personas en nuestro país. Cada relato se entrelaza con la lucha interna de sus personajes, marcados por un desasosiego mental y emocional que resulta notablemente realista.
El autor logra transmitir de manera efectiva el concepto de la búsqueda del autoconocimiento en medio de un caos que frecuentemente nos roba la paz mental. Esta reflexión sobre el ruido constante de la vida contemporánea resuena de manera clara y poderosa. Sin duda, puedo afirmar que es un libro que merece ser leído, ya que ofrece una mirada profunda y conmovedora sobre la condición humana.
Siento que las obras de Mario Mendoza siempre reflejan la cruda realidad de Colombia de una manera tierna y misteriosa.
Lo considero uno de mis escritores favoritos, y siento que fue una buena obra.
Pero Los Vagabundos de Dios también fue una obra lenta, pesada y en algunos momentos aburrida. Cuando se va acercando el final del libro es el verdadero momento en el que no se puede dejar de leer.
También siento que el final nos deja una reflexión muy grande acerca de nosotros mismos y como nos percibimos, un final digno de un libro de Mario Mendoza.
Otra historia gótica y decadente dentro del universo de Mendoza, poblada por personajes excéntricos y ambiguos que transitan con matices su propio descenso. "No te dejes alcanzar por ti mismo, escápate, que cuando tu ego intente atraparte tú ya estés en otro lugar"
Al inicio estaba muy interesante la historia pero luego de un momento para otro empezó a agregar muchas ideas sueltas y ninguna concreta como tal. Me estreso mucho el hecho de que no hubo un desarrollo de cada trama que le metía al libro.
puntaje 5,0 la verdad el libro tiene de todo, muerta, temas relacionados al covid, conspiraciones, virus, vidas pasadas, regresiones, religión, segunda venida de Jesus, gemelo malvado, holograma , robot de duelo, reflexion, budismo, la identidad, es una mezcla de todo un poco del gran gestor Mario Mendoza que vuelve a la novela, una historias intrigantes que te dejaran con la boca abierta, como sabemos sera uno de los libros mas vendido de la filbo y un regreso triunfal de mario a la literatura luego de algunos los de ausencia.
"Los vagabundos de Dios" de Mario Mendoza es una novela que, aunque se lee con fluidez y resulta entretenida, deja un sabor agridulce al explorar numerosas situaciones que no concluye de manera satisfactoria o las resuelve de forma superficial. A pesar de no ser una obra magistral, contiene pasajes que invitan a la reflexión y que pueden resonar con el lector. Uno de los aspectos que destaca es la decisión del autor de distanciarse de su estilo habitual de narrar múltiples historias que convergen al final, lo que aporta un aire fresco a la lectura. En resumen, es un libro que, sin ser perfecto, ofrece momentos valiosos para la introspección.
Leer a Mario Mendoza siempre te trae a tu cabeza y vida reflexiones únicas. Sin duda volver a leer su novela más reciente es como volver a una casa que ya extrañabamos años atrás.
Una obra bella y con mensajes de todo tipo. En lo personal, siento que el libro en si es un retazo de múltiples ideas que no terminan de sentarse y conectarse del todo. Es un buen libro y si es de Mario Mendoza siempre es recomendable, sin embargo esta lejos de ser comparable con sus mejores obras.
Este libro se resume en 'el parcero que no le sabe decir que NO a nada'. No es malo, el sello mendoza está muy presente, algunas historias son aleatorias pero creo que solo son para reforzar un poco el concepto del nombre del libro, lo que me lleva al siguiente punto, es muy lento. Y repito, no es malo, más sin embargo sí llega a sentirse un poco pesado y ansioso porque pase algo interesante al personaje principal, lo cual sucede un poco después de la mitad del libro. Aún así, cuando se llega a ese punto y se aterriza ya en la idea de la columna de la trama, te comes lo que queda del libro. Creo que vale la pena, el concepto de reencontrarse a uno mismo en una marea de ruido que sin darnos cuenta roba nuestra paz mental es muy claro. Paciencia, es lo único que se debería tener para entrarle a este libro, porque sí vale mucho la pena.
Me entristece sentirme tan motivado a escribir esta reseña:
Mario Mendoza decide poner su pluma al servicio de la doctrina ideológica, intentado construir con este libro una herramienta política solapada, llena de mentira y confusión diseñada para mentes básicas, mediocres, y, sobre todo, mal informadas. Es una lástima ver cómo uno de los buenos escritores colombianos contemporáneos se convierte en un simple BODEGUERO. En lo estrictamente literario no tengo como juzgarlo mal, pero es indignante el intento taimado de adoctrinar peladitos de una forma tan ladina, usando la literatura, su nombre y su figura.
Me voy generoso en la calificación. Esta novela decepciona a los amantes constantes del autor y alimenta los argumentos de sus detestadores. Solo le pido al dios de Mercedes Sosa que cuando vaya a leer las novelas viejas de Mario Mendoza no me vaya a pasar lo de Los vagabundos de Dios. La historia es un collage de anécdotas en el marco del estallido social.
Un libro que no pude parar de leer, quería saber qué pasaba, qué seguía. Sin embargo, creo que el libro mezcla o más bien “zapotea” muchas temáticas que termina sin desarrollar del todo.
En medio de una pandemia mundial el escritor y protagonista del libro pierde a su madre, empieza a vivir la ausencia después de haberla cuidado y acompañado tantos años. Siente el peso del tiempo que durante las cuarentenas deja de correr.
Investiga el caso de una misión secreta a la selva venezolana donde se evidencia que ahora las guerras serán por medio de viruses, corroborando la historia de que el coronavirus fue un arma creada en laboratorios.
Por medio de esta investigación que realiza con dos soldados y sus familias como testigos, llegará a una “comunidad religiosa”, que después veremos que es una secta, que busca reinventar el mundo injusto en el que vivimos siguiendo las enseñanzas de el mesías. Y ahí todo se tergiversa porque la llamada comunidad resulta siento una celular antisistema que busca enfrentar el status quo a como dé lugar (es decir por medio de la violencia).
De acá en adelante el escritor será un salvador de los miembros de la secta y además pondrá en manifiesto cómo la policía se alía con estructuras como los paralimilitares o “consultores” para hacer el trabajo sucio y recoger información y silenciar a los cabecillas de la célula.
Muchas historias en una historia, muchos personajes que me quedo faltando desarrollar (coml el sacerdote y su gemelo) y un final en forma de epílogo que le da sentido al nombre del libro pero que no me dejo del todo satisfecha.
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