Ella aparecio en el living y se freno delante de mi. Hace falta que la describa? Este libro de Juan Forn es fiel reflejo de la teoria del iceberg de Hemingway: los ocho cuentos que lo componen insinuan mucho mas de lo que dicen y lo no dicho reverbera en el lector aun despues de concluida la lectura. Cada una de estas historias refleja un momento en la vida de sus protagonistas. Pero no se trata de un momento cualquiera. El corte de luz en medio de una pelea de pareja en `El karma de ciertas chicas ; el encuentro de Aranguren con el ex combatiente de Malvinas en Memorandum Almazan ; la visita de Cecilia al manicomio donde Ivan ve pasar los dias en Alquitran en los pies ; la conversacion de un hijo con su padre muerto al borde de una piscina en Nadar de noche ... Son quiebres pequenas revelaciones que hacen estallar los suenos contra la realidad y de las que los personajes a veces salen fortalecidos listos para construir un nuevo sueno a escala mas humana. Desde que se publico en 1991 Nadar de noche fue considerado un fresco generacional y leido con devocion especialmente entre los jovenes. Su vigencia sigue intacta. Emece se complace en acercar a publicos nuevos este autentico hito de la literatura argentina moderna.
Su abuela, nacida en Gran Bretaña, y un vecino que durante su adolescencia le prestaba libros en inglés, determinaron su anglofilia. Los autores que tradujo fueron siempre de este idioma.
El primer libro que publicó fue uno de poesía, en 1979, pero pronto se convenció que ese no era su género. Viajó a Europa y de regreso comenzó a trabajar en 1980 como editor, primero en Emecé y después Planeta hasta 1995.
En 1994 fue invitado por el Woodrow Wilson International Center (Washington D. C.) para terminar su novela Frivolidad, que fue publicada en 1995. Posteriormente publicó Puras mentiras.
En 1996 creó el suplemento cultural Radar Libros del diario argentino Página/12, que dirigió hasta 2002. Ese año «un coma pancreático lo tuvo al borde de la muerte. Los médicos le advirtieron que debía 'aprender a parar antes de cansarse'. Él entendió. Se fue a vivir a Villa Gesell, localidad costera a 300 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires», donde residió el resto de su vida.
Tuvo, desde 2008, una columna semanal, que aparecía los viernes en la contratapa de Página/12. Editó cuatro libros con las crónicas que allí publicó. Tuvo otra sección —La tierra elegida— en la revista literaria colombiana El Malpensante.
En 2001 Página/12 editó cinco libros de Forn en formato económico.
En 2007 obtuvo el Premio Konex de Platino en la disciplina Periodismo Literario, otorgado por la Fundación Konex, y en 2017 el Diploma al Mérito del mismo premio.
En 2015 editó Los Viernes, una selección de sus contratapas en Página/12. En 2018 fue uno de los entrevistados en el filme documental La boya dirigido por Fernando Spiner.
Falleció en Villa Gesell el 20 de junio de 2021 a los 61 años de edad.
Es difícil describir lo que te pasa cuando lees Nadar de noche. La voz te funciona con un punto seguido y tragar saliva se vuelve eterno. El relato se mete bien adentro tuyo y sentís que entendés exactamente lo que piensa, siente y persigue a cada personaje. Muy recomendable. El borde peligroso de las cosas es de los mejores cuentos que leí en mucho tiempo.
No soy fan de las lecturas necrológicas, pero la muerte de Forn coincidió con la recomendación de un amigo, asique cedí.
Nadar de noche (el cuento) es de una belleza encantadora. A pesar de lo irreal del planteo, es de un realismo descarnado que termina por representar, de una forma mucho mas original y bien lograda, la ternura melosa que esquiva deliberadamente.
El resto de los cuentos son muy buenos también. Forn nada (valga la redundancia) en las psíquis del hombre moderno y en varios casos el lector termina sintiendo la ansiedad, la sofocación del personaje en cuestión. A la manera de Carver, Forn despliega una tremenda facilidad para generar personajes reales.
Una lamentable pérdida para la literatura argentina.
Como para transmitirles qué tipo de libro es les cuento que si lo leen sin saber absolutamente nada de su contexto autoral pueden fácilmente deducir que fue escrito por un hombre heterosexual de clase media de alrededor de 35 años en la Argentina de finales del siglo XX. De por sí esto no tiene nada de malo, pero se deriva de lo que digo que los cuentos contenidos en este libro lidian en su enormísima mayoría con las preocupaciones que puede tener ese grupo social, y no de una forma que sienta que vire particularmente hacia la universalidad. De nuevo, eso no tiene nada de malo, pero siendo que ni soy hombre ni tengo 35 años ni tengo recuerdo alguno de los años 90s, en lo personal no me sentí particularmente interpelada por estos relatos.
El único que puede desviarse un poco se ocupa, también y bastante, de las parejas jóvenes en ese contexto tardovigesimesco, pero desde la perspectiva de una mujer de unos 60 años y en relación con su hija. Me pareció un poco forzado, tengo que decir, con su forma permanente de masticar las diferencias entre los géneros, pero no me pareció deshonesto y por eso lo disfruté bastante. En la misma línea de la honestidad, el que para mí es el mejor es el último, que es el más corto y el que le da el título al libro. Está relatado de una forma muy quieta y muy bella. Por el otro lado, cuentos como el primero o el anteúltimo, que redundan una y otra vez en una especie de falso cinismo masculino, de instasifacción inmóvil y desprecio, me hicieron poner los ojos en blanco. Entiendo a qué van, pero no me significan nada ni me interesan particularmente.
La mayoría de los cuentos son un poco inconclusos, un poco espuma de mar. Un pedazo de vida y después la vida sigue. Quizás podemos pensar que la vida es nadar de día, igual de falto de propósito, flotar entre sucesos y emociones. Habitualmente es un estilo literario que disfruto, pero la extraña combinación de esto con el detalle y la narración lineal hiceron que el libro me resultara algo insatisfactorio, sobre todo en cuentos como el del ex-combatiente de Malvinas, o el del pibe que terminó en el manicomio.
No me pidan los nombres de los cuentos porque no tengo ni idea y el libro lo leí prestado.
Este es el primer libro que leo de Juan Forn. Después de enterarme de su muerte leí algunas reseñas biográficas, artículos sobre la huella que dejó su labor editorial y la cuestión de los planetarios versus los babélicos. La escritura de Forn es espectacular, con ciertas influencias de Cheever y Carver. Tiene un ritmo pausado, pero apoyado en una narración muy consistente, con mucha personalidad. Además, admite varias capas de lectura, cada cuento esconde otro cuento debajo del principal. Mi favorito, sin dudas, es «Nadar de Noche»: una historia preciosa de un padre muerto que se aparece a su hijo al borde de la pileta de una casa prestada para hablar con él. También me gustaron mucho: «Mañana preocúpate de mañana» y «Video & comida china».
Una anécdota linda que escuché en una entrevista sobre el cuento Nadar de Noche. El cuento trata sobre la paternidad, sin embargo Forn lo escribió diez años antes de ser padre. Su padre murió cuando Juan tenía veinticuatro años y durante dos meses él estuvo “hecho una piltrafa”. Un amigo íntimo le dijo “loco, que tal si vamos cerrando el duelo y nos liberás un poco”. Cinco años después murió el padre de ese amigo y cuando fue al velorio para acompañarlo le sorprendió que su amigo no hubiera derramado ni una lágrima. Antes de ir al entierro, volvió a su casa y se tiró a dormir cuarenta minutos. En ese rato soñó literalmente el cuento. «Soñé que aparecía mi padre muerto. Yo estaba en una casa prestada, de noche y se avecinaba una tormenta. Estaba mirando el agua, mientras mi mujer y mi hija dormían arriba. Alguien golpeaba la puerta y era mi viejo vestido en un impermeable blanco. Anoté rápido antes de ir al entierro la frase que dice el padre cuando el hijo le pregunta “cómo es allá”: “como nadar de noche, en una pileta inmensa, sin cansarse” Fue el cuento que me resultó más fácil de escribir, insólitamente».
¿Por qué leer "Nadar de noche"? 1- Porque te gusta leer, en general. 2- Porque en particular disfrutás la narrativa. 3- Porque alguna vez quisiste escribir o estás escribiendo. 4- Porque leés entre, debajo y afuera de las lineas. 5- Porque hay tanto oficio y recurso puesto al servicio de estos cuentos. 6- Porque hay tanta emoción, bien repartida, en ocho partes.
Conseguí esta vieja edición distribuida por el Página a muy buen precio. Me da menos pena rayarla toda por eso, por el buen precio. Pero hay muchas, y todas tienen, por ejemplo, el relato de un pibe intoxicado que no llega nunca a decir te amo, o la historia de un padre contándole a su hijo que las cosas, después de muerto, no son tan simples. Tengo, para rato y para mí, "El borde peligroso de las cosas" como el mejor de todos.
La sensación de época de esto esta demasiado bien lograda. Los personajes que aparecen son en mayor o menor medida, nosotros mismos, aspectos nuestros. Se ven sus fragilidades, sus puntos debiles, pero siempre mirandolos de cerca. Se nota la influencia o el aura de los ''planetarios'' con Fresán & co. Voy a seguir volviendo a este grupo.
La manera en la que Juan relata situaciones cotidianas es realmente exquisita. El libro es un compendio de cuentos de gente que está triste, que no sabe qué decir, cómo actuar; de conversaciones largas, de silencios, de preguntas simples, pero nos definen en cuerpo entero. Varios cuentos son magníficos, pero me quedo con el que le da el nombre al libro "Nada de noche", que para todos aquellos a quienes perdimos a nuestro padre es un golpe al corazón.
Para mi es como un Carver argentino, un poco más visceral y, a veces, mejor. Los que más me gustaron "El karma de ciertas chicas", "El borde peligroso de las cosas" y el que le da el título al libro, el mejor. El único que me aburrió un poco fue "Alquitrán en los pies".
3.5 probablemente. Forn escribía muy bien. No solo te enganchan sus cuentos sino que en su forma de narrar podes sentir mucho de lo que sienten los personajes. El cuento que más me gustó es Nadar de noche, por otro lado a El karma de ciertas chicas lo odié.
hermoso libro de 8 cuentos. Todos muy atrapantes, de los que no te dejan ir hasta que los termines. Se ponen mejores, hasta terminar con el mejor, el que le da el título al libro.
Juan escribe textos fuera del formato contemporáneo. Escribe para quedarse en el nudo y no para caer en los finales. Escribe casi en la frontera con el absurdo, con el imposible. Escribe para pensar y repasar vínculos. Son los afectos los que sobrevuelan el libro.
Aunque coincida al cien por ciento con que Juan Forn se tendría que haber abstenido de escribir desde un punto de vista femenino, aunque creo que es ultra triste que los únicos adjetivos que se le ocurran para personajes femeninos sean linda/fea, gorda/flaca y aunque al parecer Juan Forn crea que los mayores intereses de las mujeres son intereses superfluos relacionados con la apariencia exterior; igualmente, sacando todo eso, me gustaron sus cuentos, qué se le va a hacer, simplemente escribe bien...
Sinceramente no logré engancharme con ninguno de los cuentos. No me sentí interpelada y en ocasiones más bien lo contrario. La verdad que si quisiera escuchar un varón quejarse de su mujer y de como es más infeliz viviendo con ella (pero no se anima a dejarla) o sus fantasias sexuales con "minitas" prendo la tele, Instagram, Twitter, o simplemente escucho cualquier conversación promedio. No me interesa leer un libro para volver a escuchar lo que ya es mainstream en todos lados.
El cuento que le da título es tan simple como excelente, y siento que esa descripción vale para la totalidad del libro. Una literatura de otro siglo, no muy lejano, pero que parece ficticio. Muchas cosas cambiaron, sin embargo, hay emociones que se mantienen intactas y que funcionan siempre, son atemporales. Destaco "El borde peligroso de las cosas", que es el relato que más me gustó. A Forn lo conocía de nombre pero nunca lo había leído, me sorprendió para bien.
A Forn se le reconoce en Argentina como un salvador, descubridor e impulsador de grandes plumas de la literatura moderna del país, como Mariana Enriquez.
Gracias a su trabajo editorial, muchos autores hoy consagrados tuvieron la oportunidad de ser leídos.
Pero Forn también era, por sí mismo, una pluma prodigiosa.
En “Nadar de noche” se compilan 8 cuentos, todos ellos con una violencia intrínseca hacia lo cotidiano, así como Jackson y Enriquez hacen terror y Schewblin incomoda.
En todos los relatos los protagonistas atraviesan por una situación específica de su vida. Y todas comparten un dejo de violencia y cansancio con respecto al ser.
Sus cuentos están cargados de hastío, de una incomprensión hacia la rutina, hacia quienes no están lo suficientemente despiertos como para ver que están envueltos en problemas sin importancia.
El amor es la piedra angular que los atraviesa, pero no como el lector lo imaginaría. En la burbuja de Forn, el amor es conflictivo y complicado, trae angustia, dolor y abandono.
Es un autor que, en resumidas cuentas, llena un espacio en la imaginación lectora que no se sabía vacío.
“Yo creo que cada vez que nos toca nuestra ínfima ración de amor y belleza en esta vida, hacemos lo posible para que se combine con torpor y opacidad; la preferimos mezquinamente reducida. No resistimos la pureza de lo bello ni del amor. Nos aterra”.
Forn fue una recomendación de mi viejo, que comunica como puede, casi siempre con voces ajenas. Pero no lo leí hasta que la recomendación se hizo eco en Vane, que coordina el taller de escritura creativa del que voy y vengo. El año pasado cuando lo arranqué no me mató. Pero ayer a la noche volviendo a Lyon en micro desde Marsella no me podía despegar de la pantalla del kindle. Sentía que los personajes me transmitían algo importante y urgente. El libro me hablaba a mí en la experiencia tan particular que estoy viviendo. No hay un criterio correcto ni único para puntuar: esta vez estos cuentos fueron un espectáculo. Y me transmitieron una sensibilidad argentina, la que yo también llevo.
Leí solo el cuento que da nombre al libro, "Nadar de noche" sin saber que era un libro ajaja
Es muy atrapante, y es muy interesante cómo relata esa charla, con una persona a la que no vas a volver a ver y que te marcó tanto. ¿Qué le dirías? ¿Qué le preguntarias? ¿Qué no le contarías ?
Algún día leeré todo el libro, hoy solo leí el cuento porq es para un taller.
Disfruto tanto como escribe Forn! No pude parar de leer este libro, que tiene unos cuentos que disfrutarás seguro. Sus personajes podemos ser cualquiera y aún así las historias son tremendas.
Nadar de noche de Juan Forn es uno de esos libros de cuentos que, como lector, uno agradece encontrar. Compuesto por ocho relatos, el volumen navega con maestría por las aguas turbias de las relaciones humanas, esos momentos de quiebre, espera y revelación que suelen ocurrir en la penumbra. Desde el apagón que interrumpe y al mismo tiempo ilumina la pelea de una pareja, hasta la joven que en un vuelo confronta su fracaso junto a una monja de castellano imperfecto, Forn construye microcosmos de una intensidad extraordinaria. Hay en estos cuentos una economía narrativa admirable: situaciones aparentemente simples: una visita a un ex amante internado en un manicomio, una abuela que termina confesándose con su hija, un farsante que se aprovecha del dolor colectivo de Malvinas; se cargan de una profundidad psicológica y emocional que desborda lo escrito. Son relatos que, se resignifican en la lectura y dicen mucho más de lo que está en la página. El autor tiene el don de capturar ese instante preciso en que la vida cotidiana se raja y deja ver el abismo, o la extraña luz, que hay debajo. Y luego está el cuento que le da título al libro, Nadar de noche, el relato final. Es, sencillamente, una joya. La conversación junto a la piscina en una casa prestada entre un hijo y el fantasma de su padre es de una belleza y una melancolía sobrecogedoras. Es uno de esos textos que te quedan grabados para siempre, resonando en la memoria mucho después de cerrar el libro. Cierra el volumen a la perfección, otorgando una clave de lectura a todo lo anterior: a veces, es en la oscuridad y en el silencio (como el de la noche, o el de una página en blanco) donde se pueden entablar las conversaciones más necesarias. Una colección de cuentos que confirma que Juan Forn era un narrador excepcional, un observador agudo de esas grietas por donde asoma la verdad de nuestros vínculos. Muy recomendable para quienes creen que las mejores historias a menudo se cuentan en voz baja.
"Ése es el problema: si siempre apestada no te darías cuenta. Pero como a veces parece que las cosas podrían ser diferentes... Si hubiéramos hecho tal cosa, o dejado de hacer tal otra..."
Ocho cuentos que encierran un libro casi perfecto, donde los personajes parecen "nadar" (en referencia al título) en un mundo que se vuelve caótico de pronto, que parece que se va a romper para nada volver a ser igual. Es en ese espacio liminal de los sentimientos donde se mueven estos personajes. Gente que quiere hacer algo, parece que lo va a hacer, pero después no sabemos si lo terminan haciendo; personajes que tienen un estatus social importante y que por una circunstancia del destino terminan sucumbiendo; personajes que dicen algo para después contradecirse pero que al final daría la impresión de que no se contradecían... El libro nada, cada cuento es como no respirar bajo el agua hasta que termina y entonces respiramos con una sensación distinta. Es tan brillante que incluso la política, que está pero no está en todos los cuentos, parece ser la del día de hoy a pesar de que es un libro que salió en 1991!!! Una maestría del señor Forn.
Lo bueno: los cuentos son geniales. Para mí el mejor es "El borde peligroso de las cosas". La escritura es simple y directa. Se lee muy bien y aun así es un crimen terminarlo tan rápido sin quedarse pensando.
Lo malo: ¿De hincha pelota? El último cuento, que le da nombre al libro, no me pareció tan épico como para DARLE el nombre al libro. Pero bla, en realidad estoy divagando.
Forn era un fenómeno escribiendo. Escribiendo cualquier cosa. ¿Digo algo nuevo? Sus cuentos están como tallados en piedra; son como pequeños descubrimientos de algo que ya existía con anterioridad. Se siente como si desde la primera palabra estuviese clarísimo el devenir del relato. Por eso la verosimilitud que maneja es tan grande y se ve todo tan genuino. No puse cinco estrellas porque me pareció un poco dispar. Algunos cuentos me gustaron mucho, básicamente porque son perfectos en la ejecución, en la generación de imágenes y en su mensaje más profundo ("Memorandum Almazán", "El borde peligroso de las cosas", "Alquitrán en los pies" y el épico "Nadar de Noche" que le da título al libro). Otros los sentí más bien olvidables, en un estilo que me pareció menos genuino y trabajado ("Video y comida China", "Mañana preocupate de mañana"). Pero en líneas generales es excelente y da para releerlo.